sábado, 16 de febrero de 2019

ALFREDO PACHECO MIRANDA - UNA MISION PATRIOTICA - POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ





INDICE

No.

CONTENIDO

1

PRESENTACIÓN  

2

LA FAMILIA

3

DISCURSO DE ORDEN

4

CONFISCACIÓN DE BIENES DE JUAN VICENTE GÓMEZ

5

EL CAPITAN VENENO

6

MARACAY Y ALFREDO PACHECO MIRANDA

7

EN LA PLAZA BOLÍVAR DE PALO NEGRO                                                                                                            

8

DISCURSO PRONUNCIADO EN TURMERO

9

SUS NOVELAS

10

ANÉCDOTAS

11

FOTOS

12

OBITUARIO

13

DERECHOS DE AUTOR


1. PRESENTACION:

NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

Alfredo Pacheco Miranda era primo de mi abuela Herminia Pacheco. Alfredo hijo de José Pacheco Lugo y Herminia hija de Elvira Pacheco Lugo. Alfredito, así le decían, al hijo de Alfredo Pacheco Miranda, fue asiduo visitante en la casa de mi abuela Herminia.
Aunque no conocí por razones obvias a Don Alfredo, si he tenido el honor de conocer su dinastía con quienes he tenido siempre buenas relaciones personales, aún en el desconocimiento de nuestra familiaridad. Recuerdo a Doña Dilia con sus responsabilidades al frente del Cine Capítol fundado por su papá, también a sus hijos Antonieta, Jorge y Azucena. Doña Yolanda la madrina de mi hermano Ángel Gilberto, sus hijos adoptivos Alfredo y Dolores, recuerdo cuando llegaron de sus países de origen. Mery que entre el Táchira y Turmero pasó su vida, de manera especial a sus hijos Jesús y Henry con quienes compartimos muchas diversiones. De Elvia recordamos con afecto a Magaly su hija, era la asistente de su Tía Dilia. José fue todo un personaje en Turmero, su distinguida esposa Blanca con esa muchachada, los dos varones mayores nuestros amigos y las hembras todas bellas. Recuerdo cuando Teresa de Jesús regreso de España con su esposo el hispano Pedro Téllez, ambos médicos. Se radicaron en Valencia. Andrés siempre callado conformó con humildad su familia. De Alfredo, ya dije algo antes, muy alegre y sociable, lo visualizo vestido de punta en blanco cuando llegaba a nuestra casa, y Alais, la médico, cuando llegaban de Caracas se formaba la fiesta. María Teresa, la mayor, fue mi amiga.
Esta recopilación sobre la vida de Alfredo Pacheco Miranda es para nosotros motivo de orgullo, porque le rendimos homenaje a toda una celebridad, quien tuvo una carrera destacada y una vocación de servicio muy loable, siempre luchó por los intereses del pueblo en su calidad de Defensor de Presos Pobres e Intendente de Tierras Baldías.
En su juventud, fundó el periódico "El Jején" y también "El Impulso", Su pasión por la escritura y el periodismo fue evidente, escribió crónicas en medios de comunicación como El Universal, Nuevo Diario, La Esfera y otros de la época. Siempre fue un amante de la prosa y la poesía. Como Autodidacta alcanzó una vasta cultura general.
Sin más preámbulo, pasemos a conocer un poco a este insigne Turmereño.
NESTOR GERMAN RODRIGUEZ.

2. LA FAMILIA

Sus abuelos fueron: Tomas Pacheco y Marquesa Lugo, quienes tuvieron seis (6) hijos a saber: José, Nicolás, Eustaquio, Pedro, Elvira y Agustina.
Sus padres fueron: José Pacheco Lugo y Marta Miranda Cabeza de Vaca. De esa unión matrimonial nacieron dos (2) hijos: Andrés y Alfredo Pacheco Miranda. Alfredo Nació el veintiuno de Julio de 1887
Alfredo Pacheco Miranda se casa con María Teresa Lugo de cuyo matrimonio nacen: Dilia Teresa, Yolanda, Mery, Elvia, José, Teresa de Jesús, Andrés, Alfredo y Alais.

MARIA TERESA LUGO

Dilia Teresa se casa con Alejo Fariñas Núñez y nacen Antonia Claret (Antonieta), Jorge Alfredo y Azucena Teresa.

