viernes, 23 de julio de 2021

UN AMIGO DE DIOS-MONSEÑOR LOPEZ AVELEDO - POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

 


Jesús dijo : "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor ; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer".

NOTA:

Los restos mortales del Monseñor López Aveledo reposan en Los Teques en la Casa de las Agustinas Recoletas, y deberían ser al menos compartidos y trasladados a Maracay como fueron los deseos del Monseñor en vida. Esta es una tareas que le corresponde a las autoridades eclesiásticas.  EL AUTOR


DEDICATORIA 

Al Fraile JOSE ANTONIO DIAZ, de la Congregación de los Agustinos Recoletos, Capellán del Santuario de la Beata María de San José en Maracay y Presbítero en la Iglesia del Socorro del Barrio Sucre de Maracay,  quien cumpliendo con su deber se apersonó en plena pandemia en la casa de mi prima Alcira, una mujer de noventa años que solicitaba la extremaunción a su hijo que fallecía de cáncer. Mi prima sorprendida porque  el Fraile Díaz pertenecía a la Congregación de la que siempre ha estado unida, por ser hija del matrimonio de Pedro Simeón Gómez López, sobrino del Monseñor López Aveledo, y de Herminia Rodríguez, mi tía madrina. Mi prima agradecía a Dios por ese gesto del Fraile quien además le dio gran consuelo a la familia. Cuando le envié un mensaje a José Antonio, le dije: “Eres un digno representante del Monseñor López Aveledo quien siempre asistió a los enfermos cuando se le requirió”. Gracias. 

INDICE: 

No.

Contenido:

1

A manera de prólogo

2

Biografía breve

3

Un amigo de Dios

4

Bibliografía

5

Derechos de Autor

 

1.     A manera de prólogo: 

LAPIDA EN SU MEMORIA- NO SE SI AUN ESTA COLOCADA

Algunos párrafos del discurso del escritor maracayero Luis Tovar Jiménez en ocasión de la colocación de la lápida a su memoria en el frontis de la catedral de Maracay: 

“La solemnidad de este homenaje  consagratorio, canta en la blanca perennidad del mármol, el más elocuente panegírico que decirse pudiera en loor de las excelentes virtudes que florecieron en el alma candorosa y humilde de Monseñor Vicente López Aveledo... 

“La modestia ingénita del manso levita se resentirá de este acto conmemorativo que la ciudad de Maracay, agradecida de los bienes incontables  que recibió de aquel aposto de la caridad y la abnegación en casi veinticinco años de esforzada labor, le dedica a su memoria esclarecida…

“Gallardo en su humildad sacerdotal, esforzado en su mansedumbre personal…Si grande fue su desprendimiento por todos los bienes terrenales, grande fue también el caudal inagotable de su magnanimidad, ni ambicionó dignidades ni poseyó riquezas. Pero su noble espíritu abierto siempre a todo sentimiento de caridad, jamás estuvo satisfecho de prodigar el tesoro inagotable de sus bondades. En cada desamparado encontró un hermano; en cada ajeno dolor una pena que mortificaba su propia alma…

“De sus esfuerzos espirituales son vivientes testimonios…las instituciones benéficas que dejo fundadas y la Congregación religiosa establecida bajo su amparo y protección. Las edificaciones construidas por su esforzado empeño, con mengua de sus propias comodidades personales y las de su honorable familia…”.

“La bondad, aquella bondad dulce y callada, que fluía de su alma de pastor, como fluye el perfume de la esencia pura, nunca jamás tuvo alteraciones: siempre risueña como es franca y risueña la sonrisa que adorna los labios inocentes de los niños…

“Dios mismo fue quien insufló en su espíritu ese caudal de mansedumbre, dulzura y bondad seráficas; de energías humanas, de resignación suprema y de humildad verdaderamente cristianas, que fueron las gemas rutilantes de su diadema apostólica…

“En todos los tiempos y en todas las latitudes, hay hombres superiores escogidos por el Eterno para realizar sus maravillosos designios inescrutables.

