LOS MEREGOTOS
CARLOS BLANCO GALENO
Turmero, 16 de septiembre de 1950
Memorias históricas digitalizadas de Turmero No 223
Edición de Néstor Germán Rodríguez
PRESENTACION
Debido a la necesidad de
conocimiento que debiéremos tener los habitantes de Turmero, hemos hecho el esfuerzo
de extraer del libro Orígenes Instrumentales del Valle de Turmero de Carlos
Blanco Galeno, lo relativo a los indios Meregotos y mostrárselo en este
escrito.
Esperamos que su lectura sirva
para conocer sobre estos aborígenes. Observen que dentro de los descendientes
tenemos nombres de familias de nuestro pueblo.
Esperamos sea de su agrado.
NESTOR GERMAN RODRIGUEZ.
INDICE
LOS MEREGOTOS
1.
Los primeros conquistadores del litoral
2.
Los Meregotos: Guaracarima - Guacamacuare
3.
Idolatría de los Meregotos
4.
Idolillos Meregotos
5.
Amalivac-Tumusicabo-Vinay-Huayma
6.
Sometimiento de los Meregotos
7. Descendientes Meregotos en Turmero
LOS MEREGOTOS
1. Los primeros conquistadores del litoral venezolano
Según los primeros cronistas de
la conquista de Venezuela, en nuestras islas marítimas y en nuestro litoral
halláronse unos grupos de indios esencialmente guerreros predominantes sobre el
resto de la población, dedicados unos al ejercicio de las armas y la cacería y
otros a la explotación del comercio permutando hachuelas de silex, tejidos e
idolillos de arcilla cocida etc. por pieles, resinas, huevos y otros materiales
de manufactura artesanado. Estos indios, ostentando el lema racial de "Ana
calina rote, amucón paparoro itoto manto" (literalmente: pueblo calina
libre, los demás esclavos) fueron los que constituyeron el nervio de la
resistencia contra el invasor hispano y. aunque comprendidos bajo la denominación
general, de orden lingüístico, de caribes (calina-caribe: independiente),
recibieron sin embargo calificaciones taxativamente de orden topográfico y, así tenemos que los
Cumanagotos, Pariagotos y Meregotos etc. son subagrupaciones caribes con respecto
al lugar que habitaban dichos pueblos; Cumanagotos: pueblos de Cumaná;
Pariagotos: pueblos de Paria y Meregotos: extranjeros (M-ere-goto:
literalmente: nositio-multitud).
Según parece cuando los
descubridores de Nuevo Mundo arribaron a las islas y costas venezolanas, hacía
poco más o menos unos, cien años que los Caribes, procedentes del sur, ocupaban
el país y, como venían sin familia apropiábanse las mujeres nativas dondequiera
que establecían su domicilio. De la unión constante entre Caribes y mujeres
indígenas resultaron esas tribus guerreras venezolanas que tanto se
distinguieron en la lucha contra las depredaciones del invasor y es por ello
que, al menos tratándose de los pueblos del litoral y de los del interior
inmediatos a la serranía de la Costa, no puede hablarse con propiedad de
pueblos autóctonos.
2.
Los Meregotos Guaracarima- Guaicamacuare
Sabido es que las tribus
Meregotos" ocupaban, para el tiempo de la conquista, las riberas del río
Aragua (del caribe: are, sitio y, gua, de ogun: lo mío; are-gua: mi sitio, mi
país], siendo más numerosas en el Valle de Turmero por la mayor amplitud del
territorio; algunas tribus pacíficas fijaron su residencia en las alturas de la
montaña huyendo seguramente de la hegemonía caribe y allí encuéntranse aún rastros
de sus viviendas tales como pilones, piedras de moler e inscripciones
litográficas. Los Meregotos enseñoreáronse de todo el Valle.
La denominación de Meregoto, de
estructura caribe, da a entender, como se deja esbozado que, no eran autóctonos
del Valle de Turmero y que su establecimiento aquí datara, quizás, de época reciente,
De conformidad con los datos aportados por los documentos originales del Valle
de Turmero, esta tribu constaba, para el año de 1.593, de unos 550 ó 600
hombres de macana, esto es, guerreros, con sus mujeres, hijos y demás
familiares; más, acostumbrados a
llevar una vida de aventuras y
guazábaras, (peleas, combates] aun cuando tuvieron la suerte de tener como
encomendero al Capitán Dn. Lorenzo Martínez de Villegas quien, en todo momento
mostróse noble defensor y protector de sus encomendados, no pudieron resistir
el cambio de vida y, su odio al conquistador, la repulsión a las obligaciones
impuestas por el sometimiento a la Corona de España, a las nuevas costumbres
que los solicitaban y la impotencia en que quedaron, bien pronto hizo perecer a
muchos, ora de abatimiento y tristeza, ora de miseria o en el destierro; y
tanto fue ello así, que para mediados del siglo XVII sólo contábanse unas
doscientas o más de familias Meregotos en el Valle. "El último jefe de la
tribu de los Meregotos fue el cacique Guaracarima quien parece haber sido uno
de los 23 guaicas alevosamente sacrificados el año de 1569 por el Capitán Don
Diego de Lozada, cuando aquéllos acudieron a Caracas para prestarle
reconocimiento y obediencia al Conquistador. Tan terrible acontecimiento,
después del asesinato de Guaycaipuro por Francisco Infante el año de 1.568,
acabó de relajar la moral de resistencia de las tribus del centro, doblegándose
y sometiéndose al fin, a discreción de las imposiciones del invasor hispano.
Remontando el sistema de serranía de Guayabita y, tramontando el montañoso de la Costa hacia el norte, desciéndese al fértil valle de Chuao, a orillas del Mar Caribe, donde tenía establecido su hogar el cacique Guaimacuare. Este aborigen distinguióse no solo por su pericia guerrera sino por su prudencia y sabiduría; parece que practicaba la medicina más, por sus “elevadas dotes de pensador” le fue dado conocer y vaticinar el porvenir, lo que le dio fama de adivino, a él acudían consultivamente todos los caciques tanto de la Costa como del centro de lo que ha venido a ser Venezuela para hoy, de manera que, su nombre era conocido en todo el litoral y en todos estos valles. Francisco Fajardo le consultó muchas veces haciendo largas travesías para ello, tocándole suerte adversa cuando desoyó sus consejos. Cultivaba el principio, de que las dificultades entre los hombres se resolvían mejor por la vía diplomática que por la flecha y la macana por lo que se le tuvo como miedoso, sin embargo, hallándose al frente de las tribus de Caraballeda, entre Caracas y Caraballeda, cuando pretendió el Capitán Cristóbal Cobos destruirlas atacándola por flancos opuestos, dirigió la empresa militar en forma tal que Gaspar Pinto, comandante de las fuerzas de Caraballeda, fue muerto, fuera de combate muchos españoles, y acobardados los restantes, hubieron de retirarse de prisa, cada manga por su lado, a sus cuarteles, abandonando toda idea de combatir contra las tribus. (Barak - Cap. Cábele, pues, a Chuao, hoy del Municipio Turmero, la gloria de haber sido el hogar de aquél eminente guaica.
3. Idolatría de los Meregotos
Puede afirmarse sin temor de
errar que las elevadas enseñanzas del Cristo jamás pudieron ser captadas por
los Meregotos del siglo XVI; influía en ellos el profundo arraigo a sus
tradiciones sociales y religiosas; el cambio de los principios políticos y
morales que se les imponía y la enorme diferencia de imágenes trasmitidas por
un idioma de giros tan elevados como el castellano, para su rudimentario
concepto del mundo; las nuevas enseñanzas religiosas trasplantadas por el
conquistador ibero al corazón de la América, sólo pudieron echar raíces en el
pueblo Meregoto a través de las nuevas generaciones como fruto de la constancia
de los Padres Franciscanos que se establecieron aquí para el año de 1.630
traídos por el Encomendero del Valle de Turmero y encabezados, según parece por
Fray Domingo Arraide, esto es: 40 años después del establecimiento del poblado
de indios en lo que luego se llamó la Villa de Nuestra Señora de Candelaria de
Turmero. Para aquellos tiempos la tarea del Doctrinero constituía
necesariamente un apostolado que requería, además de las virtudes católicas, el
dominio del idioma y dialectos empleados por los naturales del país y ello
justifica el curso de los mencionados 40 años al cabo de los cuáles fue que
pudo iniciarse la enseñanza cristiana en esta población.
Las costumbres, tradiciones y
prácticas gentiles de nuestros
antepasados indígenas no están
totalmente olvidadas en la parte básica de la población, principalmente entre
los campesinos los cuáles conservan aún tradiciones idólatras referentes a
espíritus campestres y prácticas necrólatras tales como conservarle al difunto,
durante los velorios post-mortem, un vaso de agua para que éste beba antes de
despedirse definitivamente de la familia.