Yolanda se casa con Alfredo Lozano Villegas y adoptan a         Alfredo y Dolores.
Mery   contrae matrimonio con Jesús Palencia González y engendran a Jesús Alfredo, Enrique (Henry), Carmen Teresa, Mariángeles, Mariela y Yolanda.
Elvia    se casa con Isidro Gallardo Silva y conciben a Magaly Teresa, Alfredo, Teresa e Isidro.
José contrae nupcias con Blanca Susana Cedeño, de cuya unión nacen: Guillermo José, Juan Bautista, Teresa Susana, Nora, Alfredo, Adolfo, Blanca, Marinelly, Carmen Morella y Josefina Gregoria.
Andrés Vicente contrae matrimonio con Justina Silva y sus hijos son Wolfgang, Luis, Carlos, Gladys, Maura Teresa, Nora, Teresa y Melvis.
Alfredo contrae enlace con Maritza Asprino       , no tuvieren descendientes.
Teresa de Jesús se casa con Pedro Téllez Carrasco, Nacen Santiago, Pedro y Javier.
Alais, la menor, se esposa con       Alirio Blanco Peñalver, siendo sus hijos: María Teresa, María Josefina, Josefina, Marta, Aracelis y Cristina.

3. DISCURSO DE ORDEN

PRONUNCIADO POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ CON MOTIVO DE LA CREACION DE LA PARROQUIA ALFREDO PACHECO MIRANDA:

Al iniciar mis palabras agradezco a los integrantes de la Junta Parroquial, al Alcalde Efrén Rodríguez y al Concejo Municipal del Municipio Santiago Mariño, por haberme designado Orador de Orden.

PANORÁMICA MUNICIPIO-GOOGLE

La historia de la creación de la parroquia es reciente, en 1997, siendo Diputado a la Asamblea Legislativa, un grupo de vecinos de estas tierras de la falda montañosa del suroeste de Mariño, constituidos en un Comité Pro-Parroquia, comienzan a reunirse y a través de un amigo de siempre, Cristóbal Heredia, me solicitan apoyo para concretar sus anhelos y deseos. Se inicia así un proceso de consultas y contactos. El Comité Promotor se movilizó creando conciencia en la comunidad y forzando al Concejo Municipal a tomar decisiones al respecto. Solicité la opinión al Dr. Ciro Guzmán Morillo, Cronista de la ciudad de Turmero, en cuanto al nombre que pudiésemos considerar para proponerlo como epónimo de este populoso sector incrustado entre el caño colorado y la Providencia, y entre la Avenida Intercomunal y la fila del cerro La Virgen y la fila de El Macaro al norte. Surgió la proposición de considerar el nombre de Alfredo Pacheco Miranda, ilustre ciudadano turmereño, escritor reconocido, periodista combativo y político preocupado por su tierra natal. Alfredo Pacheco Miranda tenía credenciales para ser merecedor de esta distinción y así fue decidido por la Asamblea Legislativa.
Se ordenaron los levantamientos topográficos y los planos, de igual manera preparamos la Exposición de Motivos para reformar la Ley de División Político-Territorial del Estado Aragua y crear como en efecto creamos la Parroquia Alfredo Pacheco Miranda cuya capital es San Joaquín de Turmero. Recuerdo aquel 16 de diciembre de 1997, fue de júbilo y alegría en el Palacio Legislativo Aragüeño. Las comunidades de Sn Joaquín, La Herrereña, El Tierral, Bicentenario, Metropolitano, La Providencia, Francisca Duarte, Colinas de San Joaquín, Caprottana, Villas del Rosal, Parcela 14 y 18, Las Margaritas y todas las demás ya tendrían su propio gobierno local.
Quien iba a imaginar que aquellas tierras del Valle de Turmero, otrora pobladas por comunidades indígenas, llenas de sembradíos de caña de azúcar, tabaco, algodón y añil en su etapa colonial, tierra de poteros con olor a bosta de ganado en la primera mitad del siglo pasado, conocida como el montañoso sitio de Güere, colindante al camino real como llamaba Humboldt a esta vía intercomunal que era paso obligado de quienes se trasladaban a Caracas, Maracay o Valencia. También guarida de desalmados criminales, que dio albergue dentro de otros al terror de estos valles de Aragua, a Santo Zárate, un forajido que impedía el libre desenvolvimiento por este importante sector caminero, como lo relata el historiador Oldman Botello en su libro Noticias del Viejo Valle. Estas tierras han sido testigo presencial del paso triunfal de los soldados de la independencia y testigo mudo de los gemidos de la peste que acababa con pueblos enteros, estas tierras han sido testigos de la evolución histórica de nuestros pueblos. Poco a poco se fueron poblando dando lugar a los barrios y urbanizaciones que todos conocemos, las parcelas de vocación agrícola se convirtieron en urbanizaciones, supermercados y clubes sociales, es el símbolo del progreso que debemos controlar para un desarrollo sustentable, armónico y perfectamente compatible, quien se iba a imaginar que aquellas tierras formarían nuestra parroquia producto de la idiosincrasia de sus comunidades.





Los barrios se formaron, unos por invasiones en cabezadas por luchadores sociales que ocuparon estas tierras ociosas, desafiando a las autoridades y recibiendo el castigo de las peinillas, logrando instalar cientos de familias sin techos, mencionar   un nombre emblemático que lucho con valor en estas acciones que las necesidades justifican con el tiempo, a un hombre buena gente, a un hombre del pueblo, me refiero al fundador de barrios, Fabián González, hombre identificado con la gente, líder verdadero que no buscaba posiciones sino ayudar a los demás, hoy lamentablemente fallecido. Otras urbanizaciones surgieron de la acción planificada del estado y de las inversiones privadas, gracias a estos esfuerzos pueden decir hoy con orgullo que pertenecen a esta vecindad de espíritu, a esta unión de barrios y urbanizaciones que conforman la parroquia Alfredo Pacheco Miranda. Siempre he sostenido que a las comunidades hay que darles la oportunidad de organizarse y desarrollarse, por ello, contra viento y marea apoyé este proyecto, siento la satisfacción de haber cumplido con mi deber al crear municipios y parroquias cuando tuve la oportunidad de hacerlo. Igual le sucedió a Don Alfredo Pacheco Miranda al ejercer la representación popular en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, cuando el 20 de abril de 1936 en aquel discurso memorable expresó una frase lapidaria que estará vigente hoy y siempre, cito: “de hoy en adelante gobierno que no trabaje a la luz de la opinión no podrá existir”.
Alfredo Pacheco Miranda estaba claro de su papel como parlamentario al pedir la confiscación de los bienes de la sucesión Gómez para que pasasan al patrimonio de la nación y fueren entregados a los campesinos, dicha proposición fue aprobada. Más allá del hecho debo significar la profundidad de su planteamiento. 
Esta parroquia tiene ventajas comparativa importantes, tal como lo señala el joven historiador José Torres en uno de sus trabajos publicados, esta parroquia es sede de la Universidad Bicentenaria de Aragua, la avenida intercomunal es el emporio comercial más pujante de Aragua y se construye en su territorio la prolongación de la avenida Casanova Godoy, que significa la expansión de la Gran Maracay, importantes empresas industriales y de servicio están instalada en su circunscripción. La parroquia tiene un inmenso provenir. Ustedes tienen un gran desafío por delante. La parroquia tiene también sus carencias y debilidades, por ello mi consejo final es que unan esfuerzos en función del colectivo, no hay tiempo para la diatriba ni para los enfrentamientos estériles, solo hay tiempo para el trabajo fecundo, para la búsqueda de soluciones a los ingentes problemas. Sean útiles. La cooperación entre el gobierno municipal, la parroquia y las juntas de vecino y asociaciones comunitarias es necesaria para conquistar el futuro y sobre todo para cumplirle al pueblo.
Piensen en los niños, no olviden que la única manera de llenar los agujeros de nuestro tejido social es a través del fortalecimiento de las instituciones tradicionales que siempre han trasmitido los valores esenciales de la vida, la familia, la iglesia, la escuela, las asociaciones vecinales y los grupos comunitarios.
Muchas gracias.


4. CONFISCACIÓN DE BIENES DE JUAN VICENTE GÓMEZ

CAMARA DE DIPUTADOS
Sesión especial del día 20 de abril de 1936
DEBATES
Presidencia del Diputado doctor Francisco Vetancourt Aristigueta.
Después de leída y aprobada la minuta del acta de la sesión anterior, el secretario dio cuenta…
DIP. ALFREDO PACHECO MIRANDA

El Diputado Pacheco Miranda.- Ciudadano Presidente: Pido la palabra.

El Presidente.- La tiene ciudadano Diputado.
El Diputado Pacheco Miranda.- (leyendo)
Honorables Colegas:
De hoy en adelante gobierno que no trabaje a la luz de la opinión no podrá existir.
Me hallo aquí por primera vez como congresante libre, sin sonrojo alguno para alzar la frente ante la sagrada efigie del Libertador. Vengo a cumplir una misión patriótica, la de exponer la necesidad ingente de mi pueblo y pedir su inmediata y eficaz remedio. A ello me obligan circunstancias especiales: la de ser aragüeño de nacimiento y la de haber legalizado mis mandantes la representación de que estoy envestido, al admitirla sin protesta alguna depurándola así de cualquier vicio que tuviese en su raíz. Doble compromiso éste que me coloca ipso facto no ya al margen de las orientaciones de la Nueva Venezuela sino cual factor definido en las justas de la democracia que se inicia.
El problema de mi pueblo es unilateral, específico; su no solución favorable involucra para él una muerte segura. En ese problema radica la existencia dl pueblo aragüeño y su vitalidad; de ahí depende su suerte y su destino. He nacido y vivido en Aragua; y ello me brinda la ocasión de haber palpado la realidad que confrontamos. E el problema agrario. Resolverlo de inmediato es nuestro deber. Hablando con desnudad franqueza podemos decir que ya el hambre hace estragos en aquellas regiones, sangriento sarcasmo que nos agobia y entristece porque nuestro suelo es uno de los más feraces del mundo. Es insostenible la situación. Es un pueblo que agoniza y que espera la medicina salvadora; y el remedio. Honorables colegas, está en nuestras manos. Pero un minuto de vacilación, de miedo o temor injustificables nos conduciría al fracaso más penoso.
Nuestros labradores necesitan tierras para trabajar; viven en una dolorosa y forzada inercia. Y ¿Por qué?...ah!...digámoslo de una vez; porque no hay terrenos que cultivar!...Que digo, Señores! Si allí demoran las tierras las tierras más fértiles y extensas de la República!  Humboldt apellidó con justicia a los Valles de Aragua el Jardín de Venezuela. Diríase en verdad que Dios, como galardón divino, proscribió la esterilidad en aquellas primaverales campiñas. Más la zona pecuaria, por una extraña y absurda yuxtaposición de los tiempos y de los hombres, estranguló, mejor dicho, mató la zona agrícola, aorta exuberante de la región, trocándose en ruinas lo que antes fuera alegría de bienestar.
Podemos asegurar que actualmente el noventa por ciento de los terrenos agrícolas de Aragua se hallan convertidos en potreros. He ahí el concepto paradojal de que en aquel Estado el campesino carece de tierras labrantías. Y en presencia de tal conflicto, ¿Qué debemos hacer? ¿Cuál camino a seguir? Se trata de salvar a una colectividad que fallece ahorcada con alambres de púas, que oye no el rumos del sequión que moja la verdura de la siembre sino el mugido del maute y el canto melancólico del vaquero que surgieren el lejano espejismo de una pampa guariqueña. El camino, señores, es amplio y sin encrucijadas. Antes de seguir declaro que no hostilizo el derecho de la herencia de grandes patrimonios y que patrocino el derecho de la propiedad.
Pero en este caso a que aludo el interés general debe de estar por encima del interés individual. Se impone un procedimiento de carácter extraordinario: la confiscación de los bienes de la Sucesión Gómez. No de otra manera se pueden salvar los intereses colectivos: La vida de todo un pueblo pende del punto esencial de la incautación y no hay que vacilar. Y si no se procede así ¿Dónde, me ocurre preguntar, donde van a trabajar los campesinos aragüeños, que son miles y miles de brazos cruzados en espera de una hora reivindicativa? Voy a reforzar mi opinión con dos citas al azar: las fincas denominadas “Chuao” y “Guayabita”, unidas entre sí lindan por el norte, con el mar Caribe y por el sur con una de las calles de la ciudad de Turmero. Lo que acusa una extensión de dieciocho leguas a largo. “Tocorón”, para tener una idea de su perímetro, basta exponer que limita con tres estados de la Unión Venezolana.



Ahora démonos un paseo por los municipios Cagua, Santa Cruz y Palo Negro (Distrito Mariño del Estado Aragua) y veremos con asombro que las dehesas de la citada Sucesión circundan las primeras calles de las citadas poblaciones. En idéntica situación se encuentra el proletariado pueblo del Distrito Zamora. No hay pues, tierras donde trabajar. De que la confiscación se impone lo prueba hasta la saciedad el hecho de que el gobierno, ayer no más, en su afán de proteger la agricultura, como medida inicial de su proyecto agrario cedió en Aragua cuantas tierras tuvo disponibles a pequeños agricultores y fue tal el efecto producido que ánimo despertó, la perspectiva turbia que existía cambió de aspecto y hay un renacer de esperanza en todos los campesinos.
El Diputado Marcano Villanueva,- interrumpiendo para decir que ningún diputado podrá leer discursos, la Presidencia aclara que es una de Motivos. Prosigue la sesión.
El Diputado Pacheco Miranda:- Entonces voy a continuar, ciudadano Presidente (Improvisando). Como en Aragua no hay tierras de cultivo, porque las que hay son potreros, y se necesitan parcelas de tierra para repartirla a los agricultores, que están en una inercia forzada, el único camino salvador que yo le veo es este pueblo, es que los bienes de la Sucesión del General Juan Vicente Gómez, pasen al patrimonio de la Nación.- (Aplausos)
Y es la Cámara de Diputados a quien corresponde la iniciativa de asunto tan importante, porque la Cámara de Diputados es la representación directa del pueblo, y el pueblo no se equivoca nunca. El pueblo, si le dio su aceptación a este Congreso, es porque tiene fe que este Congreso está formado por hombres dignos y capaces de todo lo bueno, e incapaces de una inconsecuencia o de una cobardía.- (Aplausos y bravos).
Yo no dejaré de trabajar aquí hasta que cada labrador de Aragua tenga su parcela y su conuco, asegurando así el pan de su familia. De tal manera, que la única posición que hay para salvar a un pueblo que se muere, es que el patrimonio de Juan Vicente Gómez, pase, como ya he dicho, al poder de la nación.- (Muchos aplausos).
Concluyo, dándole las gracias al compañero Marcano Villanueva por su celo parlamentario. (Aplausos).





 








5. EL CAPITÁN VENENO 
ARTÍCULO DE OPINIÓN DE FRANCISCO RODRÍGUEZ (PANCHO).

Extracto:
"Era un intelectual de excelente oratoria, con poder de encantamiento en la hermosura de sus palabras".
"Es trascendente (su discurso) por sus derivaciones y consecuencias posteriores, el protagonismo de Alfredo Pacheco Miranda, un hombre orientado al cultivo de las letras...".
"La proposición del Diputado Pacheco Miranda fue aprobada en sesión conjunta de las cámaras legislativas el 19 de agosto de 1936".
"Con la adquisición realizada por la nación de los bienes del Gral. Gómez, Venezuela pasó a ser propietaria de considerable cantidad de inmuebles".







6. MARACAY Y ALFREDO PACHECO MIRANDA- FELIX ACOSTA

ESTRACTOS:
“Maracay ha sido siempre afortunada, porque a muchos gobernantes les agradaba saturado de sol y de los vientos que soplan de las montañas de “Choroní. Pero quien iba a echar profundas raíces en el Congreso Nacional en esa localidad iba a hacer el General Gómez el cual la moldea a su modo, y por eso la mayor parte de las casas del casco urbano iban cayendo bajo su tutela. Y no contento con eso, poco a poco se fue engullendo todas las demás tierras que rodeaban a esa ciudad como lo que antes se llamaba Madre Vieja, las Delicias, El Castaño, La Trinidad, El Limón, El Rincón, Tapatapa, La Hamaquita, El Piñonal, San Carlos, Santa Rita y Tocorón”.
“En Turmero, Alfredo Pacheco Miranda, que ocupaba por Aragua un curul en el Congreso Nacional, cautelosamente observaba todos esos acontecimientos. Porque ya se había llevado a unas componendas de carácter político para que no se rompiera el hilo constitucional y se pudiera reunir el Congreso Nacional, y en la apertura de esa reunión del 19 de abril de 1936, el diputado Pacheco Miranda sorprendía a todos sus colegas en esa memorable sesión, porque en vibrante intervención, pedía la confiscación de todos los bienes correspondientes a J.V Gómez, cuya petición estremeció a todos los asistentes en esa mañana al Capitolio Nacional”.
“...ese decreto …fue promulgado en abril de 1936”.


7. EN LA PLAZA BOLÍVAR DE PALO NEGRO:



“Corrían aquellos días iniciales de la democracia, los pueblos como una marea precipitábanse hacia los peñones de la orilla; golpeaba y golpeaba furiosamente. Y las muchedumbres se dieron al saqueo. Eras las iras populares salidas de madre. Los ríos crecidos que rompen o saltan la muralla. Destruir para crear como rayos.
Yo creí en la pasividad de estos pobladores, que su vida patriarcal, sus costumbres candorosas de pueblo humilde, no les permitiría ingresar en el núcleo de los saqueadores. Pero no fue así. Palo Negro se puso en marcha y se apoderó de una prenda grandiosa, incomparable. Y mientras otros pueblos derrumbaban edificios, destruían maquinarias, transportaban semovientes; Palo Negro, ese pueblo eminentemente franciscano, eminentemente patriota, caminaba hacia la Encrucijada en devota peregrinación y de allí trájose para desagraviarlo del lugar donde fue colocado por manos sacrílegas, el busto que ahora reverenciamos para que cobije con su sombra bienhechora, los destinos de este pueblo, que bien merece los auspicios del Padre de la Patria”.

8. DISCURSO PRONUNCIADO EN TURMERO

El 9 de diciembre de 1924, en la plaza de Turmero, en la inauguración del busto de general Santiago Mariño, erigido por resolución de la Jefatura Civil de Distrito, con motivo del Centenario de la Batalla de Ayacucho.
Señores:
El ciudadano Jefe Civil del Distrito me ha conferido el honor de llevar la palabra en este acto patriótico; generosa demostración a la cual tenía que corresponder, ya que no con un trozo de oratoria a la manera de aquel mágico cincelador del habla castellana, Carlo Borges, o del príncipe de LA TRIBUNA, Eloy Guillermo González, de quien puede decirse que los Dioses diéronle en la cuna el talismán de la elocuencia, al menos con la humilde flor de mi buena voluntad que deshojo ahora fervorosamente, olvidándome del contraste que se denota entre la magnitud abrumadora del momento y la evidente incapacidad de mis facultades.
 Perdóneseme la osadía, señores, en gracia de que, ante el mérito auténtico de esta oblación, que se me antoja un vibrante palimpsesto del sagrado evangelio escrito por la mano del “Simón de las espadas” e imbuido el cerebro de la augusta reminiscencia de este día resplandeciente de inmortalidad, todos nos creemos grandes, todos nos juzgamos capaces, y por ello, echando atrás mi flaqueza intelectual, y por lo mismo, creyendo mi espíritu iluminado por el bendito rutilar de los recuerdos y mi alma bañada en limpias aguas palingenésicas , asciendo a esta tribuna en alas del más sincero entusiasmo, para quemar en emi humilde pebetero de patriota el grano de mirra de mis creencias en la sacra religión de los Libertadores.
Y es que, cuando la voz del patriotismo resuena como clarinada victoriosa, insuflándonos el divino aliento ancestral, sentimos que el pecho se nos ensancha, dilatándose inmensamente, como para poder albergar y contener el corazón palpitante, inflamado ya por el hálito poderosos que brota de los senos mismos de la Patria, hasta templarlo al rojo, y hacer de él una lava volcánica pronta a reventar el vientre de la roca con ansias de iluminar el ara inmensa de la selva.
¡Así quisiera ver mi corazón en este día! Así, verlo peregrinar como una rara estrella por los cielos, mi patria sembrando destellos  en la cripta de los Libertadores, y cuando ya no le quedase sino un átomo de luz, posarse dulcemente en la oliente estancia de San Pedro Alejandrino, y cual cirio agonizante, de una liturgia mítica, que no admite sino un solo ídolo, un único Dios, apagarse allí bajo el silencio sagrado de aquel ámbito por donde vaga y baja la sombra del Taumaturgo de Casa coima, taciturna y trágica como la visión atormentada de Jesús, en la colina eternamente melancólica de Jerusalén.
La autoridad civil de Turmero, al ordenar la colocación del nuevo busto del General Santiago Mariño en esta plaza, bautizada ya con el nombre del bravo paladín margariteño, exalta de modo laudable su devoción por los patricios que lucharon estoicamente por el triunfo de la doctrina republicana. Nada más justo y oportuno que rendir este homenaje, en el día de hoy, al gallardo vencedor de Bocachica; porque glorificar lo que digno de la posteridad es siempre honroso, según la feliz expresión de Fermín Toro.
Mariño es una de las figuras más prominentes de la historia venezolana. Cuando comenzó a fomentar el sedimento de las ideas emancipadoras en la mente de los pueblos oprimidos, cuando en lo recóndito de las conciencias desvaneciese lentamente la sombra fatídica del más hermoso amanecer, cuando los hipocentauros de 1810, arrancándose el pesado señuelo secular de la tutela ibérica, contemplaron asombrado el riente panorama de la igualdad; en este instante de inmensa gestación, de dificultosas incubaciones libertarias, hora inaplazable y tremenda, porque  ya el sol de la libertad, obedeciendo las leyes inmutables del cosmos irredento, iniciaba su marcha sobre el nuevo planeta de la América Hispana, rompiendo milenarios promontorios coloniales, desvelando mares infinitos y glaciales, hechos de humillante y penosa esclavitud, tiñendo con violentas claridades bermejas el negro horizonte de Castilla de súbito, como tocado por rudos soplos de ventisqueros fulgurantes, donde acaso anidaban ya las águilas de Carabobo y de Junín, de Pichincha y de Ayacucho, surge Santiago Mariño, y con solo cuarenta y cinco hombres enarbola el pabellón independiente de Chacachare para llevarlo en triunfo a Quebranta, donde asalta con denuedo nunca visto un destacamento realista, y luego cae de un salto sobre Güirial. Inmediatamente ocupa a Cumaná, y, como corolario de esta rápida y fulminante campaña, bate con éxito las tropas de Fernando VII en Bocachica. Y así, ya en oriente. ya en Aragua, sigue el valiente hijo de Margarita su camino de victorias, hasta verlo arrogante como un Macabeo, intrépido cual un espartano, en el horno volcánico de Carabobo, ganando allí en aquel Sinaí lleno de centellas, las presillas de General en Jefe, colocadas sobre sus hombros por las propias manos del Libertador.
¡El alma vibra, vibra intensamente a la sublime evocación de la gran batalla!..¡Porque fue ahí, en Carabobo, donde el Hegemón de la libertad, de ergástulas y cadenas,  de garrotes y pontones dolorosos, forjó el templo slacrosanto donde América libre anuncia hoy la pascua florida de la democracia y del derecho!. La hecatombe de Carabobo es hermana en gloria y heroísmo de la inaudita inmolación de Ayacucho. Si Ayacucho tuvo a Laserna y Canterac, sosteniendo el último baluarte del poderío español, firme como dos modernos Atlas, alzando sobre sus hombros la corona de Castilla, azorante y vengadora como una cabeza medusaria; si tuvo el pundonor de Sucre y todas las glorias de Pichincha; si allí Córdova atravesó con su sable el corazón de su caballo, como aquel otro alucinado quemó sus naves para no retrocede, dando aquella voz de mando que hace palidecer el alea facta est, de César. ¡Armas a discreción, paso de vencedores! ; Carabobo tenía el potente halcón de la Colonia en el General La Torre, ¡Desafiando con indómita bravura al gesto anormal de Pativilca. Tuvo la arenga apocalíptica de Cedeño, ¡Por delante de mí, la cabeza del caballo!, y casi muerto, tragándose el humo de las descargas mortíferas del Valencey, clava su lanza en tierra, suerte de admonición perentoria, reclamando el prodigio de la germinación de mil lanzas que cayesen como flechas disparadas por invisible sagitario sobre los tercios enemigos. Fue testigo del bizarro gesto de Plaza, quien, como heroico samuray suicida, al sentirse herido, empuja su caballo sobre el ejército peninsular y tira su espada por los aires como queriendo hacer de ella un rayo exterminador Ferriar, viendo llegar la muerte y dirigiéndose a la Legión Británica, exclama entusiasmado: ¡Firmes! ¡Allí, el Decreto de Trujillo, como un cárdeno relámpago, azotaba las sienes de Bolívar, mientras el juramento del Monte Sacro adquiría las proporciones de un Ciclope, demandando la palpable fulminación de la victoria! Aquello era un Chimborazo de grandezas: ¡La emulación del sacrificio y del valor en su más alta y sublime gradación moral! Y, por último, señores, como para epilogar con magníficos relieves la gran tragedia, pira sonde a cada momento ardían Hércules contorsionados por el fuego, olimpo encendido donde los Dioses se sacrifican a los Dioses, ante el cual el mismo Esquilo hubiérase quedado estupefacto y Ovidio hubiese roto desconsolado la genial arquitectura de sus fábulas, por último, pongámonos de hinojos como si ahora mismo tuviésemos de presente aquella Ilíada del más hondo dolor humano, el Negro Primero, con una angustia de muerte en las pupilas, que el mismo Miguel Ángel no habría pintado jamás, presentase en su caballo sudoroso y espumante, al punto desde donde Páez, el mitológico, desplegaba sus grandes aptitudes de estratega, “Cobarde” le ruge el león de Mucuritas; y volviendo el rostro el noble Pedro Camejo, ya desdibujado por la muerte, apenas puede responderle: “¡Mi General, vendo a despedirme…¡”.
¡En que moldes, Dios mío, fueron hechos estos hombres que nos legaron el soberbio patrimonio de una patria libre y soberana! ¡En qué ignoradas lobas se amamantaron! ¡En que extraños libros nutrieron su espíritu y en cual génesis milagroso aprendieron esos hombres a rezar la oración del patriotismo!
Por tales cosas, señores, es necesario aplaudir cuando un gobierno consciente de las glorias inmortales que prestigian la epopeya nacional, y de los hombres que así tejieron con oro de holocausto la historia de esta tierra legendaria, no permite que los cubra manto de infamantes olvido, reviviendo en el alma de las muchedumbres el culto sagrado de la Patria.
¡Bendigamos, pues una y mil veces , al gobierno de la Rehabilitación Nacional, cuyo único Director es el benemérito General Juan Vicente Gómez, a quien Dios, en cambio de haber dado a Venezuela el tesoro de una paz estable y fuerte, le otorgó la envidiable gloria de presidir los grandes Centenarios de la República!.

9. SUS NOVELAS:

EL ESCARABAJO DE ESMERALDA





Aquel amor tierno cual renuevo primaveral, tibio como efluvios de nidos en abril, el primero y acaso el único de su vida, había poseído de tal suerte a Ermélida, la muchachita grácil y divina de la aldea, que ya no concebía la existencia— la pena de vivir—sin el afecto para ella insustituible de Mario Duran.
La imagen de la amada obsesionaba a Mario; lo poseía en uno como inacabable frenesí. Los paisajes sedantes; las mañanas y los atardeceres; los rumorosos ríos y los jardines nevados de luna; el pedruzco ahorcado por locas gramíneas y el pajarillo inseñero que eriza, al trinar, el plumón del buche, todo el encanto y el idioma de la naturaleza, hablábanle a Mario de su querida Ermélida.
Ella, arrebujada en la tibia voluptuosidad de su vencimiento psíquico, espoleada por el anhelo incontenible de su espíritu altísimo, posesa de la atracción mordiente de lo desconocido, no tenía ya lugar que no le evocase un recuerdo, la deliciosa remembranza de su primitivo amor. Miraba las campiñas, los valles bañados en oros de crepúsculo y evocaba al punto la silueta del amado. Si iba al templo a orar por el dios de sus primeras creencias, las mismas facciones lívidas del Cristo le sugerían bellas cosas de su ídolo ausente.
Aquellos dos seres para quienes la vida comenzaba, fundiéronse en uno solo. Los gestos y los sentimientos de Mario eran los mismos de su amada; se entrelazaban, se unían íntimamente. Eran el compacto de una armoniosa dualidad. Tan juntos como dos gotas de agua en una concha de mar; tan cercas que parecían átomos de rocío en el pistilo de una flor. Era el prodigio de ese amor purísimo que rompe en rosas estelares el corazón de los primeros años. Cuando la vida, la dicha y la juventud—tríptico mágico y poderoso— nos hacen soñar el lindo sueño de bogar en el futuro como en un sosegado remanso azul...
En los veinte años frisaba él; ella, en los diez y seis. Veinte años. Diez y seis primaveras. La vida... El amor!
Sigue…sólo este fragmento

EL TRIUNFO DE SILVANO



I                                                               
Mayo cantaba sus últimas estrofas. Era una mañana vernal del mes ele las acacias; el sol pulverizaba los aires como una mariposa de fuego que doras con sus alas la tersura de un espejo. Las hetairas del "Casino Rojo" celebraban con risotadas y grotescas interjecciones la feliz noticia: Blanca Moreno estaba encinta. Los síntomas que anuncian el embarazo habían aparecido inequívocos, y además, el pronunciamiento abdominal no dejaba dudas acerca del regocijado suceso.
Y la gentualla del Casino, aquellas esclavas del amor culpable que aparecen por las noches fascina-doras y juveniles, gracias al conjuro de sus afeites, salían de sus apartamentos, desordenado el cabello, con sus descotes incitantes y desnudos los brazos, pálidas, con palidez de vetusto marfil, contraído el rostro como por neuróticos paroxismos, despidiendo ese vaho mareante de alcohol y cachemir que exhala el cuerpo de las cocotillas trasnochadas. Llegaban al cuarto de Blanquita alborotosas y vulgares: le tiraban de los cabellos, le pellizcaban, dándole besos estridentes y se le colgaban del cuello cual juguetones falderillos y a coro vociferaban:
—Que sea macho, Blanquita!
Blanca retribuyó los agasajos de sus amigas con absoluta indiferencia. Diríase que en ese instante renunciaba de su afrentosa vida. ¿Desfilaba acaso por su mente anonadándola, sumiéndola en honda meditación, el recuerdo mordente del pasado?...
Un anhelo imposible, irrefrenable atravesóle el corazón: cambiar de arriba abajo la vergüenza de su existencia. Es decir, lavar con aguas ¡rústrales sus pecados, eliminar de un tajo la tragedia impúdica que la circuía, renovarse, rehabilitar su nombre, vivir tranquila, en fin.
Probablemente el advenimiento del fruto de sus entrañas le sugería tales sentimientos de saludable renovación moral. Viéndose proclive a la maternidad atormentábale haber adquirido un exacto parecido a su madre. La morbidez de sus caderas, el crecimiento de sus senos, la sensualidad de sus labios ligeramente abultados, el desarrollo de sus formas hacían de Blanca el arquetipo de una hembra castellana. El atavismo renaciendo en ella; el grito violento de la raza!
Un sollozo de angustia le apretujó la garganta y, sola, quedóse mirando pensativa el trozo de cielo que recortaba el postigo abierto de la ventana. Blanca era más conocida con el cognomento de "La Niña", a pesar de llevar un sugestivo y romántico nombre de estrella del cinema: Blanca Moreno.
Sigue…sólo este fragmento

10. ANÉCDOTAS

-         El Señor Rafael Vegas, que tenía una imprenta, fundo en Turmero un periódico que llamó El Paréntesis. Allí Alfredo Pacheco Miranda escribía una columna llamada “El correo del amor”. En Turmero existía un Mavíl, es decir, un prostíbulo o casa de citas. Había en el sitio una mujer muy bella y atractiva que tenía seducido a los hombres en general. La llamaban “La Malva loca”, que no sabía leer. Alfredo, con su espíritu ocurrente, redactaba cartas de amor dirigida al personaje que ansiosamente buscaba el informativo vendido en la placita del frente (Hoy Plaza Villacastin), lo curioso es que creía que en cada ejemplar venía una carta distinta y pedía se la leyeran.

-    A  Alfredo Pacheco Miranda le encantaba preparar con los amigos el célebre sancocho a las orillas del río guayabita o de paya, según escogieran. Allá se reunían para pasar un día del fin de semana o de fiesta. Todos se preguntaran a quien salió Alfredito, su hijo, tan alegre y parrandero?

11. FOTOS:


MONTAJE DE SUSANA PACHECO


MONTAJE SUSANA PACHECO



12. OBITUARIO



13. DERECHO DE AUTOR

Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica. Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición