INDICE:
No. |
Contenido |
1 |
Introducción |
2 |
Leyendas
Históricas de Aragua |
3 |
Bibliografía |
4 |
Derechos
de Autor |
1.
Introducción
Memorias
de Aragua presenta este libro breve digital con un tema conocido pero no
compendiado, se trata de LAS LEYENDAS HISTORICAS DE ARAGUA. Son leyendas históricas, no populares, como
La Sayona, el Carretón, la Llorona y tantas otras. Leyendas históricas “son
aquellos relatos que narran sucesos de dudosa veracidad, ubicados en un espacio
y un tiempo real, que se transmite oralmente”, que pertenecen a las épocas de los
aborígenes, independencia, federación y hasta contemporáneas.
Hemos
hecho una selección, estamos seguros que existen muchas otras. Tratamos de ser
sucintos para darle cabida a más narraciones. Muchas de ellas ameritan un libro
parte.
NESTOR
GERMAN RODRIGUEZ
2. Leyendas Históricas de Aragua
ZÁRATE
EL BANDOLERO
Comienzo
por decir que el mismo autor Eduardo Blanco señaló sobre el personaje que es
parte verdad y parte ficción. En la novela se narran de guerras, caudillos,
alzamientos, es decir, un tiempo marcado por tintes sangrientos.
Nos
referiremos a lo acontecido en los valles de Aragua, considerado guarida de
desalmados criminales, que dio albergue al terror, a Santos Zárate, un forajido
que impedía el libre desenvolvimiento por este importante sector caminero entre
Maracay y Turmero, como lo relata el historiador Oldman Botello en su libro Noticias
del Viejo Valle, veamos:
Dice Botello: “Los intrincados montes que fueron muchos años atrás los que circundan al sitio de Güere, en la carretera Maracay-Turmero, permitían el establecimiento de guaridas a de desalmados criminales que impedían el libre desenvolvimiento por el importante sector caminero, paso obligado de las personas que deseaban ir al occidente o de aquí a Caraca; siempre hubo alguien que comandara un grupo de forajidos a cual primero más cruel. No era para menos, la impenetrable vegetación que expandía su sombra por el paraje estaba favorecida por la corriente de numerosos ríos, quebradas y riachuelos que la mantenían lozana, aún en la época de verano y se formaban lagunas y tremedales que sepultaban al hombre o animal que desgraciadamente penetrara en la negra boca pantanosa”.
“El
más famoso de los delincuentes que habitaron dichas montañas fue Santos Zárate
que con una cohorte de criminales que tenían apodos de animales practicaban el
pillaje desde la entrada de Maracay hasta cerca de Turmero y cuya fama corría
por toda la comarca”.
Eduardo
Blanco el autor del libro Zárate pone en manos de Santos Zárate estas
expresiones “…mientras no me maten seré el terror de estos valles y la amenaza
y la pesadilla de todos los alcaldes de la comarca; lo que me envanece, pues no
hay nombre que suene más que el mío de las vueltas de Auyamal a la cuesta de
Las Cocuizas y de la costa de Chuao a los morros de San Juan; ni existe un
hombre en todos estos valles que, al mirarme de frente no se le pare el
resuello y le castañeen las quijadas”.
Santos Zárate fue fusilado en Maracay en 1825, después de ser aprehendido por un piquete de militares, luego de haber sembrado el terror en la zona”.
EL
INDIO MARACAY. SU INVENCION, LEYENDA Y ESTATUAS
Tomado
de Historias de Maracay -Blogspot
Principios
del siglo XX, Rafael Bolívar Coronado, aragueño, nacido en Villa de Cura, creo
un hermoso cuento de un imaginario Cacique Maracay, que enfrento al legendario
Cacique Guaicaipuro. En el tiempo esta invención se transformó en una leyenda
urbana, donde estan entremezclados sucesos históricos, como el hecho que
Guaicaipuro fue el cacique máximo líder de la lucha contra los conquistadores
españoles, y la imaginación creadora de Bolívar Coronado, de invención del
Cacique MARACAY.
En
general la leyenda es un relato breve, en prosa o en verso. Regularmente las
leyendas se basan en sucesos históricos; en otras ocasiones son fruto de la
imaginación popular. Las diversas versiones son características de la narración
oral, fragmentaria, anecdótica, imaginativa, creadora de símbolos, en este caso
de resistencia cultural.
Además
de las leyendas la escultura y las pinturas son también obras creadoras
producto de ese imaginario popular sobre el cacique Maracay.
Leyenda
del Cacique Maracay en Augusto Padrón:
“
Guaicaipuro ha extendido sus dominios hasta los valles de Aragua, donde se
encuentra la resistencia del Cacique Maracay.
Los
dos hombres deciden enfrentarse en una lucha cuerpo a cuerpo, el vencedor será
el cacique absoluto. el hijo del Cacique Maracay, se ofrece para suplantar a su
padre anciano.
No
te batirás, hijo mío. Aún existen en tu padre los bríos de su juventud, y tanto
honor será para mi vencer a Guaicaipuro como ser vencido por él.
Luego
se dirige a Guaicaipuro, y con el brazo extendido hacia el hijo expresa:
Cacique
Guaicaipuro, cuando nació él, murió su madre. Comprendéis el afecto que le
tengo. Nos batiremos tu y yo, si me matas, tú serás su padre.
Ante
aquel gesto sereno, y de un ternuroso paternalismo, Guaicaipuro, que a su
proverbial valentía aunaba la nobleza de los justos, le responde:
No
nos batiremos. Seré un soldado leal y fiel bajo vuestras órdenes, y él será mi
hermano.
La
hidalguía de Guaicaipuro emociona a Maracay, quien, en alta y solemne voz
exclama:
Reconozco a Guaicaipuro, Cacique de Teques y Catuches, como aliado nuestro”.
BOLIVAR
Y LA VIRGEN DE BELEN
El 28 de febrero de 1814 ocurrió la batalla de San Mateo que fue un importante combate en la guerra por la independencia donde se enfrentaron el ejército republicano de Simón Bolívar con el ejército realista comandado por José Tomás Boves. Viendo la superioridad del ejército español, Simón Bolívar dejó la tropa, se devolvió hasta la casa de su familia en el pueblo allí muy cerca para buscar a la virgen de Belén que en ese momento estaba siendo custodiada por la familia por reparaciones en el templo, la familia de Bolívar era muy devota, Bolívar tomó entre sus manos la custodia y pidió ayuda a la Virgen, se puso al frente de la tropa al tiempo que gritaba: ¡Con la Madre de Dios vamos al triunfo!, y arrancó a cabalgar al frente hacia el enemigo con la virgen de Belén en brazos, y ganaron la batalla.
LEYENDAS
DEL CERRO DE LA VIRGEN DE CAMATAGUA.
Cuenta la historia que en cerro de la virgen apareció la imagen de la virgen
Inmaculada Concepción, del cual los españoles la trajeron al pueblo en donde
hicieron la iglesia, al siguiente día ella desaparecía, la volvían a buscar y
nuevamente se iba para el cerro, según cuentan era que la virgen quería que
hicieran el pueblo allá en el cerro.
Tengo información que los 30 de noviembre se hace la bajada de la Virgen en un recorrido de aproximadamente 14 kilómetros contados desde el centro de la población hasta el cerro ubicado en la zona boscosa Mangos de Cazupal, donde se ubica la escultura al pie de una gruta y en cuya naciente de agua se incrusta la imagen que es venerada cada 8 de diciembre.
TRAS
EL TESORO ESCONDIDO DE GOMEZ
Tomado
de historiasdemaracay.blogspot
Sobre
Gómez existe un anecdotario extenso y cualquier maracayero conoce por lo menos
una anécdota, entre ellas que tenía un baúl lleno de morocotas, el cual fue
buscado en los lugares donde residió.
La
siguiente es la crónica "Tras el tesoro escondido de Gómez" narrada
por la profesora Luisa Teresa Lanz en el libro Maracay, tradición y cambio.
Presencia del Liceo Agustín Codazzi", que reproducimos:
"La
casa donde funcionaba el Liceo (Codazzi 1944, antiguo Colegio Federal 1875)
llegó a ser objeto de excavaciones, bajo los más disimiles argumentos, pero
cuyo objeto real era tratar de encontrar el supuesto tesoro que Gómez había
ordenado guardar allí antes de su muerte y que ascendía 10 millones de
bolívares de oro que no llegaron a circular, equivalente a más de 3 millones de
dólares al cambio de la época, lo que constituía una inmensa fortuna entonces,
pero cuyo valor real estaba en el oro que fueron acuñadas las monedas. Ese tesoro
por supuesto que movilizaba a personas osadas y deseosas de dar con el tesoro
gomecista.
En
una oportunidad en el año 1946, se presentó una comisión del ejército
pidiéndole al profesor Semidey (Director del Liceo) las llaves del liceo para
una inspección, pero luego el profesor Semidey se dio cuenta que esa comisión
había levantado todo el piso de mosaico del aula donde funcionaba el 4º año A,
cuyo frente daba hacia la plaza Girardot, suponiéndose entonces que buscaban el
ya fantasmal tesoro.
En
otra oportunidad se presentó una persona que supuestamente era un constructor
enviado desde Caracas para realizar trabajos de mantenimiento y construcción en
la edificación. A los días, unos estudiantes, buscando una pelota con la que
jugaban y se les había ido al fondo del patio de la casa, consiguieron que
colindante con la casa del fondo y disimulado con láminas de zinc, había un
foso con dos escaleras en cuyo fondo había restos de comida y cables con luces,
descubriéndose que el hombre no era ningún constructor sino un extranjero de
oficio panadero, quien había concertado las reparaciones del liceo como excusa
para hacer varias excavaciones en el plantel". (Fin de la cita) (2001.
p.61)
El
coronel Eloy Tarazona también estuvo ligado a la leyenda del tesoro de Gómez,
como se ha hecho mención anteriormente en este blogs:
¿Existió
ese baúl lleno de morocotas? Nunca se encontró pero si es un hecho cierto que
el general Gómez disponía de dinero en efectivo en su casa, el cual utilizaba
para "premiar" a los aliados de la causa, realizar donaciones a
personas que venían a rogarle ayuda para cubrir necesidades, regalar a sus
amigos y familiares. Era el "benemerito", el Caudillo.
¿Conocía Tarazona del baúl de morocotas o monedas de oro?
LOS
MACABEOS DE LA VICTORIA:
Próceres
aragüeños olvidados de nuestra independencia.
En
La Victoria, estado Aragua, vivía una familia con cinco hijos varones. Todos se
unen a la lucha por la independencia: Defenderán a Venezuela aún a costa de sus
vidas... Tres de ellos mueren heroicamente... sólo eran unos adolescentes. Se
les conoce como Los Macabeos de la Victoria (Santos Mártires) y formaron parte
de los 100.000 adolescentes que murieron en la gesta libertaria.
Al
viejo Pedro José Muguerza sus amigos le pidieron que se fuera, que toda la zona
de los valles de Aragua se iba a convertir en un hervidero. Pero Muguerza les
respondió:
-Soy
Patriota y tengo dos brazos y cinco hijos para defender a la Patria.
Dos
de sus cinco varones, Juan Manuel y José María, no lo pensaron dos veces y se unieron
a las fuerzas patriotas, específicamente bajo las órdenes de Vicente Campo
Elías. Juan Manuel, con apenas 22 años, murió combatiendo en La Puerta el 3 de
febrero de 1814.
Muguerza
y su esposa aún lloraban la muerte de Juan Manuel. De José María no sabían
nada.
Entonces
Lázaro y José de Jesús, que no llegaban a los veinte años de edad, pidieron que
les entregaran fusiles.
La
batalla se inició desde temprano el 12 de febrero de 1814. Hacia el mediodía,
un certero disparo mató a un joven patriota que estaba en la torre de la
Iglesia. Entonces José de Jesús Muguerza corrió a tomar su lugar y murió de un
disparo cuando atravesaba la calle. Tenía apenas 17 años. Su otro hermano,
Lázaro, de 15 años, al verlo caer, corrió lleno de ira, hacia las filas enemigas
y murió de múltiples disparos de fusil.
Sólo
quedaba un varón, el menor, Pedro José, de sólo 13 años de edad.
Ante
las circunstancias el padre miró al único varón que le quedaba, a Pedro José, y
le dijo:
-Váyase
con su padrino (José Félix Ribas) y defienda el puesto de sus cuatro hermanos.
Ribas
le entregó al niño el mismo fusil que había cargado José de Jesús. Pero al
alejarse de la casa le dijo al niño:
-No
te separes de mi ahijado. Has tomado el fusil sin miedo y ya has demostrado
tener honor.
Dos
horas después, los jóvenes patriotas estaban que desfallecían, pero entonces
Vicente Campo Elías apareció en un cerro cercano con unos doscientos soldados.
Los realistas, al ver esos refuerzos se replegaron. Los patriotas habían
ganado.
Entre
los doscientos que venían con Campo Elías estaba José María, el hijo mayor.
Cuando sus padres lo vieron, en medio de la algarabía por el triunfo, se
sintieron aliviados.
Y
esa noche, los Muguerza-León, velaron los cuerpos de dos de sus hijos.
José María y Pedro José siguieron luchando en la guerra de independencia. José María llegó a Coronel. Ambos murieron en la vejez.
QUIRPA,
UN HOMBRE DE A CABALLO
Por
Gustavo Mirabal
Hoy
vamos a hablar de San Casimiro y de Quirpa, “un hombre de a caballo”.
Hoy
queremos hablar de San Casimiro, un población del estado Aragua que tiene un
encanto especial, no sólo por su belleza natural, sino porque es una tierra
donde los caballos ocupan un sitio especial para los lugareños, pero además es
tierra de músicos y cantantes de coplas llaneras. Aquí se reúne mucha gente de
los llanos centrales venezolanos.
Cuentan
que a esta tierra la llamaban “Tierra de los Güiripa” en honor a esa tribu. Su
nombre corresponde a San Casimiro, Rey de Polonia.
Fue
fundado en 1783 con el nombre de San Casimiro de Güiripa. Aquí se celebra todos
los años, el Festival Nacional de Arpa “Quirpa de Oro”. Asiste gente de
distintos lugares de los llanos venezolanos; participan con distintas
expresiones de joropo: central, mirandino y oriental. Es una fiesta de arpas.