4.
Idolillos Meregotos
En las excavaciones practicadas
para las cloacas de esta población correspondientes a la calle Ricaurte situada
en lo que fue la margen primitiva del río Turmero de 1.500 ó 1.600 y, a una
profundidad casi de dos metros, halláronse idolillo s de barro cocido
representativos de las divinidades del Bien y del Mal. El idolillo del Bien,
conjunto de figuras geométricas animadas de rasgos antropomór ficos, parece
representar el sol de los peruanos; es un rostro enmarcado en un triángulo sensiblemente
equilátero con el vértice hacia abajo, los ojos rasgados formando un ángulo
recto cuyo vértice a su vez lo forma la punta de la nariz, carece de boca
animal, diremos, esto es, boca para la masticación e ingersión de alimentos,
pero si tiene una boca en la parte superior de la frente, boca de labios solamente;
tal rostro reposa sobre las dos manos en actitud meditativa y de sus contornos emergen diez y
seis
radiaciones. El idolillo del mal
está representado igualmente por un rostro largo, con la base alargada en forma
de una trompa o cuerno a cuyos lados aparecen adosadas las manos, no tiene radiaciones,
aunque también tiene unos labios en la frente y los ojos en vez de ser rasgados
son redondos.
SOL DEL PERU |
5.
AmalivacTumusicabo - Vinay Huayna
La boca animal que lleva el
hombre en el rostro contiene el mecanismo dé la masticación, ingersión de
alimentos y, por esas adaptaciones de las cuales hace tanto uso la naturaleza,
la articulación dé la palabra; la boca del intelecto, si el hombre no fuera
vegetativo, la naturaleza la hubiera situado en la frente, sede de los órganos
del pensamiento; la actitud más significativa de un rostro en meditación es
cuando reposa sobre las dos manos y, un rostro radiante es la más plena
representación del intelecto en toda su actividad. El idolillo hallado en las
excavaciones de la calle Ricaurte, el cual ofrece las anteriores
características iconográficas, no puede ser un monstruo, sus rasgos antropomorfos
no pueden estar destinados a representar cosas absurdas de la mente primitiva
de los que hemos considerado como simples, bárbaros o salvajes y , tal rostro
aunque de manufactura tosca, constituye inequívocamente la representación
iconográfica de la Inteligencia Suprema que rige los destinos del mundo; es el
mismo Amalivac de las tribus caribes de las fronteras sur de Venezuela, el
Tumusicabo de los caribes del oriente y el Vinay -Huayna de los Incas.
Y el culto de esta deidad sur-americana de barro cocido, representativa, sin embargo, por misterios de lo que se ha denominado Revelación Natural, del Logos Eterno, fue derrocada en el Valle de Turmero, el día viernes 22 de abril del año de 1.650, cuando se dijo la primera misa en esta población instituyéndose la Parroquia de N. S. de Candelaria
6. Sometimiento de los Meregotos
Dos acontecimientos terribles
aniquilaron por completo el espíritu patriótico de los naturales de esta región
para mediados del siglo XV; el primero consumóse el año de 1.568 la noche en
que Francisco Infante, comisionado de Dn. Diego de Lozada, asesinó al insigne
Guaicaipuro y a su séquito de veintidós amigos con lo cual quedó desarticulado
el eje que movilizaba la defensa del país; el segundo lo constituyó el acto
terrorista del tormento y muerte a que fueron sometidos, para el año de 1.569,
los 23 guaicas (guatea: jefe-casique) inauditamente juzgados por el delito de
defender su suelo patrio.
La población de los Meregotos,
horrorizada y en completa acefalia militar, adopta resignada la más pasiva
actitud, refugiándose muchos en las alturas dé la montaña o en la oscuridad de
las selvas y quedándose la generalidad en la quietud de sus bohíos.
Transcurren 20 años más y Dn. Diego de Osorio, general de las galeras guardacostas de la isla de Santo Domingo es nombrado Gobernador y Capitán General de la provincia de Caracas (año de 1.587) en reemplazo de Dn. Luis de Rojas quién lo era desde 1.583; el Capitán Garci-González de Silva recibe la encomienda de Cagua la Vieja y Montañas de Maracas y, para 1.593 establécense el Capitán D. Lorenzo Martínez de Villegas en el Valle de Turmero y en los terrenos de Tocupio (hoy Tocupido), su hermano Dn. Juan Martínez de Villegas; finalmente, los naturales del mencionado Valle de Turmero, ya desaparecido Guaracarima, en número de 550 a 600 indios de macana (guerreros) con sus mujeres, hijos y demás familiares, somátense para dicho año de 1.590 a la encomienda, a su vez, del Capitán Dn. Lorenzo Martínez de Villegas y aceptan que se les reparta las tierras de una banda y otra del río de Aragua por ellos ocupadas quedando con esto definitivamente pacificada esta porción del territorio aragüeño.
7. Descendientes Meregotos en Turmero
Para principios del siglo XVII
los naturales del Valle de Turmero hallábanse representados por los apellidos
siguientes: Los Criollos, los Carapaica, los Guaicara, los Avile, los Guárate,
los Teaca, los Esqueda, los Bellorin, los Parra, los Epidea (o Espidea), los
Martinez, los Peña, los Sarco y los Recaco. Luis Criollo, indio del partido de
Dn. Ignacio Martínez
Parica, nacido Meregoto a
mediados del siglo XVII fué hombre de reputación y alta estima no solo entre
los de su raza sino entre los principales de la Villa de Turmero; prestó
importantes testimoniales en los deslindes territoriales de las propiedades de
Dn. Francisco de Solórzano, Márquez de Mijares denominadas Guaca o Güere y en el mismo juicio ejerció la
función de intérprete caribe-español en las declaraciones rendidas por la India
Teresa Aviles, casada con el Indio Domingo Aviles por orden del Encomendero
Martínez de Villegas poco más o menos el año 1 600, nacida entre los naturales de
Ocumare del Tuy, para el año de 1.585 y cuya declaración por su importancia
jurídica respecto el tan discutido lindero oriental de Turmero, contiene la
siguiente exposición: "...desde la punta de Capino que está más adelante
de Jurica que hoy llaman Purica, de allí cortaron derecho metiendo la cabulla
por el Calvario de Cagua que era el camino real del ganado para Caracas y de
allí a Guarizo, a Máspano, a Petuquia petary, de allí a una isla llamada Tucupún
que está en la laguna de Tacarigua y de allí les dieron posesión en otra y la
llamada Porduyepo, todo ello, por supuesto, refiriéndose al acto de la toma de
posesión del territorio del Valle de Turmero conforme Acta del 16 de diciembre
de 1.593 autorizada por Dn. Guillermo de Loreto, regidor de la ciudad de
Santiago de León, constituido en dicho Valle y, el Capitán Dn, Lorenzo Martínez
de Villegas, el Encomendero.
Es bastante digno de mención la actitud del Indio Gerónimo Aviles Gobernador de Turmero, cara el año de 1.719, enfrentándose a los despojos que para la fecha se estaban consumando contra los naturales del Valle de Turmero tentó por elementos españoles como por los Indios de Maraca y Cagua la Vieja; para esa fecha el Cabildo, justicia y regimiento de Turmero hallábase formado así: Gobernador: Gerónimo Aviles; Alcaldes Ordinar ios: Juan José Esqueda, Juan Caberón y Juan Francisco Landaeta; Regidores: Juan Retaco, Juan Hilar io, Valer io Puín, Juan Cabajal, Juan Pascual de la To ma, Simón Luis Narcise, Bartolo mé Alo nzo Criollo y Dameán del Pozo, Procurador: Juan Vela.
Para esta fecha era a la sazón,
Dn. Juan Bautista de Urra
Insusaga, residente en el pueblo
de Turmero. Teniente de Capitán General Justicia Mayor y Corregidor de los
Valles de Aragua.
La situación creada según lo
descrito por los documentos de la fecha, llegó a ser bastante violenta, siendo
los naturales víctimas de actos depredatorios al destruírseles su cercas,
arrebatárseles sus siembras, corrérseles de sus casas y dando con todo ello
ocasión a una multitud de lances personales entre despojados y despojadores,
toda lo cual fue, sin embargo, debidamente contenido por la actitud tanto firme
como serena del Gobernador Aviles y del Cabildo que lo secundaba, acudiendo por
ante los Tribunales en demanda de una cumplida justicia la cual llevóse a
efecto mediante el legal reconocimiento y confirmación de los derechos
territoriales de la Encomienda del Valle de Turmero.
Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica. Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición
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