domingo, 19 de junio de 2022

UNIVERSIDADES DE ARAGUA - POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

 



No.

Contenido:

1

Presentación

2

Universidades de Aragua

3

Bibliografía

4

Derechos de Autor


1.                Presentación 

Memorias de Aragua en su propósito de conocer las instituciones, elabora este resumen de las universidades de la región. Incluimos tanto públicas como privadas de las que pudimos detectar mas no corroborar en el sitio. Algunas son muy conocidas, otras hasta ignoradas o desconocidas, al menos por mi persona. No olviden que se trata de un breve esbozo sin entrar en profundidad.

Destacan la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Carabobo y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Existen decenas de Institutos de Educación Superior que trataremos de desarrollar aparte. Debo acotar que algunos de estos institutos gradúan profesionales universitarios; pero no tienen el rango de Universidad

Ignoramos si por culpa de la pandemia u otras razones  no estén funcionando alguna de estas universidades, desconocemos la existencia de alguna otra universidad.

Esperando les agrade.

NESTOR GERMAN RODRIGUEZ      

2.                Universidades de Aragua

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA - ESCUELAS DE AGRONOMIA Y VETERINARIA.

Agronomía

En la resolución del 13 de octubre de 1937, fecha en la que fue creada, por disposición del presidente de la República, General Eleazar López Contreras, la Escuela Superior de Agricultura y Zootecnia, adscrita al Ministerio de Agricultura y Cría, estando ésta ubicada en la Hacienda Sosa, en el Valle, Caracas, donde comienza a laborar la Estación Experimental de Agricultura y Zootecnia del Distrito Federal.

Hacia fines de 1940, por efecto de la presión urbanística que vivía Caracas, es trasladada a Maracay, a las haciendas El limón y la Trinidad. Luego es adscrita a la Universidad Central de Venezuela, denominándose Facultad de Ingeniería Agronómica en el año de 1945, mediante la promulgación del estatuto orgánico de las universidades nacionales. Pero es en el año de 1948, cuando también viene a formar parte de la administración de la Universidad Central de Venezuela. En 1952, cuando la Universidad Central de Venezuela es intervenida, se denominó Facultad de Agricultura, y se altera su organización original de semestre al sistema de períodos anuales.

En 1958, se le cambia el nombre por Facultad de Agronomía, retorna a su organización original semestral, y se inicia un firme y sostenido desarrollo hasta el presente, efectuándose reformas en la estructura de la facultad, mediante la creación de Departamentos, Institutos, Núcleos y Estaciones Experimentales.

1979: La Facultad de Ingeniería de la UCV abre una extensión en Cagua, Edo. Aragua, con la intención –luego pospuesta sin plazo cierto- de constituir una Escuela de Ingeniería Industrial.

Dirección: Calle Campo Alegre, frente Urbanización Corinsa, Cagua, Estado Aragua. Núcleo Experimental “Armando Mendoza”.

Veterinaria

El 07 de abril de 1936, se aprueba en Consejo de Ministros iniciar los estudios de factibilidad acerca de la organización de la enseñanza superior en Agronomía y Veterinaria. La creación de la Escuela superior de Veterinaria se da como en hecho el 14 de abril de 1937, pero funcionando solamente en el aspecto administrativo, en un local del Ministerio de Agricultura y Cría, quinta las Acacias en el Paraíso, para trasladarse en 1938 a la Estación Experimental de Agricultura y Zootecnia que comenzaba a funcionar en la hacienda Sosa del Valle, a dos kilómetros de la propia parroquia foránea y a cinco kilómetros de Caracas, con la cual estaba unida con carretera de cemento y una línea tranviaria.

El 28 de junio de 1943 se dirige un oficio relativo a las aspiraciones del profesorado y de los estudiantes de la Escuela Superior de Veterinaria de El Valle, de que dicha Escuela se eleve a la categoría de facultad.

La Escuela se traslada el 05 de diciembre de 1944 en Los Chorros ocupando la quinta San Rafael.

El 07 de agosto de 1944 se presenta un proyecto de construcciones para la Escuela Superior de Veterinaria en la futura Universidad Agrícola de Maracay.

La Facultad había iniciado sus labores docentes (1945) en la quinta San Rafael, situada en la avenida principal de los Chorros, pero fue trasladad en el mes de mayo a la urbanización El Paraíso, quinta las Gaviotas.

En el Consejo Universitario de la U.C.V., en sesión del 03 de abril de 1945, se solicita la adscripción de las Escuelas de Veterinaria y Agronomía, y además se le pide al Ministerio de Educación Nacional que decrete la adscripción de dichas Escuelas a la Universidad Central bajo el punto de vista docente.

El 28 de septiembre de 1949, se hace entrega de los bienes de la Facultad de Medicina Veterinaria, en el Valle, a la Universidad Central con motivo del pase administrativo de la misma.

Durante el transcurso de 1950 ocurre el traslado de la Facultad de Medicina Veterinaria a la hacienda El Limón y La Trinidad, en la ciudad de Maracay, Estado Aragua.

Hoy en día la Facultad de Veterinaria constituye una de las.

UNIVERSIDAD DE CARABOBO

La historia de los antecedentes de la Universidad de Carabobo se remonta al año 1833, cuando fue creado por decreto Presidencial del General José A. Páez el Primer Centro de Estudio Superiores con el nombre de Colegio de Carabobo.

Para el año 1840, se abren los primeros cursos de Filosofía y más tarde, en 1852, comienzan a dictarse las cátedras correspondientes a Ciencias Médicas, Políticas, Eclesiásticas, Filosóficas y Matemáticas.

En 1969, cuando se decide abrir un Núcleo de la Universidad de Carabobo para ofrecer estudios a los tres primeros años de la carrera de administración y Contaduría ya se tenía la sentida necesidad del desarrollo de nuestra universidad en las tierras aragüeñas.

Pasaron cinco años, en 1974, inicia sus actividades el Ciclo Básico de Medicina, Bioanálisis, Odontología y Enfermería, en instalaciones construidas sobre terrenos donados por el Instituto Agrario Nacional en el sector La Morita, entre Maracay y Turmero.

Un año después, se abren nuevas secciones en semestres superiores de las carreras que se dictaban.

En 1990 marca el inicio de la transformación de las antiguas Carreras del Núcleo Aragua, de Ciencias de la Salud, en Escuelas de Bioanálisis y Medicina, perfectamente organizadas, con funcionamiento de sus Consejos de Escuela, nuevos diseños curriculares adaptados a nuestra realidad regional y ajustada académicamente a las exigencias tecnológicas del nuevo milenio. 

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

Tomado del Esbozo Histórico Institucional por José Domingo Mora Márquez

Lo que inicialmente fue una idea de discusión visionaria en el sentido de creación de una Universidad Privada asentada en los Valles de Aragua por un grupo muy pequeño, a partir de 1980 fue creciendo y consolidándose como propuesta de la iniciativa privada a una postergada aspiración educacional del Estado Aragua y de su extensa zona de influencia dentro de la región central de Venezuela.

Los ideólogos y forjadores fundamentales de la creación de la Universidad Bicentenaria de Aragua fueron los Doctores José Gerardo Guarisma Álvarez y Basilio Sánchez Aranguren, quienes apoyados en un amplio grupo de profesionales de diferentes carreras y con experiencia en docencia e investigación, se fue elaborando el Proyecto de creación de una Universidad Privada para el Estado Aragua y zonas aledañas.

En simultáneo se recibió el apoyo de empresarios, Gremios y Colegios de Profesionales, Asociaciones Civiles, dependencias gubernamentales como la Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental y Corpoindustria, Banca Privada, Fedecámaras y en especial del Obispado de la Diócesis de Maracay representado por su Titular Monseñor Feliciano González. En este ínterin, se suma al Proyecto el Dr. Raúl Quero Silva, consolidándose así con el apoyo general de la comunidad Aragüeña, la factibilidad de su aprobación.

