lunes, 8 de noviembre de 2021

LEYENDAS, MITOS Y CREENCIAS - ARAGUA - POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

 



No.

Contenido

1

Introducción

2

Leyendas

3

Mitos

4

Creencias

5

Bibliografía

6

Derechos de Autor

 

1.   1.  Introducción:

En este escrito abordaremos el tema de las leyendas, mitos y creencias, a estos efectos aclaramos los conceptos.

Una leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se transmite de generación en generación en forma oral o escrita, basado a veces en hechos reales de tiempos muy antiguos y que están presentes en la memoria de la gente. Se basa en personajes humanos, sobrenaturales o con alguna cualidad especial. Basados en personajes reales. Testimonios de personas transmitidos de manera oral.

Los tipos de leyenda son: Leyendas históricas, urbanas, rurales, relatos sobre el origen de elementos de la naturaleza, como animales, plantas, ríos, etc), historias catastróficas sobre el fin del mundo o sobre eventos paranormales y religiosas.

Por otra parte, los mitos son relatos sobre sobre seres sobrenaturales, como dioses o monstruos, que sirven para explicar determinados hechos o fenómenos. Los mitos se refieren a hechos antes de la aparición de la humanidad. Pueden ser Ficticios y simbólicos. Sabemos que el origen de la historia es metafísico. Los dioses transmiten la historia a la humanidad. Son considerados en su conjunto, los mitos configuran mitologías.

Los mitos pueden ser clasificados según sus ejes temáticos: que explican el origen del universo, como el origen de la Tierra. Explican el origen de los dioses. Explican el origen de la humanidad.  Describen la creación de pueblos o ciudades a manos de un ente superior.  Se representa en ocasiones la lucha del bien y el mal, o de conceptos contrarios. Otros mitos explican el origen de plantas y animales, y hasta anuncian el fin del mundo.

La leyenda y el mito tienen, sin embargo, ciertas similitudes: ambos han pasado de generación a generación por medio de la trasmisión oral o escrita, ambos son relatos que buscar explicar un evento o fenómeno que resulta enigmático o misterioso.

La creencia es una Idea o pensamiento que se asume como verdadero. Son normas de comportamiento de un determinado grupo humano. Las creencias pueden ser descriptivas o, por el contrario, indicar una dirección en la que deben ir nuestras acciones.

Se conoce como creencias populares a aquellas que pertenecen al colectivo, que se heredan de generaciones anteriores y carecen de autores o defensores singulares, sino que simplemente “se dicen”. Una creencia popular es un tipo de creencia tradicional y ampliamente difundida en una comunidad cuyo origen exacto no es conocido.

Les recuerdo que los libros digitales de Memorias de Aragua suelen ser libros breves e ilustrados adaptados a las nuevas circunstancias de las redes virtuales. Espero que les agrade este recuento por la geografía del estado Aragua con la información que hemos podido recabar, como son tantas, obviamos algunas, seguro estamos que existen algunas que iremos incluyendo en cuanto nos notifiquen los lectores.

Atentamente,

NESTOR GERMAN RODRIGUEZ.


CONTENIDO:

2.    2. LEYENDAS:

En La Victoria, municipio Ribas,  tenemos las siguientes leyendas:

Encantamiento de la plaza Ribas, "cuentan que quien transitaba solo por la calle La Candelaria, al pasar por el frente de la Casa Amarilla debido a un encantamiento perdía la noción del tiempo y la orientación y caía en un letargo profundo dando cientos de vueltas alrededor de un laberinto insalvable, horas más tarde terminado el hechizo, se encontraba en el mismo punto de partida cansado, sudoroso y asustado.

Dicen que esto sucedía porque en este lugar ahorcaron a un brujo y que el encantamiento se acabó cuando quitaron de la plaza la baranda hecha de cañones y fusiles de la guerra de la independencia. Aunque los victorianos viejos respetan esta historia porque casi todos la vivieron, cuando la narran lo hacen con cierto temor".

Cuesta de las mulas del Camino Real, según el relato de los habitantes de Zuata, "tres mulas procedentes del Llano en época de la Colonia venían con un carruaje, cada una acompañada de personas, y traían un cargamento de monedas de oro.

A la bajada del Camino Real o cuesta de las mulas fueron enterrados los tres animales, para borrar la evidencia de lo ocurrido, también mataron a las personas que estaban en los carruajes, quedando vivos sólo los jefes de éstos. Aún en el cerro se encuentra enterrado ese tesoro, según algunas personas buscadoras de tesoros, se escuchan relinches de caballos en las noches oscuras. Fue encontrado también un esqueleto con sacos de monedas de oro. El Camino Real comunicaba los pueblos llaneros con la capital de la provincia de Caracas".

Promesa a la Virgen del Rosario; cuentan los pobladores de Zuata que "la noche del 20 y madrugada del 21 de octubre del año 1900, ocurrió un terremoto con grandes estruendos y un torrencial aguacero que parecía que acabaría con el pueblo. Los habitantes comenzaron a orar a la virgen y de pronto apareció una señora vestida de rosado con un manto azul, un niño en brazos, una bandera roja y un rosario. La señora con sólo mover la mano donde tenía la bandera detuvo el terremoto. Los pobladores alegres y sorprendidos por lo ocurrido, hicieron la promesa de que todos los 20 y 21 de octubre, sacarían en procesión a la Virgen del Rosario, pues los habitantes de la zona piensan que ella fue quien salvó al pueblo".

Carretón del Diablo del Cerro Tres Picos; cuenta la leyenda que "una vez finalizado el período colonial se oían ruidos extraños que provenían de las alturas del Cerro Tres Picos ubicado en el sector Mamón Mijao. Se dice que aproximadamente a partir de las doce de la noche, estos ruidos eran producidos por un gran carretón cargado de arena que era movido por caballos forzudos de color negro y conducido por el Diablo. El carretón seguía su trayecto hacia los caminos del Mamón-Mijao, La Ceiba, La Trinidad, San Ramón, El Trapiche, La Julia, El Rodeo, Los Tanques, Bello Monte, Ribas-Celis y el camino que conducía hacia la entrada de Zuata y que hacía dos paradas estruendosas, una en el sector El Rodeo donde dejaba una parte de la carga y otra, en El Placer, hoy plaza Bolívar, donde dejaba el resto, de ahí desaparecía misteriosamente. Esta leyenda tiene gran importancia para la comunidad de Zuata por formar parte de la historia de este hermoso pueblo. Esta manifestación oral aún persiste y el cuento del Carretón se les suele narrar a los niños para producirles miedo".

Montaña del Indio Acostado, se dice  que "desde la ciudad de La Victoria, vía hacia Pie del Cerro, a cuatro kilómetros y medio del cruce de La Gavilana puede apreciarse la figura de un indio acostado. En relación a su historia cuentan que Araguaney era una princesa muy hermosa pero triste, que no se había desposado soñando encontrar un amor imposible. Los hechiceros de la comarca le habían prohibido que se bañara en el río los días de luna llena pero ella los desobedeció y decidió bañarse en el río ese día y cuando esto acontecía se apareció el indio Tiquire, hijo del cacique Guaracarima, y al verse se enamoraron y amaron sobre las piedras. El padre de ella al enterarse de lo sucedido la encerró en una choza custodiada por dos indios debido a la rivalidad que existía entre las tribus. Una noche el indio Tiquire la fue a rescatar y en la huida, fue herida por una flecha. Ellos continuaron su marcha hasta el pie del cerro donde dejaron el caballo y siguieron a pie. El indio la llevaba en brazos pero al llegar a la cima ella había muerto, por lo que la colocó en el suelo y se acostó a su lado quedándose dormido. El indio al despertar se encontró a su lado con un frondoso árbol de araguaney. Él se acostó en la cima cruzando los brazos sobre el pecho y permaneció en el lugar hasta que la luna llegó a menguante y sus dioses lo convirtieron en montaña".

El Descabezado, según cuenta la tradición, "al filo de la media noche cuando las últimas sombras envolvían la zona, desde la misteriosa quebrada arrancaba a rienda suelta la carreta del descabezado. Escuchándose relinches de potrancas, chillidos de ruedas resecas, chasquidos de fusta llanera y las voces de "sálvese quien pueda, allí viene, allí viene, viene el descabezado". Ya los últimos conversadores de la esquina La Unión, cautelosos emprendían la retirada, pues por el camino iba la carreta a todo dar con un carretero sin cabeza que envuelto en un manto negro, gritaba sin cesar. Las ventanas se iban cerrando poco a poco, un silencio de ultratumba se sentía en los zaguanes, letanías, responsos, oraciones, cruces y agua bendita, "Ave María Purísima, sálvanos de todo mal", "descanse en paz el alma del descabezado" se repetía. Pero ya con el amanecer volvía la calma, chirriaban los portones al abrirse y sobre la tierra húmeda alguien veía nítidamente las huellas de la carreta".

Leyenda del León, esta leyenda trata de "un animal que persigue a las embarazadas para abrirles el vientre y comerse al bebé. Por la tradición de esta leyenda, se dice que una mujer encinta no puede salir sola al monte porque corre el peligro de ser comida por el león. Se dio el caso de una mujer encinta que salió al monte a buscar leño y sentía que algún animal la seguía. Se devolvió a su casa a contar lo sucedido a un compadre quien le dijo que se había salvado porque él había visto pasar al león y lo espantó. Para los habitantes del municipio esta historia es valorada no como una leyenda anecdótica sino como una realidad que sucede en los distintos caseríos".

En El Consejo, Municipio Revenga, tenemos:

Leyenda de Los Encamisonados; "los habitantes de la población de El Consejo, pese al tiempo transcurrido entre todas las generaciones, siempre han estado familiarizados con este relato legendario. Cuentan que Los Encamisonados eran hombres vestidos con largos y vistosos camisones de satén, que culminaban en puntiagudas capuchas que ocultaban el rostro. Se dice que en la década de los cuarenta solían sorprender a los lugareños quienes ante tan extraña presencia se espantaban. Los Encamisonados aparecían en diferentes sitios de El Consejo, específicamente en las esquinas de Victorio Lías, en el cruce de las calles Sucre y Rivas Dávila y en las plazas Bolívar y Miranda. Refieren también los lugareños que estos personajes se les aparecían a aquellas personas que tenían noviazgos prohibidos, aquellos noviazgos que tenían como impedimento social verse o compartir en público. Al grito de Los Encamisonados la novia desaparecía rápidamente de su casa para encontrarse furtivamente con su amado".

Leyenda de La Mula Maniá, se cuenta en el pueblo que "La Mula Maniá se anunciaba cuando sobre los pedregales de las calles se escuchaba arrastrar una cadena. Decían que la mula trotaba fuertemente, relinchaba, daba pasos hacia delante y hacia atrás, generando miedo entre los vecinos. De acuerdo al imaginario colectivo de los consejeños, la mula tenía las extremidades atadas por cadenas de metal y latas de aluminio, que producían el perturbador ruido. Algunos dicen que la mula todavía aparece a altas horas de la noche, sobre todo en la época de hábeas corpus y en el día de los difuntos. Este cuento forma parte de las historias fantásticas que, por generaciones, se han rumoreado entre los consejeños".

Leyenda del descabezado del Morgado, "en la zona adyacente a la casa Morgado se cuenta que aparece un espanto de un hombre sin cabeza, razón por la que se le conoce como el descabezado. Aparece montado a caballo y vestido impecablemente con un liquilique blanco. De la casa del capitán Morgado —un rico hacendado de la época colonial— nació la leyenda de este jinete, aparecido en los atardeceres sobre su caballo, y que ayudó a dicho capitán a conservar sus bienes durante la guerra de independencia. Esta leyenda forma parte del patrimonio oral de El Consejo ya que por años se ha transmitido a todas las generaciones".

Leyenda de La Sayona, dentro de la tradición oral venezolana, "el relato de La Sayona es uno de los más difundidos. Existe en todos los Municipios de Aragua con diferentes relatos. Se le llama Sayona por la saya -vestidura en forma de túnica- que viste la dama. Los habitantes de El Consejo cuentan que en horas de la madrugada, en las cercanías de Barrialito, aparece una mujer encantadora de aspecto muy atractivo. Al verla, los hombres se acercan a ella en búsqueda de una aventura amorosa. Sin embargo, el ánima de La Sayona crece y se alarga hasta adquirir un aspecto fantasmal y emite aterradores alaridos y risas, lo cual provoca el desconcierto y la huida de los hombres. Entre los relatos que se rumorean entre los venezolanos en los pueblos, el de La Sayona sigue siendo uno de los más espeluznantes y su aparición siempre se considera posible en muchos poblados".

Acá le presentamos otra versión sobre La terrorífica Sayona, existen muchas acerca del origen de este espectro, uno de los divulgados es este: "La Sayona era una mujer muy celosa de nombre Casilda, ella mató a su amante y a su madre por creer que tenían un romance secreto. Su madre, en sus últimos minutos de vida, lanzó una maldición hacia su propia hija, convirtiéndola así en un alma en pena que vaga por los llanos venezolanos hasta el final de los tiempos.

Su nombre de Sayona se debe a que porta un sayal negro con el cual cubre su extraordinaria belleza, engatusa a los hombres infieles para llevarlos a una trampa mortal y de esta forma acaba con la vida de los mismos. Algunos dicen que sólo asusta de muerte a los hombres, mientras que otros afirman que se da un festín con sus víctimas comiéndolos vivos con sus dientes afilados como espadas y uñas tan largas como lanzas.

Quizás lo más atemorizante es que es el único espectro de la lista que tiene la particularidad de metamorfosis, esto significa que puede aparecerse a los hombres infieles en la forma de un perro, lobo, un ave o en la mujer hermosa anteriormente mencionada".

3.    3. MITOS:

Leyenda de La Rezandera, "entre los habitantes de Quebrada Seca se comenta que allí aparece el diablo y se cree que Petra Antonia, mejor conocida como La Rezandera, fue quien lo ahuyentó. Ella cuenta que mientras rezaba un rosario en la morada de la Virgen del Carmen, el diablo se le aparecía y arremetía con gran fuerza contra el rosario, dejándole en la mano sólo un misterio y la cruz. La Rezandera siempre se mantuvo con mucha fe mientras invocaba sus oraciones religiosas, hasta que un día el penetrante olor de azufre que invadía el pueblo con las apariciones del diablo desapareció. Los lugareños están convencidos de que fue gracias a la labor de esta rezandera que el personaje maligno dejó de espantarlos".

Leyenda del Ánima Sola, "en el pueblo se cuenta que a mediados del siglo XX, cuando sonaba el último toque de las campanas de la iglesia a las 9 de la noche, la gente se iba a dormir, pues se creía que este último toque de campana anunciaba la aparición del Ánima Sola por las calles del pueblo. El sonido de las campanas asustaba a los lugareños y hacía que éstos se recogiesen temprano en su casa. El Ánima Sola era un alma devota que caminaba solitaria por las aceras del pueblo, dejando un hueso en las ventanas donde había gente asomada durante la madrugada. Así continuaba su ruta por el pueblo hasta que, por una suerte de encanto, desaparecía repentinamente, causando una gran impresión entre aquellos que la veían. Esta leyenda es parte importante de las tradiciones orales de El Consejo, ya que los lugareños no dudan de la presencia de ánimas y seres sobrenaturales en su cotidianidad".

Cabello convertido en culebra, "en las zonas rurales y asentamientos, hace más de 50 años se creía que el cabello podía convertirse en culebras. Puesto que las culebras abundaban en el monte los pobladores les decían a los niños de la zona que cuando se peinaran no lanzaran cabellos al río, porque si caía al agua un cabello con raíz se convertiría en culebra. Pese a que esa creencia ya no se toma en serio, aún se recuerda como parte del patrimonio oral de la comunidad".

Leyenda de la casa de los duendes, "según una leyenda popular consejeña, en una casa grande y vieja de la calle Bolívar, cerca de la iglesia, habitaba una pareja de esposos. La mujer tenía sueños recurrentes con su madre fallecida quien le comunicaba que era heredera de una fortuna de prendas de oro y monedas que estaba dentro de una vasija de barro enterrada en una esquina de la habitación donde la pareja dormía. La mujer le comentaba al marido los sueños y le planteaba la posibilidad de buscar el tesoro. Él le respondía con negativas y burlas, instándola a que se olvidara de esa descabellada idea. Los sueños se vuelven cada vez más recurrentes hasta tornarse en pesadillas. La mujer pidió cambiarse de habitación y se mudaron al cuarto de enfrente. Por seguridad el esposo colocó por dentro una barra de hierro para trabar la puerta. El sueño se repitió pero ahora a la madre le acompañaba un cura y ambos conducían a la mujer hasta la habitación donde está el tesoro. Al despertar ella se da cuenta de que se encontraba en dicha habitación. Sus gritos despiertan al esposo y ambos se sorprenden al ver que la puerta sigue trancada por dentro. El asombro es mutuo; no obstante el hombre le dice que eso le pasa por andar comiendo caraotas con paticas de cochino tan tarde. Ella respondió que la única forma de acabar con ese asunto es desenterrando el tesoro, pero él, incrédulo, rechaza nuevamente su propuesta. Una mañana que él estaba solo en la casa - pues la mujer había salido a comprar sal - se topa con tres hombrecitos pequeños de medio metro de altura, sin camisa, barbudos, con picos y palas, quienes le piden ayuda para sacar el tesoro y repartírselo entre los cuatro. El esposo salió corriendo despavorido y se topó con su mujer que volvía de regreso. Ella le da de beber agua bendita mientras él, aun temblando de miedo, le cuenta lo que acaba de ver. Ahora era ella quien se burlaba de su miedo y de sus visiones. Él le pidió disculpas y le rogó que nunca más lo volviera a dejar solo en la casa. Desde entonces los esposos no se separaron, ni se abandonaron por un segundo y él ya no se burló más de los cuentos sobre muertos y espantos".

En El Limón, Municipio Mario Briceño Iragorry, tenemos:

Leyenda del Pozo Encantado, "cuentan los viejos habitantes de la comunidad de El Limón que existe un pozo muy agradable al que gente suele acudir a bañarse y hacer excursiones en los días de verano, aún a pesar del riesgo que esto implica, pues aparentemente está encantado. Para acceder a este pozo se debe seguir el curso del río y, muchas veces, trepar y ladear las grandes piedras y saltos de agua. Algunos de sus visitantes afirman que al bañarse en sus aguas comienza a soplar una brisa que, poco a poco, se hace más violenta, haciendo que las aguas del pozo comiencen a arremolinarse como si debajo del agua hubiese un enorme animal revolviéndose. Tras este fenómeno, se detiene el viento repentinamente, las aguas se quedan quietas y se hace un gran silencio que antecede a la aparición de dos urnas desde el fondo del pozo: una amarilla y otra azul. Dicen que el curioso que se meta al agua para tocar las urnas, es atrapado por éstas y es llevado hasta el fondo del pozo".

Leyenda de la Cruz de El Limón, se dice que "en el año 1945 ocurrió una terrible sequía en El Limón. Cuando llegó el mes de mayo, varios conuqueros prometieron a la Santa Cruz construir una cruz de cemento si hacía que lloviese, pero esto no ocurrió. Decidieron, de igual modo, construir una cruz y abrieron unas zanjas en el suelo con dicha forma y las rellenaron con cabillas, arena y cemento. En ese momento, como si la cruz hubiese escuchado, el cielo se encapotó y se desató un gran aguacero que duró tres días. Taparon la cruz con hojas de cambur y palma y luego decidieron construirle una pequeña cabaña. Los frailes benedictinos que regentaban el colegio Padre Antonio Leyh en la hacienda La Trinidad iban a dar misa allí. Cuentan que una vez un visitante italiano fue a pedirle a la cruz que le cumpliera un gran favor y que, cuando éste le fuese concedido, vendría y le construiría una capilla. Dos años después, así sucedió. Posteriormente llegó un cura a la capilla, a quien le pareció que la cruz era fea y la sustituyó por una, a su parecer, más bonita. Tiró la cruz de cemento al río, pero los propios vecinos lograron rescatarla y la colocaron en el patio de la casa de la familia Cardozo, donde se encuentra desde hace quince años y continúa haciendo milagros".

Leyendas en el Municipio Mariño, Veamos:

El Carretón de Turmero, en Turmero  "se cuenta una leyenda fantasmal, con la cual muchos todavía amenazan a los niños desobedientes y a personas que se encuentran vagando sin camino. Durante las noches más oscuras, recorría las principales calles de la ciudad el Carretón, que sonaba una perolera y luego se alejaba hacia lugares desconocidos. El origen de Esta historia es de la época colonial y fue provocada por tantas muertes que dejó la peste negra, llamada Cólera Morbus o vomito negro, la cual se inició en Europa. Cuentan que era tal la desolación que no había tiempo de cargar los cadáveres, por lo que se abrían grandes fosas colectivas, allí eran arrojados por una carreta.

El sonido de la carreta se fue grabando en las mentes de los habitantes. El ruido de sus ruedas representaba a la muerte. Esto, naturalmente fue creando la leyenda del carretón, del extraño sonido buscando los próximos a morir. El carretón fantasma era una especie de carreta grande o carruaje en llamas, tirado por cuatro briosos caballos que relinchan y corcovean aterradoramente. Se decía que el carretero era el mismo diablo que se llevaba a los que vivían en el pecado y la maldad. Se trata de un carruaje que aparece haciendo ruido con los cascos de los caballos y las ruedas que arrastran largas cadenas y es guiada por un cochero vestido de negro y ojos rojos que produce estridentes gritos, la gente se asoma a verla desaparece, y su presencia es asociada a acontecimientos trágicos que están por ocurrir, como por ejemplo la muerte de alguna persona conocida. Volvemos a repetir, La carreta es tirada por un burro y conducida por un cochero sin cabeza. Hace mucho tiempo que no se le ve por dichos lugares pero el ruido que produce al pasar ya es característico de la zona".

El callejón del diablo, "una callecita muy angosta que se ubica  muy cerca de la Plaza Mariño, entre la Calle Urdaneta y la calle Miranda. Según lo indican algunos lugareños, el desconcertante nombre de la calle proviene de las habladurías de la gente del pueblo que en otra época aseguraban haber visto en este estrecho callejón al mismísimo Lucifer deambular por sus rincones.

De entre los pocos valientes que lo llegaron a atravesar en su momento, había un borracho que distraído por su estado, decidió tomar el Callejón del Diablo como atajo. Tras adentrarse, a unos metros detectó a un personaje recargado en un árbol de mango, y aunque en un principio parecía una persona normal, de pronto un misterioso destello de luz cayó sobre la persona y develó el terrorífico semblante de la criatura. Al contemplar la imagen, el ebrio intentó correr, pero sus pies se quedaron pegados al piso hasta que la terrorífica visión se desvaneció. Aparte no es lo único que se ha escuchado, otra leyenda cuenta que un día apareció el cuerpo de un usurero llamado Julio. Este hombre había pasado su vida persiguiendo personas para cobrarles deudas y de acuerdo a los rumores, su muerte se debió a un altercado que tuvo con el mismo diablo que lo estaba castigando por su horrible comportamiento. Ya sea, que creamos o no en fantasmas, estas historias nos permiten entender que en esta extraña y hermoso pueblo venezolano, todo rincón tiene una historia asombrosa que contarnos. Sólo tenemos que caminar más seguido y por qué no escuchar lo que nos cuentan los lugareños de la época".

La princesa Marcela: Escribe Rodolfo Emilio Moreno que en paz descanse, lo siguiente: "Tal vez los orígenes de algunos lugares de Turmero se han venido confundiendo con los “cuentos” de los viejos, por eso es posible que el nombre que ostenta la comunidad de “LA MARCELOTA”,  haya nacido producto de esta  leyenda que traemos a colación. Corrían los años 40 y había un pozo del río que recorre por un costado a  lo que hoy es la “La Marcelota”, cuando se decía en todo Turmero, que ningún  niño  se podía bañar en el pozo “el Samán”  del mencionado río, porque habían duendes que se los llevaban a su mundo, un supuesto  mundo de  pequeños seres  confundidos con  ángeles entre los que estaba una princesa indígena cuyo nombre dio origen a ese sitio de Turmero, afirmaban que por aquel portal los menorcitos eran atraídos hacia ese mundo en sospechas, el cual aumentaba su población con inocentes criaturas tomadas de nuestro mundo terrenal.  El único testimonio dado por cierto - según aquellos habitantes de La Marcelota - era el de  un niño de una familia de apellido Martínez, que logró regresar por la benevolencia de la virgen María que en advocación virgen del Carmen,  se habría de convertir en patrona de La Marcelota,  un dieciséis de julio, día en que la feligresía de esa comunidad agrícola de aquel entonces, celebró la primera  misa en su honor y en ella  le pidieron el milagro suscitado horas más tarde.

