EL SOBERBIO DRAGÓN
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DEDICATORIA:
A todos los integrantes de la FAMILIA RODRIGUEZ PACHECO y sus generaciones, descendientes del Prócer.
Turmero, 22 de marzo de 2013
Néstor Germán Rodríguez
PROLOGO
Fascinado por el majestuoso
pretérito de nuestro terruño, Néstor Germán Rodríguez, se inspira en la vida
del General Francisco de Paula Alcántara Piñango y apoyándose en su experiencia
indagatoria, nos revela interesantes episodios de un héroe de la independencia,
que el destino vinculo a esta porción de la campiña aragüeña que se llama
Turmero, ciudad de varias menciones a lo largo del trabajo.
Las hazañas bélicas del citado
oficial, dan brillantez a sus servicios y razones para adjetivarlo como El
Soberbio Dragón, titulo escogido por Rodríguez para bautizar su obra.
Alcántara Piñango fue
protagonista de primer orden en la guerra de independencia. Su primer contacto
con nuestro medio ocurrió en 1816, cuando acompaña a Mc Gregor y Soublette, en
la marcha desde Ocumare de la Costa
hasta El Juncal. A llegar al Samán de Guere contabilizan veinte y nueve cadáveres
del holocausto ordenado por el realista Chepito González, de prisioneros
ordenados trasladados desde Caracas, inmolados bajo la fronda del milenario
árbol. En 1821 es nombrado para el cargo de Comandante General de los Valles de
Aragua, siendo Turmero el lugar escogido para vivir, vecindario donde el
travieso cupido armado de sus atributos: arco y flechas de oro, hiere de amor
su corazón, prendándose por culpa del niño alado, de las primas Trinidad
Linares y Candelaria Valera, damas que le dan descendientes, que al pasar del
correr de los años ejercen la Presidencia de la República.
El ameno trabajo de Rodríguez, es
una recopilación de sucesos, desde los prolegómenos de la independencia a los
acontecimientos previos y posteriores de la desintegración de la Gran Colombia,
con referencia de personas que es su época grandes aportes a la vida nacional.
El método utilizado por el autor, para entregarnos sus conocimientos, son dos
diálogos fabulados entre Francisco de Paula Alcántara y su hijo Francisco
Linares Alcántara. La primera reunión la concibe en la casa turmereña del
descendiente, restos de este inmueble fueron derruidos en septiembre de año 2013,
sin que nadie protestara, a pesar de las pruebas documentadas que avalaban su
acervo histórico. El último encuentro del concilio familiar fue en La Victoria,
en la residencia del Soberbio Dragón.
El libro que se presenta es una
invitación a la buena lectura, para recordar lo importante de Turmero, a lo
largo de su existir y la construción de sus hijos en el siglo XIX, en la
construcción de este país que se llama Venezuela.
FRANCISCO RODRIGUEZ (PANCHO)
1. PADRE E HIJO
Era una mañana de finales de julio de 1847, cuando “el viejo Alcántara”, acompañado por dos soldados de su tropa llegó a la residencia de su hijo ubicada a dos cuadras de La Alameda en Turmero, en el cruce de la calle Candelaria con Comercio, tocó la aldaba de la puerta y de inmediato fue recibido por una criada, aquel hombre curtido por decenas de batallas caminó a paso lento pero firme por el zaguán de la casona, vestía de manera impecable con su uniforme de campaña, había cumplido con éxito una comisión especial en Güigüe muy a pesar de estar ya en el retiro para que garantizara a unos rebeldes deponer las armas por las buenas o por las fuerzas de ser necesario con un pequeño ejército que logro organizar, logrando, después de unos escarceos victoriosos la capitulación de otro foco en Magdaleno. Contaba ya con 69 años de edad. Su piel blanca con las arrugas de la madurez estaba parcialmente quemada por los rayos del sol en aquellos días de brega militar en el ocaso de su vida. Desgarbado pero con la altivez de un General de la Independencia inspiraba el debido respeto. Tenía el brazo izquierdo imposibilitado como consecuencia de los combates de la independencia. De pelo canoso y figura estilizada, se quitó la gorra, no portaba armas, se presento a visitar a su hijo Francisco de Paula, de igual nombre que El, que estaba en el patio del jardín en una mecedora de madera contemplando los primeros rayos solares. Al ver que su Padre se acercaba, se paró lentamente por la molestia y se produjo el saludo de rigor. El hijo inclinó su cabeza por respeto y admiración y el Padre le puso su mano derecha en el hombro y le preguntó con voz pausada, por la herida. Dijo sentirse bastante bien y que pronto se reincorporaría a las labores habituales en el cuartel de Turmero.
El hijo llevaba el apellido de su madre Trinidad Linares, una mujer de piel negra oriunda de aquella población de Turmero quien durante algunos años estuvo íntimamente ligada al entonces Coronel Alcántara cuando este fue encargado en 1821 como Comandante General de los Valles de Aragua por el propio Simón Bolívar.
Frente a frente, Linares Alcántara aprovecha y le dice a su Padre que por favor le cuente sobre su vida ya que desconoce mucho aquellos episodios y quisiera informarse. Alcántara sonríe y acepta que estos avatares de las guerra misma y el cumplimiento del deber ha impedido conversar sobre estas y muchas cosas con su hijo. Te lo tendré que contar por partes le dijo, porque la historia es larga y sonrió.