Esta lápida de mármol…es una muy buena demostración de gratitud; pero donde se ha construido un grandioso monumento de los grandes merecimientos del ilustre levita desaparecido, es en el valor de sus propias virtudes, en sus esfuerzos realizados, en su heroica abnegación para el bien, en la humilde mansedumbre de su vida ejemplar, atributos divinos estos que se alzan como un penacho radiante por sobre la humana contextura de los hombres preparados por Dios para la inmortalidad”.

 CONTENIDO:

2.     Biografía breve. Por Hna. Dilia Barrios Marcano

HERMANA DILIA BARRIOS MARCANO

Presentamos un resumen biográfico que hemos tomado del libro "Mons. Justo Vicente López Aveledo" de la Hna Dilia Barrios, arcj. De paso recomiendo su lectura porque contiene la vida completa del Monseñor López Aveledo, sobre el cual nos basamos principalmente para este libro breve.         

Comienza así: “En el templo del Puerto de la Guaira, el 8 de febrero de 1853 dos seres privilegiados uno español y otro venezolano Felipe y Emilia enlazados por el amor contraen matrimonio recibiendo la bendición de Dios en manos del sacerdote Francisco Milano. 

Desde entonces, para ellos se abren nuevos horizontes: se han propuesto fundar una familia bajo sólidos principios cristianos. En efecto, el amor va poblando de alegrías el hogar de sus sueños. Cada alegría tiene su nombre: Leonor, Bárbara, Emilia, Felipe, Casto Ramón, Justo Vicente y Pepita. 

Justo Vicente nace en Caracas el 9 de agosto de 1863 pero cobra vida como hijo de Dios el día 29 de septiembre del mismo año en la parroquia San Juan Bautista de Caracas. 

Su infancia va transcurriendo como la de todos los niños. La primera perlita que asoma a sus encías, los primeros pasos… a los dos años quiere saberlo todo. Es la edad de los constantes por qué, es una necesidad de explorar y de conocer. Al calor de los suyos ya es capaz de balbucir las primeras oraciones; es todo él una explosión de gracias. 

Entre juegos y correteos hay que cultivar un pequeño huerto entre todos y algo muy importante hay que estudiar y aprender.

Ya Justo Vicente tiene en sus manos el primer silabario, un pequeño libro en cuya portada se lee "catón cristiano". Al abrir el silabario, en la parte superior se aprecia una figura de Cristo cuyo nombre debe pronunciarse antes de cada lección.

Las lecturas para el aprendizaje son un su mayoría formativas: narraciones, vidas de santos, en las que va encontrando nombres que dado sus cortos años y sus ansias de saberlo todo le despiertan curiosidad y al mismo tiempo admiración a medida que va familiarizándose con los personajes. 

Sabe que le espera un segundo libro de lectura llamado el consejero de la juventud, en él se enseña a apreciar las virtudes y a detestar el vicio, de cómo la soberbia empequeñece y la humildad engrandece, de que se debe ayudar a todos y no despreciar a nadie.

No llegará Justo Vicente a iniciarse en la lectura de este libro sin que antes pase por la dolorosa experiencia de quedar huérfano de madre. Aún son tan menores y se ven sacudidos por tan inmenso dolor. Don Felipe a pesar de este sufrimiento debe seguir haciendo frente a la vida y labrar un futuro a los pequeños.

Los hijos crecen y van formando diferentes rumbos se han hecho hombres y mujeres. Justo Vicente muestra cada vez su corazón lleno de bondad, franco y alegre se hace agradable a todos y conquistaba la simpatía de cuantos le trataban. De temperamento sensible: abierto a lo bello y de cuanto significa superación.

Se siente profundamente atraído hacia lo sagrado. Su madrina de bautismo Pilar López ha ingresado al convento de las carmelitas descalzas de Caracas. 

CAMINO DE LOS ESPAÑOLES

Para el mes de septiembre de 1883 emprende marcha de ocho horas por el camino viejo de los españoles desde la Guaira hasta la llamada Puerta de Caracas, cerca de la pastora, donde vivía su tía panchita de Leo quien lo acoge en su hogar. Al llegar se dirige a la catedral a visitar a Jesús Eucaristía. 