Es un hecho singular que sea precisamente en el año Bicentenario del nacimiento del Padre de la Patria, Simón Bolívar, cuando se concreta la creación de una Universidad con motivo de ese magno acontecimiento y como exaltación, una vez más, de los grandes valores humanos y universales del Libertador.

El 17 de Diciembre de 1985, el Consejo Nacional de Universidades envía la comunicación CNU-SP G 512, mediante la cual informa que en la “Sesión Ordinaria de los días 02 y 10 de Diciembre del año 1985, el Consejo Nacional de Universidades aprobó emitir opinión favorable para la autorización de funcionamiento de la “Universidad Bicentenaria de Aragua”, con las Facultades y carreras contenidas en el Proyecto sometido a la consideración del Consejo Nacional de Universidades y previo cumplimiento de algunos requisitos. Esta comunicación fue firmada por el Dr. Alberto Drayer B., Secretario Permanente del Consejo Nacional de Universidades.

Ya desde el 24 de Julio del año 86 se venía trabajando en la remodelación de las Instalaciones que tenía Corpoindustria en el Complejo Industrial Manuel Olivares Betancourt en San Vicente, y que le fueron asignadas a la Universidad mediante Resolución Nro. 2016 el 24-09-85 por el Consejo Directivo de Corpoindustria.

Las actividades académicas se iniciaron el 06 de Octubre de 1986 en las instalaciones ya mencionadas, previa consideración del Calendario Académico correspondiente al lapso 86-II (Regular) aprobado por unanimidad.

Hoy día cuenta con su sede en San Joaquín de Turmero.

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR -UPEL-MARACAY.

Primero fue Instituto Universitario Pedagógico de Maracay (IUPEMAR), creado el 11 de noviembre de  1971 por Decreto Presidencial (1916-2009), con el objetivo de graduar profesionales de técnicos superiores para la industria y docentes para las escuelas, definiéndose posteriormente sólo para formar docentes, asignándole como sede el antiguo Parque de Ferias, un lugar privilegiado ubicado en la zona norte de la ciudad, en terrenos de la Nación. Posteriormente el 13 de julio de 1973, recibió el nombre de Instituto Pedagógico Experimental "Rafael Alberto Escobar Lara", en honor al educador aragueño que participó activamente en la formación de docentes en el país durante los años cuarenta, cuando el país tenía una alta tasa de analfabetismo. El 27 de junio de 1988 pasó a formar parte de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).

Lleva por nombre Rafael Alberto Escobar Lara.

Ofrece las siguientes carreras de Formación Docente (Título que se obtiene):

Carrera Corta con duración de tres (3) años (6 semestres) para obtener el Título de Técnico Superior Docente (Especialidades Industriales) o de Maestro Especialista (Educación Preescolar, Educación Rural y Educación Integral).

Carrera Larga  con duración de cinco (5) años (10 semestres) para obtener el Título de Profesor en la Especialidad elegida. Este título es equivalente al título de licenciado que otorgan las Universidades Nacionales, con carreras de formación docente.

Cuenta a nivel de pregrado con 12 especialidades: Inglés, Castellano y Literatura, Matemática, Educación Física, Informática, Física, Química, Biología, Ciencias Sociales (Geografía e Historia), Preescolar, Integral. Tiene además el programa de profesionalización de docentes que permite el ingreso de técnicos superiores para culminar la carrera de profesor. El título que otorga la Universidad es el de profesor en la mención correspondiente, la carrera tiene una duración de cinco años. Ofrece también postgrados 21 programas en Especialización y Maestría en diversas especialidades y estudios de doctorado en Educación.

En el año 1988 pasó a formar parte de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL),  según Resolución N° 22 del Ministerio de Educación de fecha 28 de enero de 1988.

Su sede es en la Avenida Las Delicias, una de las principales avenidas de la ciudad.  Su edificación se ha venido construyendo en el tiempo, en la medida que la Universidad fue creciendo, sus primeras instalaciones fueron galpones del antiguo Parque de Ferias Agropecuarias que allí funcionaba.

Desde 1988 las autoridades se eligen por votación de estudiantes y profesores [actualmente la nueva propuesta de Ley Universitaria incorpora en la votación a los obreros y personal administrativo]. Antes de 1988 las autoridades eran asignadas por el Ministerio de Educación. Los ingresos como personal docente son por Concurso de Oposición en la categoría de Instructor. Para ser profesor títular se requiere el título de Doctor.

La UPEL tiene una sede rectoral en la ciudad de Caracas, conformada por el Rector y tres Vicerrectores.

A nivel local las autoridades son. El Director, tres subdirectores: Académico, Administrativo y de Extensión. Secretario. Consejo Directivo, todos estos cargos son por elección.

INSTITUTO PEDAGÓGICO RURAL EL MÁCARO "LUIS FERMÍN":

El 14 de agosto de 1938 fue inaugurada la Escuela Normal Rural El Mácaro; esta escuela comenzó a funcionar en una antigua hacienda que pertenecía al General Juan Vicente Gómez, la cual fue devuelta a la nación y se destinó para educar a la población venezolana.

Su contribución a la educación ha sido fundamental desde sus inicios.

Su transformación se dio a través de los diferentes escenarios políticos que vivía el país en la búsqueda de la democracia; han sido muchos los egresados que han dejado el nombre del país en alto participando en proyectos de índole nacional e internacional, donde uno de los más destacados, entre las décadas de los 70 y 80, fue la producción de textos escolares.

Con la consolidación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, se agruparon todos los Institutos Pedagógicos del país, con el propósito de que a partir de ese momento, los egresados de esos institutos serían reconocidos como profesores graduados de una Casa de Estudios Superior; pero Mácaro era Centro de Capacitación Docente del Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio, por lo que el 3 de julio de 1990, mediante decisión del Consejo Nacional de Universidades, se convierte en Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro”, o IPREM como comúnmente se le conoció.

Desde ese día, comenzó una nueva etapa respetando su historia y su trayectoria en la educación rural e indígena; la apertura de las puertas a una nueva era en la educación venezolana, ha sido un reto que los Macarino han sabido llevar y superar.

La nueva etapa del Instituto Pedagógico Rural El Mácaro llego con cambios, incorporando a su nombre el epónimo “Luis Fermín ". Esta incorporación fue solicitada por la Asociación de Profesores Jubilados y pensionados del IPREM ante el Consejo Universitario de la UPEL.

Las primeras promociones del IPREM contaban con una salida intermedia, con la opción de continuar sus estudios hasta alcanzar el título de profesor en las distintas especialidades que se ofrecían para el momento: Educación Integral, Educación Preescolar, Educación Rural y Educación Intercultural Bilingüe, en el área de pregrado, mientras que  el postgrado contaba con tres Especializaciones en: Educación Básica, Educación Rural y Materiales Educativos Impresos.

En la actualidad la oferta académica de pregrado cuenta además con las especialidades de Informática, Lengua y Literatura, Matemática y Educación Física; así mismo las demandantes necesidades de formación especializada llevaron también a ampliar la oferta académica en postgrado con las Especializaciones en Educación para la Integración de las Personas con Discapacidad, Educación Inicial, Procesos Didácticos para el Nivel Básico, Educación para la Gestión Comunitaria y Gerencia Deportiva; incorpora además Maestrías en Educación Rural y Educación Intercultural Bilingüe con el propósito de fortalecer la misión de este instituto con esta área de formación docente y, finalmente, cuenta con un Doctorado en Ciencias de la Educación.