Gustavo nos presenta parte de su relato.
-¡Por
fin¡ Yo tenía muchas ganas de conocer este lugar, porque siempre me llamó la
atención la canción que canta el señor de la cantina de mi escuela, que es
llanero y canta algo así como: “…óyelo bien, Quirpa es joropo llanero…”.
¿Quirpa
fue alguien que realmente existió o es sólo el nombre que le dan a una canción?
La
verdad es que tiene que ver con ambas cosas. Dicen que en la tradición oral de
los pueblos llaneros existen muchas versiones de un personaje que apodaban Quirpa
que realmente existió hace mucho tiempo, por allá en siglo XIX. Dicen que su
nombre era José Antonio Oquendo.
Era
un llanero de a caballo, ganadero, cantador de la sabana y buen coplero. No se
sabe con certeza su lugar de origen, sólo se sabe que era hijo de la tierra
llanera y cuentan también que murió a manos de un hombre celoso, en una fiesta
en la población de Güiripa de este municipio.
¿Qué
es “un hombre de a caballo”?
Esta
expresión está asociada a otra muy conocida en los llanos venezolanos, esa que
dice que “el llanero es del tamaño del compromiso que se le presenta” Se dice
que un hombre llanero de a caballo, es buen ganadero, Como dicen también,
“hombre de soga en mano y a pie”. Es un cantador recio de la sabana, es buen
coplero y buen contrapunteador.
Se
dice que la voz de Quirpa era reconocida en cada uno de los pueblos y en los
rincones más apartados de la inmensidad del llano. Quirpa era querido y
respetado en todo el llano. Su muerte fue lamentada por las mujeres y por los
hombres. Dicen que hasta los caballos de Güiripa lloraron su muerte.
También
cuentan los entendidos en esta materia, que se le da el nombre de Quirpa a
composiciones musicales vinculadas con la ejecución del arpa llanera.
Quirpa,
ejecutaba magistralmente el arpa y se convirtió en el coplero que se
auto-acompañaba, con su propio grito de guerra: “…llegó “QUIRPA”, el arpista y
buen coplero.
Dice
que donde llegaba Quirpa, enseguida se encendía la fiesta. Muchos cantantes y
músicos del llano, interpretan esta expresión musical, como lo hacía Quirpa,
ese hombre al que le decían que era un llanero de a caballo.
Después de recorrer la población de San Casimiro nos dirigimos al centro poblado de Güiripa, donde según cuentan, murió el famoso Quirpa.
EL
GENERAL PÁEZ EN LAS FIESTAS PATRONALES DE TURMERO
Escribe
Pedro Modesto Bolívar (+)
A
mediados del mes de enero de 1826, una comitiva de representantes de la
comunidad de Turmero, se trasladó a Maracay para invitar al general Páez a las
fiestas patronales de dicha ciudad. El aguerrido llanero conociendo la fama de
dichas festividades y sabiendo que su presencia en las mismas acrecentaría su
prestigio, aceptó gustosamente la invitación, pero con cierto recelo, porque
sabía que la mayoría de los habitantes de Turmero, liderados entre otros, por
el entonces coronel Francisco de Paula Alcántara y don Bernardo Pérez
profesaban el ideal bolivariano, cuestión esta que ya comenzado a carcomer en
Venezuela los cimientos de la República de la Gran Colombia.
Resultó
entonces que, habiendo concurrido el General Páez a la invitación formulada,
después de haber asistido a los actos religiosos y de haber degustado un
suculento almuerzo y un exquisito brindis, ya en horas de la tarde se propuso
presenciar los toros coleados, uno de sus deportes favoritos.
Una anécdota nos relata que la calle (hoy Bolívar) adyacente a la principal, por donde se iba a efectuar la competencia taurina, se hallaba adornada, no solamente de papel multicolor, bambalinas y flores, sino de lindas muchachas de la región y a cual más de ellas provistas de bellísimas cintas de vivos colores que premiarían al mejor coleador, mientras que en un templete ubicado frente al palco presidencial, una orquesta dejaba oír melodiosas notas musicales. Habiendo empezado la justa deportiva, los vezados jinetes dieron demostraciones de sus habilidades tumbando a fornidos animales, los cuales se revolcaban al caer cuan largos eran al caer en la polvorienta calle. Ocurrió entonces, que un corpulento toro de más o menos 35 arrobas, ninguno de los coleadores lo había podido tumbar a pesar de los múltiples intentos hechos. El general Páez viendo esta ineptitud, con voz fuerte e imperativa exclamo: “¡Carajo! ¿Cómo es posible que no puedan tumbar ese animal? Y olvidándose que era el Jefe Civil y Militar de Venezuela, bajóse inmediatamente de dicho palco, montóse en su caballo y acompañado de dos de sus edecanes se introdujo en la manga de coleo, y en desafiante actitud, corrió detrás del toro y a poco éste cayó al suelo, dando vueltas sobre el filo de su lomo. La tarde caía y los estruendosos aplausos llenaron los aires para así terminar jubilosamente ese día dedicado a la santa patrona Nuestra Señora de Candelaria, mientras que el héroe de las Queseras del Medio, con su pecho henchido de satisfacción, se despedía de la multitud que había presenciado otra de sus grandes hazañas.
ANTONIO
RICAURTE SE INMOLO O NO EN SAN MATEO?
La
historia que esconde San Mateo es una de las que más resuenan en nuestra
historia por su belleza, llamada por el escritor Juan Vicente Camacho, «Una
página de Homero». No es para menos, porque en ella está el espíritu patriota
de aquella República que aún no nacía. Muchas son las distancias que nos
separan de Nueva Granada, a pesar de las similitudes, pero si hay algún héroe
del vecino país que deba ser nombrado por la eternidad, este es Antonio
Ricaurte. Pero, según lo emitido por Delacroix en el Diario de Bucaramanga,
aquella leyenda no era más que un invento del Libertador para subir la moral
patriota, algunos señalan que esa historia no está tan alejada de la realidad;
no sería de extrañar que Delacroix haya distorsionado los hechos, pero esa
clase de juicios, sin pruebas que los respalden sería una irresponsabilidad
histórica.
Eso
lo dice Perú de Lacroix, y Germán Arciniegas, escritor colombiano, escribió
todo un ensayo para desmentirlo. Pero no pudo, porque era un testimonio directo
de Bolívar y porque no existe en las memorias de esa batalla que Ricaurte hubiera
volado el depósito.
¿Es Ricaurte un héroe según lo aprendimos en la escuela o su muerte fue una leyenda inventada por Bolívar?
EXISTIÓ ANDRES
PEREZ DE ALMARZA?
Oldman
Botello afirma que “se dice que Maracay fue fundada en 1697 por el capitán
Andrés Pérez de Almarza y eso es falso, ese personaje ni siquiera existió. En
lo particular yo he revisado los libros de registro, matrimonios y defunciones
de Maracay desde eo 1ro de 1701 y en ninguna parte aparece este señor Pérez
Almarza. El General Manuel Landaeta Rosales escribe el nombre de Andrés Pérez
de Almarza había fundada Maracay en 1702. La gente que conoció a Landaeta
Rosales dicen que fue un hombre sumamente pobre, fue un acucioso investigador; pero fue a veces no tenían siquiera para comprarse un lápiz ni
una libreta de anotaciones para anotar y se presume que le dieran algún nombre
y anotó Pérez Almarza, cuando el personaje no asistió y así se ha venido
arrastrando hasta la fecha actual. En el año 1915 se reeditó un libro,
mencionando nuevamente el nombre de Pérez de Almarza. No fue sino hasta 1952 en
el mandato de Marcos Pérez Giménez cuando el Concejo Municipal de Girardot toma
como referencia el nombre, trayendo así el error histórico hasta la actualidad.
Le corresponde al Concejo Municipal enmendar el error”.
Botello dice en un escrito que “Creíamos que estaba clausurado el expediente de Pérez de Almarza como supuesto fundador de la ciudad de Maracay, pero todavía la especie se retuerce en la tumba con ganas de salirse. Hay quien lo mienta. Desde hace treinta y tantos años quedó demostrado fiel y documentalmente que Maracay tuvo un fundador, el obispo de Caracas Diego de Baños y Sotomayor, el 5 de marzo de 1701. Esa es la fecha, antes solo había el valle de Maracay y Tapatapa con algunos hacendados entre ellos los Rodríguez Bello, los Carvajal, José de Oviedo y Baños, los Vílchez y hasta cincuenta familias más. La totalidad blancos y uno que otro indígena. Los marqueses de Mijares, dueños de la tierra, residían en Caracas.
QUIEN
FUE RAMON (CHEPITO) GONZALEZ?
Tomado
del escrito de Andrés Pacheco Miranda “El doble cercenamiento de La Cruz de
Hierro.
“Leyendo
el Tomo V de los documentos recopilados por el Pbro. José Félix Blanco para “La
vida pública del Libertador, está la constancia de que en verdad el realista
Chepito González fue el conductor de treinta y siete caraqueños hacia los
Valles de Aragua, victimados por él con excepción de uno solo, llamado Fernando
Lovera, quien firma este documento que
nos sirve para elaborar el siguiente escrito:
“El
15 de julio de 1816 fueron hechos
prisioneros unos patriotas en Caracas que al ser juzgados fueron amarrados y
puesto a la disposición de Chepito González, allí habían músicos, pintores y hombres destacados,
Chepito los amarró, los aparearon y colocaron soga al cuello y trasladaron a
los Valles de Aragua, algunos fueron asesinados en el camino con crueldad, esto
lo hicieron con aquel que se cansaba. Chepito González era un hombre
sanguinario, los decapitaba. No caminaban, iban a trote. Uno de los decapitados
fue un hombre que antes de llegar a Turmero pidió saludar a la esposa, ambos
decapitados al frente de un sitio que se denominó la Cruz de Hierro, porque la
espada de Chepito se partío en dos y con ello hicieron una cruz donde los
enterraron a la orilla del camino. Según cuenta la historia, los restantes prisioneros
fueron asesinados en el Samán de Güere”.
Juan Uslar Pietri en su libro Historia de la Rebelión Popular 1814, dice sobre Chepito González que “No era un hombre malo ni mucho menos. Por esta misma circunstancia, Boves ni los suyos le tenían entera confianza, haciéndole vigilar con los pardos”. VAYA USTED A CREER!!
LA
PRINCESA MARCELA: ¿LEYENDA O REALIDAD?
Cuenta
Pedro Modesto Bolívar palabras más palabras menos, lo siguiente:
“El
barrio La Marcelota de Turmero debe su nombre a la india Doña Marcela Parica,
cacica de los indios Barrigas de Turmero, cuyo padre fue el Caique Don Juan
Barriga. Por referencia de los antiguos habitantes, Marcela nació y creció
allí, y después de permanecer durante 60 años en el Valle de Tucupido propiedad
de su marido, el capitán Pedro Ladrón de Guevara con quien en concubinato
protagonizo uno de los episodios más estruendosos en tiempo de la colonia,
volvió a su sitio natal donde murió”.
Pedro
Ladrón de Guevara, escribe Lucas Guillermo Castillo Lara,”un personaje de
leyenda, con unos ribetes de aventurero y soldado de oficio… ancla
definitivamente en tierras de Maracay
con el amor de una india….Pero lo importante…es la tenaz defensa de su amor y
de su orgullo que se mezclaban con la tierra”.
Marcela
fue juzgada por el delito de concubinato público y notorio con Ladrón de
Guevara, de quien ya había tenido procreado dos hijos. Ladrón de Guevara apela
a la Real Audiencia de Santo Domingo quien ordenó la libertad y permiso para
casarse.
Hay
que significar que la familia del Capitán Pedro Ladrón de Guevara hizo lo
imposible para que desistiera de esos amores, pero Ladrón de Guevara lucho por esos amores.
Don
Pedro recibe en herencia las tierras de Guayabita en Turmero y reside en un
poblado que luego se llamaría Marcelota.
Al fallecer Ladrón de Guevara, Marcela asume la administración de las propiedades junto a su hijo Jerónimo quien muere luego no sin antes legalizar los bienes. Doña Marcela Parica en su testamento expresa su deseo de ser enterrada en Guayabita su lar nativo.
LA
LEYENDA DE TAMAYRA
Tomado
del libro Tamayra de José Aranguren
Militón, hombre de noventa y tantos, con un dejo de misterio, de hablar lento y reforzando con un largo ¡siiiiiiii…! Cada pedazo del cuento, a él, le podía faltar cualquier cosa, menos el tabaco ensalivado en la punta, amasado y mordisqueado para ablandarlo con el propósito de acomodarlo entre sus disparejos y amarillentos dientes, sumado a la pregunta ¿Saben ustedes…? Guarda un silencio corto para seguir con la pregunta, ¿Cómo se llama esa montaña? Respondieron todos, menos yo, en un coro uniforme y unísono, ¡Henry Pettierrrrrrr! Estirando como un chicle la última letra del apellido, con el propósito de dejar bien claro, el conocimiento que ellos con orgullo demostraban tener. Militón, ríe, y sumergido en su risa franca y espontánea, pretendía ahogar aquel coro de voces con un tímido No, no, no, eso es ahora antes le mentaban Tamayra; la risa amaina y se convierte en sonrisa pícara, claro, tenía la clave y su verdad estaba a punto de ser revelada. Perdida la mitad de la cara en medio del espeso humo del tabaco que dejaba escapar lentamente por el hueco que éste forzaba entre los extremos de los labios flácidos y arrugados, simulando con el humo tal vez… las brumas de esos tiempos tan lejanos en sus recuerdos.
El ala ancha del sombrero, como alero de esas casas coloniales que aunque vetustas, erectas, fiel registro de una época, detenía el humo que se agolpaba en su cara, la misma que lentamente alzó a medio inclinar, arrancando el tabaco de su boca, con el dedo pulgar y los dos siguientes, dejando libre al de la intención y al meñique. Señalando con éste último en dirección hacia la montaña unas cuantas veces.
Con un ojo cerrado y otro abierto, tal vez porque le molestaba el humo, o por picardía, sonreía con una mezcla de placer, desplante y expectativa, era lo más cerca de una mueca burlona, reforzaba como ya dije ¡Siiiii….! Tamayra, con voz calma, seca y gruesa se refería a la espesa, enigmática y exuberante fila que a lo lejos se veía, emplazada entre la ensenada de Cepe y la de Tuja situada como diría un experto, las filas por el este, el Jabillar y por oeste, el Paraíso cuyas coordenadas van desde la Punta de Tuja…afirmando con un gesto de su cabeza, pronunció un nombre: Meregotos, ¡Siiiii…! Pueblo Caribe, cuyo territorio se extendía desde los valles bajos hasta el Lago de los Tacarigua al que mientan hoy Lago de Valencia, y la parte alta de toda la Cordillera del Mar Caribe, volcó su mirada al suelo exclamando: ¡Gran territorio!. -Decía con un ademán de respeto y admiración- Pero el punto es ¿No es verdad?, Es que aquí!… Señalando en un mapa trazado toscamente en el suelo con una vera de algarrobo, que en su extremo tenía un perchero hecho con trozos de cabuya tejido que alguna vez fue blanca y que hacía colgar de su muñeca. ¡Aquí había un grave problema! Y rayaba insegura y débilmente el sitio límite del territorio Teques - Meregotos; afirmaba, ¡...en este lugar había mucha casería, esto generaba conflictos, ya que, o los de aquí se pasaban para aquel lado, o los de allá se pasaban para este,…! Señalando con la vera, el punto en cuestión.
Como
un gesto de buena voluntad y con el propósito de resolver el problema, el
cacique de los Meregotos propuso en
matrimonio a su hija Tamayra al cacique
de los Teques, quien no teniendo hijo varón y no despreciando la oferta, llamó
a torneo a sus valientes para escoger el mejor de sus guerreros, es así como
aparece victorioso el bravo Guaicaipuro quien inspirado en el amor que desde el
primer momento sintió por la princesa
Tamayra, luchó con fiereza
para tener derecho al premio, su premio,
mujer de alta estatura, delineado cuerpo, piel cobriza, ojos azules
claros, de mirar contemplativo, profundo
e insinuador, cabellos largos lacios y rubios, adornado con una sencilla pero
hermosa tiara de azahar. Dientes parejitos aperlados en medio de unos labios
carnosos, mujer cautivadora, sensual y juvenil, de exótica belleza.
Siiiii…
las pruebas fueron muy duras ya que los
caribes eran fuerza viva de la naturaleza selvática. Eran esencialmente
guerreros, desde niños se ejercitaban en el manejo de la lanza, el arco y la
macana.
Su
grito de guerra era “…..ana Carina roto
aunicon papo roto itoto manto”. Cuya traducción sería la siguiente, más o
menos, “sólo nosotros somos gente, los otros deben ser nuestros esclavos”, el
joven guerrero venció uno a uno todos los retos y contrincantes del torneo….
Estábamos
todos en silencio, atentos al relato…….Siiiii. Era la afirmación de su verdad.
- El joven guerrero no sólo ganó el derecho a desposarse con la princesa
Tamayra, sino que también conquistó fama por su valor y arrojo, no hubo para
aquel tiempo quien no conociera de sus hazañas.
En ese desafío el hombre además de demostrar su valor y su astucia, tenía que convencer por su nivel de sabiduría –agregaba- ellos no eran eruditos, pero poseían el conocimiento de lo que se afirma en el capítulo 44 de Eclesiastés, “la insensatez va por delante de la sabiduría” el asunto no sólo era cuestión de fortaleza, coraje y valentía, sino, la relación de lo humano y lo divino, era el hombre vinculado al cosmos, conocimiento y fe, la armonía entre esas dos grandes fuerzas que lo envuelven todo, es el único sendero para llegar a un estado de conciencia en “loucuo” el gran Dios, por lo que los insensatos, y los necios no tenían espacio para medirse, sólo los mejores podían probarse ante los elementales: agua, fuego, tierra, viento y éter.
Siiii,
era sagrado….y sonreía tímidamente, como un orate buscando compasión, confuso,
extrañado… Una gran civilización -dijo
en voz baja -, y continúo. El vencedor de las pruebas a que era sometido, no lo
lograría jamás sin la ayuda y la protección de “Louquo” y por designio del gran Dios se convertiría en uno de sus
iguales. El resultado de la prueba sería el hilo conductor y punto de orillo,
en el tejido del de la majestad que lo revestía de autoridad, poder y fuerza,
que sólo podían ostentar los escogidos. Entre muchos invitados, él:
Guaicaipuro, se convirtió en uno de ellos.
En
esa época eran tiempos de conquista, los españoles tomaban el valle de Caracas,
los aborígenes oponen resistencia Terepaima, Naiguatá, Mariches envían
refuerzos, pero por otro lado, Terepaima cacique de los Meregotos organiza una
caravana de puras mujeres de la tribu para acompañar a la princesa Tamayra, su
hija, a un lugar de la montaña nublada
territorio sagrado, templo en el que reside el gran espíritu y donde está el
portal donde “Loucuo” que nació, murió y volvió a nacer de nuevo a los tres
días, subió al cosmos en alguna parte de esa montaña.
Ese
motivo era más que suficiente para ocultar a la princesa sierva del gran Dios,
a los ojos de los intrusos y mantenerla virgen para el casamiento con
Guaicaipuro porque él, conocedor de los montes con su probada bravura y con la
ayuda de “Loucuo” su victoria sobre el
extraño invasor la daban por descontado.
Militón
no dejaba de mordisquear el tabaco que lentamente de vez en cuando lo arreglaba
y con aire de importancia preguntaba ¿quieren que les cuente como Guaicaipuro planificó la batalla que le
dio la victoria sobre Narváez?, El coro de voces no se dejó esperar, un
ensordecedor Siiiii, aliñado con risas de emoción y expectativa. Bueno, bueno y
acto seguido buscó un lugar para acomodar y sepultar otra escupida, y continuó.
¡Bien! el guerrero utilizó un ardid muy ingenioso para engañar a las tropas
hispanas, ordenó atrapar cuanta ave se pudiera, luego las mandó a soltar en
lugares estratégico por puños a la vez, éstas al alzar vuelo y tomar altura, le
indican una posición errónea al enemigo
ya que le hacen creer que los guerreros con su presencia, las habían espantado,
buscando mejor posición el comandante hispano se internó en un pajal, mismo,
donde lo estaba esperando Guaicaipuro con sus guerreros camuflajeados con
mogotes amarrados con eneas, se movían muy lentamente, y fue en esa mañana
después de una pertinaz garuita,
¡Súbito! Rompe el silencio una gran bulla aterradora y al tiempo un ataque
rápido inclemente y feroz, enjambres de flechas surcaron el aire cortando la
brisa con sus puntas afiladas, originando un sonido escalofriante -ziggs-
rasgando la piel y penetrando en los cuerpos hasta causar la muerte, se
encontraron estampadas hasta: cuatro, cinco, seis flechas por
cuerpos.
Sólo
dejaron con vida cuatro (4) soldados, de casi mil doscientos (1200) hombres,
con la intención única de que fueran con la información a sus jefes, nuestros
guerreros se unieron y juntos destrozaron a Narváez cuando éste comenzó a subir
la loma. Y es allí, en ese sitio que bordea el rió Tuy, conocido como “el valle
del miedo” donde el Capitán Don Diego de Losada, un día del mes de Enero, pero
seis años (6) después, de aquella derrota a Narváez, logra la victoria en el
mismo escenario….
Militón
con su presencia enigmática inspirado en su relato, se tornaba triste y
entregado, delatando un final trágico en
su historia. ¡Siiiii! El guerrero peleó con fiereza y determinación sin
igual, no sólo por lealtad a Terepaima, no sólo por los valores
ya expresados, sino por el profundo amor que sentía por la princesa Tamayra,
dueña de su corazón, sueños y deseos, pero nada pudo hacer…y es así como
después vencido y capturado en su campamento, mediante una vil emboscada, fue
hecho preso, empalado y quemado vivo, no tuvo oportunidad, Los gritos
desgarradores del fiero guerrero, líder indiscutible, humillaron al resto de la
resistencia aborigen quienes así al fin, fueron sometidos.
Sólo quedan de su historia: nombres de quebradas, cuevas, y el sitio de Tamayra, que vivirá por siempre como epónimo anónimo de hechos que jamás serán comprobados.
LA
LEYENDA DEL CERRO DE LOS GUAMACHOS
Simón
Bolívar y Palacios, y María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza de visita en Turmero.
Cuenta DonAndrés Pacheco Miranda + en Turmero Tierra Mía:
“El
cerro que se conocía en Turmero, con el nombre de “Los Guamachos” y que ahora
llaman de “Las Serramedas” por haber vivido en una de sus faldas la familia de
apellido “Serrameda” tiene su leyenda romancesca que yo no quiero dejar perder
en la corriente de los tiempos. Esta leyenda la aprendí primero de labios de
cierta anciana que murió ahora treinta años, mujer beata o “rezandera” que
gozaba haciéndose llamar “La Veneranda”; y después, por referencias diversas
emanadas de hombre de edad octogenaria que merecían la consideración social de
mi pueblo.
Lo
detalles de aquellas narraciones se diferencian en sustancia, pero yo las he
confeccionado reconstruyendo la verdad en la leyenda, orientándome a la vez a
las páginas de la historia patria para evitar los anacronismos.
Hasta
no hace mucho, se conservaba en Turmero la costumbre de celebrar en la noche
del último de mayo, un velorio sobre la cumbre del cerro de los guamachos, en
acción de gracias a ala Santísima Cruz cuyo signo se alza allí desde épocas
lejanas. Alrededor de este “velorio” tradicional, tejió la imaginación popular
su conseja romántica y heroica.
En
el año de gracia de 1802 hicieron en la villa de Turmero el honor de una visita
, los jóvenes esposos recién llegados de España, don Simón Bolívar y Palacios y
doña María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, a la sazón residenciados en la
casa alta de la hacienda ”El Ingenio” en San Mateo.
Acostumbraba
esta pareja aristocrática pasear constantemente a caballo por los aledaños de
San Mateo y en ciertos días de verano por las poblaciones cercanas, como
Turmero, Cagua o La Victoria.
En
propicio día de diciembre, don Simón y su linda consorte, en la amable compañía
del doctor José Ángel de Álamo, y seguidos por seis esclavos de la servidumbre
de los Bolívar, salieron en gallarda cabalgata de la rica propiedad de “El
Ingenio” antes que apuntalara el alba, pasaron tempranito por San Mateo,
siguieron hacia las vueltas de “Capino”, atravesaron las verdes praderas de
“Purica” y ascendiendo el cerro de ese mismo nombre por donde cruzaba entonces
el camino real hacia Valencia, cayeron a la hacienda “San Pablo” y penetraron a
Turmero, cuando las campanas de la iglesia tocaban a misa solemne, porque era
domingo.
Aseguraban
viejos habitantes de mi tierra, que los ilustres viajero se hospedaron en el
hogar de Don Juan Manuel Pérez y su mujer doña Rosalía Linares, matrona de
virtudes honestísimas y de belleza singular, que gozaba del refinado vivir de
una prolongada luna de miel. Este matrimonio se vanagloriaba de ser amigo de
los Bolívar, los Blanco y los Palacios, es decir, de una generación
predestinada para crear la República en aquellos tiempos de paz y libertad, y
disfrutaba de dicha perenne en su casona hermosa de la esquina noreste de la
hoy Plaza “Mariño” , casona conventual en donde habito siete décadas después,
el sacerdote más egregio por su mansedumbre y amor a la caridad que ha pasado
por el Curato de almas de Turmero, Gregorio Rodríguez y Obregón, cuya cabeza de
apóstol aleccionado para la comprensión cristiana, ostentó con dignidad la
mitra del obispado de Barquisimeto.
Don
Simón y Doña María Teresa, lo mismo que el doctor Álamo, luego de tomar el
desayuno, fueron al templo a oír misa con devoción y terminado el santo
sacrificio, pasaron breves instantes visitando las familias de don Manuel Melo
y don Ignacio Bustillos, españoles de abolengo que habían fundado hogar bajo
los cielos de Aragua y que con frecuencia exclamaban imitando a Don Quijote: Yo
sé quién soy.
La
casona de don Juan Manuel Pérez y doña Rosalía Linares de Pérez estaba de
fiesta. El honor que recibían era inapreciable, y los esposos Bolívar
–Rodríguez del Toro se mostraban en el colmo de la satisfacción en aquel día de
íntimo regocijos. Y Turmero, mi pueblo silencioso, no sospechaba, ni presentía
siquiera, que albergaba en su seno el rayo de que no habló José Enrique Rodó,
es decir, el genio que está perennemente a la espera en el fondo de la sociedad
humana, como el rayo en las entrañas de la nube. Ya cerca de la hora del
almuerzo, doña María Teresa manifestó a sus anfitriones que su marido le había
elogiado una fruta tropical que en Turmero se daba muy buena que se llamaba
“Guamacho” y que ella deseaba probarla.
Don
Simón repitió con viveza su elogio a los guamachos de Turmero y los comentarios
florecieron en torno a la delicia sabrosa de esta fruta indígena.
Por fortuna, en la servidumbre de la casa había un muchacho de once años de edad, cuyos padres, un isleño de canarias y una india de Aragua, labradores endurecidos en el trabajo de la agricultura, moraban en el cerro de los Guamachos, y estos maduraban al sol en plena vendimia. El muchacho, o sea, Andrés Cáceres, fue despachado en busca del anhelado comestible, que en verdad es rico y gustable. Había interés en complacer con larga gentileza a la preciosa compañera de don Simón Bolívar. Cerca de las dos de la tarde, cuando todavía los comensales no se habían levantado de la mesa, regresó Andrés Cáceres con la cesta desbordada de hinchadas frutas tropicales, de las cuales se escogieron las mejores para doña María Teresa quien las devoraba con apetito dejando caer de sus labios aristocráticos las frases de loa para los guamachos turmereños”.
PORQUÉ
EL NOMBRE DE SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES?
Wikipedia
señala:
Sebastián
es el nombre del fundador Sebastián Díaz de Alfaro. El de los Reyes sería por el
día de Reyes el 6 de enero o por los Reyes de España?
Dice
Máximo Alberto Rangel en su blog lo siguiente:
“Lo
que ahora, de adulto, pongo en duda es la veracidad de la leyenda: “Al
acercarse al sitio, desde una colina, el fundador (Sebastián Díaz de Alfaro)
vio como un indígena, atado a un árbol, era flechado por la tribu, en castigo o
venganza de alguna fechoría… Hecho éste que le hizo recordar la imagen de su
santo patrono (San Sebastián Mártir) lo cual, aunado a la fecha de ese día -6
de enero, día de Reyes- lo hizo bautizar al pueblo con el nombre que hoy
ostenta… Demasiadas coincidencias. Pienso más bien que, igual que en el caso
del poblado español, se trataba de un obsecuente homenaje a la monarquía
española, aunque los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, ya habían muerto”.
CONCLUSION:
El nombre es por el Santo de la iglesia católica San Sebastián Mártir, cuya
festividad es el 20 de enero. San Sebastián es patrono de arqueros, soldados y
atletas. Su nombre significa “Digno de respeto, venerable y utilizaba su cargo
de militar romano para ayudar a los cristianos prisioneros. También es
considerado patrono contra las flechas envenenadas.
Sobre el complemento “de los Reyes”, es obvio por ser fundaba el día de Reyes.
LA
CRUELDAD EN EL CERRO EL EMPALAO EN CAGUA
Garci González de Silva nacido en Mérida – Extremadura –
España en 1546; murió en Caracas, 1625. Este conquistador extremeño intervino
en la conquista de Venezuela. “Fue uno de los hombres más ricos y poderosos de
la provincia”, esto lo dice Lucas Guillermo Castillo Lara. Poseyó la encomienda
de Cagua en los Valles de Aragua desde 1592.
El Cerro El Empalao toma su nombre de la historia de
Venezuela, cuando el encomendero Garci González de Silva se dedicó a «empalar»
a los aborígenes que le ofrecían resistencia a sus intentos de esclavizarlos.
La cruel práctica de empalar consistía en atravesar longitudinalmente a una persona
con una estaca previamente clavada en el suelo con la punta.
En la historia de Venezuela hallamos algunas referencias de
hechos relacionados con el empalamiento como forma de amedrentamiento, llegando
este a ser uno de los peores castigos sufridos la población aborigen a manos de
los conquistadores españoles, luego de su llegada al nuevo continente; lo
aplicaban con la finalidad de reducirlos y sembrar en ellos el terror,
aspirando escarmentar y les obedecieran.
La montaña más importante en jurisdicción del municipio Sucre
es el cerro El Empalao. ( Empalao, como le llama la gente popularmente). Está
situado al este de la ciudad y sirve de límite entre los municipios Ribas y
parte de Bolívar, es decir La Victoria y San Mateo.
“Unos habitantes fueron degollados, otros ahorcados, otros empalados, la mayoría hechos prisioneros y los enviaban en las Carabelas a la Española para que allí sean vendidos para cubrir de esta manera los gastos de su expedición”.
EL AGACHADO!!
En este orden de ideas es importante destacar que en 1846, el
General José de Jesús González “El Agachado”, hijo ilustre de El Consejo-Estado
Aragua, pasa a formar partes de las tropas federales del general del pueblo
soberano Ezequiel Zamora. El Agachado como lo nombra la historia de Venezuela,
estuvo en combate acompañado de los generales Joaquín Crespo, Manuel Borrego,
Zoilo Medrano, Pablo Alquisira y otros caudillos menores en las acciones que se
sostuvieron en sabanas y montes de Ortiz, Parapara, los Tiznados, El Sombrero,
Calabozo y en otras ciudades del país.
Se le llamó Agachado porque en los asaltos, en la espesura
ordenaba a sus hombres al momento de lanzarse al ataque.: "¡Por aquí,
muchachos, agachaditos!". José de Jesús González muere en Tiznado, Guárico
el 19 de febrero de 1897. Sus restos reposan desde 1897, en el Panteón
Nacional, acompañando junto a Revenga, a nuestro Libertador.
EL GUABINOSO Y FARSANTE MARQUÉS DE CASA DE LEÓN
Militar español nacido hacia 1750 en la villa de Esparragosa
de Lares, provincia de Badajoz, España, y muerto en 1826 en Puerto Rico.
Marqués de Casa León, fue Intendente de Ejército y Real Hacienda en Caracas
(1812). Poco después empezó a realizar negocios que fueron la base de su enorme
fortuna: en 1781 envió a España varias cargas de cacao, cueros y añil, y más
tarde inició la compra de grandes territorios en los valles de Aragua. En 1785
casó con Josefa Antonia Carrera, una criolla acaudalada, con lo que obtuvo
haciendas de cultivo en Maracay. Fernández de León se convirtió así en uno de
los grandes terratenientes de los valles de Aragua. Dentro de las Haciendas
estaba donde está ubicada la Casona de La Trinidad en el Municipio Mario
Briceño Iragorry que fue declarado Monumento Nacional.
Su figura es muy controvertida por haber actuado de forma
ambigua con patriotas y realistas, cambiando varias veces de bando. En
ensartaos. diccionario-de-farsantes-el-caso-del-marques-casa-de-leon/ se dice:Este
es el máximo y primer gran farsante de Venezuela. Una especie de anti-prócer
venezolano que en medio de la efervescencia revolucionaria, primero sirve al
Rey, luego lo traiciona y se pasa a don Francisco Miranda; más tarde desconoce
a Miranda y se pone a las órdenes de Domingo de Monteverde. Derrotado
Monteverde se poner al servicio de Bolívar y luego del pacificador Pablo
Morillo. En el prólogo magistral de Mariano Picón Salas al libro de Mario
Briceño Iragorry, “Casa León y su tiempo”[1], dice: “Si le quitamos a Casa León
su comprada peluca de Marqués, si le sacamos de la vecindad de aquellos grandes
hombres como Miranda y Bolívar, cuyo arrojo y grandeza sirven de contraste a la
propia bellaquería y pusilanimidad, dijérase que la estrategia del resbaladizo
personaje es de todas las épocas y todos los regímenes que se han sucedido en
nuestra tormentosa República… Hubo Casa Leones en los días de Guzmán Blanco, en
los de Castro, en los de Gómez, en los más recientes de nuestra cronología
política. Nos parece haber conocido al anti-héroe redivivo en algún club
elegante, entre vasos de whisky escocés, mientras se tejen las más misteriosas
cábalas financieras”. Ayudó al Libertador Bolívar a escapar en las postrimerías
de la Primera República. Casa León lo auxilia sin vacilaciones. Bolívar luego
le beneficia. Sobre este personaje escribió Mario Briceño-Iragorry Casa León y
su tiempo (Aventura de un anti-héroe) en 1946.
EL MITO DE PEDRO
VILLACASTIN
Se ha creado un misterio sobre la existencia o no de Pedro
Villacastín a quien algunos historiadores le atribuyen la fundación de Turmero.
Para los historiadores el Valle de Turmero existía desde
tiempos inmemoriales, su población indígena era conocida por los conquistadores
y encomenderos, los llamaban los Turmeros. Los indios Meregotos eran los
pobladores de este Valle. Juan de Villegas, el conquistador, lo refiere en sus
escritos en 1547 cuando vino a fundar un pueblo en la laguna de Tacarigua. Pero
una cuestión es el Valle de Turmero y otra Turmero como pueblo.
Se ha creado una polémica sobre la existencia de Pedro
Villacastin, al que algunos le atribuyen la fundación del pueblo, esto con
razón por la diversidad de criterios y puntos de vista como esbozaremos a lo
largo de este escrito.
El historiador Landaeta Rosales, el mismo que dijo que Pérez
Almarza fundo Maracay, nos indica en una sola línea de su extenso libro que
Turmero fue fundado por Pedro Villacastín, en 1603.
Ahora bien, en el libro “Noticias documentales del Estado
Trujillo” de Manuel Pinto C…el obispo Fray Antonio de Alcega invita a los
sacerdotes oponentes a llenar la vacante de la Doctrina principal de Niquitao…y
firma el edicto en el Valle de Turmero en tres días del mes de junio de un mil
seiscientos y siete años”. “Si dicho sitio poseía Doctrina en 1607, ya era un
pueblo formado puesto que existía Parroquia Eclesiástica como lo evidencia la
invitación…”, dice el cronista”. Aunque no se dice quién fue el fundador.
Muchos autores dicen que fue Villacastin pero sin argumentos
ni documentos de soporte.
La otra hipótesis sostiene que el mencionado Pedro
Villacastín, fue un español proveniente de la ciudad de Villacastín en España y
que fue el mismo fundador de: Cagua, San Mateo, La Victoria y Turmero, el Sr.
Pedro Gutiérrez de Lugo.
A este respecto, debemos señalar que Pedro Gutiérrez de Lugo
era originario de la población de Rave, Villa de Medina del Campo, lo que se
denominó Castilla La Vieja, según lo refiere el historiador Pedro Modesto
Bolívar, en la biografía del citado Pedro Gutiérrez de Lugo. Ahora bien,
Villacastín, pertenecía a Segovia, Castilla la Vieja, España. Por tanto esa
tesis es sostenible, aunque debemos precisar que Gutiérrez de Lugo aparece en
escena cuando es enviado a fundar el pueblo de doctrina en 1620 no en 1603 ni
en 1607. Wikipedia nos dice que Villacastín es una localidad española de la
provincia de Segovia perteneciente a la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Se agrega este comentario que vale la pena relatar: "El topónimo del lugar
ha sido objeto de diversas teorías populares pero los estudios formales apuntan
que "Castín" o "Castil" es lo mismo que Castillo, derivado
del latín Castrum de igual manera que ocurre con Castilla, y que significa
campamento fortificado. Tampoco puede pasarse por alto la condición fronteriza
que tenía este lugar en el siglo XI, lo que apunta a que su denominación
provenga de Villa Castilla, quizás entendiéndose Castilla como lugar
fortificado o bien atendiendo a que "las incursiones cristianas
procedieron de la Billa de Castilla". (Fin de la cita)
Pedro Villacastín como tal, no se ha podido comprobar la
existencia de este personaje ni documentos que lo certifiquen”.
Para darle más interés al tema, José Manuel Guevara Díaz,
escribe un comentario que desdice algunos hechos antes señalados, titulado “El
mito de Pedro Villacastín”:
“Subsiste una leyenda
[…] en los tiempos pasados, que un núcleo de hombres anticlericales, se dio a
la tarea de amargarle la vida a cuantos sacerdotes llegaban a desempeñar el
curato de almas de su parroquia, y que, uno de ellos […] pidió un castigo para
Turmero. Dios, oyendo las quejas de su ministro, llamó a su Santo-Poeta de la
corte celestial, y le ordenó que fuese a la villa que fundó en las tierras de
Aragua don Pedro Villacastin y le quitara la alegría jacarandosa que le había
impreso el alma española de aquel conquistador.”.
La gente del pueblo, estos relatos creyó y tomó en serio la
cuestión, tanto, que en las escuelas se daba se daba como el indiscutible
fundador y en las crónicas y clases, aparecía muy bien presentado el señor.
En el andar del tiempo, una verdad indiscutible, el mito se
convirtió y como tal se extendió, ya que la más importante institución de la
ciudad, “La Escuela Normal Rural el Mácaro”, ubicada, unos kilómetros pasando
el río Turmero en vía hacia Maracay, de donde egresaban los mejores maestros
del país, se encargó de homenajear
el ahora Don Pedro Villacastin, de Turmero “fundador” y aprovechando el día del
árbol, en mayo de 1947, programaron una plaza en su honor. ¡Sí señor, una plaza
en su honor! aunque no tan grande como aquella del grande de Don Simón.
¿Y El busto que la plaza tendrá? Como nadie conocía al dichoso Don Pedro, no
sería un problema serio para el genio del dibujo y la escultura, el afamado
profesor José Bruguera.
Acto como el narrado cambia la historia reafirmando el mito
que Pedro Villacastín existió y a Turmero lo fundó. La gente mira a Don Pedro y exclama con emoción
¡Por fin conocí al Señor!
¿Y la escuela que en el sector Turmerito lleva su nombre
igualito? ¿Será que no saben que Pedro Villacastin nunca existió, o que aceptan
la versión “que era un señor que en Turmero vivió, educador y músico con mucho
carisma,”, tanto que un pedestal le pusieron en el puente de Turmero,
pero, en una crecida del río el pedestal
se perdió.
Antes de emitir un dictamen definitivo hay que señalar que el
Diccionario del Estado Miranda señala que en “1650 se establecieron los
primeros pobladores, siendo el más connotado Don Pedro Villacastín”.
En el Boletín de la Academia Nacional de la Historia editado
en 1917 nombran en la página 495 a Don Pedro Villacastín.
Me encuentro con esto consultado en los libros de España,
cuestión que da fe que existió al menos en libros el personaje, cuestión que
nos complica más la situación ya que las fechas coinciden.
Pedro Villacastin, "España, bautismos, 1502. Aunque la
fecha del bautizo lo desdice.
Existe un documento de la Cámara Municipal de Turmero, en la
época cuando Buenaventura Gómez Galdona era Presidente y el Cronista era Carlos
Blanco Galeno, donde se infiere que Pedro Villacastin es el fundador, claro,
esto fue antes de las investigaciones
donde se confirma que Turmero nace de la fe.
Hasta ahora todo se orienta, salvo investigaciones
posteriores, que Pedro Villacastin o de Villacastín pudiera ser Pedro Gutiérrez
de Lugo, tal como lo señalan historiadores de la última generación.
3. 3. Bibliografía
Padrón, Augusto - Maracay en dos leyendas. Talleres del
Departamento Gráfico del Banco Consolidado. 1984.
Uslar Pietri, Juan – Historia de la Rebelión Popular de 1814.
Castillo Lara, Lucas Guillermo – Materiales para el Estudio
de la Historia Provincial de Aragua. Ital grafica en 1995.
Botello, Oldman – Historia del estado Aragua. Italgráfica en
1995.
Botello, Oldman – Maracay, noticias del viejo valle.
Publicaciones del COCEJO Municipal de Girardot en 1980.
Aranguren, José – Tamayra. Memorias Históricas Digitalizadas
de Turmero en 2016.
Pacheco Miranda, Andrés – Turmero Tierra Mía. Editado por el
Concejo Municipal del Distrito Mariño.1967
4. 4. Derechos de autor:
E Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica. Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición.
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