INDICE
No. |
CONTENIDO |
1 |
PRESENTACIÓN |
2 |
LA FAMILIA |
3 |
DISCURSO DE ORDEN |
4 |
CONFISCACIÓN DE BIENES DE JUAN VICENTE GÓMEZ |
5 |
EL CAPITAN VENENO |
6 |
MARACAY Y ALFREDO PACHECO MIRANDA |
7 |
EN LA PLAZA BOLÍVAR DE PALO NEGRO
|
8 |
DISCURSO PRONUNCIADO EN TURMERO |
9 |
SUS NOVELAS |
10 |
ANÉCDOTAS |
11 |
FOTOS |
12 |
OBITUARIO |
13 |
DERECHOS DE AUTOR |
1. PRESENTACION:
NESTOR GERMAN RODRIGUEZ |
Alfredo Pacheco Miranda era primo de mi abuela Herminia Pacheco. Alfredo hijo de José Pacheco Lugo y Herminia hija de Elvira Pacheco Lugo. Alfredito, así le decían, al hijo de Alfredo Pacheco Miranda, fue asiduo visitante en la casa de mi abuela Herminia.
Aunque no conocí por razones obvias a Don Alfredo, si he
tenido el honor de conocer su dinastía con quienes he tenido siempre buenas
relaciones personales, aún en el desconocimiento de nuestra familiaridad.
Recuerdo a Doña Dilia con sus responsabilidades al frente del Cine Capítol
fundado por su papá, también a sus hijos Antonieta, Jorge y Azucena. Doña
Yolanda la madrina de mi hermano Ángel Gilberto, sus hijos adoptivos Alfredo y
Dolores, recuerdo cuando llegaron de sus países de origen. Mery que entre el
Táchira y Turmero pasó su vida, de manera especial a sus hijos Jesús y Henry
con quienes compartimos muchas diversiones. De Elvia recordamos con afecto a
Magaly su hija, era la asistente de su Tía Dilia. José fue todo un personaje en
Turmero, su distinguida esposa Blanca con esa muchachada, los dos varones
mayores nuestros amigos y las hembras todas bellas. Recuerdo cuando Teresa de
Jesús regreso de España con su esposo el hispano Pedro Téllez, ambos médicos.
Se radicaron en Valencia. Andrés siempre callado conformó con humildad su
familia. De Alfredo, ya dije algo antes, muy alegre y sociable, lo visualizo
vestido de punta en blanco cuando llegaba a nuestra casa, y Alais, la médico,
cuando llegaban de Caracas se formaba la fiesta. María Teresa, la mayor, fue mi
amiga.
Esta recopilación sobre la vida de Alfredo Pacheco Miranda es
para nosotros motivo de orgullo, porque le rendimos homenaje a toda una
celebridad, quien tuvo una carrera destacada y una vocación de servicio muy
loable, siempre luchó por los intereses del pueblo en su calidad de Defensor de
Presos Pobres e Intendente de Tierras Baldías.
En su juventud, fundó el periódico "El Jején" y
también "El Impulso", Su pasión por la escritura y el periodismo fue
evidente, escribió crónicas en medios de comunicación como El Universal, Nuevo
Diario, La Esfera y otros de la época. Siempre fue un amante de la prosa y la
poesía. Como Autodidacta alcanzó una vasta cultura general.
Sin más preámbulo, pasemos a conocer un poco a este insigne
Turmereño.
NESTOR GERMAN RODRIGUEZ.
2. LA FAMILIA
Sus abuelos fueron: Tomas Pacheco y Marquesa Lugo, quienes
tuvieron seis (6) hijos a saber: José, Nicolás, Eustaquio, Pedro, Elvira y Agustina.
Sus padres fueron: José Pacheco Lugo y Marta Miranda Cabeza
de Vaca. De esa unión matrimonial nacieron dos (2) hijos: Andrés y Alfredo
Pacheco Miranda. Alfredo Nació el veintiuno de Julio de 1887
MARIA TERESA LUGO |
Dilia Teresa se casa con Alejo
Fariñas Núñez y nacen Antonia Claret (Antonieta), Jorge Alfredo y Azucena
Teresa.
Mery contrae
matrimonio con Jesús Palencia González y engendran a Jesús Alfredo, Enrique
(Henry), Carmen Teresa, Mariángeles, Mariela y Yolanda.
Elvia se casa con
Isidro Gallardo Silva y conciben a Magaly Teresa, Alfredo, Teresa e Isidro.
José contrae nupcias con Blanca Susana Cedeño, de cuya unión
nacen: Guillermo José, Juan Bautista, Teresa Susana, Nora, Alfredo, Adolfo,
Blanca, Marinelly, Carmen Morella y Josefina Gregoria.
Andrés Vicente contrae matrimonio con Justina Silva y sus
hijos son Wolfgang, Luis, Carlos, Gladys, Maura Teresa, Nora, Teresa y Melvis.
Alfredo contrae enlace con Maritza Asprino , no tuvieren descendientes.
Teresa de Jesús se casa con Pedro Téllez Carrasco, Nacen Santiago,
Pedro y Javier.
Alais, la menor, se esposa con Alirio Blanco Peñalver, siendo sus hijos: María Teresa, María Josefina,
Josefina, Marta, Aracelis y Cristina.
3. DISCURSO DE ORDEN
PRONUNCIADO POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ CON MOTIVO DE LA CREACION
DE LA PARROQUIA ALFREDO PACHECO MIRANDA:
Al iniciar mis palabras agradezco a los integrantes de la
Junta Parroquial, al Alcalde Efrén Rodríguez y al Concejo Municipal del
Municipio Santiago Mariño, por haberme designado Orador de Orden.
PANORÁMICA MUNICIPIO-GOOGLE |
La historia de la creación de la parroquia es reciente, en
1997, siendo Diputado a la Asamblea Legislativa, un grupo de vecinos de estas
tierras de la falda montañosa del suroeste de Mariño, constituidos en un Comité
Pro-Parroquia, comienzan a reunirse y a través de un amigo de siempre, Cristóbal
Heredia, me solicitan apoyo para concretar sus anhelos y deseos. Se inicia así
un proceso de consultas y contactos. El Comité Promotor se movilizó creando
conciencia en la comunidad y forzando al Concejo Municipal a tomar decisiones
al respecto. Solicité la opinión al Dr. Ciro Guzmán Morillo, Cronista de la
ciudad de Turmero, en cuanto al nombre que pudiésemos considerar para
proponerlo como epónimo de este populoso sector incrustado entre el caño
colorado y la Providencia, y entre la Avenida Intercomunal y la fila del cerro
La Virgen y la fila de El Macaro al norte. Surgió la proposición de considerar
el nombre de Alfredo Pacheco Miranda, ilustre ciudadano turmereño, escritor
reconocido, periodista combativo y político preocupado por su tierra natal.
Alfredo Pacheco Miranda tenía credenciales para ser merecedor de esta
distinción y así fue decidido por la Asamblea Legislativa.
Se ordenaron los levantamientos topográficos y los planos, de
igual manera preparamos la Exposición de Motivos para reformar la Ley de
División Político-Territorial del Estado Aragua y crear como en efecto creamos
la Parroquia Alfredo Pacheco Miranda cuya capital es San Joaquín de Turmero.
Recuerdo aquel 16 de diciembre de 1997, fue de júbilo y alegría en el Palacio
Legislativo Aragüeño. Las comunidades de Sn Joaquín, La Herrereña, El Tierral,
Bicentenario, Metropolitano, La Providencia, Francisca Duarte, Colinas de San
Joaquín, Caprottana, Villas del Rosal, Parcela 14 y 18, Las Margaritas y todas
las demás ya tendrían su propio gobierno local.
Quien iba a imaginar que aquellas tierras del Valle de
Turmero, otrora pobladas por comunidades indígenas, llenas de sembradíos de
caña de azúcar, tabaco, algodón y añil en su etapa colonial, tierra de poteros
con olor a bosta de ganado en la primera mitad del siglo pasado, conocida como
el montañoso sitio de Güere, colindante al camino real como llamaba Humboldt a
esta vía intercomunal que era paso obligado de quienes se trasladaban a
Caracas, Maracay o Valencia. También guarida de desalmados criminales, que dio
albergue dentro de otros al terror de estos valles de Aragua, a Santo Zárate,
un forajido que impedía el libre desenvolvimiento por este importante sector
caminero, como lo relata el historiador Oldman Botello en su libro Noticias del
Viejo Valle. Estas tierras han sido testigo presencial del paso triunfal de los
soldados de la independencia y testigo mudo de los gemidos de la peste que
acababa con pueblos enteros, estas tierras han sido testigos de la evolución
histórica de nuestros pueblos. Poco a poco se fueron poblando dando lugar a los
barrios y urbanizaciones que todos conocemos, las parcelas de vocación agrícola
se convirtieron en urbanizaciones, supermercados y clubes sociales, es el
símbolo del progreso que debemos controlar para un desarrollo sustentable,
armónico y perfectamente compatible, quien se iba a imaginar que aquellas
tierras formarían nuestra parroquia producto de la idiosincrasia de sus
comunidades.
Alfredo Pacheco Miranda estaba claro de su papel como parlamentario
al pedir la confiscación de los bienes de la sucesión Gómez para que pasasan al
patrimonio de la nación y fueren entregados a los campesinos, dicha proposición
fue aprobada. Más allá del hecho debo significar la profundidad de su
planteamiento.
Esta parroquia tiene ventajas comparativa importantes, tal como lo señala el joven historiador José Torres en uno de sus trabajos publicados, esta parroquia es sede de la Universidad Bicentenaria de Aragua, la avenida intercomunal es el emporio comercial más pujante de Aragua y se construye en su territorio la prolongación de la avenida Casanova Godoy, que significa la expansión de la Gran Maracay, importantes empresas industriales y de servicio están instalada en su circunscripción. La parroquia tiene un inmenso provenir. Ustedes tienen un gran desafío por delante. La parroquia tiene también sus carencias y debilidades, por ello mi consejo final es que unan esfuerzos en función del colectivo, no hay tiempo para la diatriba ni para los enfrentamientos estériles, solo hay tiempo para el trabajo fecundo, para la búsqueda de soluciones a los ingentes problemas. Sean útiles. La cooperación entre el gobierno municipal, la parroquia y las juntas de vecino y asociaciones comunitarias es necesaria para conquistar el futuro y sobre todo para cumplirle al pueblo.
Piensen en los niños, no olviden que la única manera de llenar los agujeros de nuestro tejido social es a través del fortalecimiento de las instituciones tradicionales que siempre han trasmitido los valores esenciales de la vida, la familia, la iglesia, la escuela, las asociaciones vecinales y los grupos comunitarios.
Muchas gracias.
4. CONFISCACIÓN DE
BIENES DE JUAN VICENTE GÓMEZ
CAMARA DE DIPUTADOS
Sesión especial del día 20 de abril de 1936
DEBATES
Presidencia del Diputado doctor Francisco Vetancourt Aristigueta.
Después de leída y aprobada la minuta del acta de la sesión
anterior, el secretario dio cuenta…
DIP. ALFREDO PACHECO MIRANDA |
El Diputado Pacheco Miranda.- Ciudadano Presidente: Pido la
palabra.
El Diputado Pacheco Miranda.- (leyendo)
Honorables Colegas:
De hoy en adelante gobierno que no trabaje a la luz de la
opinión no podrá existir.
Me hallo aquí por primera vez como congresante libre, sin
sonrojo alguno para alzar la frente ante la sagrada efigie del Libertador.
Vengo a cumplir una misión patriótica, la de exponer la necesidad ingente de mi
pueblo y pedir su inmediata y eficaz remedio. A ello me obligan circunstancias
especiales: la de ser aragüeño de nacimiento y la de haber legalizado mis mandantes
la representación de que estoy envestido, al admitirla sin protesta alguna
depurándola así de cualquier vicio que tuviese en su raíz. Doble compromiso
éste que me coloca ipso facto no ya al margen de las orientaciones de la Nueva
Venezuela sino cual factor definido en las justas de la democracia que se
inicia.
El problema de mi pueblo es unilateral, específico; su no
solución favorable involucra para él una muerte segura. En ese problema radica
la existencia dl pueblo aragüeño y su vitalidad; de ahí depende su suerte y su
destino. He nacido y vivido en Aragua; y ello me brinda la ocasión de haber
palpado la realidad que confrontamos. E el problema agrario. Resolverlo de
inmediato es nuestro deber. Hablando con desnudad franqueza podemos decir que ya
el hambre hace estragos en aquellas regiones, sangriento sarcasmo que nos
agobia y entristece porque nuestro suelo es uno de los más feraces del mundo.
Es insostenible la situación. Es un pueblo que agoniza y que espera la medicina
salvadora; y el remedio. Honorables colegas, está en nuestras manos. Pero un
minuto de vacilación, de miedo o temor injustificables nos conduciría al
fracaso más penoso.
Nuestros labradores necesitan tierras para trabajar; viven en
una dolorosa y forzada inercia. Y ¿Por qué?...ah!...digámoslo de una vez;
porque no hay terrenos que cultivar!...Que digo, Señores! Si allí demoran las
tierras las tierras más fértiles y extensas de la República! Humboldt apellidó con justicia a los Valles
de Aragua el Jardín de Venezuela. Diríase en verdad que Dios, como galardón
divino, proscribió la esterilidad en aquellas primaverales campiñas. Más la
zona pecuaria, por una extraña y absurda yuxtaposición de los tiempos y de los
hombres, estranguló, mejor dicho, mató la zona agrícola, aorta exuberante de la
región, trocándose en ruinas lo que antes fuera alegría de bienestar.
Podemos asegurar que actualmente el noventa por ciento de los
terrenos agrícolas de Aragua se hallan convertidos en potreros. He ahí el
concepto paradojal de que en aquel Estado el campesino carece de tierras
labrantías. Y en presencia de tal conflicto, ¿Qué debemos hacer? ¿Cuál camino a
seguir? Se trata de salvar a una colectividad que fallece ahorcada con alambres
de púas, que oye no el rumos del sequión que moja la verdura de la siembre sino
el mugido del maute y el canto melancólico del vaquero que surgieren el lejano
espejismo de una pampa guariqueña. El camino, señores, es amplio y sin
encrucijadas. Antes de seguir declaro que no hostilizo el derecho de la
herencia de grandes patrimonios y que patrocino el derecho de la propiedad.
Pero en este caso a que aludo el interés general debe de
estar por encima del interés individual. Se impone un procedimiento de carácter
extraordinario: la confiscación de los bienes de la Sucesión Gómez. No de otra
manera se pueden salvar los intereses colectivos: La vida de todo un pueblo
pende del punto esencial de la incautación y no hay que vacilar. Y si no se
procede así ¿Dónde, me ocurre preguntar, donde van a trabajar los campesinos
aragüeños, que son miles y miles de brazos cruzados en espera de una hora
reivindicativa? Voy a reforzar mi opinión con dos citas al azar: las fincas
denominadas “Chuao” y “Guayabita”, unidas entre sí lindan por el norte, con el
mar Caribe y por el sur con una de las calles de la ciudad de Turmero. Lo que
acusa una extensión de dieciocho leguas a largo. “Tocorón”, para tener una idea
de su perímetro, basta exponer que limita con tres estados de la Unión
Venezolana.
Ahora démonos un paseo por los municipios Cagua, Santa Cruz y Palo Negro (Distrito Mariño del Estado Aragua) y veremos con asombro que las dehesas de la citada Sucesión circundan las primeras calles de las citadas poblaciones. En idéntica situación se encuentra el proletariado pueblo del Distrito Zamora. No hay pues, tierras donde trabajar. De que la confiscación se impone lo prueba hasta la saciedad el hecho de que el gobierno, ayer no más, en su afán de proteger la agricultura, como medida inicial de su proyecto agrario cedió en Aragua cuantas tierras tuvo disponibles a pequeños agricultores y fue tal el efecto producido que ánimo despertó, la perspectiva turbia que existía cambió de aspecto y hay un renacer de esperanza en todos los campesinos.
Ahora démonos un paseo por los municipios Cagua, Santa Cruz y Palo Negro (Distrito Mariño del Estado Aragua) y veremos con asombro que las dehesas de la citada Sucesión circundan las primeras calles de las citadas poblaciones. En idéntica situación se encuentra el proletariado pueblo del Distrito Zamora. No hay pues, tierras donde trabajar. De que la confiscación se impone lo prueba hasta la saciedad el hecho de que el gobierno, ayer no más, en su afán de proteger la agricultura, como medida inicial de su proyecto agrario cedió en Aragua cuantas tierras tuvo disponibles a pequeños agricultores y fue tal el efecto producido que ánimo despertó, la perspectiva turbia que existía cambió de aspecto y hay un renacer de esperanza en todos los campesinos.
El Diputado Marcano Villanueva,- interrumpiendo para decir
que ningún diputado podrá leer discursos, la Presidencia aclara que es una de
Motivos. Prosigue la sesión.
El Diputado Pacheco Miranda:- Entonces voy a continuar,
ciudadano Presidente (Improvisando). Como en Aragua no hay tierras de cultivo,
porque las que hay son potreros, y se necesitan parcelas de tierra para repartirla
a los agricultores, que están en una inercia forzada, el único camino salvador
que yo le veo es este pueblo, es que los bienes de la Sucesión del General Juan
Vicente Gómez, pasen al patrimonio de la Nación.- (Aplausos)
Y es la Cámara de Diputados a quien corresponde la iniciativa
de asunto tan importante, porque la Cámara de Diputados es la representación
directa del pueblo, y el pueblo no se equivoca nunca. El pueblo, si le dio su
aceptación a este Congreso, es porque tiene fe que este Congreso está formado
por hombres dignos y capaces de todo lo bueno, e incapaces de una
inconsecuencia o de una cobardía.- (Aplausos y bravos).
Yo no dejaré de trabajar aquí hasta que cada labrador de
Aragua tenga su parcela y su conuco, asegurando así el pan de su familia. De
tal manera, que la única posición que hay para salvar a un pueblo que se muere,
es que el patrimonio de Juan Vicente Gómez, pase, como ya he dicho, al poder de
la nación.- (Muchos aplausos).
Concluyo, dándole las gracias al compañero Marcano Villanueva
por su celo parlamentario. (Aplausos).
ARTÍCULO DE OPINIÓN DE FRANCISCO RODRÍGUEZ (PANCHO).
Extracto:
"Era un intelectual de excelente oratoria, con poder de encantamiento en la hermosura de sus palabras".
"Es trascendente (su discurso) por sus derivaciones y consecuencias posteriores, el protagonismo de Alfredo Pacheco Miranda, un hombre orientado al cultivo de las letras...".
"La proposición del Diputado Pacheco Miranda fue aprobada en sesión conjunta de las cámaras legislativas el 19 de agosto de 1936".
"Con la adquisición realizada por la nación de los bienes del Gral. Gómez, Venezuela pasó a ser propietaria de considerable cantidad de inmuebles".
"Era un intelectual de excelente oratoria, con poder de encantamiento en la hermosura de sus palabras".
"Es trascendente (su discurso) por sus derivaciones y consecuencias posteriores, el protagonismo de Alfredo Pacheco Miranda, un hombre orientado al cultivo de las letras...".
"La proposición del Diputado Pacheco Miranda fue aprobada en sesión conjunta de las cámaras legislativas el 19 de agosto de 1936".
"Con la adquisición realizada por la nación de los bienes del Gral. Gómez, Venezuela pasó a ser propietaria de considerable cantidad de inmuebles".
6. MARACAY Y ALFREDO PACHECO MIRANDA- FELIX ACOSTA
“Maracay ha sido siempre afortunada, porque a muchos
gobernantes les agradaba saturado de sol y de los vientos que soplan de las
montañas de “Choroní. Pero quien iba a echar profundas raíces en el Congreso
Nacional en esa localidad iba a hacer el General Gómez el cual la moldea a su
modo, y por eso la mayor parte de las casas del casco urbano iban cayendo bajo
su tutela. Y no contento con eso, poco a poco se fue engullendo todas las demás
tierras que rodeaban a esa ciudad como lo que antes se llamaba Madre Vieja, las
Delicias, El Castaño, La Trinidad, El Limón, El Rincón, Tapatapa, La Hamaquita,
El Piñonal, San Carlos, Santa Rita y Tocorón”.
“En Turmero, Alfredo Pacheco Miranda, que ocupaba por Aragua
un curul en el Congreso Nacional, cautelosamente observaba todos esos
acontecimientos. Porque ya se había llevado a unas componendas de carácter
político para que no se rompiera el hilo constitucional y se pudiera reunir el
Congreso Nacional, y en la apertura de esa reunión del 19 de abril de 1936, el
diputado Pacheco Miranda sorprendía a todos sus colegas en esa memorable
sesión, porque en vibrante intervención, pedía la confiscación de todos los
bienes correspondientes a J.V Gómez, cuya petición estremeció a todos los
asistentes en esa mañana al Capitolio Nacional”.
“...ese decreto …fue promulgado en abril de 1936”.
7. EN LA PLAZA BOLÍVAR
DE PALO NEGRO:
Yo creí en la pasividad de estos pobladores, que su vida
patriarcal, sus costumbres candorosas de pueblo humilde, no les permitiría
ingresar en el núcleo de los saqueadores. Pero no fue así. Palo Negro se puso
en marcha y se apoderó de una prenda grandiosa, incomparable. Y mientras otros
pueblos derrumbaban edificios, destruían maquinarias, transportaban
semovientes; Palo Negro, ese pueblo eminentemente franciscano, eminentemente
patriota, caminaba hacia la Encrucijada en devota peregrinación y de allí
trájose para desagraviarlo del lugar donde fue colocado por manos sacrílegas,
el busto que ahora reverenciamos para que cobije con su sombra bienhechora, los
destinos de este pueblo, que bien merece los auspicios del Padre de la Patria”.
8. DISCURSO PRONUNCIADO EN TURMERO
El 9 de diciembre de 1924, en la
plaza de Turmero, en la inauguración del busto de general Santiago Mariño,
erigido por resolución de la Jefatura Civil de Distrito, con motivo del
Centenario de la Batalla de Ayacucho.
Señores:
El ciudadano Jefe Civil del
Distrito me ha conferido el honor de llevar la palabra en este acto patriótico;
generosa demostración a la cual tenía que corresponder, ya que no con un trozo de
oratoria a la manera de aquel mágico cincelador del habla castellana, Carlo
Borges, o del príncipe de LA TRIBUNA, Eloy Guillermo González, de quien puede
decirse que los Dioses diéronle en la cuna el talismán de la elocuencia, al
menos con la humilde flor de mi buena voluntad que deshojo ahora
fervorosamente, olvidándome del contraste que se denota entre la magnitud
abrumadora del momento y la evidente incapacidad de mis facultades.
Perdóneseme la osadía, señores, en gracia de
que, ante el mérito auténtico de esta oblación, que se me antoja un vibrante
palimpsesto del sagrado evangelio escrito por la mano del “Simón de las
espadas” e imbuido el cerebro de la augusta reminiscencia de este día
resplandeciente de inmortalidad, todos nos creemos grandes, todos nos juzgamos
capaces, y por ello, echando atrás mi flaqueza intelectual, y por lo mismo,
creyendo mi espíritu iluminado por el bendito rutilar de los recuerdos y mi
alma bañada en limpias aguas palingenésicas , asciendo a esta tribuna en alas
del más sincero entusiasmo, para quemar en emi humilde pebetero de patriota el
grano de mirra de mis creencias en la sacra religión de los Libertadores.
Y es que, cuando la voz del
patriotismo resuena como clarinada victoriosa, insuflándonos el divino aliento
ancestral, sentimos que el pecho se nos ensancha, dilatándose inmensamente,
como para poder albergar y contener el corazón palpitante, inflamado ya por el
hálito poderosos que brota de los senos mismos de la Patria, hasta templarlo al
rojo, y hacer de él una lava volcánica pronta a reventar el vientre de la roca
con ansias de iluminar el ara inmensa de la selva.
¡Así quisiera ver mi corazón en
este día! Así, verlo peregrinar como una rara estrella por los cielos, mi
patria sembrando destellos en la cripta
de los Libertadores, y cuando ya no le quedase sino un átomo de luz, posarse
dulcemente en la oliente estancia de San Pedro Alejandrino, y cual cirio
agonizante, de una liturgia mítica, que no admite sino un solo ídolo, un único
Dios, apagarse allí bajo el silencio sagrado de aquel ámbito por donde vaga y
baja la sombra del Taumaturgo de Casa coima, taciturna y trágica como la visión
atormentada de Jesús, en la colina eternamente melancólica de Jerusalén.
La autoridad civil de Turmero, al
ordenar la colocación del nuevo busto del General Santiago Mariño en esta
plaza, bautizada ya con el nombre del bravo paladín margariteño, exalta de modo
laudable su devoción por los patricios que lucharon estoicamente por el triunfo
de la doctrina republicana. Nada más justo y oportuno que rendir este homenaje,
en el día de hoy, al gallardo vencedor de Bocachica; porque glorificar lo que
digno de la posteridad es siempre honroso, según la feliz expresión de Fermín
Toro.
Mariño es una de las figuras más
prominentes de la historia venezolana. Cuando comenzó a fomentar el sedimento
de las ideas emancipadoras en la mente de los pueblos oprimidos, cuando en lo
recóndito de las conciencias desvaneciese lentamente la sombra fatídica del más
hermoso amanecer, cuando los hipocentauros de 1810, arrancándose el pesado
señuelo secular de la tutela ibérica, contemplaron asombrado el riente panorama
de la igualdad; en este instante de inmensa gestación, de dificultosas
incubaciones libertarias, hora inaplazable y tremenda, porque ya el sol de la libertad, obedeciendo las
leyes inmutables del cosmos irredento, iniciaba su marcha sobre el nuevo
planeta de la América Hispana, rompiendo milenarios promontorios coloniales,
desvelando mares infinitos y glaciales, hechos de humillante y penosa
esclavitud, tiñendo con violentas claridades bermejas el negro horizonte de
Castilla de súbito, como tocado por rudos soplos de ventisqueros fulgurantes,
donde acaso anidaban ya las águilas de Carabobo y de Junín, de Pichincha y de
Ayacucho, surge Santiago Mariño, y con solo cuarenta y cinco hombres enarbola
el pabellón independiente de Chacachare para llevarlo en triunfo a Quebranta,
donde asalta con denuedo nunca visto un destacamento realista, y luego cae de
un salto sobre Güirial. Inmediatamente ocupa a Cumaná, y, como corolario de
esta rápida y fulminante campaña, bate con éxito las tropas de Fernando VII en
Bocachica. Y así, ya en oriente. ya en Aragua, sigue el valiente hijo de
Margarita su camino de victorias, hasta verlo arrogante como un Macabeo,
intrépido cual un espartano, en el horno volcánico de Carabobo, ganando allí en
aquel Sinaí lleno de centellas, las presillas de General en Jefe, colocadas
sobre sus hombros por las propias manos del Libertador.
¡El alma vibra, vibra intensamente
a la sublime evocación de la gran batalla!..¡Porque fue ahí, en Carabobo, donde
el Hegemón de la libertad, de ergástulas y cadenas, de garrotes y pontones dolorosos, forjó el
templo slacrosanto donde América libre anuncia hoy la pascua florida de la
democracia y del derecho!. La hecatombe de Carabobo es hermana en gloria y
heroísmo de la inaudita inmolación de Ayacucho. Si Ayacucho tuvo a Laserna y
Canterac, sosteniendo el último baluarte del poderío español, firme como dos
modernos Atlas, alzando sobre sus hombros la corona de Castilla, azorante y
vengadora como una cabeza medusaria; si tuvo el pundonor de Sucre y todas las
glorias de Pichincha; si allí Córdova atravesó con su sable el corazón de su
caballo, como aquel otro alucinado quemó sus naves para no retrocede, dando
aquella voz de mando que hace palidecer el alea
facta est, de César. ¡Armas a discreción,
paso de vencedores! ; Carabobo tenía el potente halcón de la Colonia en el
General La Torre, ¡Desafiando con indómita bravura al gesto anormal de
Pativilca. Tuvo la arenga apocalíptica de Cedeño, ¡Por delante de mí, la cabeza
del caballo!, y casi muerto, tragándose el humo de las descargas mortíferas del
Valencey, clava su lanza en tierra, suerte de admonición perentoria, reclamando
el prodigio de la germinación de mil lanzas que cayesen como flechas disparadas
por invisible sagitario sobre los tercios enemigos. Fue testigo del bizarro
gesto de Plaza, quien, como heroico samuray suicida, al sentirse herido, empuja
su caballo sobre el ejército peninsular y tira su espada por los aires como
queriendo hacer de ella un rayo exterminador Ferriar, viendo llegar la muerte y
dirigiéndose a la Legión Británica, exclama entusiasmado: ¡Firmes! ¡Allí, el
Decreto de Trujillo, como un cárdeno relámpago, azotaba las sienes de Bolívar,
mientras el juramento del Monte Sacro adquiría las proporciones de un Ciclope,
demandando la palpable fulminación de la victoria! Aquello era un Chimborazo de
grandezas: ¡La emulación del sacrificio y del valor en su más alta y sublime
gradación moral! Y, por último, señores, como para epilogar con magníficos
relieves la gran tragedia, pira sonde a cada momento ardían Hércules
contorsionados por el fuego, olimpo encendido donde los Dioses se sacrifican a
los Dioses, ante el cual el mismo Esquilo hubiérase quedado estupefacto y
Ovidio hubiese roto desconsolado la genial arquitectura de sus fábulas, por
último, pongámonos de hinojos como si ahora mismo tuviésemos de presente
aquella Ilíada del más hondo dolor humano, el Negro Primero, con una angustia
de muerte en las pupilas, que el mismo Miguel Ángel no habría pintado jamás,
presentase en su caballo sudoroso y espumante, al punto desde donde Páez, el
mitológico, desplegaba sus grandes aptitudes de estratega, “Cobarde” le ruge el
león de Mucuritas; y volviendo el rostro el noble Pedro Camejo, ya desdibujado
por la muerte, apenas puede responderle: “¡Mi General, vendo a despedirme…¡”.
¡En que moldes, Dios mío, fueron
hechos estos hombres que nos legaron el soberbio patrimonio de una patria libre
y soberana! ¡En qué ignoradas lobas se amamantaron! ¡En que extraños libros
nutrieron su espíritu y en cual génesis milagroso aprendieron esos hombres a
rezar la oración del patriotismo!
Por tales cosas, señores, es
necesario aplaudir cuando un gobierno consciente de las glorias inmortales que
prestigian la epopeya nacional, y de los hombres que así tejieron con oro de
holocausto la historia de esta tierra legendaria, no permite que los cubra
manto de infamantes olvido, reviviendo en el alma de las muchedumbres el culto
sagrado de la Patria.
¡Bendigamos, pues una y mil veces ,
al gobierno de la Rehabilitación Nacional, cuyo único Director es el benemérito
General Juan Vicente Gómez, a quien Dios, en cambio de haber dado a Venezuela
el tesoro de una paz estable y fuerte, le otorgó la envidiable gloria de presidir
los grandes Centenarios de la República!.
9. SUS NOVELAS:
EL ESCARABAJO DE
ESMERALDA
La imagen de la amada obsesionaba a Mario; lo poseía en uno
como inacabable frenesí. Los paisajes sedantes; las mañanas y los atardeceres;
los rumorosos ríos y los jardines nevados de luna; el pedruzco ahorcado por
locas gramíneas y el pajarillo inseñero que eriza, al trinar, el plumón del
buche, todo el encanto y el idioma de la naturaleza, hablábanle a Mario de su
querida Ermélida.
Ella, arrebujada en la tibia voluptuosidad de su vencimiento
psíquico, espoleada por el anhelo incontenible de su espíritu altísimo, posesa
de la atracción mordiente de lo desconocido, no tenía ya lugar que no le
evocase un recuerdo, la deliciosa remembranza de su primitivo amor. Miraba las
campiñas, los valles bañados en oros de crepúsculo y evocaba al punto la
silueta del amado. Si iba al templo a orar por el dios de sus primeras
creencias, las mismas facciones lívidas del Cristo le sugerían bellas cosas de
su ídolo ausente.
Aquellos dos seres para quienes la vida comenzaba,
fundiéronse en uno solo. Los gestos y los sentimientos de Mario eran los mismos
de su amada; se entrelazaban, se unían íntimamente. Eran el compacto de una
armoniosa dualidad. Tan juntos como dos gotas de agua en una concha de mar; tan
cercas que parecían átomos de rocío en el pistilo de una flor. Era el prodigio
de ese amor purísimo que rompe en rosas estelares el corazón de los primeros
años. Cuando la vida, la dicha y la juventud—tríptico mágico y poderoso— nos
hacen soñar el lindo sueño de bogar en el futuro como en un sosegado remanso
azul...
En los veinte años frisaba él; ella, en los diez y seis.
Veinte años. Diez y seis primaveras. La vida... El amor!
Sigue…sólo este fragmento
EL TRIUNFO DE SILVANO
Mayo cantaba sus últimas estrofas. Era una mañana vernal del
mes ele las acacias; el sol pulverizaba los aires como una mariposa de fuego
que doras con sus alas la tersura de un espejo. Las hetairas del "Casino
Rojo" celebraban con risotadas y grotescas interjecciones la feliz
noticia: Blanca Moreno estaba encinta. Los síntomas que anuncian el embarazo
habían aparecido inequívocos, y además, el pronunciamiento abdominal no dejaba
dudas acerca del regocijado suceso.
Y la gentualla del Casino, aquellas esclavas del amor
culpable que aparecen por las noches fascina-doras y juveniles, gracias al
conjuro de sus afeites, salían de sus apartamentos, desordenado el cabello, con
sus descotes incitantes y desnudos los brazos, pálidas, con palidez de vetusto
marfil, contraído el rostro como por neuróticos paroxismos, despidiendo ese
vaho mareante de alcohol y cachemir que exhala el cuerpo de las cocotillas
trasnochadas. Llegaban al cuarto de Blanquita alborotosas y vulgares: le
tiraban de los cabellos, le pellizcaban, dándole besos estridentes y se le
colgaban del cuello cual juguetones falderillos y a coro vociferaban:
—Que sea macho, Blanquita!
Blanca retribuyó los agasajos de sus amigas con absoluta
indiferencia. Diríase que en ese instante renunciaba de su afrentosa vida.
¿Desfilaba acaso por su mente anonadándola, sumiéndola en honda meditación, el
recuerdo mordente del pasado?...
Un anhelo imposible, irrefrenable atravesóle el corazón:
cambiar de arriba abajo la vergüenza de su existencia. Es decir, lavar con
aguas ¡rústrales sus pecados, eliminar de un tajo la tragedia impúdica que la
circuía, renovarse, rehabilitar su nombre, vivir tranquila, en fin.
Probablemente el advenimiento del fruto de sus entrañas le
sugería tales sentimientos de saludable renovación moral. Viéndose proclive a
la maternidad atormentábale haber adquirido un exacto parecido a su madre. La
morbidez de sus caderas, el crecimiento de sus senos, la sensualidad de sus
labios ligeramente abultados, el desarrollo de sus formas hacían de Blanca el
arquetipo de una hembra castellana. El atavismo renaciendo en ella; el grito
violento de la raza!
Un sollozo de angustia le apretujó la garganta y, sola,
quedóse mirando pensativa el trozo de cielo que recortaba el postigo abierto de
la ventana. Blanca era más conocida con el cognomento de "La Niña", a
pesar de llevar un sugestivo y romántico nombre de estrella del cinema: Blanca
Moreno.
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10. ANÉCDOTAS
-
El
Señor Rafael Vegas, que tenía una imprenta, fundo en Turmero un periódico que
llamó El Paréntesis. Allí Alfredo Pacheco Miranda escribía una columna llamada
“El correo del amor”. En Turmero existía un Mavíl, es decir, un prostíbulo o
casa de citas. Había en el sitio una mujer muy bella y atractiva que tenía
seducido a los hombres en general. La llamaban “La Malva loca”, que no sabía
leer. Alfredo, con su espíritu ocurrente, redactaba cartas de amor dirigida al
personaje que ansiosamente buscaba el informativo vendido en la placita del
frente (Hoy Plaza Villacastin), lo curioso es que creía que en cada ejemplar
venía una carta distinta y pedía se la leyeran.
- A Alfredo Pacheco Miranda le encantaba preparar con los amigos el célebre
sancocho a las orillas del río guayabita o de paya, según escogieran. Allá se
reunían para pasar un día del fin de semana o de fiesta. Todos se preguntaran a
quien salió Alfredito, su hijo, tan alegre y parrandero?
11. FOTOS:
MONTAJE DE SUSANA PACHECO |
MONTAJE SUSANA PACHECO |
12. OBITUARIO
13. DERECHO DE AUTOR
Esta obra se reserva el derecho
de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho
nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que
posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales,
teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la
persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o
científica. Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición
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