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

Carreras de la UNA

Carreras Ofrecidas

-         Ciencias Básicas

Matemática

-         Ciencias de la Educación

          Educación Integral (Técnica)

          Educación Mención Matemática

          Educación Mención Preescolar

          Educación. Especialidad: Educación Especial en Dificultades         del Aprendizaje

          Educación Integral

-         Ciencias Sociales

          Administración de Empresas: Riesgos y Seguros

          Contaduría Pública

          Administración de Empresas

          Ingeniería, Arquitectura y Tecnología

-         Ingeniería de Sistemas

-         Ingeniería Industrial

Ubicada en la calle Soublette de Maracay.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN RODRÍGUEZ - NÚCLEO MARACAY

En los comienzos del año 1976, la Profesora Giordana Rodríguez, visitó la Zona Educativa del Estado Aragua, con el propósito de solicitar el apoyo de las autoridades a fin de realizar un estudio de factibilidad para el establecimiento del Centro Regional de Estudios Supervisados de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.

La Coordinadora fundadora del CREUS Maracay de la Universidad Simón Rodríguez fue la Profesora María Fischer de Noriega, siendo la casa de la Cultura situada en la Avenida 19 de abril su primera sede. Se iniciaron las labores administrativas un 24 de mayo de 1976. Su primer curso facilitado: Capacitación en Educación Preescolar para una población de 245 participantes. Para el desarrollo de estas actividades fue preciso utilizar las aulas del Liceo “Agustín Codazzi” ubicado en la Avenida Sucre, Norte a cuadra y media de la casa de la Cultura. El incremento de la población estudiantil obligó alquilar en 1994 las instalaciones del Colegio Humboldt en la Av. Sucre Norte para desarrollar las actividades de las Licenciaturas en Educación Preescolar y Administración, luego en 1995 se realizan Convenios con Instituciones donde permite a UNESR facilitar los cursos en sus instalaciones, ellas son: INCE “La Morita” Av. Intercomunal, Liceo “Andrés Bello” calle La Canal, Urbanización Andrés Bello, SAPAMA Prolongación Calle Vargas vía el Milagro, Escuela Práctica de Agricultura “Gonzalito” donde finalmente será construida la sede propia, gracias al Convenio de Comodato en el que por 50 años el Ministerio de Educación cede a la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez; éstas instalaciones que cuentan con 14 hectáreas de terreno y donde en combinación de los recursos propios de la Universidad y el apoyo financiero del Estado Aragua vemos cristalizado el proyecto.

Dirección: Urbanización Caña de Azúcar, calle principal cruce con calle 8, Mario Briceño Iragorry,

Empresas Agropecuarias.

Recursos Humanos.

Informática.

Mercadeo.

Organización y Sistemas.

Recursos Materiales y Financieros.

Fue fundada el 24 de enero de 1974 en busca de una alternativa para la educación superior en Venezuela.

UNEFA

3 de febrero de 1974 mediante Decreto N° 1587,  previa opinión favorable del Consejo Nacional de Universidades, se  decretó la creación del IUPFAN, con sede principal en la Región Capital y núcleos en los lugares del país que fueran requeridos por las Fuerzas Armadas.

El 5 de octubre de 1998, el Consejo Nacional de Universidades, mediante Resolución N° 28 publicada en Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 36.583, de fecha 17 de noviembre de 1998, emitió opinión favorable a la transformación académica de la Institución y el 26 de abril de 1999 mediante el Decreto N° 115, se decreta la creación de la Unefa, con sede principal en la Región Capital y núcleos en lugares del país requeridos por las Fuerzas Armadas. 

UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DEL ESTADO ARAGUA “FEDERICO BRITO FIGUEROA”,

Institución creada el 16 de julio de 2010 en el marco de la transformación del Instituto Universitario Experimental de la Victoria - 12 de diciembre de 1976 - Primera institución universitaria pública propia del estado Aragua, cuyo propósito fundamental está definido en su encargo social, referido al desarrollo socio productivo endógeno y sustentable del territorio, desde los aportes de las funciones sustantivas de la universidad -formación, creación intelectual y vinculación social-

Cuenta con cuatro sedes: La sede principal de la Victoria; la sede tradicional situada también en La Victoria; la sede de Maracay y la sede de Barbacoas.

Dirección: Avenida Industrial La Victoria Venezuela

Se dictan especialidades en Administración, agroalimentación, Contaduría, electricidad, electrónica, informática, instrumentalización y control, mantenimiento, mecánica, calidad y ambiente, telecomuniciones.

Se gradúan Técnicos, Licenciados e Ingenieros

ALDEA UNIVERSITARIA "EL MÁCARO

Sede de la Mega Aldea Universitaria "El Mácaro", situada en la Ciudad de Turmero, Capital del Municipio "Santiago Mariño" del Edo. Aragua.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD UNES

 


La Universidad Nacional Experimental de la Seguridad UNES nace como resultado de incansables luchas de activistas de derechos humanos, investigadores, docentes, funcionarias y funcionarios policiales, que apoyaron los procesos generados desde la Comisión Nacional para la Reforma Policial (CONAREPOL).

La CONAREPOL fue creada por el Gobierno Bolivariano con el objeto de construir un nuevo modelo policial fundamentado en la voluntad popular que logró expresarse de manera plural y democrática por medio de una amplia consulta que recolectó y sistematizó las opiniones y proposiciones de miles de personas a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional. Este ejercicio, abierto e incluyente, involucró a las propias instituciones policiales, a representaciones sociales diversas y a expertos en el tema de la seguridad (en el ámbito nacional e internacional).

Las especialidades son Policial, criminalística, investigación penal, servicios penitenciarios, protección civil y administración de desastres, Bomberil.

Se gradúan de TSU, Licenciados, Especialización, Maestría.

Dirección: Autopista Regional del Centro, Maracay, Aragua.

UNIVERSIDAD MILITAR BOLIVARIANA DE VENEZUELA


La Universidad Militar Bolivariana de Venezuela (UMBV), es una universidad pública venezolana, que funciona bajo la modalidad de educación militar de la nación. Cuenta con siete academias adscritas, dentro de las cuales está la Academia Militar de la Aviación Bolivariana, con sede en Maracay, junto con otros centros y escuelas de formación especializada.

La Academia Técnica Militar Bolivariana forma parte de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela.

Se gradúan en Licenciados en ciencias militares o navales, enfermería militar o ingeniería militar.

La Sede principal está en Maracay.

Se preparan: Licenciados en: Administración de recursos físicos y financieros, Policía Militar, Producción Industrial, Transporte, ingeniería en armamento y en construcción.

Las academias técnicas militares (Aviación) se unifican en la Academia Técnica Militar Bolivariana

Fundada el 3 de septiembre de 2010

¿Qué carreras dan en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela?

Academia Técnica Militar de la Armada Bolivariana

Electricidad.

Electromecánica.

Electrónica.

Geografía Militar.

Hidrografía y Navegación.

Logística.

Plantas Navales.

¿Cuántas universidades militares hay en Venezuela?

12 academias militares

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL MAGISTERIO “SAMUEL ROBINSON” (UNEM)

Tiene como responsabilidad de garantizar la formación gratuita y permanente de los trabajadores de la educación.

¿Qué carreras dan en la Unem?

Ciencias de la Educación

Educación en Matemática mención Informática.

Educación Lenguas Extranjeras mención Inglés.

Educación mención Lengua, Literatura y Latín.

Educación mención Agropecuaria.

Educación mención Turismo.

Educación mención Música.

Licenciatura en Desarrollo Empresarial.

3. Bibliografía

Algunas páginas webs de la redes con temas relacionados. Como muestra las siguientes:educacionalesmppe.com/2019/09/la-universidad-nacional-experimental.htmlfcvucvnoticias

D  4. Derechos de Autor

Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116  Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica.  Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición.    



lunes, 13 de junio de 2022

FEDERICO SARCO VILLENA - Vida y Obra - Recopilación de Néstor Germán Rodríguez

 


INDICE:

No.