Indagando entre los  más viejos se conoció de una original leyenda surgida seguramente de los buenos y elementales deseos y sentimientos de los lugareños, en su mayoría descendientes lejanos de los primeros pobladores de lo que fue una pequeña aldea de indígenas fundada por un cacique Meregoto,  padre de una bella princesa de nombre Marcela, quien huyendo de los españoles pretendiendo encontrarse con un joven príncipe indígena también fugitivo y amado por ella, terminó sus días en ese pequeño valle. A dicha princesa sus cuidadores le atribuyeron el don de poder transformarse y desaparecer en las cristalinas aguas del río, cuando los soldados españoles andaban en su búsqueda, a ella la perseguían por no haber aceptado las pretensiones de ensuciar su cuerpo y su alma prostituyéndose con  uno de ellos, luego que mataron al príncipe indígena que era su pretendiente. Lamentable fue además el crimen cometido por estos invasores contra los rebeldes y valientes indígenas que por orden de su cacique velaban por la integridad física de la princesa Marcela, ya que sorpresivamente fueron asesinados mientras dormían, gracias a un mestizo delator, que a cambio de privilegios los llevó hasta ellos.

Muertos su príncipe amado y sus cuidadores, Marcela habitó en el mundo de los duendes y los domingos  por la mañana cuando regresaba al solitario por el hermoso bosque  de lo que es en el presente La Marcelota, lloraba de tristeza su soledad, era así que sus lágrimas corrían en las cristalinas aguas del río convirtiéndose en melodía de un  ligero canto emanado de su hermosa voz en su lengua autóctona. Se dice que en él contaba su historia a los animales, quienes eran sus únicos oyentes.

Un día,  varios indígenas fugitivos del imperio español provenientes del puerto de Chuao, acamparon a escondidas en un lado del camino de recuas por donde habían escapado, fue en medio del obligado descanso cuando oyeron a lo lejos aquella triste canción con tan hermosa melodía, es así que fueron atraídos y se internaron en el bosque llegando hasta el pozo “el samán”, el cual asociaron con un enorme samán caído sobre una de sus orillas y pudieron ver a la princesa Marcela en su sufrimiento, más al acercarse a ella desapareció. Uno de estos indígenas que se había enterado de lo ocurrido y conocía al cacique que se  negaba como ellos  mismos a someterse a la esclavitud impuesta por los españoles, fue hasta él y le dio aviso por lo que vinieron al lugar pero no la encontraron jamás, luego suponiendo que había muerto y por eso su espíritu apareció aquella vez a los fugitivos, su padre decidió oficializar en aquel sitio una pequeña aldea poniéndole el nombre de su hija, la princesa  Marcela, por lo que esos indígenas fundadores y sus descendientes a medida que fue creciendo la población con el propósito de evitar el asedio español, le pusieron el nombre de La Marcelota, nombre que conserva hasta el presente".

El fantasma funerario: Otro leyenda de Rodolfo Emilio Moreno dice esto sobre el personaje: "Alto y delgado, pálido como hombre en pleno susto, voz baja y suave pero de mirada acerada y de andar mangoneado sobre una bicicleta con matricula, Carlos Soto, “Carlitos el funerario” apodo injusto porque de eso vivía y no debió ser objeto de burla cantada con la vulgaridad del verbo, pero es así que podemos describir a este personaje, precursor de la actividad fúnebre de Turmero por allá en los años de principios del siglo 20.

Su vida pública debió ser igual a la privada, rodeada de misterio, porque después de muerto los turmereños de aquel entonces aseguraron que su fantasma comenzó a aparecer tratando de hacer lo que siempre hizo para vivir.

Bien, vamos a contar lo de Carlitos el funerario, el diminutivo se lo puso su madre desde niño para diferenciarlo del hermano mayor de este. Al papá le decían “Carlote”, su voluminoso cuerpo y su voz de ogro lo justificaba, en nada parecido a sus dos hijos, quienes llevaron de primer nombre el suyo,  - comentaba Delia Jaramillo madre de nuestro personaje - “Carlote  se pone bravo si no le pongo su nombre a sus dos hijos, Carlos y Carlitos para saber quién es quién”.

Cuando arribó a su mayoría de edad Carlitos había adquirido cualidades de comerciante y vio una oportunidad en una funeraria de Maracay, cuyo dueño era amigo de don Valerio, en la primera oportunidad lo visitó y le conversó su idea. A los días estaban en el “negocio” y nació así en Turmero la actividad de cobrar una cuota semanal,  que serviría para asegurar cuando menos, el pago del ataúd el día que la persona que pagaba falleciera, desplazando la odiosa súplica de los dolientes de recurrir a la “urna de caridad” que era un cajón retornable de madera forrado con fieltro negro que administraba la municipalidad.

Lo cierto es que “Carlitos el funerario” se hizo conocido en todo el pueblo  y hasta en los sitios más  alejados más allá de Guayabita, La Marcelota, Pedregal, etc. Se le veía montado en su bicicleta con un maletín colgado del tubo del medio donde llevaba las tarjetas de sus “asegurados” y la plata, que de a 1,50, dos y tres bolívares semanal, acumulaba según el servicio contratado, pagos que nunca alcanzaban a la hora del muerto y había que completar los gastos, pero siempre resultaba un alivio en esos momentos de dolor.

Carlitos se casó y a pesar de su actividad que espantaba a más de uno, formó parte de la vida social y procreó con su única mujer cinco varones y dos hembras. La gente del pueblo nunca estuvo clara entre aceptarlo o negarse a su amistad.

Carlitos enfermó y un día de agosto murió en Maracay en el “Hospital Civil”. En el momento nadie supo de su enfermedad y al final tampoco de su muerte. En Turmero, salvo unos pocos lo creían vivo, porque en esos días le vieron haciendo la cobranza  semanal y hasta afirmaron haberle pagado y por eso hubo pleitos con la funeraria que se vio forzada a cesar en sus actividades en estos predios.

El caso más recordado fue el de Anastasio Bolívar, un chofer de camión, en ese tiempo un “profesional” el cual murió de un infarto en el patio de la casa y la viuda Piedad de Bolívar, “Pijita” como la llamaban, se dispuso hacer las diligencias pertinentes para que le prestaran el servicio, contó que el primero que llegó a su casa  fue Carlitos el funerario y este la orientó para que le dieran lo que le correspondía, si le extrañó que llegó sin que nadie le avisara, pero en esos momentos “quien va a estar pendiente de esas cosas”, alegó.

La funeraria reconoció los pagos y prestó el servicio, pero a ese caso siguieron otros a los que se negó porque era imposible que un muerto estuviese cobrando y menos asesorando a los deudos, siempre existió la duda  razonable  ante la posibilidad de algún avispado timador y por eso hubo un corte de fecha con aviso a los asegurados turmereños. Más las apariciones no terminaron y por un tiempo Carlitos el funerario fue noticia. El fantasma funerario, reseñó un periódico de Caracas en su sección de misterio con los datos aportados por la gente, se ligó con algo sumamente extraño que ocurrió el 20 de agosto de 1955, como fue el de una densa bruma que cubrió la plaza casi hasta el mediodía, no era humo, era neblina y los que se arriesgaron a permanecer dentro de ella no sintieron frio; encima de eso, vieron gente desconocida en su interior paseando y conversando tranquilamente y entre los pocos conocidos estaba Carlitos el funerario, última vez que lo vieron".

El Hombre Ratón, escrito por Rodolfo Moreno. "Muchos acostumbran darle ese apodo a ciertas  personas cuando actúan indebidamente, pero en el caso que les contaré es tan real que no da espacio para las comparaciones, tiene su ingrediente del imaginario  popular como siempre ocurre en Turmero, pero aclaro; por no ser tan antigua su data como han sido otros relatos  de esta sección, cambié algunos nombres y sitios del pueblo para no dejar pistas que expongan al bochorno a sus protagonistas.

1980, víspera de cambios en el país, Turmero arrastra todavía viejas costumbres y también “mañas” que por poco se transforman en hábitos.

Eran los meses de Julio y agosto, dos meses lluviosos que hacían estremecer la conciencia y buscar en la fe cristiana el cobijo para librarse de los males que la gente misma provocaba, ya hacía varios años que Pedro Amador remedaba en una esquina cercana al Concejo Municipal lo del “hombre ratón”, la mayoría se burlaba porque a excepción de él nadie hablaba esas cosas, (al final veremos por qué),  tan solo un viejo y hábil chichero con fama de echarle una gotitas de “agua de angelitos” para que el muchachero de la Escuela Revenga le hiciera colas, era el único que por los lados de la “falconera” de manera discreta, sostenía que conoció también al “hombre ratón”, pero veamos que era eso del hombre ratón en la boca de Pedro Amador.

En medio de las tempestades nocturnas a veces aparecía un hombre de mediana estatura con cuerpo de ratón,  su enorme cola se arrastraba en el barro de las calles del pueblo, dejando un surco que a la mañana siguiente era el testimonio de su  existencia y también la alarma para los más creídos en asuntos de fantasmas. ¿Su origen? A excepción de Pedro y el chichero nadie quiso explicar, ni que era eso; ni por que aparecía en algunas noches de estos meses, pero según Pedro logró averiguar, que fue por un castigo  a petición de una madre a su hijo, cuando descubrió que le había robado todo el dinero de sus ahorros y sus pocas joyas que con tanto  esfuerzo había adquirido a lo largo de su vida. Ella, llena de rabia no midió la fuerza de sus palabras hacia el infractor, olvidando que hay horas en las que los ángeles dicen amén, y lo dicho se cumple como mandato divino para bien o para mal.

“Robas como los ratones y solo le pido a Dios que haga justicia y cada vez que pienses en robar a alguien sientas que primero robaste a tu madre como un ratón”

Palabras de la madre, que se transformaron en un decreto en la interioridad de su hijo; tanto o más que la energía del propio miedo al castigo por el pecado cometido y más de eso, fue la justicia invisible pero real que rige a los seres humanos, -- vino así el castigo -- cual espada desenvainada para tallar los hechos y dentro de ellos los corazones y el cuerpo de uno de sus protagonistas.

Siempre Pedro en voz alta se hacía una doble pregunta: ¿Cómo ocurrió y cuánto duraría ese castigo? Por eso es que siendo él un joven lleno de valentía y de buenos sentimientos, quiso aportar algo a favor, buscándole solución y fue en una noche que aguardó hasta que se encontró con aquel ser de aspecto creencialógico al que los demás le huían después de persignarse,  lo increpó diciéndole: “¿cómo te llamas y por qué sales de noche?”, tal parece que por tener parte de su cara convertida en ratón no podía hablar y mostró dos afilados colmillos que a Pedro lo asustó de tal manera que se alejó a toda carrera.

Por la mañana recuperada la calma y el valor hizo seguimiento a la huella que tan extraño ser dejaba detrás de sí y llegó a una casita por los lados del caserío  Payita, donde una solitaria anciana que apenas si veía pudo recibirlo, entre lágrimas ella contó de que se trataba y estaba arrepentida, su hijo convertido en un mutante permanecía encerrado en un cuarto y solo se atrevía a salir de noche, -- ella a sabiendas del miedo que infligía a los demás, le exigía que no se alejara de la casa,--detrás de sus diarias oraciones hacía la constante súplica, abrigando la esperanza que en la medida que se arrepintiera el hijo y ella de su primera petición a Dios,   su cuerpo regresaría a la normalidad, pero eso no ocurría, ya tenían varios meses en eso.

Enterado  del asunto, Pedro se atrevió contarle al cura del pueblo lo que parecía un cuento de misterio y el comprensivo sacerdote aceptó visitarlos.

A partir de esos momentos en los que el cura se tomó el asunto bajo su responsabilidad, porque así lo manifestó varias veces, el sosiego y  la paz distraída por las apariciones nocturnas de aquel ser tan extraño, se hicieron  costumbre nuevamente en Turmero, nadie lo volvió a ver y el cura no habló más de eso.

Pasó poco tiempo en que el sacerdote falleciera  llevándose a la tumba el secreto de si resolvió o no el asunto,-- sostuvo Pedro – “posiblemente  no, todavía en algunas noches se le ha visto al hombre ratón cuando llueve, se le ve con la luz de los relámpagos y su andar es lento y sigiloso, solo que ahora no deja huellas como antes”.  Pedro que a Dios gracias está vivo todavía, asegura que nunca supo que ocurrió en la casa de la anciana desde el momento en que llegó el cura, pero cierto es que pasó a ser un misterio más de este pueblo. Recordó que el chichero, quien dijo ser hermano de la anciana y único testigo de su relato, también dejó de existir hace mucho tiempo. Los que fueron estudiantes de la Revenga en aquellos años y que alarmaban al pueblo adulto por estar haciendo colas para comprar chicha, recuerdan a este ambulante “hombre de negocios” con el apodo de “torito” y sus chichas con agua de angelito.

Más del hombre ratón, aun cuando otros no tan privilegiados dicen haberlo visto ocasionalmente en alguna noche merodeando en la plaza, se “guardan en el silencio sus opiniones”, seguramente para evitar encontrárselo una de estas noches tan oscuras por los apagones que ahora ocurren en Turmero".

La Cruz del Perdón, "esta cruz está situada en las afueras del patio de la Iglesia Inmaculada Concepción de Chuao, hacia el lado izquierdo, en frente de la plaza Bolívar. Cuentan los pobladores de la localidad que Catalina Mejía, esposa de Pedro Liendo, primer propietario de la hacienda Chuao, no pagaba dinero a sus esclavos más que con comida, y cuando murió dejó enterrado dinero y documentos de la hacienda debajo de los cimientos de la Cruz del Perdón. Al parecer esa creencia permanecía en el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, pues se dice que este quería cortar la cruz para sacar lo que ocultaba en su base. También relatan que en tiempos de la Colonia, cuando uno de los esclavos era perseguido y lograba llegar hasta la cruz, se arrodillaba frente a ella con la esperanza que no fuese castigado y, según el rito, era absuelto automáticamente de las culpas y volvía a sus ocupaciones. Hace algunos años esta antigua cruz de palo de rosa fue sustituida por otra de madera. Se dice que a la persona que desarticuló la cruz se le reveló un aviso de orden divino, y al regresar a Chuao devolvió la cruz antigua a su lugar, adosándola a la nueva, razón por la cual hay dos cruces en el mismo lugar. Para la localidad esta cruz es un símbolo de protección y juega un papel vital en las celebraciones del Corpus Christi".

El Pañuelo de Madras: Sucedió en una hacienda llamada La Tovareña, en Turmero, a orillas del río Paya. "Un personaje llamado Malayo que decía: “Las cosas no son del dueño, sino de quien las necesita”. Una noche entró a La Tovareña y el propietario Don Emiliano lo esperaba escopeta en mano. Malayo llevaba un saco, un garabato y un machete pequeño. Monea la mata de coco y estos caen al suelo. Don Emiliano dispara y Malayo cae al suelo como una iguana y desaparece. Hubo una quietud y Don Emiliano pudo ver un hombre a caballo que venía hacia él. Tanto los ojos del caballo como del jinete eran 4 bolas de fuego. Y el hombre gritó: ¿Por unas pipitas de coco, Emiliano? Malayo: El hombre a caballo".

De La Colonia Tovar, Municipio Tovar, tenemos:

La leyenda de Tadeo Ramírez.  "Este era un señor malo que cuando llegaba a una casa le gustaba una muchacha, y se tenía que casar con ella a juro. Un día llegó a la casa de la familia Ruth; había una muchacha bien bonita y dijo que se iba a casar con ella. Un día llegó y se casó con la muchacha. El día que se casó con la muchacha llegaron un grupo de viejitos; hizo un brindis, y escupió todos los vasos, y se los tuvieron que tomar. Todo el mundo le tenía miedo.

Un día vino un muchacho de La Victoria que tenía 16 años, y dijo: “Si ustedes le tienen miedo, dame la escopeta, y yo si lo voy a matar”. Se montó en una mata de guama que estaba en el centro del pueblo, y lo mató.

Después lo celebraron y lo enterraron en el cementerio, con la cabeza pa´abajo, y al hermano lo amarraron de dos caballos, y lo arrastraron por todo el pueblo hasta la Plaza, y lo mataron, y lo velaron.

Fueron a celebrar en la Casa Benitz, y se tomaron un palito, y le cortaron la planta de los pies, y cuando se dieron cuenta había desaparecido.

Otra versión sobre el mismo personaje dice que era un hombre que cuando vino a la Colonia se dedicó a matar a las personas; cuando había matado a 11 personas, quería matar a otra para completar la docena; entonces se casó con una mujer a la fuerza; cuando llegó a la Iglesia, el Padre los casó, pero falsamente. Un día, cuando Ramírez estaba caminando, un muchacho que estaba en la troja de su casa, en el pueblo, le disparó a Ramírez en el cuello; pero no murió; entonces el muchacho bajó con su espada y le cortó la cabeza. Y como el Coronel era tan malo, lo enterraron en las escaleras del cementerio para que todos lo pisen. Fue la victima doce.

La constante que se puede apreciar en todas las versiones es el hecho de que Tadeo Ramírez sea un foráneo para los colonieros, que se caracteriza por su increíble maldad. Sin duda alguna que la leyenda codifica un tiempo de barbarie vivido en Venezuela y que Colonia Tovar sufrió particularmente, tanto por su difícil acceso como por su carácter de colonia; sin embargo, existe un importante equilibrio al interior de la mayoría de los relatos, pues el joven que los libera es otro foráneo".

De San Mateo. Municipio Bolívar, tenemos:

Antonio Ricaurte se inmolo o no? "La historia que esconde San Mateo es una de las que más resuenan en nuestra historia por su belleza, llamada por el escritor Juan Vicente Camacho, «Una página de Homero». No es para menos, porque en ella está el espíritu patriota de aquella República que aún no nacía. Muchas son las distancias que nos separan de Nueva Granada, a pesar de las similitudes, pero si hay algún héroe del vecino país que deba ser nombrado por la eternidad, este es Antonio Ricaurte. Según lo emitido por Delacroix en el Diario de Bucaramanga, aquella leyenda no era más que un invento del Libertador para subir la moral patriota, pero según los registros de Morales, puede que parte de esa historia no esté tan alejada de la realidad; no sería de extrañar que Delacroix haya distorsionado los hechos, pero esa clase de juicios, sin pruebas que los respalden sería una irresponsabilidad histórica".

Desde Camatagua. Municipio Camatagua, nos relatan lo siguiente:

Leyenda del Cerro de la Virgen. "El Casupal cerca del cerro de la virgen en Camatagua existe un manantial que nace debajo de una piedra, es un afluente de la quebrada de Zapetopo dicen que existían en ese lugar un jardín del edén, con muchas frutas como peras, manzanas, piñas, y si alguien se comía una fruta en ese lugar está bien, pero si se la traen se pierde en el camino de regreso, cuenta la historia que en cerro de la virgen apareció la imagen de la virgen  Inmaculada Concepción, del cual los españoles la trajeron al pueblo en donde hicieron la  iglesia, al siguiente día ella desaparecía, la volvían a buscar y nuevamente se iba para el cerro, según cuentan era que la virgen quería que hicieran el pueblo allá en el cerro".

Desde Barbacoas, Municipio Urdaneta nos relatan:

El Ahorcado, "Hace más de 30 años, Sonia y dos amigas se disponían a ir a una licorería, era un fin de semana de fiesta y querían celebrar. Una de las mujeres decidió irse a su casa antes de las 12 de la noche y les pidió a Sonia y a su amiga que la acompañaran. Pero, después de dejarla a salvo en su casa, ellas querían seguir la parranda, “vamos a devolvernos a la licorería”, dijo Sonia.

Cuando emprendieron la caminata de regreso, cerca de un colegio del pueblo, algo las sorprendió. El celaje de una figura humana las detuvo. “Vimos a un señor alto, cargaba un sombrero y se le veía una camisa de rayas blancas y azul clara; tenía la cabeza a un lado y vestía un pantalón azul oscuro”, dice Sonia con una voz sigilosa.

Al ver al hombre las mujeres se asustaron y se agacharon para no ser avistadas. Pero por segunda vez un detalle las impresionó, la figura iba volviéndose cada vez más alta y grande. “Salimos corriendo por miedo y cuando fuimos a inspeccionar no había nadie”.

Tras el corto encuentro Sonia y su amiga comenzaron a dar vueltas por todo el pueblo para ver si hallaban algún rastro de aquel misterioso hombre pero los esfuerzos fueron en vano, las calles estaban solas y no había vestigios de la figura. “Recuerdo cómo vi que tenía la cabeza de medio lado, después nos dijeron que ese era el fantasma de El Ahorcado”, dice Sonia con firmeza".

La Mujer de la Manga de Coleo, "quienes habitan en el sector La Mesa, de Barbacoas, saben que ir a la manga de coleo por las noches es un reto solo para valientes. El lugar, que siempre está a oscuras cuando no se celebran toros coleados, tiene una de las leyendas más escuchadas de la población de los llanos centrales.

A pesar de sus cortos 24 años de edad, Martín Vilela, quien vive cerca del sector conoce la historia desde que era un niño. Su madre se la contó y él la repite con cautela.

“Hace muchos años se celebraron unos toros coleados, había mucha gente pero pasó algo poco común; un toro saltó la talanquera de la manga y se salió, la situación era caótica y el toro perseguía a las personas. La gente trató de capturarlo pero la bestia alcanzó a una mujer que estaba embarazada y la embistió”, dice el lugareño.

La mujer embarazada murió y desde entonces todas las noches la gente asegura ver el alma en pena de la joven vagando por los alrededores de la manga de coleo. “Esa historia también me la contó la familia de la muchacha, y todavía a uno le da miedo caminar de noche por la oscura manga”, relata el joven".

El Jinete sin Cabeza, "aunque el hombre a caballo sin cabeza es una leyenda urbana de distintos lugares, en Barbacoas hay más de uno que asegura haberlo visto.

Los testigos de la espectral figura coinciden en  que siempre pasa por las noches oscuras en la carretera nacional, la que conecta el estado Aragua con Guárico, una vía larga que está rodeada de monte, llanura y olor a ganado.

Una noche el fantasma asustó a tres jóvenes incrédulos en los alrededores de la carretera. Aunque poco creían en cuentos de caminos, como llaman a las leyendas en los llanos, fueron sorprendidos por el espíritu que andaba encima de un caballo.

Vimos cómo venía cabalgando en medio de la carretera pero nos sorprendió no escuchar el sonido que hacen los casquillos en el asfalto, iba a mucha velocidad y nunca le vimos la cara. Después se perdió en una faro de luz que alumbraba un poco la carretera”, cuenta José, uno de los chicos que dice haber visto el fantasma. “Ya no circulo por esa zona tan tarde”.

La Vuelta del Quemado, "en la misma vía que conecta a los estados Guárico y Aragua, existen decenas de mitos y leyendas pero La Vuelta del quemado, es una de las más populares y contadas por los pobladores de El Sombrero y Barbacoas.

Según cuenta la leyenda, el quemado era un hombre que tuvo un accidente de tráfico en un tramo  curvo de la carretera de Los Llanos. Su carro volcó y se salió de la carretera y posteriormente se incendió; el hombre murió al instante y desde ese día empezaron los rumores de la aparición de su fantasma.

Desde ese día el tramo quedó bautizado como “La vuelta del quemado” y todos los transeúntes andan con cautela cuando manejan por la zona, advierte Rosa Santaella, una mujer de 66 años de edad, oriunda del pueblo de Barbacoas.

“En esa carretera salen muchos espantos, hay muchos que han muerto en raros accidentes (de tránsito) en la Vuelta de El Quemado. Se dice que quien ve al espanto se le voltea el carro, incluso algunos han muerto de la misma trágica forma en la que falleció el ahora espanto”, sentenció Rosa".

El Espíritu de la Llorona: "dicen que es el espíritu de una mujer que mató por celos a la mamá y prendió fuego a la casa con su progenitora dentro, recibiendo de ésta, en el momento de agonizar la maldición que la condenara: "Andarás sin Dios y sin santa María, persiguiendo a los hombres por los caminos del llano". Se dice que nunca se le ve la cara y llora de vergüenza y arrepentimiento por lo que hizo a su familia".

De Cagua, Municipio Sucre, se tiene:

En torno a esta estructura Iglesia de Cagua  rondan muchos mitos y leyendas de este poblado una de ellas "es que en alguna vez sufrió un incendio donde aparentemente murieron unas personas, pero sus cuerpos no fueron encontrados jamás.

Otra de sus historias gira en torno a estos relojes. Cuentan que en algún momento se detuvieron y luego se pusieron a andar solos, pero existía ya la idea de que los relojes no andaban, los cagüeños después de ver la hora en él preguntaban la hora a otras personas, sólo para verificar. Actualmente parece muestra dos horas distintas, separadas entre sí por diez minutos, y dicen que produce extraños fenómenos en ese campanario que contiene en su interior una colección de imágenes de santos quemadas por el incendio anteriormente comentado, y que es inaccesible a ese lugar incluso llamada la cámara secreta ya que es custodiada por enjambres de avispas asesinas".

Desde San Sebastián de los Reyes. Municipio San Sebastián, tenemos:

El pozo del encanto o la piedra del encanto: Cuenta un vecino, “la leyenda referida al río, hoy llamado Caramacate, donde pasábamos buena parte  de nuestro tiempo, a pesar de que papá nos prohibía bañarnos en sus aguas después de las cuatro de la tarde. El pozo  del encanto ejercía sobre nosotros una fuerte  atracción.

Había en él gran variedad  de peces: guabinas, bagres, corronchos, lambe piedras, llamados también burritos, la cabra, el tocuyano, por las tardes salía el perro de agua.

Desde la enorme piedra del pozo, con su abertura semejante a una serpiente y por donde cabía perfectamente un niño, jugábamos al escondido  después  de utilizarla como trampolín  para lanzarnos a la transparencia  del agua. Pegado a la piedra había un grandísimo remolino que halaba  con la fuerza  de un imán. Mucha gente desapareció allí sin dejar  rastro alguno. Siempre  sentimos  mucha curiosidad de saber por qué el nombre  del pozo del encanto.

Hace muchísimo tiempo, por  estas tierras  vivió una princesa india llamada  Yaguaré hija del Casique Yaguare. La hermosa  mujer se enamoró de un oficial español, quien por pertenecer a la casta de los conquistadores  era mal visto por los  miembros  de la tribu oprimida. Estaba en juego todo un conjunto  de relaciones, costumbre y relaciones  ancestrales.

Pasó el tiempo y el oficial y la princesa, sin prestar  oídos a rumores, amenazas y comentarios se unieron más aun en sus amoríos. La piedra del encanto fue el lugar  escogido por ambos para sus citas. No se habían percatado ellos que eran vigilados, el follaje, el árbol, la ribera  del río tenían ojos. El día que fueron descubiertos, desesperados trataron de huir, en la frustrada carrera, resbalaron cayendo al pozo para luego ser arrastrados por el aterrador remolino. Los espías, asustados y acezantes regresaron al cuartel. Dieron el parte de inmediato. El oficial Sebastián de los ríos  ha desaparecido en las aguas  del pozo y con él ha sido arrastrada también la princesa  Yaguaré.

Así comenzó la leyenda del pozo del encanto, la encantada o el fantasma del río. Solo la gente de buen corazón podía oír el llamado. Los pescadores que solían realizar  sus faenas cerca del lugar,  solían oír por las  noches, un ruido en el agua  parecido a un cuerpo desprendido desde lo alto de la piedra; encendían linternas, caminaban hacia  el pozo y dábanse cuenta, ésta no estaba mojada, además en su cima y sus alrededores no había nadie. Esto ocurría en los meses  de Enero y Febrero. Otras veces oían gritos  desesperados pidiendo auxilio. Los pescadores no tuvieron el suficiente valor y dejaron  de pescar  en ese lugar".

De Maracay, Municipio Girardot, tenemos:

Leyenda del Tesoro Escondido de Gómez: "El indio Tarazona, personaje que estuvo rodeado de un halo misterioso en torno al cual se han tejido diversas historias entre las que figuran el hecho que debido a su lealtad dormía atravesado en la puerta del dormitorio de su jefe Juan Vicente Gomez; su permanente estado mental de alerta, su atribuida crueldad, la carencia de familiares conocidos, así como las condiciones personales que le permitían el acceso a la intimidad más absoluta de un hombre tan hermético como Gómez. Su conducta atrabiliaria lo convirtió en leyenda negra en Turiamo, quien simboliza el prototipo de lo malvado.

El coronel Eloy Tarazona, fue hecho preso días antes de fallecimiento del general Juan Vicente Gómez, por supuesto complot con el general Eustoquio Gómez para tomar el poder, fue llevado a la cárcel pública de la ciudad, irónicamente diagonal a la Casa de Gobierno de Gómez en la calle Bolívar, donde ejerció tanta influencia.

Muertos tanto Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935, como su primo Eustoquio Gómez, en abril de 1936, Tarazona fue liberado y pasó a Colombia de donde regresó unos años después para caer de nuevo preso, esta vez, por un supuesto tesoro de Gómez, cuyo escondite supuestamente él conocía.

En la cárcel El Obispo, ubicada en El Guarataro, Caracas, Tarazona vivió sus días finales, durante la década de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Al parecer Tarazona se había comprometido con Pedro Estrada a revelar el sitio donde se encontraba el Tesoro de Gómez, y al no hacerlo lo dejaron morir de inanición. Pedro Estrada había sido subordinado de Tarazona, durante el gomecismo y durante la dictadura de Pérez Jiménez (1952-1958), fue el Jefe de la Seguridad Nacional, policía política represiva del régimen.

La relación del coronel Tarazona con la ciudad de Maracay, estaba dada no sólo por haber sido un fiel edecán del Dictador, sino por cuanto llegó a ser un rico propietario de la región, con posesiones agropecuarias, inmuebles y prestamista.

A su caída surgieron en su contra numerosas demandas civiles y penales que pusieron en evidencia la tupida red de impunidad que gozó durante el mandato de Gómez".

La muerte del General Gómez. "Sobre la coincidencia de la muerte de Gómez con la del Libertador el 17 de diciembre pero de 1935 sus enemigos políticos tejieron toda una leyenda que proponía que dicha muerte había sido días antes, pero que en el fanatismo del difunto mandatario para con Bolívar, sus allegados habían hecho coincidir la discutida fecha para ponerlos a los dos al mismo nivel.

El Dr. Arturo Uslar Pietri en una de sus últimas entrevistas, y como uno de los testigos de ese 17 de diciembre de 1935 dice lo siguiente: “Estaba allí cuando murió -Gómez-, en el alto de su casa. Como a un cuarto para las doce. Al minuto bajó Santos Matute y llamó al General López Contreras y le dijo:

- Acaba de morir el Benemérito General Juan Vicente Gómez.

Trasladaron el cadáver para Maracay en la madrugada en un furgón por la carretera de Las Delicias”.

El indio Maracay. "A Principios del siglo XX, Rafael Bolívar Coronado, aragüeño, nacido en Villa de Cura, creo un hermoso cuento de un imaginario Cacique Maracay, que enfrento al legendario Cacique Guaicaipuro. En el tiempo esta invención se transformó en una leyenda urbana, donde están entremezclados sucesos históricos, como el hecho que Guaicaipuro fue el cacique máximo líder de la lucha contra los conquistadores españoles, y la imaginación creadora de Bolívar Coronado, de invención del Cacique Maracay.

En general la leyenda es un relato breve, en prosa o en verso. Regularmente las leyendas se basan en unos sucesos históricos; en otras ocasiones son fruto de la imaginación popular. Las diversas versiones son características de la narración oral, fragmentaria, anecdótica, imaginativa, creadora de símbolos, en este caso de resistencia cultural.

Además de las leyendas la escultura y las pinturas son también obras creadoras producto de ese imaginario popular sobre el cacique Maracay.

El escritor Augusto Padrón nos cuenta así: Guaicaipuro ha extendido sus dominios hasta los valles de Aragua, donde se encuentra la resistencia del Cacique Maracay.

Los dos hombres deciden enfrentarse en una lucha cuerpo a cuerpo, el vencedor será el cacique absoluto. El hijo del Cacique Maracay,  se ofrece para suplantar a su padre anciano.

No te batirás, hijo mío. Aún existen en tu padre los bríos de su juventud, y tanto honor será para mi vencer a Guaicaipuro como ser vencido por él.

Luego se dirige a Guaicaipuro, y con el brazo extendido hacia el hijo expresa: Cacique Guaicaipuro, cuando nació él, murió su madre. Comprendéis el afecto que le tengo. Nos batiremos tu y yo, si me matas, tú serás su padre.

Ante aquel gesto sereno, y de un tierno paternalismo, Guaicaipuro, que a su proverbial valentía aunaba la nobleza de los justos, le responde: No nos batiremos. Seré un soldado leal y fiel bajo vuestras órdenes, y él será mi hermano.

La hidalguía de Guaicaipuro emociona a Maracay, quien, en alta y solemne voz exclama: Reconozco a Guaicaipuro, Cacique de Teques y Catuches, como aliado nuestro”.

La Leyenda de Pérez Almarza, "se dijo durante buen tiempo que Pérez Almarza era el fundador de Maracay, por ello existe el Boulevard que lleva se nombre, que persiste en algunos logotipos. El cronista Oldman Botello se ha encargado de desmentir tal hecho. Pérez Almarza nunca existió".

La Plaza Villacastin en Turmero,  José Manuel Guevara Díaz señala que "un  afamado intelectual poeta, periodista, escritor,  militar, político, legislador y cuentista turmereño, cierto día “medio en serio y medio en broma”, creo un personaje que llamó Pedro Villacastín y lo declaró de Turmero fundador.

La gente del pueblo, creyó estos relatos  y tomó en serio la cuestión, tanto, que en las escuelas se daba como el indiscutible fundador y en las crónicas y clases, aparecía muy bien presentado el señor.

En el andar del tiempo, una verdad indiscutible, el mito se convirtió y como tal se extendió, ya que la más importante institución de la ciudad, “La Escuela Normal Rural el Mácaro”, ubicada, unos kilómetros pasando el río Turmero en vía hacia Maracay,  de donde egresaban los mejores maestros del país, se encargó de homenajear el ahora Don Pedro Villacastin, de Turmero “fundador” y aprovechando el día del árbol, en mayo de 1947, programaron una plaza en su honor. ¡Sí señor, una plaza en su honor!

¿Y El busto que la plaza tendrá?  Como nadie  conocía al dichoso Don Pedro, no sería un problema  serio para el genio del dibujo y la escultura, el afamado profesor José  Bruguera.

Llegado el día esperado, el busto de Don Pedro, en la plaza es colocado, con su manto protector,  que al momento es quitado, por la bella estudiante, Josefina Delgado, apareciendo a su lado la española cara de Don Pedro Villacastin, quien, aunque nunca había existido, allí  disfrutaba  lo grandioso del festín.

La gente mira a Don Pedro y exclama con emoción ¡Por fin conocí al Señor!".

La Culebra del Lago de Valencia o Tacarigua, cuentan los lugareños que "una culebra inmensa ha sido vista a orillas del lago de Valencia, en el sector de La Cabrera, creando inquietud en la población. Todo ello queda en los mitos de los monstruos que pueden ser ficticios aunque son relatos de quienes aseguran haberlo visto. Algunos dicen que son tan gruesas e inclusive se forma una especie de cabeza, y manan desde la nube chorreras de agua con presión, Esto hace que se observe como un monstruo que se alimenta del agua. Otros afirman que cuando estaban remodelando la planta termoeléctrica consiguieron en un tanque una culebra gigantesca e  incluso se filtraron fotos que la habían guindado y todo después de muerta en una de las grúas que estaban levantando las vigas. Dicen también que cerca de la Isla del Burro se veían algunas".

La Sirena del Lago de Valencia o Tacarigua y de Maracaibo, igual al anterior, "un pez grande con figura de mujer que puede ser obra de la imaginación de las personas, pero no deja de ser cierta ya que esa figura ha sido vista en muchos lugares del mundo y hasta películas se han hecho al respecto".

El Espíritu de Andy, "este joven británico vino a Venezuela a realizar estudios para su doctorado en el Parque Henri Pittier y sobre los árboles llamados “Niño” que son gigantes de verdad, construyó su plataforma en el copo para hacer sus experimentos, lamentablemente muere en una caída. El Sendero de la Naturaleza en Rancho Grande lleva su nombre. Resulta que algunas personas que se han perdido en la selva nublada han afirmado que han sido guiadas para su retorno por un joven catire que luego desaparece, sin dudas se refieren a Andrew “Andy” Matthew Field".

Los Platillos Voladores, "han sido vistos en muchas partes, la versión que relato me la contaron a mí los integrantes de una familia amiga, quienes aseguran haber visto un Platillo Volador sobre las aguas en el malecón de Ocumare de la Costa. Ese fenómeno viene a reafirmar la creencia de la vida en otros planetas o en alguna parte del universo. A estas naves la identifican como OVNI (Objetos Voladores No Identificados)".

4.    4. CREENCIAS

Ritual para evitar las Tormentas: "se dice que en caso de tormentas muy fuertes, se debe encender la vela de la Candelaria y quemar palma bendita, para que estas se calmen, algunos hacen una cruz de cenizas en el patio y la lluvia se irá mermando; también se colocan dos cuchillos en cruz y se invoca la intervención de San Isidro Labrador quien quita el agua y pone el sol. En todas las casas de la región, hay una vela de la Candelaria, bendecida el 2 de febrero y palma bendita o ramo, obtenido el domingo de ramos. Estas creencias, son asumidas por la mayoría de los habitantes del municipio, pero se acentúan más en la zona rural".

Echar el agua, tradición religiosa: "en la mayoría de los pueblos y sectores urbanos, tradicionalmente las familias eligen unos padrinos, que no necesariamente serán los de bautizo. Uno tiene el plato y otro la vela. El oficiante realiza oraciones comunes del repertorio de rezos católicos, incluyendo el Padrenuestro, Avemaría y Credo, luego de esto pide arrepentirse de los pecados a los padrinos y padre y posteriormente dice el nombre de bebé y la declaración de bautismo según la costumbre. Una vez concluida la ceremonia todos se suman a la celebración de los miaos. También se echa el agua en caso de gravedad de un niño o para evitar mal de ojo".

Culebrilla, fórmula tradicional para Curarla: Entre los conocimientos de los sobanderos de la comunidad está el de curar la culebrilla, para lo cual efectúan rezos y aplican recetas con plantas preparadas de la siguiente manera: se tritura bien la hierbamora y el zumo se coloca en la parte afectada por varios días hasta que vayan desapareciendo las marcas. Otra forma es macerar la hierbamora con un poco de aceite de coco. Es creencia generalizada en la comunidad que la medicina por sí sola no cura la enfermedad, sino que es siempre necesaria la presencia del curandero.

Curación del Mal de Ojo: "El mal de ojo causa enfermedades y hasta la muerte. Se comenta que este mal puede provocar en sus víctimas los siguientes síntomas: gritos prolongados durante la noche, falta de apetito, diarrea, dolores de estómago, vómitos, apatía y nerviosidad. Los enfermos se pueden curar por medio de ensalmos con plantas. En el poblado de Cocuina, la curandera realiza el ensalme en un día. Comienza rezando la oración al Santísimo Sacramento del Altar. Luego coloca sus manos sobre la cabeza y los ojos de la persona que padece el mal y seguidamente le va haciendo cruces por todo el cuerpo. Al finalizar el ensalme, el paciente le hace entrega a la oficiante de una vela para que la ofrezca al santo que intercedió y la ayudó a realizar la curación. También algunas curanderas utilizan plantas de ruda y hierbabuena con las que también algunos magos hacen baños".

 Por otra parte, "las contras son amuletos que se usan para protegerse de lo que se conoce como mal de ojos. Se hacen con cintas unicolor o tricolor y se les coloca dijes como la semilla de ojo de zamuro, azabache, un pez o búho de plata, imágenes religiosas, entre otras. Estos amuletos suelen ser preparados por una persona que le reza oraciones para que así queden purificados. Se le colocan casi siempre a los niños en el tobillo izquierdo, en la mano o el cuello".

Entierro de Morocotas: "Las historias sobre entiros de morocotas y tesoros, tienen su origen en la costumbre generalizada de las personas que vivieron durante la época colonial y el período republicano, de enterrar o tapiar en las paredes de sus casas, todos aquellos objetos de valor y muy especialmente sus riquezas en morocotas de oro, perlas y diamantes. En torno a ello se fueron creando relatos de espantos y apariciones de animales que custodiaban el lugar donde se hallaba el escondite. Se dice que muchas personas, para evitar el saqueo de sus entierros, lanzaban conjuros en el lugar para impedirle extraer los tesoros a quien osara acercarse".

Si San Juan lo dice, San Juan te lo da: "El 24 de junio es el día cuando la Iglesia Católica rinde culto a San Juan. Se le han atribuido a este día connotaciones mágicas, como el hecho de ser muy apropiado para buscar los pronósticos sobre el futuro de las personas".

Protección del hogar: "Detrás de las puertas de los hogares se pueden colocar diversos objetos de valor mágico-religiosos, los cuales, según sus dueños, pueden proteger las casas de las influencias negativas y de la mala suerte, así como garantizar la prosperidad y la fortuna. Estas protecciones pueden ser pencas de sábilas atadas con una cinta roja, estampas de santos, de la Virgen o de los arcángeles, e incluso reproducciones de la oración de la custodia del hogar. Otros objetos que sirven de protección de los hogares son herraduras, estrellas de David o cruces de palma bendita".

El Cristofué: "Según reza la tradición, el canto del Cristofué —canto que suena igual que su nombre: Cristofué, Cristofué— anuncia la finalización de las lluvias. Cuando este pájaro canta se supone que el cielo se despejará y que las nubes de lluvia se alejarán".

5.    5. Bibliografía:

Se consultaron páginas Webs: guiaviajesvirtual.com, Taringa. net turmeroparasiempre.blogspot, v2.rodima.com, Cervantesvirtual,  blogspot Historias de Maracay, asiesmitierravenezuela.bligoo, efectococuyo.com, avimont, araguamanifiesta.wordpress.com,  Wikipedia y otras más.

Augusto Padrón (1984) Maracay en dos leyendas, Maracay, ediciones del Banco Consolidado.

6.    6. Derechos de Autor

Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica.  Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición.


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