Los escasos recursos de Justo Vicente no le permiten ingresar en calidad de alumno interno ni siquiera semi-interno. Hubo de pasar día según contaba él mismo sin el alimento necesario, lo que trataba de disimular ante sus compañeros llevando un palillo a la boca después de las horas de la comida. Así van las cosas hasta cierto día cuando se presenta una ocasión especial, la escuela prepara un homenaje al rector: se busca el mejor solista para los cantos y después de varias pruebas es elegido Vicente en quién descubre un hermosa voz. 

Los compañeros interesados en los ensayos lo invitaban a quedarse almorzar ofreciéndole reunir entre todos una ración diaria para él. Es así, como pasa a ser alumno semi-interno con una ayuda colectiva y fraterna que nunca olvidará. 

La licencia para vestir la sotana le es concedida apenas tiene para cancelar la mitad de su valor, no importa Dios provee a través de una gran amiga de su familia en la Pastora, la señorita Luisa Hernández Madrid quien gustosamente se lo obsequia.

EL PADRE LOPEZ AVELEDO JOVEN

La orden del diaconado la recibe el 22 de marzo de 1890 en la capilla del palacio arzobispal previa aprobación del examen correspondiente. Falta poco para su ordenación sacerdotal pero antes padece un gran sufrimiento: su padre, único apoyo de la familia sufre paulatinamente pérdida de la visión hasta quedar totalmente ciego. La situación de su querido padre lo conmueve profundamente pero no altera su inquebrantable decisión de continuar los estudios hasta llegar a la cumbre del presbiterado. Muy en breve el 19 de septiembre de ese mismo año presenta por escrito la petición para su ordenación sacerdotal. El gobierno superior eclesiástico le ordena comparecer en la santa Iglesia metropolitana, el 28 próximo a las 8 y media de la mañana para recibir la ordenación del presbiterado en manos del excelentísimo Monseñor Cripúsculo Uzcátegui. Habiéndole servido de padrino el presbítero doctor José María Delgado Palacio. Era la víspera de la festividad de San Miguel Arcángel y del aniversario de su bautismo. 

El 12 de octubre el feliz sacerdote celebra su primera misa acompañado de sus familiares. Cuán lejos estaba entonces de imaginar la impostergable tarea que le preparaba la providencia. 

IGLESIA SAN JOSE DE MARACAY

Monseñor Uzcátegui lo designa a la parroquia de Maracay. No existía para entonces casa parroquial, se siente desorientado. Por su educación, virtud y carácter trata de adaptarse silenciosamente: duerme en la Iglesia y come en el Zaguán de una casa vecina hasta que la señora Mercedes lo sorprende y amablemente le invita a comer. Desde entonces, las familias Pérez Udes, Alas y Hernández Valera le ofrecen su acogida y hospitalidad. Frase que recordarán con agrado y que se hará familiar en el hogar es: aquí vengo a comer caraotas con ustedes. 

El padre Vicente consuela, alivia y auxilia espiritualmente. Bajo los aleros de las casas, de los corredores abiertos hacia la calle encuentra enfermos; algunos ya moribundos. Esta situación golpea su corazón de pastor bueno se levanta de su lado con los ojos llenos de lágrimas en silenciosa amargura, por las noches apenas puede conciliar el sueño, es necesario tomar una decisión, la tomará él con la ayuda de Dios. 

HOSPITAL SAN JOSÉ


Reviven sus primeras experiencias apostólicas en aquellos hospitales de Caracas. La idea es clara e impostergable: hay que crear un hospital, visita a sus amistades y entrevista a algunas personas influyentes comunicándoles su proyecto. Desde el púlpito su voz se deja sentir como un clarín agudo y penetrante en el corazón de los fieles: es apremiante, es urgente; la creación de un hospital en la ciudad; no importa la pobreza, unamos las voluntades, busquemos los recursos. Dios está con nosotros. ¿Un hospital?- murmuran unos- ese curita está loco para sostenerlo con qué. Loco no - comentan otros - se necesita y hay que ayudarlo. Con unos cuantos jóvenes va de puerta en puerta solicitando colaboración. Trabaja incansablemente. 

Para 1899 el padre López nombra en lugar de la señora Antonia del Castillo a Laura Evangelista Alvarado Cardozo como directora y ecónoma del hospital, ayudada por la señorita Ulpiana Gil Quiñónez. 

Ni remotamente se imaginaría el joven sacerdote López Aveledo que en los designios de Dios estaba señalado como fundador de una nueva congregación venezolana, pero así será, Dios tiene sus planes: que de este pueblo surja una rama agustiniana al servicio de los pobres y tocará a Monseñor Castro vicario provisor para la fecha de 1901 alentar y apoyar al fundador y a su obra. 

La Génesis de la nueva familia religiosa se nos presenta en un marco de absoluta simplicidad: el grupo de jóvenes voluntarias del hospital San José está presidido por Laura Alvarado Cardozo. Las jóvenes mantienen la aspiración de ser religiosas.

 

LA MADRE MARIA DE SAN JOSE CON POBRES Y HUERFANITOS EN HOSPITAL SAN JOSE

Así es como el padre López el día de su onomástico, por cierto, 22 de enero de 1901 reúne a las jóvenes para comunicarles su propósito. Allí en un clima de intimidad y en profunda unión de corazón regocijados en Dios se funda la congregación que comienza a ser llamada: hermanitas de los pobres de Maracay, definiéndose luego como hermanas hospitalarias de San Agustín y hoy Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús. 

Un Día corre la noticia que el señor Gustavo esta desahuciado por los médicos y hasta la calle se oye los gritos de blasfemias. El padre López a quien tanto ha hecho sufrir es incapaz de criticarlo o de condenarlo, se siente adolorido pero sabe a dónde acudir: al sagrario, allí está el Señor que le anima y fortalece siempre, ante Él busca soluciones y toma decisiones. Es Él quien salva y mueve el corazón, pero no ora solo invita a orar porque Dios escucha la oración de dos o tres reunidos en su nombre, según la promesa de Cristo. Convoca a las celadoras de la adoración perpetua: pidamos por su alma les dice, colocando una tarjetita con esta intención ante Jesús sacramentado como él solía hacerlo. Que antes de cumplirse las 12 horas se obre el milagro. Pidamos con insistencia pidamos con insistencia que el Señor no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva. Las horas de adoración se hacían de 6 de la mañana a 6 de la tarde y precisamente a las 4 vienen a avisarle: padre ya casi no habla pero parece pedir el sacerdote, cree usted que… sí padre vaya. Presuroso y emocionado encamina sus pasos hacia el hermano arrepentido, portando el viático de la salvación eterna sin el menor asomo de resentimiento, va más bien, lleno de luz y del perdón de un Dios que es amor. No sabemos qué paso en casa del moribundo, algo grande y hermoso sin duda, porque cuando regresa a la Iglesia cae de rodillas ante Jesús Eucaristía con el rostro entre las manos profundamente conmovido repitiendo: gracias Señor, qué grande eres y volviéndose agradecido a las celadoras les dice: alegrémonos, se ha salvado un alma. 

EL SACERDOTE, EL PRESBISTERO, EL VICARIO

Su persona y su actuación de hombre de Dios plenamente realizada influyen de manera determinante en aquella juventud de su parroquia. Con qué gusto se les ve en torno suyo lo respetan y lo quieren. Sigue muy de cerca la vida espiritual de cada uno de los grupos y asociaciones juveniles como la de las hijas de María.

Se nota un gran interés en el campo vocacional desde los primeros años de su ministerio. Entre otras, dos vocaciones sacerdotales fueron descubiertas y cultivadas por su celo, su oración y su caridad produciendo copiosos frutos de santidad y atrayendo ellos a su vez nuevas vocaciones, se trata del recordado padre Hilario Cabreras Díaz y el padre Juan Francisco de Paula Masulli. 

Era un apóstol en los barrios marginales. Tenía gran apostolado en la catequesis inclusive de adultos, se preocupa de la santificación de los hogares, era sumamente amante del confesionario, donde sin duda realizo íntima labor de espiritualidad. 

Cierto día, estando enfermo llega un niño solicitándolo para que vaya a atender a su madre moribunda. Barbarita su hermana trata de disuadir al niño en voz baja para que se vaya, pues, el padre está imposibilitado de salir. Él dándose cuenta la llama y le pide algo para tomar, mientras ella va a la cocina él sale con el niño a cumplir su misión. 

Tanta era su pobreza que en dos ocasiones la gente del pueblo tuvo que regalarle una sotana para que cambiara la del uso tan gastado; con los ojos humedecidos les reprochaba: ese dinero podía haberse invertido en necesidades más urgentes. 

CASA HOGAR DE HUERFANITAS EN MARACAY 

Las niñas del asilo de huérfanos de la congregación fundada por él, le llamaban: PAPÁ MÍO.

Cae gravemente enfermo por tuberculosis pulmonar y se abandona en manos de la Virgen de la Asunción a quien tuvo siempre profunda devoción, padeció esta enfermedad durante un año y tres meses. El general Gómez decide enviarlo a la ciudad de los Teques hasta que el 30 de enero de 1917 la Iglesia de los Teques y Maracay acompañan a las hermanas Agustinas y a sus familiares en el inmenso dolor por el fallecimiento del presbítero Justo Vicente López Aveledo”. 

La Hermana Dilia Barrios le escribe al Padre Vicente López Aveledo lo siguiente: 

Padre López, vertiente del Señor;

arroyo de bondad fortalecida

en las señeras gestas del dolor,

en oración y canto revertidas. 

Fuiste vástago fiel de nuestra Iglesia;

sacerdote y altar, victima en Cristo,

derramada en el pueblo tu fragancia

de “Pobre de Yave”, para tus hijos. 

Hasta el vaso rompiste conmovido

a los pies del Señor que te llamara.

Le diste una Familia que en los pobres,

tu inquebrantable amor fiel prolongara. 

Feliz ahora quien te admira y canta,

de verte entre los justos coronado,

hacia ti su pobre corazón levanta

implorando tu ayuda, Padre amado!. 

Vuelve a tus hijas la feliz mirada

de padre bondadoso, y desde el cielo

alcanza a nuestras almas, generoso

bendiciones de amor, paz y consuelo. 

La Hna Dilia Barrios dice al final de su libro lo siguiente:

“Tu vida nos interpela, Padre López. Que importan los años, si el lenguaje de la fe y del amor no está condicionado por el tiempo ni el espacio, porque es la PALABRA ETERNA que no muere…A tus hijas, ayúdanos a acoger con fidelidad esa PALABRA en nuestro corazón, y mediante la comunión con ella, trituradas por el sacrificio del amor evangélico, aprendamos a ser hostias en LA HOSTIA, ofrenda al Padre, comunión fraterna, vida nueva en Cristo Resucitado, como tú, porque todo ello fuiste tú en la sencillez, fecundidad y pureza de tu paso por la tierra, como resplandor del rostro de Dios”.

3.     Un amigo de Dios. Por Néstor Germán Rodríguez 

Cuando apenas tenía 29 años llega a Maracay, que aún no era de hecho capital del estado Aragua, pero sí donde vivía el Jefe del Gobierno, el General Juan Vicente Gómez. Justo Vicente era un hombre alto, cabello rubio, de mirar sereno, ojos azules, simpático, inspiraba respeto y admiración, de trato bondadoso, desprendido de lo material, tenía una voz de tenor  preciosa, heredada de la familia Aveledo, de trato bondadoso, era un hombre de oración y por sobretodo predicaba la verdad. Fue una persona prudente y delicada, por ello decía: “No basta ser virtuoso, hay que salvar las apariencias”.

COMO SEMINARISTA

Hay que decir que Justo Vicente siendo subdiácono, fue Capellán del Coro de la Catedral de Caracas, además de cantar tocaba el órgano. Una vez ordenado ejerció la Capellanía del Hospital Civil de Mujeres y del Hospital Vargas  de Caracas. 

Cuando apareció la epidemia de la viruela que hace estragos en la población  maracayera, sobretodo la desposeída, se le recuerda esta frase: “No puedo ver con indiferencia la miseria humana. Trabajaré sin cesar por remediarla”. Así lo hizo y nació EL APOSTOL DE LA CARIDAD. Toma el ferrocarril y se va a Caracas, consigue camas y otros materiales. El viernes 3 de noviembre de 1893 nace el Hospital San José de Maracay. Dentro de esas iniciativas organiza una Junta de Samaritanas para atender a los enfermos con la comida, el aseo personal, el cambio de sabanas y enseres, así como otros apoyos al paciente, y allí aparece una persona que será su apadrinada, LAURA EVANGELISTA ALVARADO CARDOZO, la futura Beata María de San José. López Aveledo se convierte en la referencia del servicio al prójimo. El día de su cumpleaños reúne a las samaritanas y funda la Congregación de “Las Hermanitas de los Pobres de Maracay con Laura Evangelista al frente, hoy día son las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús. 

El Padre López Aveledo era pobre entre los pobres, con poco vivía, compartía con los necesitados lo poco que tenía. Se dedica al cumplimiento de su deber, confiesa, organiza y dirige su iglesia con pasión, una entrega total.

 LA CAPILLA DE LA ASUNCION Y AL LADO LA RESIDENCIA DEL MONSEÑOR

El 13 de octubre de 1907 inaugura la Capilla de la Asunción para lo cual hace vendimias donde todo era a centavo, y con las limosnas del pueblo logra su objetivo con esta advocación que era su preferida. Igual hizo con la Casa Parroquial ubicada en la calle Santos Michelena No. 9, donde puso de su bolsillo los pocos recursos que tenía la familia. Para reparar su Iglesia organizaba teatros sabatinos, hacia colectas, organizaba verbenas y pedía con dignidad. Nunca se arrodillo ante el Poder, estuvo siempre por encima de ello a pesar que recibía donativos y apoyo de los gobernantes que ante su obra se veían en la obligación de ayudar. Fue agradecido pero mantuvo su frente en alto. 

En la sacristía enseña lectura, escritura y demás conocimientos a quienes no tenían recursos e incluso funda el Colegio San José que luego se traslada a La Victoria. 

El Padre López daba clases de Historia, de Matemáticas y de Religión en las escuelitas de Maracay que se lo requerían. Esto sin cobrar una locha.

En 1901 publica una hoja informativa que  se llamaba “Dios es caridad”.

Establece la práctica de las 40 horas y de la Adoración Perpetua al Santísimo. 

El Padre López visitaba las periferias de Maracay montado en una mula con sotana y sombrero de cogollo, la gente decía: “Ahí va el Padre López Aveledo, incansable como el amor de su Dios”. Fue un Sacerdote amigo, hablaba con el pueblo, visitaba los pacientes, daba la bendición a los niños, era un Cura de verdad. 

Dicen que subía las escaleras cargando sobre sus hombros latas de barro para reparar el mismo el templo. Otra anécdota es que la policía lo encontró a medianoche cargando con el sacristán un cadáver que no tenía dolientes hasta el cementerio. Ese era el Padre López Aveledo. 

CONGREGACION AGUSTINAS RECOLETAS DEL CORAZON DE JESUS
                                                                            

Orgulloso de la Congregación que fundara, escribió su himno:

De cristiano fervor animadas

continuemos la honrosa labor

ya que somos del pobre consuelo,

lenitivo eficaz del dolor.

Consagremos con gozo inefable

en el ara grandiosa de Dios

la obediencia, victoria sublime,

Atrayendo las gracias en pos. 

El sufrir es encanto sublime;

la pureza del cielo es honor;

Y en premio de nuestros desvelos

la pobreza nos brinda su amor.

Doctrinemos el bien por doquiera

Pregonando las obras de Dios;

Y pidamos jamás desoigamos

Del deber contraído, la voz. 

Despreciemos las Glorias mundanas,

Del que gime, corramos en pos,

Que en la noble misión nos alienta

Providente la gracias de Dios.

Oiga el cielo los votos sinceros

que hoy hacemos henchidas de fe,

consagradas al culto divino,

despojadas del vil interés. 

Caridad, caridad, virtud santa,

no nos niegues tu fúlgida luz,

que un sagrado deber nos impulsa

a llevar adelante la cruz. 

Con la dulce impresión del amor,

prosternadas al pie del sagrario

a Jesús pediremos valor

para ir con la cruz al calvario. 

El Monseñor López Aveledo escribió también una oración por la congregación. Que dice así:

“Haz, Señor, que nuestra congregación se aumente y consolide, perpetuamente animada de espíritu de piedad, de humildad y de fraternal afecto, para que eternamente apartada de los intereses de la tierra, sea siempre más y más fecunda en obras para el cielo”.

El  Presbítero Justo Vicente invocaba a las Hermanas de los Pobres de Maracay que practicaran la fortaleza, la paz, la piedad, la humildad para que su trabajo produjera frutos de salvación eterna. Él era su guía espiritual. 

El Cura y Vicario siempre advertía: “Ustedes saben que yo no soy buen escribano”. 

De sus cartas tenemos estas frases: 

En carta dirigida al Excelentísimo Delegado apostólico: “Beso respetuosamente su anillo y lo saludo cordialmente”.

Igualmente al solicitarle la aprobación de las diversas obras realizadas por la Congregación de las monjas, le dice: “Siendo necesaria la aprobación de su Excelencia, para gozar de los privilegios espirituales… humildemente os suplico la concedáis misericordiosamente (la aprobación) en el Señor, si lo creéis conveniente para la gloria de Dios”. 

A la Madre María de San José desde Saint Nazaire en Francia, cuando llegó a Europa en su viaje episcopal, le dice:  “No le escribo más largo porque el tiempo es corto… Saludos para todas las Hermanas y a las muchachas,  ya se supone que también le doy mi bendición”.

En otra misiva le dice: “Yo las recuerdo mucho; y pido a Ntro. Sr. por todos.

Saludos a todos y Ud. en unión de las demás hermanas y los niños, reciban la bendición. Pbro. V. López Aveledo.

Hay que recordar que a su regreso de Europa, ya convertido en Monseñor por decisión de Su Santidad Pio X, es recibido por sus amigos con pañuelos bancos en mano y gritando: ¡VIVA MONSEÑOR LOPEZ AVELEDO! 

Los fieles le preguntaban: Padre, y usted habló con el Santo Papa? Y el respondía, si claro, es un Santo. Pero, usted sabe italiano? En qué idioma hablaron? Y él respondió: Hablamos en latín.

El clérigo López Aveledo siempre fue generoso y desprendido, ayudaba a los necesitados, de eso hay muchas anécdotas.

HOSPITAL SANTO DOMINGO VILLA DE CURA (ASILO HERMANAS LOURDISTAS)

El Padre López Aveledo funda con las Hermanas Agustinas nuevas obras: El Hospital San Vicente de Paúl en La Victoria, el hospital de Santo Domingo en Villa de Cura que luego pasa a la Congregación de la Virgen de Lourdes, el Asilo Inmaculada Concepción en Maracay, el Hospital Santa Ana de Coro, el Hospital Mercedes en Calabozo, el Hospital de Ocumare del Tuy.

El Padre López en esas cosas que le caracterizaban, le sugirió a la Madre Maria de San José cosas como estas: - Madre: ¿Por qué no se coloca un termo en el comedor para que a las 3 pm, las Hermanas tomen libremente su cafecito? o aquella otra cuando le dice: - Madre María facilite a las Hermanas su jaboncito de olor (en vez del jabón azul) y su colonia. Todo un personaje.

No todo en la vida del Padre López fue color de oro, tenía sus detractores quienes lo calumniaban y le decían sandeces, los anticlericales. A muchos de ellos les tendió la mano. Era un hombre de carácter, al extremo que un grupo de personas trató de sabotear los oficios religiosos e hicieron caso omiso al llamado que les hizo de retirarse les: “Esperen a que termine la ceremonia y les demostraré  que bajo esta sotana hay unos pantalones bien llevados”.

¡Era un Santo! Decía la gente cuando lo veía con el Santísimo o cuando cantaba a la Virgen de la Asunción.

Cuando se le celebran sus 25 años de bodas sacerdotales recibí muchos halagos y regalos. La prensa lo reseña, El Universal dice: “Es Monseñor vio ejemplo de cuanto puede la inteligencia bien encaminada cuando está al servicio de una voluntad que tiene por resorte el bien a la sociedad y el mejor servicio de Dios”. El Nuevo País dice: “En los años que lleva de presbiterado, ha sido modelo de sacerdotes”.

Tal era el prestigio del Monseñor López Aveledo que una vez fallecido el Monseñor Castro, arzobispo de Caracas, el nombre del Vicario de Maracay figura en el Vaticano como probable sucesor.

Las enfermedades  se hacen presente, la tuberculosis le afecta de sobremanera. Sus palabras son muy elocuentes cuando se excusa dar hasta bendición, diciendo con lágrimas en los ojos: “No puedo, tengo una enfermedad contagiosa. Lo siento”. Su fe, su confianza en Dios y el amor a María y la eucarística son su refugio. El General Gómez le ofrece enviarlo a Los Teques por razones climáticas. El sitio donde estuvo se llamaba El Calvario y eso fue lo que vivió en carne propia el amado Vicario de Maracay. 

EXEQUIAS EN LA IGLESIA DE LOS TEQUES

Hasta que el 30 de enero de 1917 muere y va acompañado de su Madre Inmaculada al encuentro del Dios Todopoderoso. Sus hermanas y sobrinos, reciben a las Hermanas Agustinas y llega la delegación de Maracay encabezada por el Padre Masulli y Cabrera Diaz. Antes se le participa a la feligresía con repiques de campana.  El deseo del Monseñor López Aveledo era que su cuerpo fuese sepultado en Maracay. No obstante ello, por razones inexplicables el General Gómez se niega a ello a pesar de las exigencias de la comunidad. Todo fue en vano y el pueblo frente a l iglesia de San José esperaba. En virtud de lo cual su cuerpo es trasladado a la Iglesia de Los Teques, estuvo en capilla ardiente recibiendo las oraciones por su eterno descanso. En medio de música fúnebre es llevado al cementerio público donde el representante del Concejo Municipal de Maracay, de apellido Llamozas dice: “La ciudad de Maracay llora tan funesta desgracia; sus hijos espirituales tan cruel orfandad, y este sentimiento repercute hasta el hermoso pueblo de Choroní, donde él fue conocido y recordado siempre con afecto”.

RESTOS DEL MONSEÑOR EN LA CAPILLA DEL CORAZON DE JESUS EN LOS TEQUES

Sus restos permanecieron en Los Teques durante 33 años, hasta que en 1950 se trasladaron a la Capilla del Niño Jesús de Praga del Colegio Divina Pastora en La Pastora en Caracas. Luego fueron regresados a la casa principal de la Congregación de las Agustinas,  a la Casa Madre del Instituto "Corazón de Jesús" en Los Teques, donde reposan en la capilla principal sitio de congregación de los fieles que participan de la misa dominical, así como de las Asambleas de oración. Esperando que las autoridades eclesiásticas de la Diócesis de Maracay soliciten su traslado a Maracay como era el deseo del Monseñor López Aveledo.

CASA HOGAR EN ZUATA

En su memoria se creó una escuelita parroquial llamada Padre López que duró desde 1932  a 1952. Tenemos el Grupo Escolar Estadal Padre López Aveledo en el 23 de enero de Maracay. La calle López Aveledo. Un Comedor Escolar Pbro. Vicente López Aveledo estuvo ubicado en el Barrio Alayón de Maracay. Casa Hogar Monseñor López Aveledo en Zuata.

Nuestro protagonista figura entre los personajes de la Iglesia Católica  junto a José María Escriba, la Madre Santa Teresa de Calcuta, San Pio de Pietrelcina y otros más. Fue una persona que durante su tránsito terrenal se distinguió por su bondad, el desprendimiento, la solidaridad, el amor al prójimo y por llevar una vida cercana a la santidad, por eso es considerado como un Siervo de Dios, un amigo de Dios, diría yo; el Monseñor se merece alcanzar los altares si se impulsara su figura ejemplar, lamentablemente pasa el tiempo y la gente se olvida.

4.     Bibliografía: 

BARRIOS MARCANO, DILIA.  Biografía del Padre Justo Vicente López Aveledo. Editorial Miranda. Villa de Cura. Agosto 2002.

Diversas páginas Webs que recogen datos biográficos del Monseñor López Aveledo.

5.     Derechos de autor:

Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica. Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición

 

 

 

 


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