CONTENIDO

1

Presentación

FEDERICO SARCO VILLENA - VIDA Y OBRA 

2

Don Federico Sarco Villena “El Rossini de América”, por Ciro Guzmán Morillo

3

Opus 76 - Federico Villena, por Juan de Dios López Maya

4

Maestro Federico Segundo Villena Pérez,  por Oldman Botello

5

Boceto Biográfico del Maestro Federico S. Villena Welsh, por Aníbal Ruiz.

6

Partituras en Biblioteca Nacional de Venezuela

7

Derechos de Autor


1.    1. Presentación

Decidí recopilar sobre la vida y obra de Federico Sarco Villena porque es uno de esos personajes de nuestro estado Aragua poco conocido y menos valorado en su justa dimensión. Fíjense que he podido escribir mi versión, pero era redundar en lo que otros escritores han comunicado mediante sus investigaciones con mucho acierto. Por ello, suprimiendo algunos párrafos transcribo cuatro escritos, uno del Cronista de Turmero Don Ciro Guzmán Morillo, otro muy documentado en cuanto a la obra musical que he tomado de la Colección Universidad Nacional Experimental de las Artes y escrito por Juan de Dios López Maya, una tercera indagación de Oldman Botello, cronista de Maracay, y finalmente una biografía de Aníbal Ruiz cuya fuente es la Biblioteca Nacional de Venezuela.

En los cuatro escritos bajo diferentes ángulos hablan de su historia de vida, donde se repiten obviamente episodios, pero notaremos algunas diferencias en cuanto a su lugar de nacimiento y su nombre, no siendo ello lo trascendente porque al fin de cuentas es un aragüeño que nos hace sentir orgullosos.

El cronista de Turmero nos afirma que nació en Turmero y el Cronista de Maracay nos refiere que nació en Santa Cruz de Aragua. Obvió que de padres diferentes no descartando la parentela. En ningún caso tenemos partida de nacimiento. A todas estas conversé con Carlos Sarcolira Barreto y me dijo que Federico Sarco Villena fue su tío abuelo y me señaló que las divergencias con el padre lo hicieron llamarse Federico S. Villena para no mencionar el apellido de su padre. Incluso me dijo que su abuelo se llamaba Emeterio en honor al padre de Federico y una tía llevaba el nombre de su tía abuela Nieves Villena, se refería a la conocida educadora Nieves Sarco.

Como veremos también el nombre cambia según las versiones publicadas, Federico Sarco Villena, Federico S. Villena, Federico Villena, Federico Segundo Villena Pérez o Federico Villena Welsh.

Dentro de otros detalles Federico Sarco Villena fue profesor del Instituto de Bellas Artes en la academia de música, donde se incorporó en 1878.

También fue masón y alcanzo el grado 18, perteneciendo a la logia masónica Paz de Guayana en Ciudad Bolívar, en 1872.

Turmero se ha caracterizado por ser cuna de grandes músicos como Baldomero Guzmán,  Valeriano Ramos, Vicente Mendoza (hijo adoptivo de Turmero) y  Josefa “Pepita” Ramos, célebre pianista, entre otros.

Deseando que esta  recopilación de FEDERICO SARCO VILLENA - Vida y Obra sea de su agrado.

NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

FEDERICO SARCO VILLENA - VIDA Y OBRA 

2. 2. Don Federico Sarco Villena “El Rossini de América”, por Ciro Guzmán Morillo 


En Turmero un día del mes de Mayo en 1.835 nació Federico Sarco Villena.

Sabemos que este fue su nombre gracias a la diligencia hecha con Don Andrés Pacheco Miranda, fallecido en Los Teques a la edad de 103 años, quien nos expresó, ante una pregunta nuestra sobre las veces que trató con Federico: “tal vez hablé con él, unas tres veces” (pensamos nosotros que tal vez debieron ser más, si tomamos en cuenta que para ese día tenía Don Andrés 101 años de edad) en una de esas conversaciones le inquirió, mientras Federico cumplía sus funciones de dirigir la Banda Marcial en la Plaza Bolívar de Caracas, que le aclarase por qué se  firmaba Federico S. Villena, y él le respondió: “Andrés, yo soy Federico Sarco Villena”.

Basándonos en esta aseveración, concluimos que los padres de Federico fueron Don Emeterio Sarco y Nieves Villena, hogar de una honesta familia no adinerada, desarrollada en el fragor del trabajo entrelazado a las actividades educacionales.

En el hogar de los Villena, se apresuraron en iniciar los primeros estudios de su hijo Federico, en la escuelita de entonces. En las tareas escolares se le observaba una notable e inusitada inquietud hacia los objetos musicales, como un presagio de lo que sería más tarde: Un extraordinario maestro de la música en la segunda mitad del siglo XIX.

Por razones de trabajo, relacionados siempre con la educación, la familia se fue a vivir a Santa Cruz de Aragua, donde permaneció por casi una década y en donde Emeterio fungía de Preceptor de una escuela. Ya vuelto a Turmero en 1.848 llámale la atención su comportamiento al Presbítero José Manuel Arroyo, quien inteligentemente, a sabiendas de su gusto por lo musical, lo aconsejó tratando de llevarlo al convencimiento de abrazar la carrera religiosa, que le permitiría dedicarse en mejor forma a sus preciados requerimientos. Federico desechó inteligentemente la idea del padre Arroyo sobre la carrera del sacerdocio, pero se encantó con la de ser maestro de capilla, que lo afirmaba en sus viejas ideas.

Entre 1.852 ó 53, se marcha a Caracas buscando mejores rumbos, mejor fortuna y a la vez para desprenderse de la idea paterna de hacerlo un hombre dedicado a las actividades comerciales sin querer aceptar que lo de él no era otra cosa que aprender y hacer música.

En su pueblo y por cuenta propia, había iniciado el aprendizaje del violín, instrumento que conoció y manejó mejor en Caracas, aprovechando la amistad que hizo con varios estudiantes dedicados al estudio musical en esa especialidad.

Ya ambientado y un poco mejorada su todavía delicada situación económica, se enrumbó en forma definitiva hacia la carrera del Divino Arte, con sacrificio, pero con la firme intención provinciana, de salir adelante en la capital. Oigamos como nos lo dice Don Ramón de la Plaza: “Compréndase la situación penosa del joven artista, dado a las labores de su empleo, sin vagar ni reposo, para las que debía destinar a la música, como el más poderoso atractivo de su pensamiento. Sin dinero con qué pagar un maestro, sin amigos, sin protectores, huérfano en el lugar, desamparado de toda ayuda, sólo la fuerza intuitiva del arte le sirvió de égida en esa lucha encarnizada de las necesidades y obstáculos sin cuento que se interponen, a manera de muros de calicanto, en la vida de aquellos llamados a soportar las pruebas para hacer más meritorio su triunfo”.

Vuelve a Turmero 3 años después, con nostalgia pueblerina, pero en 1.858 retorna a Caracas. Leamos lo que expresa de Federico, Eduardo Lira Espejo, en un interesante artículo aparecido en el diario “El Nacional”: “Para entonces es mocetón de algo más de 23 años de edad, con modales distinguidos, agudo en el pensar y de gran espíritu humorístico. Conquista la simpatía de lo mejor del ambiente social e intelectual caraqueño. Personalidades de la categoría de Fermín Tovar, José de Austria, Manuel Larrazábal, Julio Hohene, Isaza, se encontraban entre sus amigos y protectores. Es la época en que el compositor venezolano penetra a cabalidad en el pensamiento y en la manera de hacer de los grandes compositores universales Haydn, Beethoven, Mozart, de quienes con otros amigos, toca constantemente tríos y cuartetos. También para ese entonces, su nombre se aureolaba de popularidad conquistada a través de piezas de estilo ligero que con gracia y belleza producía. Tocaba varios instrumentos, entre ellos el violín, el violonchelo, el piano, el órgano, la guitarra y su congénere el cinco. Espontaneidad melódica, fineza armónica, conocimiento y fluidez contrapuntístico, más habilidad de refinado orquestador, lo sitúan en lugar excepcional entre los pocos y auténticos valores de la postrimería del mil ochocientos nuestro”.

