domingo, 7 de abril de 2019

VÍA CRUCIS EN TIERRA SANTA- POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ





EXTRACTO DEL LIBRO:

Judith, nuestra Guía explica: -“Tradicionalmente la ciudad vieja de Jerusalén ha estado dividida en cuatro barrios. Estos son el Barrio Musulmán, el Barrio Judío, el Barrio Cristiano y el Barrio Armenio. Las murallas rodean la ciudad vieja de Jerusalén. La longitud es de 4018 metros, su altura promedio es de 12 metros y su espesor promedio es 2.5 metros. La muralla contiene 34 torres de vigilancia y 8 puertas. En 1981 las murallas de Jerusalén fueron agregadas, junto con la ciudad vieja de Jerusalén a la lista de Patrimonio de la Humanidad de Unesco. Las murallas de Jerusalén, que fueron construidas originalmente para proteger las fronteras de la ciudad contra intrusiones, sirven principalmente como una atracción para los turistas, ya que dejaron de servir como un medio de protección para la ciudad”.


IGLESIA DE SANTA ANA
Finalmente Judith explicó que existen ocho puertas, estas son: - “1. La Puerta Nueva, 2. la de Damasco, 3. la de Herodes o de las Flores, 4. la de Los Leones o de Santa Mariá, 5. La Dorada. 6. la de los desperdicios, 7. la de Sión o de David, y 8. la de Jaffa o Templo de David”.
Después de dicha explicación procedieron a entrar y a caminar. Pasaron frente a la Iglesia de Santa Ana, es un templo de la época de los Cruzados, venerada como el lugar de nacimiento de María, y según la tradición vivieron, sus padres Joaquín y Ana. Estaba cerrada.


FORTALEZA ANTONIA
Estuvieron al frente de La Piscina Probática, en ese lugar se reunían los inválidos, ya que sus aguas tenían propiedades curativas. Acá Jesús curó a un enfermo que tenía 38 años con parálisis.
Luego pasaron a la fortaleza de Antonia, lugar donde se realizó el juicio a Jesús ante Poncio Pilatos. Se dice que Jesús es conducido desde el Palacio Caifas hasta acá donde comienza la flagelación.

Comienza el Vía Crucis desde el Pretorio hasta El Calvario. Las dos primeras estaciones dentro de la Fortaleza de Antonia, siete en la calle de la ciudad vieja y las últimas cinco en la Iglesia del Santo Sepulcro. Avanzarían en procesión y en cada estación se rezaría.
El Seminarista inicia el Vía Crucis, rezando: -+ En el nombre del Padre + del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén. Señor, que la meditación de tu Pasión y Muerte nos anime y ayude a tomar la cruz de cada día y seguirte, para un día resucitar contigo en la gloria. Amén.

I Estación. JESUS ES CONDENADO A MUERTE. (Dentro de la Fortaleza de Antonia)

Estaban en el lugar exacto donde se produjo el juicio de Poncio Pilatos a Jesús, es un lugar amplio donde inicialmente Jesús es interrogado y posteriormente condenado por el pueblo mientras Pilatos se lavaba las manos y liberaba a Barrabás. Tras estos sucesos, Jesús fue azotado y revestido de un manto rojo, mientras los soldados tejían una corona de espinas y se la colocaban sobre la cabeza.
Acá toma la palabra María José Álvarez, lee:
-“Por la envidia de los Fariseos y la debilidad de Pilato, Jesús fue juzgado injustamente y condenado a muerte. Porque yo también te he juzgado al reclamarte algo, Señor. Porque también te he juzgado al juzgar a mis hermanos. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.” (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
En ese momento más de cien personas estaban en el sitio e iniciaban el recorrido. Otros grupos de turistas también rezaban el Vía Crucis. Los guías turísticos daban sus explicaciones.

II Estación: JESUS CARGANDO LA CRUZ

Nuestra Guía dice: -“En este recinto también observamos dos iglesias. La primera, es la Iglesia de la Flagelación, un edificio erigido por los Cruzados ahora llevado por Franciscanos cuya capilla fue construida en el año 1920. En el interior de esta humilde iglesia se encuentran imágenes y símbolos de este momento en el que Jesús sufrió los golpes de los romanos. A la izquierda de la anterior se encuentra la Iglesia de la Condenación, donde Jesús fue obligado a portar la Cruz”.
Salieron a la calle donde vieron quizás el lugar exacto donde ocurrió todo esto para seguir nuestro Vía Crucis; sin embargo, existen versiones sobre la veracidad de ciertos lugares.
Judith relató lo siguiente: - Entonces Jesús salió fuera, con la corona de espinas y el manto de púrpura, y Pilatos les dijo: “Ecce Homo” (he aquí el hombre). Los Sumos sacerdotes entonces se pusieron a gritar: - “! Crucificadlo!!Crucificadlo!”. Pilatos respondió: -“Tomadlo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro en Él ningún delito”
Les explica que dentro hay una sala grande donde se dice que estuvo apresado Barrabás y otra más pequeña, llena de símbolos e iconos que sería en el que se encarceló a Jesús según los Ortodoxos.
Le correspondió entonces el turno a la joven Ingrid, quien concentrada, tomo el pequeño folleto que José Luis entregó amablemente y leyó:
-“Simplemente le echaron encima la cruz sin ninguna consideración, y Él no la rechazó. Por las veces que yo he dejado de llevar mi cruz y por las veces que he renegado de mis penas y enfermedades. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Se mantienen en grupo para no dispersarse.

III Estación: JESUS CAE POR PRIMERA VEZ (Leemos un cartelito donde se señala “Vía Dolorosa)

Se encontraron con una pequeña capilla con imágenes y símbolos alegóricos.
Le tocó el turno a la Madre Emilia y lee: -“No es fácil llevar la cruz. Muchas veces cae uno vencido bajo su peso. Por las ocasiones en que he tardado tanto en levantarme y también por todos aquéllos que no quieren levantarse. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
La Vía Dolorosa es muy estrecha. Observaron muchos sacerdotes. Ya no eran 100 los acompañantes, la cifra se había triplicado-

IV Estación: JESUS ENCUENTRA A SU MADRE

Estan en el lugar que conmemora el encuentro entre Jesús y su madre María mediante un pequeño oratorio de una humilde iglesia. Como casi todas las que han ido viendo. De verdad que el pavimento empedrado junto a las capillas invade el espíritu de gran religiosidad.
El Diácono Napoleón Dugarte reza la cuarta estación, diciendo:
-“Tuviste, Jesús, el apoyo de tu Madre en la subida al Calvario. Ella no se quejó, sino que te acompañó en ese penoso camino. Por las veces que no he dado apoyo a otros en los momentos difíciles y por haberlos dejado solos en su vía crucis. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Compartían los sucesos de la calle con Mercaderes, peregrinos, turistas, judíos, palestinos, policías y hasta africanos observaron.

V Estación: EL CIRINEO AYUDA A JESUS A CARGAR LA CRUZ

Realmente se cuenta que fueron los romanos los que obligaron a Simón El Cirineo ayudar a Jesús. Esta estación tiene para muchos un significado muy importante. El calor empieza a pegar. Laura de Dugarte reza:
-“Tuviste, Jesús, a Simón el Cireneo, quien –obligado- cargó la cruz contigo. ¡Qué gracia la de éste que cruzaba por tu camino al Calvario! Por las veces, Señor, que no me he dado cuenta que Tú has sido mi Cireneo, que has sido Tú Quien me ha ayudado a llevar mi cruz. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
El cansancio comienza a hacer mella a los peregrinos de mayor edad. En la calle hay pocos bancos y pocas zonas de reposo.

VI ESTACION: LA VERONICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESUS

Cambia la tipología del terreno, se asciende por una calle de escaleras mucho más estrecha y calurosa por la hora. La tradición cuenta que Verónica limpió el rostro de Jesús con un pañuelo de seda en este punto, quedando las facciones grabadas de su rostro. Encontraron una pequeña capillita con acceso a través de una antigua puerta de madera bajo la placa con el símbolo VI.
La Señora Angelina Febres reza la sexta estación:
-“Aquella mujer fue valiente al limpiar tu rostro cruzando la fuerte guardia que te llevaba a empujones y jalones camino al lugar de tu Crucifixión. Y dejaste impreso tu rostro en su paño. Por las veces que no he visto tu rostro en los que sufren, en los abandonados y débiles, en los ancianos y enfermos. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.” (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
En este punto del camino abandonaron el Barrio Musulmán para adentrarse en el Barrio Cristiano, donde encontraran uno de los centros más sagrados del cristianismo,el Santo Sepulcro. Muchos religiosos de varias congregaciones acompañan el Vía Crucis.

VII ESTACION: JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ


La Guía Judith Bertoni reza la séptima estación:
-“No sabemos si tropezaste o si caíste por un empujón. Por las veces que con mi ejemplo hice que otros tropezaran y cayeran, y por las veces que deliberadamente los he empujado. Por las veces que por mi ejemplo, otros han pecado. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Acá se tenía previsto un almuerzo ligero en la zona de restaurant ubicado cerca de esta estación. La mayoría prefirió comer Shawarma, rodajas de carne asada servidas en pan de pita con ensalada con un jugo natural fresco.
Al retomar la ruta salieron de los límites de la ciudad rumbo a la Colina del Calvario, hacia la Iglesia del Santo Sepulcro.

VIII ESTACION: JESUS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALEN


Apenas a unos pasos de la anterior estación, el Vía Crucis por Jerusalén los lleva a las paredes de un Monasterio Griego donde se recuerda que Jesús consoló a las mujeres que lloraban por él.
La Señora María Hernández reza:
-“En medio de su dolor, Jesús no deja de preocuparse por la pena de aquellas mujeres. Por las veces en que me he dejado abrumar tanto por mis problemas, que me he olvidado de los sufrimientos de los que me rodean o se han acercado a mí. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Se avanza poco a poco.

IX ESTACION: JESUS CAE POR TERCERA VEZ

Al arquitecto Javier Campos le corresponde leer:
-“Y por tercera vez hace un esfuerzo inmenso y se levanta. Por esas ocasiones en las que, ante las dificultades, me he desanimado y no he continuado en aquello que me has pedido a favor de los demás. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Faltaba poco para llegar al Santo Sepulcro. Un detalle observaron, muchos peregrinos cargan la cruz a cuestas, otros la sostienen en la mano.

X ESTACION: JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS


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Estában ya frente a la basílica del Santo Sepulcro. Ante una plaza empedrada se abre la fachada de la iglesia. El tríptico que fue entregado explica que se encontraran con la Plaza y entrada donde se reúnen los peregrinos; dentro la Basílica podrán visitar el área de la Pasión, crucifixión y unción; el área de la Sepultura y resurrección y la zona de la Aparición después de la resurrección. Hay otras salas y pequeñas capillas como la del Ángel, la de Adán y otros espacios.
Nuestra Guía recomendó y así lo hicieron, rezar estas cuatro estaciones en la plaza antes de ingresar al Templo.
Elisa Montero, la antropóloga toma el librito:
-“Antes de crucificarlo, lo despojaron de sus vestiduras. Por las veces en que yo he despojado a otros de su fama, de sus bienes, de sus derechos, de su inocencia, de sus ilusiones… Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

 XI ESTACION: JESUS ES CLAVADO EN LA CRUZ (Desde la plaza del Santo Sepulcro)

La Guía Judith Bertoni explica: -“La crucifixión tuvo lugar fuera de las murallas de la ciudad para aquella época. En el año 326, envuelto en una controversia cristiana y eclesiástica, Constantino El Grande, llamó a una reunión de obispos de todo el imperio, incluyendo a Macario, obispo de Aelia Capitolina, como se llamaba aún a Jerusalén. La madre del emperador.
La reina Helena, que se había convertido al cristianismo, quedó muy impresionada con el relato del obispo acerca del lamentable abandono en que se encontraban los lugares consagrados por la vida y muerte de Jesús y, con la bendición, autoridad y fondos de su hijo, partió a visitar la Tierra Santa.
En Jerusalén se identificó el lugar de la crucifixión (la roca que se supone que es el Gólgota) y la tumba en su cercanía conocida como Crucifixión. Anastasis (resurrección en griego). Luego, El Emperador decidió construir un santuario apropiado en el lugar, la magnífica Iglesia del Santo Sepulcro”.
La Iglesia se encuentra bajo la custodia de diversas confesiones cristianas, entre ellas, católicos, armenios ortodoxos, ortodoxos griegos.
El peregrino Alberto Suarez, toma la palabra:
-“Y desde la Cruz pidió a su Padre que perdonara a sus verdugos y que nos perdonara a nosotros. Por tantos perdones que yo he negado, por tantas represalias, por tantas venganzas que he tomado, por tanto resentimiento que conservo y que amarga mi alma. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria


ESTACIÓN XI JESUS ES CLAVADO EN LA CRUZ

ESTACION XI


Aquí se cumple la XII estación del Vía Crucis donde Jesús, muriendo, entregó su espíritu al Padre.
El seminarista José Luis toma la palabra y explica: -“El Gólgota fue el escenario de ese triste momento. Antes de la muerte, se recoge la conversación entre los ladrones y Jesús. Los dos ladrones fueron crucificados al mismo tiempo que Jesús, uno a su derecha y otro a su izquierda. Según el evangelio de San Mateo, ambos se burlaron al principio de Jesús, sin embargo, el evangelio de San Lucas menciona solamente que fue uno que lo insultaba: -¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros. El otro le reprendía: -Y tú, que sufres la misma pena, ¿no respetas a Dios? Lo nuestro es justo, pues recibimos la paga de nuestros delitos; éste en cambio no ha cometido ningún crimen. Y añadió: -Jesús, cuando llegues a tu reino acuérdate de mí. Jesús le contestó: -"En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso"
Allí también pronunció las siete palabras, el Seminarista las lee para recordatorio de todos los peregrinos:
“-Primera: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"
Segunda: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso"
Tercera: "He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre"
Cuarta: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Quinta: "Tengo sed"
Sexta: "Todo está consumado"
Séptima: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
NICOMEDES REVERON, reza la duodécima estación:
-“No hay amor mayor que dar la vida por otro. Por la facilidad con que me olvido de cuánto me amas, Señor, cuánto me has dado, cuánto te costaron mis pecados. Por la poca importancia que doy a tu Pasión y Muerte que me ha redimido y por no darme cuenta de la necesidad que tengo de ser redimido por Ti. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.” (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

XIII ESTACION: JESUS EN BRAZOS DE SU MADRE


La Ingeniero Rosa Margarita Abreu reza la vigésima tercera estación:
-“Y su cuerpo es puesto en brazos de su Madre. Por ese tierno Niño que tú nos diste una Nochebuena y que una mala tarde te devolvimos muerto por nuestros pecados. Perdón, Madre, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo”. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

XIV ESTACION: JESUS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO


José Luis cierra el Vía Crucis en la última estación:
-“Aquél que algunos judíos esperaban fuera el liberador de Israel ha sido sepultado. Por las veces en que he olvidado que es necesario pasar por todas esas cosas para poder entrar en la gloria. Perdón, Señor, perdón. Te adoramos, Cristo y te bendecimos. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.” (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
-Oración final:
Señor mío Jesucristo, que con tu Pasión y Muerte diste vida al mundo, líbranos de todas nuestras culpas y de toda inclinación al mal, concédenos vivir apegados a tus Mandamientos y jamás permitas que nos separemos de Ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.
Luego procedieron a ingresar a la basílica del Santo Sepulcro, antes los peregrinos aprovechan para tomarse fotos con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa que estaba en la puerta. La empresa turística les distribuye una guía explicativa para orientarlos. Una vez que se cruza el umbral, se abre en el peregrino la memoria y la emoción propia de aquel lugar estrecho por la cantidad de visitantes.


Se encontraron con la capilla del Calvario, aquí Jesús fue crucificado y venció la batalla contra la muerte. Se suben unos escalones hasta el “monte” Gólgota. La roca en la que se clavó la cruz se eleva unos 5 metros. Los peregrinos pueden tocar la roca a través de una apertura en el disco de plata, bajo el altar, punto desde el cual, según la tradición, surgía la cruz.
Entre las dos capillas se encuentra el altar de la Dolorosa. Se desciende por una segunda escalera igual de empinada. La XIII Estación está colocada delante el altar de la Madre Dolorosa. También encontraron la Piedra de la Deposición o de Unción, lugar en donde dice la tradición fue colocado el cuerpo de Jesús, después de ser bajado de la cruz. Los peregrinos se arrodillan, es muy venerado el sitio.
Luego pasaron al lugar de la sepultura y resurrección. Allí se encuentra el edículo o construcción pequeña del Sepulcro, la Cámara del Sepulcro, una redoma pequeña llamada Anastasis y la tumba

ESTACIÓN XV JESUS RESUCITA

de José de Arimatea, Allí, explicó un sacerdote Franciscano lo siguiente: -“Lo que sucedió aquel día después del sábado por la mañana temprano, se escenificó acá en la tumba donada por José de Arimatea para la sepultura de Jesús. Las mujeres son las primeras testigos del anuncio cuando se dirigían al Sepulcro para ungir el cuerpo de su maestro y encontraron la piedra movida y un ángel con vestidos fulgurantes que les dijo “¡No tengáis miedo! Sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado”.
María de Magdala (Magdalena) fue la primera que encontró a Jesús resucitado y todavía no ascendido al Padre, a ella se le encomendó el anuncio de la resurrección




Otro espació que se visita es el de la aparición después de la resurrección. Allí se encuentra la Capilla a María Magdalena y la Capilla de la Aparición de Jesús a su Madre donde se conserva la columna de la flagelación.
Es verdaderamente impresionante el lugar por la cantidad de imágenes, iconos y cuadros que con luz tenue de los candelabros hace que la elevación mental se remonte a la época. Tanta belleza adsorbe. Habían culminado el octavo día desde la salida, la jornada más extensa y simbólica de la peregrinación, había sido un día inolvidable, ya en la tarde regresaron al hotel muy cansados; pero llenos de fe en la religión católica.

NESTOR GERMAN RODRIGUEZ








1 comentario:

ivonneernarichter@gmail.com dijo...

Resulta extremadamente interesante y bendecida la valiosa oportunidad de hacer ese recorrido y así constatar la existencia de Jesús.