2. MI MAESTRO
-Sabes hijo mío que nací un 17 de abril de 1778 en la ciudad de Santiago de León de Caracas, tus abuelos fueron Joseph Timoteo Alcántara y Ramona Antonia Piñango, ambos españoles provenientes de Extremadura en España. Fui bautizado en Caracas, estos se efectuaban los fines de semana en la Catedral. La religión oficial era la católica y de niño era habitual nuestra visita a las iglesias, a mi me gustaba ir a la Iglesia de San Francisco. Mi Padre, que era un modesto funcionario público , me contaba que en ese tiempo Caracas había quedado convertida por disposición del Rey don Carlos III, en la sede de la Capitanía General de Venezuela, creada con jurisdicción sobre las provincias de Venezuela; Cumaná, Guayana, Maracaibo y las islas de Trinidad y de Margarita. Tales provincias, por esa nueva forma de gobierno político, fueron separadas del Virreinato de Santa Fe de Bogotá. Caracas tenía, aproximadamente, cuarenta mil habitantes y daba muestras de progreso. Música, literatura, festividades religiosas y oficiales, mucha actividad comercial, teatro, vida universitaria, nuevas construcciones, servicios públicos, etc. Te digo hijo que también tuve que averiguar con familiares y amigo sobre la realidad de aquella época. Mis Padres eran de una familia muy sencilla donde había lo necesario pero no éramos acaudalados ni mucho menos, me dieron la educación básica de la época, en la propia casa de Simón Rodríguez aprendí a leer y escribir, además de otras materias, ese gran hombre me inculcó las buenas costumbres y algo muy importante, el amor por la libertad. De niño jugaba lo que otros niños hacían, bolitas, volantín y emboque, entre otros. Luego estudie en la Escuela Pública donde compartí con muchos jóvenes. También recibí lecciones del sabio capuchino Fray Francisco de Andújar quien nos enseñaba matemáticas, tuve la oportunidad de conocer allí a Simoncito, como le decíamos cariñosamente los mayores que El, compartimos algunas actividades y teníamos mucha empatía. El sufrió mucho con la muerte prematura de sus padres, esto le cambió el rumbo de su vida.
3. VIENTOS DE CAMBIO
-En Caracas hubo celebración en homenaje al nuevo rey de España, Carlos IV, que acababa de ascender al trono. A Caracas llegaban las noticias sobre la revolución que estaba ocurriendo en Francia.
En ese momento interrumpen para servirles un cafecito negro, después del primer sorbo, el Padre continúa su recuento y dice: -Recuerdo mucho a la Caracas de entonces, era una ciudad apacible, de buena actividad comercial, bien planificada, la gente caminaba por las calles, íbamos a las plazas para las retretas musicales y otros actos, el caballo era el vehículo obligado, siempre la panorámica del cerro de El Ávila fue imponente, el clima agradable. Mis padres me llevaban al Teatro y me gustaba mucho el paseo hacia la Sabana de la Trinidad. Caracas iba creciendo en importancia económica, social y política.
-En aquella época, en 1795 si mal no recuerdo, tendría entonces 17 años, comenzamos a tomar conciencia de la situación política, se sucedieron muchos hechos que llamaron la atención. Ya habíamos comenzado a leer “El Contrato Social” de Juan Jacobo Rousseau; pero en los “Derechos del Hombre”, que circulo luego casi de manera clandestina, se hablaba de la libertad, la propiedad y la resistencia a la dominación, eso nos abrió los ojos. A muchos entusiasmó aquello de la libertad de prensa, de opinión y de consciencia, así como que un Estado debe garantizar los derechos humanos y la división de poderes. Este fue un tema que compartimos los jóvenes de la época. Igual recuerdo con tristeza lo vivido cuando la viruela azotaba a la población, fueron semanas de angustia. Después de cierta dificultad económica a finales de siglo recuerdo que hubo una apertura hacia otros mercados y se retomo el progreso, no las vimos difíciles. Supe que Simón se había ido a España a estudiar, tu sabes los Bolívar tenían holgura económica, Simón ya era un muchacho de 16 años. Ya se rumoraba en aquel entonces sobre la figura legendaria de Francisco de Miranda.
4.INFLUENCIA EUROPEA
Alcántara, tomo aire cuando comenzó a hablar de esto y le dijo: -Acá se comenzaron a organizar las logias masónicas y las ideas de "libertad, igualdad y fraternidad' cobraron fuerza cuando unos prisioneros políticos españoles llegaron a La Guaira, habían sido declarados enemigos de la monarquía, eran masones, algo nuevo para nosotros, una organización secreta no religiosa. Estos españoles entraron en contacto con José María España, Manuel Gual y Simón Rodríguez quienes lideraron estos movimientos en Venezuela. Se decía que con la ayuda de estos últimos, los españoles que estaban en el Castillo de San Carlos, lograron fugarse a la isla francesa de Guadalupe. Allí imprimieron una traducción al castellano de los "Derechos del Hombre y del Ciudadano". Editaron otros libros y los difundieron.
-La siembra ideológica de los masones españoles y especialmente sus prédicas encendieron el espíritu revolucionario de España, Gual y Simón Rodríguez. Las sociedades secretas proliferaron con objetivos claramente políticos y con gran influencia.
-Convencidos de que había llegado el momento de asestar un golpe a la monarquía española y liberar a Venezuela, organizaron un movimiento revolucionario formado por abogados, eclesiásticos, comerciantes, agricultores, artesanos y hasta militares. Deseaban nada menos que la implantación del régimen republicano e independiente en Venezuela. Los jóvenes de la época nos informamos y comenzó a crearnos conciencia de donde estábamos parados. Fueron denunciados y se aborto el movimiento. Seguramente has escuchado que José María España, fue ejecutado en la Plaza Mayor de La Guaira, fue ahorcado públicamente y después descuartizado. A Gual, que vivía refugiado en Trinidad, unos agentes especiales españoles lo asesinaron. Simón Rodríguez logro huir en un buque norteamericano al extranjero. Lamentablemente esa insurgencia no fue apoyada por la aristocracia mantuana de Caracas y La Guaira, y fracaso.
-Mira hijo, tanto en Caracas como en La Guaira, secretamente continuaron reuniéndose grupos de patriotas, para hablar sobre el heroico sacrificio de los conspiradores y sobre la necesidad de independizar a Venezuela. Allí comenzó mi participación, ya tenía más de 20 años.
En ese momento los llamaron al desayuno y juntos caminaron hasta la mesa rectangular ubicada en el otro lateral del pasillo, prefirieron comer al aire libre con vista al jardín, al frente donde estaba ubicado un mesón, se colocaban unas frutas y los pájaros bajaban a comer. El Padre dijo,- ¿Que te ha parecido el relato, satisface tu curiosidad? -Gracias Padre, dijo el hijo, me ha gustado mucho. Ya sé de donde viene nuestro espíritu libertario. -Ten calma hijo, respondió el Padre, todavía no hemos llegado a los aspectos militares.
En el desayuno hablaron de otros temas, de la Negra Trinidad, de las fiestas del pueblo y de los asuntos personales. Como a las nueve de la mañana se termino la visita.
5. PRELUDIO
Francisco de Paula Alcántara llegó muy temprano al día siguiente a seguir la conversación con su hijo, esta vez fueron a la sala privada de la casa, habían dos butacas esperándolos, una junto a la otra, después del intercambio de saludos y que el Padre le preguntara como estaban las relaciones con Ramón (Su hijo Abogado), el huésped respondió afirmativamente, que todo marchaba bien, y que las relaciones eran excelentes.
El Padre sin mayor preámbulo, continúo el relato diciendo: -En 1800 todo fue convulsivo, dijo el Padre. La situación política en Europa y el desgaste de las relaciones con la Madre Patria, se unieron con la efervescencia de los cambios. Conocí en las reuniones a un estudiante de derecho quien venía de las montañas andinas, se trataba de Luis María Rivas Dávila que encendió en mí el sentido de la lucha civilista. Hice unos esfuerzos por la vida universitaria, pero entre ayudar a mis Padres y la actividad política se me iba el tiempo. En las cinco parroquias: de Caracas, bien en las Catedral, Santa Rosalia, San Pablo, La Candelaria o Altagracia, se reunian grupos, incluso aprovechando las tertulias.
-Simón Bolívar regresa de España en el 1802 ya casado y con ideas claras, sostuvimos algunos encuentros y estaba al tanto de todo; pero él se dedico más a la hacienda en San Mateo. En 1803 muere su esposa María Teresa y se queda viudo. Mientras se debilitaban los lazos que nos unían a la madre España, se encendían los espíritus y se acrecentaban los odios.
-En 1804, cuando tenía 26 años, me casé en Caracas con Concepción Millón, la madre de Ramón, el abogado, que ya conoces. De Manuel, militar como tú, haz escuchado hablar. José Tomás, debido a las privaciones de la guerra enfermó y tristemente perdió la razón, este sigue siendo un caso trágico. A tu hermano José Gregorio Varela, militar también, lo conoces mejor que yo porque prácticamente se han criado juntos.
-Para aquella época la viruela azotaba a la población de Caracas, hasta que llego la vacuna, este hecho se celebró por todo lo alto, incluso Andrés Bello escribió la "Oda a la Vacuna", dedicada al Rey Carlos IV de Borbón. Para estos actos especiales nos vestíamos con casaca y todo.
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-En 1805 Don Simón Rodríguez publica sus ideas pedagógicas al sistema educativo, hace unas críticas; pero también propone una reforma en temas como la admisión, la pensión, el horario, los recreos, los exámenes, la formación religiosa, que recuerde dentro de varios aspectos.
En ese momento le sirven el desayuno, ese día fueron unas arepas directas del budare, mas unos platos con carne y caraotas negras, además de queso blanco, acompañaron con una jarra de jugo de naranja, leche y café negro. Esto prácticamente no interrumpió la conversación y continuó en la mesa:
-Debo comentarte que en 1806 se produce el desembarco naval en Ocumare de La Costa de las tres goletas encabezada por el Leander; las fuerzas españolas vencen a los independentistas; mas tarde Francisco de Miranda desembarca en la Vela de Coro, el hombre insistía y nosotros nos enterábamos por los comentarios oficiales. Al año siguiente, el gobierno quiere atrapar como sea a Miranda y estaba dispuesta a pagar recompensa por su captura, hasta queman sus proclamas y la bandera en presencia del pueblo. La bandera creada por los insurrectos era de cuatro colores en franjas horizontales: 'blanca, azul, amarilla y roja.
-Al siguiente año ya nos enterábamos por la Gaceta de Caracas que era el órgano oficial para difundir las ideas de la Corona. Aquello fue un acontecimiento, pero significaba también el control de la información.
-Para 1807 Bolívar regresa nuevamente a Venezuela. Los contactos continuaron y las reuniones se hacían con regularidad.
-En 1808, se produce la conspiración de los mantuanos, este fue un movimiento del sector económico-social más poderoso de la ciudad, dicho movimiento pretendía constituir una Junta de Gobierno que rigiese los destinos de la Capitanía General de Venezuela, esto a raíz de la invasión de España por Napoleón. También el control de las importaciones tenía disgustado e este sector.
Simón y Juan Vicente Bolívar estaban metidos en esa conspiración, contra el gobierno colonial. Simón predicaba las transformaciones que ocurrían en Europa y consideraba que era el momento ideal para la separación definitiva de la Corona y por ello había que pensar en estructurar una Junta de Gobierno, consagró todos sus esfuerzos en favor de la constitución de la Junta, pero había cierto disentimiento. En esto lo apoyaban especialmente su tío José Félix Ribas y don Pedro Palacios, trataron de convencer a aquellas mentalidades que estaban dudosas y las discusiones llegaron a veces a ser violentas. Tantos retardos favorecieron a la monarquía, el Gobierno que hasta el momento había sido complaciente o se hiciera el de la vista gorda, reaccionó procediendo a detener e interrogar a los más importantes. Bolívar se salva de broma por no haber firmado el documento, aparte de que el Capitán General Emparan, quien le tenía estima por conocerlo gracias a la presentación de Fernando Toro, le guardó alguna consideración. Esta fue una etapa de confusiones y frustraciones, hasta presos hubo, aunque al año siguiente los dejaron libres. Bolívar incluso se retira y no participa en la gesta del 19 de abril. Yo seguí en la lucha y continuamos en contacto a pesar de las persecuciones.
-Bueno hijo, pero eso será para otro día porque hay que cumplir con las tareas encomendadas, aunque te diré. ya yo he cumplido, solo espero por la orden superior para trasladarme a la tranquilidad del campo a seguir laborando la tierra.
Pasaron desde ese día unos cuantos mas, el hijo ya sano de su herida, se vio obligado a visitar al Padre, deseaba continuar escuchando la historia y no podía quedarse por la mitad, faltaba la etapa de la guerra de independencia y esto era muy importante, aunque estaba parcialmente enterado no era lo mismo escucharla del propio protagonista. A eso de las once de la mañana, después de pasar muy temprano por San Mateo, ingreso a la hacienda donde su Padre pasaba los días postreros a su larga trayectoria. A doscientos metros del camino real y antes de entrar a La Victoria, el Teniente Francisco Linares Alcántara llegó con un pequeño pelotón, habían ido a una reunión militar que se efectuaría en horas de la tarde.
El Padre lo recibe vestido de capataz, lo encuentra en plena faena agrícola, era un hombre incansable a pesar de la edad y del desgaste físico de cuarenta años de lucha por la geografía nacional, colombiana e islas caribeñas. Después de desmontar lo abraza y lo agarra por el brazo y se dirigen a aquella amplia casa de campo. Respiraban el aire puro de los valles de Aragua, se sentaron en una mesa ubicada en el pasillo, conversaron sobre la situación actual y luego fueron al grano.
6. GESTA LIBERTARIA
-Voy a tener que resumirte dijo sonriente, porque la historia es larga, aquel viejo no perdía el humor a pesar de la seriedad y respeto con que se le conocía. Siempre fue un hombre cariñoso, humanitario y de buen trato. -Tú debes saber lo que pasó el 19 de abril de 1810 dijo, todo venía gestándose en las reuniones casi a diarias que se hacían, Caracas estaba convulsionada en los primeros días del mes. Las casas de los protagonistas se transformaron en centros de conspiración, se reunían porque todos teníamos aspiraciones de vivir en una nación libre y soberana. Por las demás provincias ya había cierta organización y muchos voluntarios, a esto se le llamaron la conspiración de la Casa de la Misericordia que era el sitio donde tenía su sede el cuartel de los Granaderos de Aragua, mandado por el Marqués del Toro. Recuerdo que el día 18 nos reunimos jóvenes y hombres maduros quienes formamos, una tropa voluntaria, a espaldas del Capitán General y que llamamos Campo Volante. Allí estaban Juan Vicente Bolívar, los Montilla, José Leandro Palacios, Marcos Vetancourt, Paz Castillo, etc. Por instrucciones de Don Manuel Díaz Casado me dieron la comisión de convocar a José Félix Ribas y a Juan Domingo Fernández, para la reunión que iban a efectuar en las primeras horas del amanecer del jueves santo 19 de abril.
-El 19 de abril estábamos todos allí frente al Cabildo y acompañé al Padre José Félix Blanco hasta la iglesia de la Merced a buscar al Canónigo José Cortés Madariaga, que estaba en el altozano de la iglesia, prácticamente me tuve que hacer cargo de la escolta y custodia del Padre Madariaga. Por estas actuaciones luego fui el primer venezolano en recibir la condecoración “Heroico Patriotismo” otorgada por las autoridades.
7. CARRERA MILITAR
-Los sucesos se efectuaron según lo planeado y como todos conocemos, para mí fue exitosa la jornada. Cumplido su cometido, sin instrucción militar previa, me puse a las órdenes de Miguel Ustáriz quien comandaba tropas en la Plaza de Armas y quien manifestara no obedecería otras órdenes que las emanadas de la Junta Conservadora. Mis Padres estaban preocupados por mis actuaciones públicas, sin embargo nunca obstaculizaron mis propósitos. Me entregue por entero a la carrera militar, abandone hasta mi hogar, me inicié como soldado en el Escuadrón Montado de Guardias Nacionales; luego el mismo escuadrón cuna de Los Dragones, me elige Subteniente, pero sabes hijo, para conseguir los ascensos en la jerarquía militar la cosa no era fácil, como siempre las influencias se imponían.
-Por eso me vi obligado a pedirle al comandante una certificación de mis servicios. La respuesta escrita fue está, se levantó de la silla y buscó una valija donde guardaba papeles de importancia y me hizo leer, decía así:
“El ciudadano Comandante del Escuadrón de Guardias Nacionales montados e infantería de esta Capital. Certifica que el ciudadano Francisco Alcántara uno de los individuos del Cuerpo de mi mando ha asistido diariamente y sin interrupción al servicio que ha estado haciendo dicho cuerpo con motivo de las novedades e insurrecciones descubiertas en esta capital y en la de la Ciudad de Valencia, montando guardia, haciendo rondas, ejercicios doctrinales y emplazando para el mismo servicio a otros individuos; en términos que su infatigable celo y aplicación lo hicieron acreedor a que por voto general del cuerpo obtuvo el empleo de Subteniente de manera que es ocupación de primera necesidad y de atención en semejantes circunstancias le impedían poder atender a ninguna otra sin perjuicio grave de la seguridad pública. Y para que conste, a pedimento verbal doy éste en Caracas a 14 de octubre de 1811. Primero de nuestra Independencia absoluta". Martín Tovar Ponte”.
8. BATALLA TRAS BATALLA
-Te advierto que son tantos hechos que de repente me confunda de fechas.
-Recuerdo mucho mi participación cuando nos enviaron para reforzar al General Rodríguez del Toro en Maracay en julio de 1811 y tomó contacto con el puesto avanzado en La Cabrera, donde algunas de sus patrullas fueron abatidas, entonces el Poder Ejecutivo lo reemplaza con el General Francisco de Miranda. A los días capturamos Guácara, luego fuimos por Valencia, hay que reconocer que teníamos muchas fallas en el combate, estos duraban varios días y hasta semanas, morían muchos compatriotas y la lista de heridos era de centenas. Yo daba todo lo que podía en cada combate, muchas veces la suerte nos acompañaba, en medio de aquellos avatares alcance el grado de Capitán Ayudante Mayor. El Padre hace una pausa y mira hacia el horizonte, medita unos segundos y continúa. Luego de la capitulación de Miranda me fui a La Guaira donde estaba Simón Bolívar, viví lo que se llamó la “noche de los bochinches” cuando fue apresado Miranda, no respetaron para nada los acuerdos de la capitulación, de ese hecho se tejieron muchos comentarios, sobre todo por la presencia de Bolívar cuando lo apresaron, a mi juicio allí engañaron a Bolívar haciéndole creer que Miranda había negociado con la corona. Lo cierto es que logré escapar a las Antillas Holandesas, mas tarde pasé a la Nueva Granada. Bolívar busco ayuda financiera para invadir Venezuela. Estuve en la campaña del Magdalena y luego en Santa Fe y en Cúcuta, e ingresé a Venezuela en la Campaña Admirable, esto fue toda una odisea, allí me reencontré a Rivas Dávila. Como te darás cuenta hijo, no salíamos de una para entrar en otra, me gradué de militar en el campo de batalla, con todos los riesgos y sacrificios, no era fácil. Mis ascensos me los gane a punta de pólvora y riesgos.
-Aún recuerdo el recibimiento en Mérida, fue apoteósico, yo estaba presente junto a Rivas Dávila, de allí pasamos a Trujillo donde Simón Bolívar firma el famoso Decreto de Guerra a Muerte que asustó a los enemigos y se difundió por toda Venezuela. Recuerdo ese día, nos llamó a todos y en voz alta se leyó el decreto, esto nos emocionó y comprendimos la magnitud de la gesta. Se produjo luego la batalla de Agua de Obispos con José Félix y Atanasio Girardot comandando las divisiones, mucha sangre se derramó, veíamos como nuestros soldados y compatriotas caían a nuestro lado, te imaginarás la fuerza moral y libertaria que debíamos tener. Igual pasó en Niquitao y en Los Horcones, tuvimos que batirnos muy duro. Para ese entonces ya habíamos mejorado mucho en estrategias y tácticas de guerra, que unido al coraje nos daba cierta ventaja, estábamos defendiendo lo nuestro.
En ese momento el General Alcántara se para de la silla y llama a la señora de la cocina y le dice que cuando esté listo el sancocho que le avise, porque estos hombres tienen hambre y partirán a la una de la tarde hasta el Cuartel de La Victoria. El hijo le dice al Padre que dado lo interesante del relato, que si podía pernoctar esta noche acá para salir mañana temprano hacia Turmero. El viejo le responde, -Claro hijo, no faltaba más, para mí es un placer, yo te lo dije, la historia es larga, Mira que participe en mas de 40 combates campales y en más de 300 escaramuzas parciales.
9. HUELLAS
-Bueno sigo, de los Andes nos vinimos hacia San Carlos, Tinaquillo y Los Taguanes. Pasamos por Valencia y estando acá en La Victoria en plena Campaña Admirable, estábamos a principios de agosto de 1813, cuando se recibe la propuesta de Capitulación por una comisión de realistas que vino expresamente a eso. Se firma y nos vamos a Caracas. Bolívar escribe al Presidente de Colombia anunciándole que la guerra ha terminado y que Venezuela es nuevamente libre. Hijo, el recibimiento en Caracas fue caluroso, la gente salió a las calles, era una fiesta popular, nos aplaudían y lanzaban gritos de libertad. No te miento, celebramos con la familia, vecinos y amigos. Me reuní con la familia, mi esposa me pidió que me quedara con ellos, pero no podía, estaba comprometido con la independencia. Esto duro unos pocos días porque la guerra continuaba, tuvimos que viajar a Puerto Cabello para enfrentar a Monteverde que amenazaba con regresar. Allá en Trincheras (Bárbula) perdimos a Atanasio Girardot, fue un gran dolor. Nos tocó a los Dragones trasladar el corazón de Girardot hasta la Catedral de Caracas.
-Estuve presente en el acto de la proclamación de Bolívar como Libertador de Venezuela. Pero la intensificación de la guerra en el Occidente y el nacimiento en los llanos de uno de los más terribles peligros que haya amenazado a la República obligan a nuevas operaciones militares. Nos ponen a la orden de Rafael Urdaneta, en Barquisimeto y batimos a los realistas. A Simón Bolívar le gusto mucho mi accionar con la caballeriza. Asediado por los realistas en Caracas, los Dragones llegamos a tiempo para permitir la retirada de Bolívar sin mayores contratiempos. No sé si cometí un error cuando me ofrecí después de esa derrota de la infantería por problemas de mando, para ocupar una vacante de Teniente y el accedió para mi sorpresa.
-Luego, estando en San Carlos me dio Simón la misión de Camoruco que cumplí, pero resulte herido y tuve que pasar por las manos del cirujano; sin estar dado de alta fui a un escarceo en Vigirima. Los Dragones formamos la guardia personal de Bolívar. Urdaneta al frente de la primera línea se batió fuerte en aquellos territorios centro occidentales, nosotros, los del Escuadrón de los Dragones, estábamos directamente al mando de Bolívar e hicimos algunos apoyos puntuales como la toma de artillería y enfrentando a la caballería, allí la vencimos e hicimos que huyeran. Bolívar nos premió con el título de “Soberbios Dragones”. Todo lo que te he contado pasó en el año 1813, que fue clave para los acontecimientos por venir. –Bueno, ahora a almorzar, seguimos a la tarde, dijo Alcántara.
10. LA MUERTE
A la una en punto, el Teniente Linares Alcántara siguió rumbo a La Victoria para cumplir con la cita. El viejo Alcántara hizo el reposo del guerrero antes de reiniciar la faena en horas de la tarde. Antes del anochecer llegó nuevamente su hijo Francisco de Paula, quien aprovechó para ponerse cómodo después de una ducha. Estaba disfrutando de la compañía de su Padre con quien había compartido poco por múltiples razones.
El hombre de mil batallas siguió con voz pausada aquel relato oral y conciso diciendo:
-Como te decía ese Batallón de los Dragones era muy apreciado por Bolívar, lo malo que sucedía era la cantidad de muertos, nos acostumbramos a verlos y hasta convivir con ellos, te juro que las guerras en general son negativas y frustrantes. Recuerdo que marchamos con Urdaneta hasta Guanare, este me nombró su edecán. De allí nos fuimos a Coro pero las cosas se pusieron feas y regresamos con urgencia pero tardíamente, perdimos el control de Barinas. No recompusimos en Barquisimeto y marchamos hacia Barinas, en medio del camino un soldado derrotado en Barinas nos confirmó lo sucedido, me enviaron entonces a hacer un reconocimiento con mis dragones pero fuimos arrollados y me salve de casualidad, fui prácticamente rescatado, el caballo me había caído encima y tuvieron que entablillarme el brazo fracturado. Así continué y lograron mis compañeros abatir a nuestros enemigos cerca de Ospino. Fíjate hijo que la población sufre tanto que marchaban con las tropas para protegerse, esto se convertía en otro problema por la logística.
-Yo me quedé con Urdaneta en Barquisimeto y otros Dragones fueron a apoyar a Bolívar. La mayoría de nuestros hombres tuvieron que ir a la vía de Carora a frenar a los realistas, y esto permitió que perdiéramos Barquisimeto por lo que tuvimos que irnos a San Carlos. Nunca antes estuve tan cerca de la muerte, diría que viví durante muchos días al filo de la navaja, fue toda una agonía, no terminábamos una cuando entrabamos en otra. En ese momento a este glorioso General de los Ejércitos Libertarios, se le apagó la voz y bajo la cabeza de manera reflexiva.
Su hijo, con el ceño fruncido por lo triste de lo que son las guerras, permaneció en silencio y espero la recuperación de su Padre. Este respiró profundo y continuo el relato.
-Con apenas cien hombres llegamos a San Carlos, con todo y eso combatimos durante más de ocho días con pérdida de oficiales y soldados; finalmente tomamos la decisión de abandonar la ciudad y en ella a los enfermos, heridos y a los acompañantes. No había otra decisión, era la peor pero no teníamos alternativa. Llegamos a Valencia un puñado de patriotas. Supimos que las tropas realistas degollaron a los heridos y a quien se les ocurría. En Valencia resistimos hasta recibir el auxilio de Santiago Mariño. Allí como premio fuimos autorizados a usar un escudo de honor sobre el brazo izquierdo y que sería uno de los once que ganaría en mi vida militar.
-Con tristeza recibí la noticia de la desaparición del Coronel Rivas Dávila el 12 de febrero de 1814 en La Victoria, tremenda perdida, era el Comandante del bravo Batallón de los Dragones al que pertenecía; pero mas, un amigo. Seguí acompañando a Urdaneta en las operaciones previas y en la batalla del Arao, de donde pudimos escapar. Sigue luego la primera Batalla de Carabobo y en la noche con arma en mano, monté guardia mientras todos extenuados dormían. Al día siguiente obtenemos una victoria. Luego hicimos persecución a los realistas.
11. ENJUICIADO
Ya se habían tomado dos vasos de jugo de naranja de una jarra que colocaron en la mesa, también se comieron unos bocadillos.
Como a las siete y media de la noche se escuchaba el sonido musical del arpa criolla de un trabajador que cantaba en voz baja en un lugar alejado del sitio de reunión.
El General Alcántara era persistente en su relato, tenía sumo interés en que su hijo conociera su vida y esto le emocionaba.
-Estando en Valencia, nos informan que perdimos Caracas y Urdaneta emprende su memorable retirada a Occidente y llegamos a Cúcuta por la vía de San Cristóbal. Desde aquella ciudad informó al Gobierno de Tunja su llegada y puso a las órdenes de éste sus veteranas tropas. En Pamplona nos reunimos con Bolívar. Allí estaba como el Mayor General en los Dragones. Hago todas las campañas y el Congreso de Tunja me nombra Comandante del Escuadrón Soberbios Dragones. Acá se me presenta tremendo problema, marchaba llevando de custodia unos cuarenta prisioneros y hubo de fusilar a 16 de ellos y me enjuiciaron. Yo aduje como única razón del hecho el que los prisioneros estaban cansados, la otra opción era dejarlos libres y seguro se unirían a los adversarios. Mis argumentos se enfrentaron a unas posiciones muy cerradas de los superiores, incluyendo a Bolívar. Lo importante es que salí absuelto y de Comandante me degradaron al grado de Mayor.
12. LA EXPEDICION
-Mas tarde, estando en Cartagena, pude escapar al ser tomada por los realistas e irme a Haiti. Con Bolívar presente se dilucido la Jefatura Suprema, como siempre fui leal a Bolívar. Embarcamos en la llamada Expedición de Los Cayos hacia Margarita, venía como sargento mayor de los Dragones cuyo primer escuadrón lo comandaría Teodoro Figueredo y sería la Guardia de Honor. Hicimos enfrentamientos marítimos para lo cual no teníamos experiencia. Acompañamos a Bolívar, eso fue en mayo de 1816, ya tenía 38 años y luchábamos hace seis años en forma permanente. De Margarita pasamos a Carupano.
-Cumplí una misión, el 13 de junio de 1816 me envió sobre San José y desde Cruz Grande al mando de unos cien hombres. Los españoles retrocedieron hacia Arao y lamentablemente envié un avanzada sobre Cariaquito, eran unos 20 hombres de a caballo, que en la noche por agotamiento descuidaron las guardias y se dejaron prender por los realistas quienes se apoderaron de quince caballos del sorprendido puesto. Al amanecer, nuestra infantería derrotó a su vez a los españoles, recuperando el material y ganado perdido y procedimos contra los responsables del descuido. Esta acción fue manipulada haciéndola ver como una derrota.
-Estuve en la expedición de Ocumare con Gregor Mac Gregor, cuando desde Choroní decidimos no enfrentarnos en Ocumare a los enemigos después que Bolívar fue obligado a regresar por mar a Bonaire, quedándonos unos cuantos desamparados y por estar en tales desventajas, siendo Teniente Coronel me confía Mac Gregor el mando de vanguardia y entonces nos fuimos por los Valles de Aragua y Guárico hasta Oriente, peleamos en Onoto, Quebrada Honda y en la Batalla de Los Alacranes, hasta reunirnos con los caudillos de oriente. En la batalla de El Juncal caigo del caballo alcanzado por una bala enemiga, otra vez de reposo obligado.
-Más o menos curado, sigo en las fuerzas de Piar en las cuales los Dragones éramos la guardia del General. En diciembre de 1816, tengo un problema personal con el Teniente Coronel Manuel Matos, edecán de Piar debido a opiniones distintas sobre la Jefatura Suprema. Me detienen. El día 19, recuerdo muy bien, ya en libertad con todo el Escuadrón de Dragones me uní al ejército del General Arismendi.
-Me reúno con Bolívar en Margarita y vamos a Guayana, donde tomo parte del asalto de la ciudad, debido a mis méritos y servicios como Comandante de los "Soberbios Dragones" me asciende Bolívar a Coronel, esto fue a finales de diciembre de 1816.
13. DESILUSION
Al continuar el relato y dispuesto a terminarlo, explicó: -Siendo miembro del Estado Mayor de Bolívar en los enfrentamientos en Guárico. En el sitio de La Puerta me salve de casualidad, pude incorporarme por los alrededores de San Juan de los Morros al pelotón. Fui nuevamente a Angostura con Bolívar y pasamos al Arauca. La familia no contaba para nada, guerra es guerra. Era una persona de confianza, me daban comisiones de representación, ya era un experimentado y leal guerrero de cuarenta años de edad.
-Fui enviado a Bogotá a comandar al batallón Bogotá, allí tuve encontronazos con el General Santander quien se convirtió en un crítico permanente a mis actuaciones y de mis hombres, todo por mi fidelidad a Simón, no hay dudas. Hablaba mal de los desertores de mi compañía y de problemas administrativos. Llegó a decir que se robaban los fusiles y no sabía nada. Cuando hablaba de mí lo hacía de manera despectiva. Lo de Santander lo pasé, pero lo que me desilusionó, aunque lo comprendí por las convenientes relaciones, fueron las apreciaciones de Bolívar, esto fue en agosto de 1820, cuando acepta y hasta alaba la crítica y me dice “insoportable por sus chismes”. Allí comprendí que el poder enferma y que las conveniencias están por encima de la lealtad, incluso. Lo cierto fue que después me hicieron críticas más moderadas y se dieron cuenta que mis criterios los exponía no los escondía. Ellos no se daban cuenta que la deserción era hasta comprensible, se trataba de reclutas que tenían que abandonar todo para irse a los campos de batalla, lejos muchas veces de su terruño y no todos estaban dispuestos a hacerlo. La pena de muerte no era suficiente porque siempre existiría cierto descontento por alguna falla, bien de aprovisionamiento de enseres, por la comida, armamento y logística. Esta situación ocasionó mi distanciamiento con la conducción política del General Bolívar aunque reconozco era una persona genial.
14. DE CARABOBO A ARAGUA
-Desde finales de 1819 me había encargado el mismo Bolívar al mando del batallón 1º de Línea de Nueva Granada, de Cúcuta fui a Mérida, estaba un poco enfermo. Pasé a Barinas dentro del Estado Mayor; pero quebrantado no podía cumplir las comisiones dadas. Bolívar hubo de sustituirme en la entrega del armisticio en el Sur.
-Posteriormente me incorporo a la marcha hacia el centro como Ayudante General de la División de Manuel Cedeño, para escenificar la Gran Batalla en Carabobo. Asisto a la reunión desde la altura de Buena Vista donde se planifica la Batalla de Carabobo, Bolívar toma la decisión de sujetar a los realistas por el frente y envolverlos por su derecha. Cedeño, al frente de la segunda división comanda al Tiradores a donde yo pertenecía, recuerdo que penetramos en la llanura con una compañía del Tiradores actuando en apoyo. Recuerdo también, pero con tristeza, como aquel día Cedeño cae sobre las líneas del Batallón Valencey que era temido por nosotros. Después de obtener la victoria, estando al mando de la División, envié un oficio a Bolívar, dándole cuenta de haber recibido al ejército realista preso en Carabobo.
-En junio de 1821, cuando Bolívar regresaba a Caracas, me encargan de la Comandancia General de los Valles de Aragua, autorizado para organizar el gobierno civil de ellos: para velar sobre la administración de los secuestros, y sobre los muchos almacenes e intereses del estado que hay en ellos: para establecer la posta en la dirección de Caracas a esa ciudad, y a los llanos por Villa de Cura. Se instala la sede de la Comandancia en Turmero. Tú sabes hijo, yo soy y fui un militar, nunca me dedique a los aspectos políticos.
-Dedique buena parte del tiempo a luchar contra el bandido Dionisio Cisneros que decía tener del rey el grado de Coronel y quien era un tipo muy habilidoso , vivo y apoyado por debajo de cuerda..
-Aquel año 1821 se aprueba la Constitución de Cúcuta que regiría a la Gran Colombia, Bolívar Presidente y Santander Vicepresidente. Esto siempre creo resistencia y se creó un movimiento para crear un ambiente de separación llamado la “Cosiata”, liderado por José Antonio Páez.
15. PERSECUSIÓN
-En 1825 tu naces, tuve una hermosa relación con Trinidad tu Madre desde 1822, eso no puedo negarlo. Hay que comprender que tenía el poder en mis manos, que aquello era una ventaja. Era una persona por demás admirada y respetada por la trayectoria de guerrero al lado de los héroes de la independencia. Igual nació José Gregorio, tu hermano paterno. A Ramón Alcántara, mi hijo legitimo, ya lo conoces. Manuel y José Tomás, fueron tus otros hermanos.
-Procedió el general Páez a dejarme cesante a mí y a otros quienes podrían significarle oposición a sus planes contra el gobierno central. Me mantuve callado y siempre disciplinado durante mucho tiempo para evitar complicaciones; no obstante ello fui puesto preso y acusado de flaqueza en la persecución de un sedicioso para mi protegido por Páez, de esto no me cabía la menor duda. Sometido al Consejo de Guerra y después de una defensa impecable basada en mi trayectoria militar y ciudadana, me declaran libre y reponen en el cargo. Te voy a hacer entrega para que lo tengas, una copia de aquella defensa y sentencia memorable que presente por escrito al pueblo para limpiar mi nombre que quisieron empañar pero no pudieron.
-El 2 de octubre de 1827, Bolívar firma el despacho de ascenso a mi rango de General de Brigada al que Páez deberá poner el "Cúmplase" en 11 de diciembre. Esto por poco tiempo pues de acercaba la agonía de la Gran Colombia.
-Por ello me dedico a estas tareas del campo y prefiero dedicarme a la familia, quería vivir tranquilo lejos del rencor de los hombres, soportando siempre las injusticias del trato gubernamental. Nunca me pagaron lo que me correspondía. Tu sabes, ya habías nacido, que no hemos tenido holgura financiera y que hemos tenido que trabajar duro para conseguir lo necesario para el sustento.
-En octubre de 1830 ordenan mi expulsión del país, ante lo cual tengo que hacer todos los alegatos basados en la verdad, para mí esto era una cuestión de honor. Observo que ya Bolívar no era respetado. Hago obediencia a las leyes y a las disposiciones del Gobierno, estaba a las puertas del sacrificio de un destierro y debo alegar mi trabajo y la entrega por la Libertad de la Patria; eran veinte años empuñando las armas de la Libertad; hasta invoqué que la Patria es mi hogar, que tenía una madre anciana, una esposa y unos hijos a los que debía proteger; hago todos los esfuerzos para denunciar que es un juicio equivocado y dejo entrever los deseos de venganza que hay detrás de esta decisión. Exijo un juicio donde se respete el debido proceso, en definitiva que se cumpla la Constitución. Me enfrento a tener un juicio por vía extraordinaria y solo basado en sospechas. Finalmente no fui expulsado y dimos un ejemplo de dignidad.
-Sabes que recuerdo algo importante que fue cuando a Ezequiel Zamora sus enemigos lo acusaron de un asesinato y me vi en la necesidad de certificar una confesión que exoneraba a Zamora pero esto fue rechazado. Te imaginarás como era la persecución entre los mismos patriotas en aquel entonces. Todo por el poder, eso no ha cambiado.
16. RETIRO
-Después de esta mala experiencia y convencido que mi actuación pública había llegado a su fin, solicito mi retiro el cual se me concede.
-Cumplí alguna que otra tarea o misión, hice algún esfuerzo de buena voluntad por mediar entre MarIño y Páez. En la llamada Revolución de las Reformas contra José María Vargas, acompañe a Mariño en sus pretensiones políticas, luego fue designado como jefe superior del nuevo gobierno. Yo estaba alzado en Turmero con unos 400 hombres. Dado que Páez defendía a Vargas y estaba por Maracay, no me quedo mas remedio que llegar a algunos acuerdos cuando quería Paez arrasar con Mariño en el año 1835 en Caracas. Garantice algún respeto a nuestra generación de viejos generales. Después de acompañar a Páez a Caracas, me replegué para Aragua y continué durante algunos años marcando las actuaciones de Páez que también merodeaba por estos Valles de Aragua.
-A finales de 1946 presidí un Consejo de Guerra por cosas del destino contra el Coronel Dionisio Cisneros quien me había hecho la vida imposible cuando estuve al frente de la jefatura en Aragua, lamentablemente por el voto unánime fue encontrado culpable y posteriormente ejecutado.
-Aunque no quisiera estuve involucrado por muchos años, como tú ves, todavía a esta edad he tenido que salir en defensa de la libertad e independencia.
-Con gran honor recibí la invitación del Gral. Rafael Urdaneta, Comandante de Parada, acudí en uniforme de gala como me indicaron, a recibir los restos mortales de Simón Bolívar en 1842 que serian enterrados en la Catedral de Caracas donde hice guardia de honor junto a Mariano Montilla, José Laurencio Silva, Diego Ibarra y otros, recordamos parte de la gesta y sobretodo la personalidad del Venezolano Insigne. Fue un acto emotivo y no te cuento mas porque tu lo viviste.
-Bueno hasta aquí llegó porque ya es tarde y porque tú también has sido testigo de estos hechos recientes. Cuando quieras me puedes preguntar sobre aspectos puntuales, pero no será esta noche. A descansar que es tarde y hasta mañana. Dios te Bendiga hijo. Buenas noches.
Fin
Impreso en COPY PLANET CA, Maracay.
Agosto, 2011