Don Rhazes Hernández López, en un artículo suyo aparecido en El Nacional del 24-9-1972, dice de Federico Sarco Villena: “Quien analice la obra de Federico Villena se encontrará con elaboraciones armónicas, contrapuntísticas y de forma que sorprenden. Allí está la mano de un conocedor que había estudiado seriamente la obra de sus contemporáneos europeos y anteriores como Mendelssohn, Schumann, Chopin, Liszt y quizás el mismo Wagner, todo ello se aprecia en la construcción de sus obras, principalmente en las escritas para piano, en las cuales se siente al compositor genuinamente romántico de altura. Federico Villena fue un hombre de inquietudes, rechazó de plano la música ligera de un Gottschalk para buscar en fuentes más serias, como en las antes mencionadas. En una oportunidad escribió una “Fantasía para Ocho Pianos”, obra que él mismo dirigiera en el desaparecido “Teatro Caracas”, en una velada realizada con el fin de recolectar fondos para una institución benéfica”.

En 1.860, Federico se marcha a La Guaira para dirigir la banda de esa ciudad y en la misma aprovecha la oportunidad para fundar un Semanario al cual denominó “Ecos de La Guaira”, en donde se recogían todas las inquietudes musicales de la época.

En 1.863, desquiciado por la política, se va a las Antillas para regresar después, cuando consideró que ya la situación había mejorado. De regreso en el país, es nombrado Director de la Orquesta del Teatro Municipal. Posteriormente es llamado en 1.865 por el Obispo de Guayana Dr. José Manuel Arroyo, su amigo desde 1.848, quien fuera además su consejero espiritual en Turmero, quien lo nombra Maestro de Capilla de la Catedral de Ciudad Bolívar.

Allí organiza la Banda del Estado y la Sociedad Filarmónica, institución que comenzó a dar los frutos para lo cual se creó y que resultó ser una de las Instituciones de mayor prestigio y orgullo de Guayana.

Cuando el Papa León XIII celebraba el Jubileo Sacerdotal, Villena compuso un Himno a Coro y Orquesta y se lo hizo llegar al Cardenal Rampoya el 6 de Agosto de 1.890, para que se lo entregara al Santo Padre. La asombro papal fue grande por la extraordinaria calidad de la obra del músico turmereño, y como respuesta, envió a través del mismo Cardenal una misiva de agradecimiento por tan generoso gesto, anexando a ella el hermoso obsequio de una flauta de marfil en señal de agradecimiento, presente que jamás Federico tuvo el placer de recibir, por cuanto ya había fallecido para el momento de su llegada.

El Dr. Pedro Hernández Mujica, farmacéutico y experto químico, cofundador de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central, uno de sus discípulos, se expresa así de su Maestro: “Se supone que el músico más sabio que ha tenido Venezuela, es el Maestro Federico Villena. Fue también sabio en ciencias acústicas, y el único que ha hecho conocer como docto de esa rama de la Física, referida a la música”.

En su estado natal, lamentablemente, se opusieron a que al Teatro Maracay, en lugar de llamarle Teatro de la Ópera, se le diera el nombre del eminente músico, apodado por los críticos del Arte Divino como “EL ROSSINI DE AMÉRICA”. Afortunadamente para sus paisanos, a una Institución Estudiantil de Turmero se le denominó U.E. “Federico Villena” y en Maracay, el Profesor Oswaldo Guevara fundó la Escuela de Música “Federico Villena”. 

Por otra parte, los bachilleres César C. Domar P., Freddy Moncada, estudiantes de Música en la cátedra “Seminario de Música Latinoamericana” en la Escuela de Música en la Universidad Central de Venezuela, están realizando una profunda investigación sobre Federico Sarco Villena y poseen abundante material para la publicación de un libro sobre la vida del autor aragüeño.

Cabe señalar el agradable hecho de que han encontrado entre una ruma de folletos viejos en la Biblioteca Nacional, uno editado por la Tipografía Moderna en 1.899, denominado Boceto Biográfico del Maestro Federico S. Villena, cuyo autor es Aníbal Ruiz, en donde analiza entre las 1.600 composiciones que dejó Federico las de mayor relevancia, encuadradas dentro de los cánones de diferentes aspectos musicales.

Caracas se conmovió, al igual que Turmero, al saber la triste noticia de su fallecimiento el 17 de Julio de 1.899, fecha en que dejó de existir este extraordinario músico turmereño.

3.    3. Opus 76 - Federico Villena, por Juan de Dios López Maya


Tomado de la Colección Universidad Nacional Experimental de las Artes. Textos e investigación Juan de Dios López Maya

Federico  Villena  es  uno  de  los  compositores  venezolanos  más  importantes  de  todos los tiempos.  Junto a otros destacados músicos como José Ángel Montero, Ramón  Delgado Palacios, Federico Vollmer, Eduardo Calcaño, Salvador Llamozas, Jesús María Suárez,  Manuel  Azpúrua  y  Francisco  Tejera,  protagonizó uno  de  los  períodos  más  intensos  y  fecundos  de  toda    nuestra  historia  musical:  la  segunda  mitad  del  siglo  XIX. 

Sus  biógrafos,  entre  los  que  se  encuentran  Ramón  de  la  Plaza  y  José  Antonio  Calcaño,  coinciden  en  señalar  que  poseía  un  extenso  y  variado  catálogo  de  obras  (de  la  Plaza:  1977:159)  (Calcaño:  2001:319).   

Estas afirmaciones  pueden  verificarse  al  examinar  los  principales  fondos  documentales  que  poseen  obras  atribuidas  a  Villena:  el  archivo  José  Ángel  Lamas  de  la  Biblioteca  Nacional  y  la  colección  de  la  Fundación  Vicente  Emilio  Sojo.    Entre  ambas  puede  contabilizarse  más  de  cien  composiciones  de  su  autoría  pertenecientes  a  diversos  géneros.    Según  Aníbal  Ruiz,  otro  biógrafo  de  Villena  y  su  contemporáneo, éste poseía en sus archivos más de trescientas composiciones propias al momento  de  su  muerte,  acaecida  en  julio  de  1899  (Ruiz:  1899:12).   

Esta  cifra  es  corroborada por Rhazés Hernández López en uno de sus escritos (1967:32).

En  lo  que  respecta  a  su  desempeño,  Villena  es  posiblemente  el  compositor  venezolano  más  representativo  de  su  época,  pues  todas  sus  actividades  coinciden  con  aquellas a las que consideramos características de la profesión musical en aquel entonces.   

A  los  dieciocho  años  Villena  se  traslada  desde  su  pequeña  población  natal Turmero a  Caracas, en donde adquiere conocimientos musicales suficientes que le permiten regresar a Turmero y ocupar el cargo de Maestro de Capilla en 1856.  Vuelve a Caracas en 1858 para completar su formación y en 1860 se traslada a la Guaira, en donde funda una banda de estudiantes, da lecciones de piano y funda un periódico de corte cultural: Ecos de la Guaira  (Hernández  López:  1967:32),  en  los  que  publicaba  piezas  de salón  de  sus  contemporáneos y de su propia autoría, al mismo estilo de otras conocidas publicaciones periódicas  como  El  Cojo  Ilustrado  y  El  Zancudo.    Luego  de  una  breve  estadía  en  la  ciudad  portuaria  es  requerido  en  Ciudad  Bolívar,  a  donde  va  en  1860  y  una  vez  ahí  se  dedica principalmente a la docencia. 

En 1863, al finalizar la Guerra Federal, Villena se traslada, por desavenencias políticas, a la vecina isla de Trinidad y desde ahí realiza una gira  musical  a  varias  de  las  vecinas  Antillas.   

Retorna  a  finales  de  ese  mismo  año  a  Caracas  y  se  dedica  a  tocar  el  violín  y  el  violoncello  en  la  orquesta  que  acompañaba  la  ópera.  En 1865, ya aclarado el panorama político, regresa a Ciudad Bolívar y se dedica a múltiples actividades: es nombrado maestro de capilla y organista en la catedral, funda y dirige varias bandas y se dedica a la enseñanza.  Permanece en esta ciudad por lo menos hasta 1875, fecha en la que renuncia a la dirección de la Banda Piar, que él mismo había fundado.    Una  vez  más  en  Caracas,  Villena  vive  la  parte  más  productiva  de  su  carrera. 

Es  nombrado  director  de  la  Banda  Marcial  del  Distrito  Federal,  la  agrupación  musical  más  importante  del  país  en  aquel  entonces  y  que  aún  existe  con  el  nombre  de  Banda  Marcial Caracas.  Es miembro de varias Sociedades Filarmónicas, como se las llamaba entonces y ofrece numerosos conciertos.  Escribe obras monumentales, unas religiosas y otras de corte patriótico, que le comisiona el Ejecutivo Nacional.  Su reputación artística es elevada y es elogiado en la prensa local como el músico más importante en la Caracas de la década de 1880. 

La  obra  musical  de  Villena  está  estrechamente  ligada  a  las  necesidades  que  le  generaban  sus  actividades  profesionales.    Ser  maestro  de  capilla  lo  obligaba,  como  es  lógico, a escribir obras de carácter religioso.  Su Gran Misa en Mi bemol mayor, es una de  las  obras más  ambiciosas  y  mejor  logradas  que  se  han  escrito  en  su  género  en  Venezuela.    Así  mismo,  ser  director  de  una  agrupación  como  la  Banda  Marcial  del  Distrito  Federal,  implicaba  diversos  compromisos:  retretas  en  plazas  y  sitios  públicos,  actos  oficiales  y  fechas  patrias.    Para  todas  estas  ocasiones  escribió  Villena  abundante  música.  Su Fantasía La Batalla de Carabobo es una obra monumental que requiere de una orquesta sinfónica, un coro mixto, tres bandas marciales y una banda de guerra y le fue comisionada por el Ejecutivo Nacional para celebrar el 65º aniversario de la histórica contienda.  En su abundante producción de música de salón encontramos los acostumbrados  géneros  bailables  de  la  época:  valses,  danzas,  polkas  y  pasodobles  para  piano a dos y cuatro manos.  Junto a estas piezas destinadas al salón de baile hay también una  notable  cantidad  de  piezas  para  piano  al  estilo  romántico,  agrupadas  en  series  de  numeración  correlativa:  andantes  caprichosos,  scherzos,  andantes  religiosos  y  minués. 

Algunas de ellas de elevada exigencia técnica y otras, de evidente intención pedagógica, dedicadas  a  sus  discípulas.    Para  el  teatro  su  producción  es  más  escasa,  su  única  obra  importante en este género es una zarzuela cuyo título es Las dos deshonras.

También cultivó Villena la música de cámara.  Su Quinteto opus 76 es, en nuestra opinión,  una  de  las  obras  más  importantes  de  este  género  escrita  en  Venezuela  durante  todo  el  siglo  XIX.    La  plantilla  exigida  es  poco  usual:  violín,  viola,  violoncello,  contrabajo  y  piano,  la  misma  que  utilizó  el  compositor  Franz  Schubert  en  su  famoso  quinteto La Trucha.  La única fuente que poseemos de esta composición es un manuscrito,  presumiblemente  autógrafo  y  escrito  a  tinta,    que  pertenece  al  archivo  José  Ángel Lamas de la Biblioteca Nacional, el fondo documental más importante en lo que respecta a música venezolana del siglo XIX y  primera  mitad  del  XX.    Este  manuscrito,  ubicado en la cota JAL 689, constituye una de las piezas más valiosas de esta colección.

Según  consta  en  el  Diario  de  avisos,  una  de  las  publicaciones  periódicas  más  importantes  en  la  Caracas  de  la  segunda  mitad  del  siglo  XIX  (Santana,  Campomás:  2005)  el  Quinteto  fue  interpretado  públicamente    por  lo  menos  en  dos  ocasiones:  El  18  de julio de 1887 y el 5 de marzo de 1888, ambas en el teatro Guzmán Blanco (hoy Teatro Municipal) y con la propia Ana Julia Hernández al piano.  El 18 de julio de 1887, día que presumimos fue estrenado, el propio Villena interpretó la parte del violín por indisposición  de  Pedro  Ramos,  quién  figuraba  en  el  programa  original.    El  día  6  de  marzo  de  1888  se  publica  en  el  Diario  de  avisos  una  reseña  del  concierto  en  el  que  podemos leer lo siguiente:

Como la justicia es una de las buenas prendas que adornan a nuestro público, Villena recibió anoche  una  cumplida  ovación  por  la  magnífica  obra  con  que  ha  enriquecido  el  repertorio  nacional.  Su  quinteto  está  apreciado  como  obra  magistral,  juzgado  favorablemente  por  los  conocedores  y  acogido  por  el  público  con  muestras  generales  de  aceptación.  Es  un  triunfo  completo. Por ello lo felicitamos sinceramente.

El Quinteto en mi bemol es una obra de gran aliento, su interpretación tiene una duración aproximada de 25 minutos.  Consta de cuatro movimientos, el primero de ellos utilizando una versión muy libre y personal de la forma sonata.  El segundo es un tema con variaciones, en donde cada variación exige un solo a un instrumento diferente, con la sola  excepción  del  violoncello.    El  tercero  nos  presenta  un  clásico  minueto  con  su  correspondiente  trío,  en  este  último  Villena  introduce  un  ingenuo  y  tranquilo  valse  que  contrasta  con  la  vivacidad  y  carácter  del  resto  del  movimiento.    En  el  cuarto  y  último  movimiento,  escrito  curiosamente  en  la  tonalidad  relativa  de  Do  menor,  el  compositor  vuelve  a  usar  un  plan  de  sonata  muy  similar  al  del  primer  movimiento.    La  exigencia  técnica  de  la  obra  es  considerable  para  todos  los  instrumentos  y  hay  algunos  pasajes  notablemente virtuosos.  Villena demuestra un conocimiento cabal de la técnica instrumental y de la orquestación, además de hacer gala de lo que José Antonio Calcaño llamaba  “(...)  la  armonía  más  original  y  avanzada  entre  todos  los  compositores  de  entonces.” (Calcaño: 2001: 319).    

Luego de la revisión y lectura del Quinteto y de otras composiciones de Federico Villena,  hemos  de  concluir  que  era  un  compositor  cuidadoso  y  meticuloso  en  su  escritura.    A  pesar  de  sus  dimensiones  y  complejidad,  el  Quinteto  presenta  escasas  inconsistencias y errores.  Su caligrafía es clara y legible y el estado de conservación del manuscrito  es  excelente.    Esto  último  se  debe  seguramente  a  la  calidad  del  papel  y  la  tinta  utilizados  y  al  costoso  acabado  de  su  encuadernación  y  presentación  de  lo  cual  hemos hablado al comienzo de estas notas.  El error más notable que hemos encontrado en  la  obra  es  la  ausencia  de  los  compases  del  13  al  20  en  la  parte  del  violín  del  primer  movimiento.  Afortunadamente, estos compases correspondían a la exposición del primer tema,  por  lo  cual  nos  hemos  limitado  a  copiar  en  su  lugar  la  parte  equivalente  de  la  reexposición.    Las  notas  falsas,  errores  rítmicos  e  inconsistencias  en  los  signos  de  repetición  y  casillas  son,  como  hemos  dicho,  escasos.    En  todos  los  casos  en  que  nos  hemos visto obligados a introducir cambios en ese sentido, hemos dejado constancia en forma de notas al pie de página.  Estas notas sólo aparecen en la parte correspondiente a Villena  colocó  letras  de  ensayo  solamente  en  el  primer  movimiento,  las  cuales  hemos respetado por parecernos adecuadas, pero omitió hacerlo en los otros tres movimientos.    Creemos  que  por  tratarse  de  una  obra  de  cámara  de  notable  extensión  y  complejidad,  debíamos  colocarlas  en  el  resto  de  la  obra  para  facilitar  su  interpretación.  

Queremos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que colaboraron de  una  forma  u  otra  con  este  trabajo,  al  personal  del  área  de  Investigación  musical  del  C.E.C.A.  Sartenejas  de  UNEARTE, al profesor Fredy  Moncada  y  muy  especialmente  a  nuestro  gran  amigo  Carlos  Nava  esmerado  custodio  de  la  valiosa  colección   de  documentos musicales de la Biblioteca Nacional.  

Los editores.

Caracas, Marzo de 2008.    

4. 4. Maestro Federico Segundo Villena Pérez , por Oldman Botello.

   Federico Villena, a secas, fue un destacado músico aragüeño de enorme figuración en Caracas, Ciudad Bolívar y Villa de Cura a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y con poco reconocimiento nacional en los días que corren; solo se honra su nombre y actuación con la escuela de música que lo lleva como epónimo en Maracay y que al momento de su fundación se llamó Escuela Popular de Música en 1971, cuyo primer director fue el recordado maestro Oswaldo Guevara y funcionó en Las Acacias. 

Desde hace algunos años, los diletantes de la historia en Turmero aseguraban que dicha ciudad era su cuna. La documentación que hemos localizado en varios repositorios demuestran otra versión que creemos es definitiva. Se dijo antes que su nombre era Federico Sarco Villena y lo relacionaban con la familia de educadores de mucha reputación oriundos de la capital de Mariño y que se prolongan hasta la actualidad. La versión que se corría es que la S de su nombre era en realidad el apellido Sarco, que se lo había desprendido por un caso similar al que le atribuyen al maestro Simón Rodríguez. Un pleito familiar. Por cierto que los Sarco eran de origen indígena.

Pero comencemos por el principio. La familia Villena era oriunda de Caracas, de origen español, y residenciada en Turmero, pero los había también en Cagua y en Santa Cruz. En 1830 residían en dicha ciudad de Turmero doña Nieves Villena, de 80 años, de Caracas y Rosalía Villena, nacida en Cagua y residente en Turmero, de 40 años y ambas domiciliadas en la calle de la Libertad. Seguramente eran madre e hija.

También en 1830 residían en Santa Cruz don José Villena, de 78 años, empleado, soltero, a pesar de su avanzada edad, cuando la expectativa de vida era de 50 años. Era oriundo de Cagua y pariente suyo Félix Villena, de 16 años, nativo de Santa Cruz. El escritor y crítico de arte del siglo XIX don Ramón de la Plaza fue quien divulgó originalmente la especie de que Federico Villena era de Turmero y supuestamente nació hacia el mes de mayo de 1835. Pero creemos rotundamente que Federico nació en Santa Cruz, pueblo adonde se fue a vivir su familia. Gente de origen humilde, el padre ejerció allí el magisterio. Hemos buscado su fe de bautismo en la iglesia matriz de Turmero y no aparece en la fecha indicada, pero todo apunta a Santa Cruz como la ciudad nativa.

Ya adulto, Federico se va a Caracas y de allí pasa hacia 1864 a Ciudad Bolívar, ya todo un profesional de la música de cámara, religiosa y popular con rango de compositor, ejecutante de varios instrumentos entre ellos el piano y el violín, que fue el primero. En Ciudad Bolívar, ejerciendo la docencia musical en el Colegio del Estado Soberano de Guayana y como seguramente comió la cabeza de la zapoara, pez orinoqueño, allí se prendó de la joven Isabel María Welsh, tal vez de origen trinitario. De su fe de matrimonio que localizamos en el archivo catedralicio de la capital guayanesa obtuvimos que su nombre de pila era Federico Segundo Villena Pérez, hijo de don José Villena y doña María Nieves Pérez. El matrimonio se efectuó en la Catedral bolivarense el 4 de marzo de 1865. La novia era hija de don Pedro Welsh y doña Salvadora Salas o Saa (no está bien definido el apellido en el viejo libro de matrimonios de 1865).  De esa unión nació al menos un hijo, Federico Segundo Eladio Villena Welsh, el 18 de febrero de 1867, apadrinado por don Ramón Afanador, de las principales familias de la capital guayanesa y su abuela doña Salvadora de Welsh.

El maestro Villena, después de solventados los problemas políticos que le amargaron la vida en Ciudad Bolívar y lo obligaron a huir a Trinidad, regresó a Bolívar y de allí partió definitivamente a Caracas donde dirigió la Banda Marcial por designio del presidente Ignacio Andrade, quien lo conoció en Villa de Cura donde dirigió la Banda del estado Miranda, de la cual era capital la ciudad del Curita y el Tucutunemo.

Villena dejó entre otras composiciones música religiosa (compuso en 1890 un Himno en honor del Papa León XIII que remitió a través del cardenal Rampolla, Secretario de Estado y que mereció una bendición del Pontífice); música profana (zarzuelas y romanzas), música sinfónica para varios instrumentos; música de salón (valses, polkas, marchas, danzas), música de bandas. Fue exitoso ejecutante de violín, violoncello, viola, contrabajo, guitarra, timbales, piano, órgano y armonium. Un músico completo.

Esta es, pues la verdadera historia del maestro Federico Segundo Villena Pérez.

5.  5. Boceto Biográfico del Maestro Federico S. Villena Welsh, por Aníbal Ruiz.


Compositor, director de banda, violinista, violonchelista, pianista, docente. Según el general Ramón de la Plaza, comienza el aprendizaje del «violín y de la guitarrilla llamada cinco» en Santa Cruz del estado Aragua en 1844, y pronto toma contacto con un grupo conformado «de dos violines, un violonchelo y un cantor » (Calcaño, 393). Se traslada a Caracas y a partir de 1853 realiza estudios de violín con algunos de los alumnos de la Escuela Provincial de Caracas (institución a la que no ingresa por razones laborales) y se familiariza con el Método de violín de Alard (De la Plaza, 157).

Se traslada luego a Turmero donde es nombrado músico de capilla de la iglesia parroquial y participa en las veladas del Círculo Artístico Literario de aquella población, celebradas en la casona de la Hacienda San Pablo, propiedad de la pianista Josefa «Pepita» Ramos, junto a Baldomero Guzmán, Rafael Hernández León, Manuel Modesto Gallegos y Federico Vollmer (Acosta, 6). «El 19 de noviembre de 1856 es nombrado [...] organista de la parroquia San Luis, en Caracas, por [... ] Silvestre Guerra y Lira, arzobispo de Caracas y Venezuela [...]» (Ruiz, g). Por estos años entabla amistad con el violinista Fermín Tovar y el pianista Julio Hohené, con los que estudia y ejecuta obras de Haydn, Mozart, Hummel, Beethoven y Russigel (De la Plaza, 157). Es la época en que compone las primeras obras para baile. «El 15 de diciembre de 1859, se le nombra oficial escribiente de la Comisión Liquidadora de la Contaduría General de Hacienda de Caracas» (Ruiz, 9). En 1860 organiza la Banda de La Guaira, funda Ecos de La Guaira (periódico dedicado al acontecer musical) y da clases de piano en esa ciudad portuaria. Ese año enseña solfeo, piano, instrumentos de cuerda y algunos de viento, en Ciudad Bolívar. «El 25 de enero de 1863, es nombrado "Miembro Honorario" del Conservatorio de Música de Caracas, por votación unánime del directorios (Ruiz, 9). Después fue maestro de capilla y organista de la catedral de Ciudad Bolívar; también, profesor del Colegio Principal y director de la banda de esa ciudad. Por razones políticas (estaba vinculado al partido Liberal), se exilia en la isla de Trinidad, a la vez que realiza una gira de conciertos por Las Antillas» (Plaza, 158). Al regresar a Venezuela ingresa a la Orquesta de la ópera de Caracas (1864), donde ejecuta el violín y el violonchelo, alternativamente (ídem). Fue también director de la «... Orquesta de la capilla de la catedral de Caracas» (Acosta, 7) en 1865, y este mismo año regresa a Ciudad Bolívar para ocupar los cargos que desempeñaba en 1863, entre los que destaca su labor docente, dando clases de piano entre otros a Dolores y Clarisa Montes (Revista perfil). «El 27 de septiembre de 1865, se le nombra catedrático de la clase de música del Colegio del Estado Soberano de Guayana» (Ruiz, 9), y el 25 de junio del año siguiente, «Director de la Banda Piar» (ídem). Durante el mes de marzo de 1867, monseñor Arroyo, obispo de Guayana, le da el nombramiento oficial de «... maestro de capilla de la catedral de dicha diócesis» (ídem). El 7 de diciembre de 1875, cuando se reorganiza la Banda Piar, es ratificado en su cargo. El 28 de junio de este año es nombrado Catedrático de Música del Colegio Nacional de Ciudad Bolívar (ídem). Fue también designado el año 1877 Persona Honoraria de la Academia de Bellas Artes de Caracas (Acosta, 7) y al año siguiente Miembro Correspondiente del Instituto Nacional de Bellas Artes (Ruiz, 9).

A partir de 1880 se establece en Caracas (Milanca, 70-73) e inicia el estudio y ejecución de obras de Reissiger, Reineeke, Tersehaky arreglos de fantasías y popurríes de óperas, realizados por los hermanos Billema y los Metra, con el flautista Manuel E. Guadalajara; los violinistas Antonio Mosquera, Pedro Ramos y Paolo Prampolini; los pianistas Fernando Rachelle, Julio Hobené y los violonchelistas: Carlos Werner y Enrique Cazoratti (Caleaño, 325).

En 1882, es director encargado de la Banda Marcial Caracas (Magliano, 121), institución de la que es director titular desde el 11 de enero de 1885, hasta 1892 y luego desde 1898 hasta su muerte (Ruiz, 10). El año 1883 se desempeñó como miembro ad honórem de la Junta Directiva para la Celebración del Centenario del Nacimiento de Simón Bolívar, junto al compositor Manuel F. Azpúrua (Milanca, 70-73). Fue Catedrático de Solfeo y Teoría Musical de la escuela Politécnica de Venezuela, desde el 16 de agosto de 1884 (Ruiz, 9) y profesor de la cátedra de Instrumentos de cobre de La Academia de Bellas Artes, desde el 16 de septiembre de 1887, hasta el 3 de marzo de 1888 (Libro de Actas de Instituto Nacional de Bellas Artes, agosto de 1881 a noviembre de 1901). También ocupó el cargo de director de la banda de Villa de Cura durante la presidencia de Ignacio Andrade (Ruiz, 10).

Destaca su delicado manejo del contrapunto y la armonía, sus melodías son bastante elaboradas. Abordó el género religioso y profano. Es el compositor del s. XIX del que se conocen hoy más composiciones.

6.  6.   Partituras en Biblioteca Nacional de Venezuela


Amor fraternal: vals de salón / Federico Villena.

Andante caprichoso No. 18 / Federico Villena .

Andante Religioso No. 6 / Federico Villena.

Un ángel: melodía para violín con acompañamiento de piano / Federico Villena.

Ave María / Federico Villena.

Ave María / Federico Villena.

Ave María: Op. 54 / Federico Villena.

Ave María / Federico Villena.

Ave Maris Stella / Federico Villena.

Canto Laudatorio / Federico Villena.

El civismo: vals / Federico Villena.

Contestación: vals / Federico Villena.

Dúo Contratiempo [grabación] / [producción], Oswaldo Lares ; [narración], Luis Sánchez Ibarra.

Por Contratiempo (Dúo musical) | Lares, Oswaldo | Sánchez Ibarra, Luis.

Las dos deshonras: drama lírico / Federico Villena.

Esperanza: vals / Federico Villena.

Federico Villena: obra para piano a dos manos

Federico Villena y sus obras musicales / Félix Eugenio Acosta.

Fouyours: vals / Federico Villena.

Gran misa en Mi bemol [grabación] / Federico Villena.

Himno a la Caridad: en honor de San Vicente de Paul / Música de Federico S. Villena.

Himno a la caridad en honor de San Vicente de Paúl / Federico Villena.

Himno a la Paz / Federico Villena.

Himno a Miranda / Federico Villena; letra de Alejandro Romance.

Invitatorio y responso / Federico Villena.

La música del siglo XIX [grabación] / Felipe Larrazábal... [et. al.].

Marcha fúnebre / Federico Villena.

Marcha fúnebre No. 4 / Federico Villena.

Marcha Fúnebre No. 6; Marchas Religiosas No. 9 y 10 ; Andante Religioso No. 3, 5 y 7 / Federico Villena.

Marcha triunfal / Federico Villena.

Minueto No. 2 / Federico Villena.

Minueto No. 4 / Federico Villena.

Minueto No. 8 / Federico Villena.

Misa de Requiem: op. 22 / Federico Villena.

Misa en Mi bemol / Federico Villena.

Misa en Mi bemol mayor : para solistas, coro mixto y orquesta / Federico Villena.

Danza-Vals / Por F. S. Villena.

El Nazareno: marcha fúnebre / Federico Villena.

Paso doble... / Federico Villena.

El pedante: vals ; La juventud : danza / por Federico Villena.

Plegaria a la Virgen / Federico Villena.

Populemeus: Op. 8 / Federico Villena.

El progresista: paso doble / Federico Villena.

Que nombre! / Federico S. Villena.

Quinteto en mi bemol, op. 76. Federico S. Villena

Regalo lírico: colección de piezas de baile, para piano / por Federico S. Villena.

Regalo lírico: colección de piezas de baile para piano/ Federico Villena.

Regalo lírico por Federico S. Villena. [partitura] : colección de piezas de baile, para piano /

Regalo lírico [partitur : colección de piezas de baile, para piano / por Federico S. Villena.

San Aroa: vals / Federico Villena.

Scherzo No. 1 / Federico Villena.

Scherzo No. 2 Op. 102 / Federico Villena.

Scherzo No. 4 / Federico Villena.

Siete palabras / Federico Villena.

Souvenirs: vals / Federico Villena.

Vals / Federico Villena.

Vals imposible / Federico Villena.

Vals recuerdos / Federico Villena.

Venezuela: danza militar / Federico Villena.

XX Festival voz liceísta [material gráfico] / diseño, Luis Trujillo.


7.  7.  Derechos de Autor

Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116  Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica.  Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición.