viernes, 25 de agosto de 2017

PAL ROSTI, EL FOTOGRAFO DEL SAMAN DE GUERE





Depósito legal

Derechos  de autor reservados



PROTAGONISTA


PÁL NOSTI

Este hombre con apenas 27 años de edad,  de nacionalidad Húngara, vino a Venezuela en la mitad del siglo XIX (1857)  y por primera vez fotografió al Samán de Guere, dándolo a conocer en otros países. Además escribió un libro testimonial titulado “Memorias de un viaje por América” sobre su recorrido por estas tierras. Tenía disponibilidades económicas y pudo preparar un viaje con un propósito muy bien planificado y buen asesoramiento. Se inspiró  en la obra del barón Alexander Von Humboldt, Viajes a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, (París, 1807), Convivió en Aragua durante unas cuantas semanas, no solo tomando fotos sino relacionándose con la gente y su cultura. El historiador Elías Pino Iturrieta, en su escrito de  “Es de orden de doña Luisa”, recordemos que Luisa Oriach fue la esposa de José Tadeo Monagas que gobernaba cuando Rosti visito Venezuela. Iturrieta dice que nuestro personaje “No solo salía con la carga que necesitaba para captar imágenes pioneras, sino también  llevaba una libreta en la que anotaba las cosas que llamaban su atención”. Nos reservamos lo que dijo Rosti  –según Pino Iturrieta-  de la primera dama.

En el escrito que se presenta describimos  con más amplitud al protagonista.



AUTOR

Néstor Germán Rodríguez, oriundo de Turmero-Estado Aragua, se formó en los centros educacionales de la entidad, se graduo de Licenciado en Administración. Prestó servicio a la empresa privada y pública. Representó a Venezuela en el Comité de Artesanías del Sistema Económico Latinoamericano. Fue Diputado a la Asamblea Legislativa de su estado natal al que también representó en el soberano Congreso Nacional. Durante un buen tiempo se dedicó al ejercicio profesional de la profesión como consultor empresarial. Escribió centenares de artículos de opinión en la prensa regional. En sus ratos libres se dedicó a escribir, más de cincuenta cuentos infantiles y libros, algunos de los cuales publicados en nuestra colección bibliográfica a donde añadimos ahora  este de PAL ROSTI-El fotógrafo del Samán de Guere.



A MANERA DE PROLOGO

Pal Rosty nació el 27 de noviembre de 1830 en Pest, Hungría y falleció el 7 de diciembre de 1874 a los 44 años de edad en la misma ciudad. Era hijo de una noble familia húngara, bien acomodada y de gran prestigio, su padre Albert Rosty (1779-1847), opositor al gobierno de los Austrias, y su madre Anna Ehrenberghi Eckstein (1801-1843). Fotógrafo, naturalista, geógrafo, etnógrafo. Fue miembro de la Academia de Ciencias de Hungría. Llegó a Venezuela después de visitar EE.UU. y Cuba, itinerario desarrollado entre 1856 y 1858 que culminaría en México. En Venezuela registra imágenes de Caracas (Hacienda de caña de azúcar en El Valle); el 19 de abril de 1857 parte a los valles de Aragua, realiza la toma de la calle de Sociega [sic] en Cagua, se dirige a la hacienda El Palmar, se encuentra en La Victoria el 27 de abril y el 28 llega a la Colonia Tovar. En las afueras de Turmero realiza la foto del samán de Güere, que regaló después a Humboldt. El 12 de mayo, en San Juan de los Morros, realizó una vista panorámica de excepcional calidad, y el 22 de mayo sale de Villa de Cura (Edo. Aragua). El 4 de junio se encuentra en el Orinoco y el 8 llega a Angostura, hoy Ciudad Bolívar. A Rosti se le puede considerar el pionero de la fotografía paisajística en la América Central del siglo XIX, y como tal, debería tenérsele en cuenta en círculos literarios, geográficos, históricos y etnográficos, así como en círculos fotográficos. Fue el primer fotógrafo que hizo imágenes paisajísticas de Venezuela, Destacando la del Samán de Guere, esto dijo: “Pasando Turmero, en un amplio espacio abierto, situado delante de una fonda, me encontré ante otro gigante del reino vegetal, ante el famosoSamán de Guayre, que tal vez verdea hace varios cientos de años. Samán es palabra indígena y es una especie de las familias de las mimosas. Guayre es el nombre del sitio. Los Samanes son generalmente arboles opulentos y llama la atención…”
La obra original de Pal Rosti “Memorias de un viaje por América” se divide en tres partes. La más breve es la parte dedicada a La Habana, la de más extensión es la que Rosti dedicó a la descripción de México. La extensión de las diferentes partes se corresponde con el tiempo que Rosti permaneció en los diferentes países. Tenía la intención también  de visitar Perú; sin embargo, este viaje no se realizó. La sección dedicada a Venezuela es la única que fue traducida al castellano por la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela. Esta parte de la obra fue publicada en 1968 disponible en Biblioteca Nacional y U.C.V.

Károly Kincses



CAPITULO I

PIONERO DE LA FOTOGRAFIA PAISAJISTICA (Breve biografía):




PORTADA DEL LIBRO

La biografía más detallada de Pal Rosti, la conseguimos en un estudio de Károly Kincses, publicado en húngaro, en 1992, como ensayo suplementario a la publicación de la edición facsimilar de su libro “Memorias de un viaje por América”. Al estudiar su vida y familia,  Kincses llama la atención al hecho de que es difícil entender la vida y los objetivos del viaje de este gran patriota sin conocer ciertos detalles de su árbol genealógico”.
“Los miembros de su familia eran oficiales o burócratas, su padre terrateniente, subprefecto y notario en la comarca Békés, una persona inteligente y amante de la música y el teatro. Pál nació como único hijo (varón) en una familia de tres hijas en 1830. Dos de sus cuñados eran destacadas figuras de la época: el barón József Eötvös y Ágoston Trefort, demócratas liberales y ambos Ministros de Cultura, que tuvieron influencia significativa en el desarrollo del joven Rosti. Además de otros parientes y amigos intelectuales que con frecuencia visitaban la Casa de la familia Rosty, se debe mencionar el nombre del educador de Pál, el profesor académico Antal Vállas, quien fue, además, el realizador de las primeras fotografías húngaras conocidas. Emigró a América en 1851 y vivió en Nueva Orleans desde 1854, la ciudad norteamericana donde más tiempo pasó Pál Rosti durante su viaje.
Según la necrología de Rosti, era un joven amante de los deportes, la pintura, la música y la botánica, y le interesaban las ciencias, sobretodo la etnografía y la antropología. Después de la revolución fracasada de 1848 (en la cual participó como húsar), gracias al apoyo de su cuñado, Ágoston Trefort, huyó a Múnich en 1849, donde empezó a estudiar química, ciencias naturales y, tras haber vuelto a Budapest por un año, geografía y etnografía. Le apasionaban los pueblos y la naturaleza, y soñaba con emprender un gran viaje, el calco (copia) de la obra del gran viajero alemán, Alexander Humboldt, realizada en 1800. El objetivo de su viaje no era vivir una aventura o hacer fortuna, sino que pretendía conocer el mundo lejano de América y descubrirlo para el lector húngaro. Antes de realizar su viaje, pasó por París en 1855 para aprender el arte de la fotografía, puesto que quería ilustrar sus descripciones geográficas y científicas con imágenes. Surgen varias dudas en cuanto a sus imágenes, que Kincses describe en detalle. La primera cuestión es que no se conoce ninguna otra fotografía de Rosti además de las tomadas en América. Es posible que se perdieran, igual que casi toda su herencia. La otra duda surge en cuanto a la técnica utilizada por Rosti y que hasta hoy no han podido definir los expertos. Posiblemente utilizó la técnica más moderna de la época, es decir, el proceso del papel encerado inventado por Le Grey justamente en los años en los que Rosti vivió en París. En este sentido las imágenes tomadas por Rosti son únicas y de muy alto valor: en ninguno de los tres países habían tomado antes imágenes semejantes con meros objetivos científicos y descriptivos”.
El 4 de agosto se embarcó, y viajó a Estados Unidos. Visitó Texas y México, el archipiélago de América Central y La Habana . En 1857, viajó a Venezuela, estuvo en Caracas, durante un buen tiempo se residenció en la Hacienda El Palmar en San Mateo propiedad de Franz Vollmer, de descendencia alemana.
Las experiencias de sus recuerdos en América se publicó (California, 1861). También causó un gran revuelo en la comunidad científica por su trabajo; En 1861 la Academia de Ciencias de Hungría lo nombra  miembro correspondiente…”
Se relata que sirvió como soldado en el regimiento de los húsares durante la guerra de la independencia húngara en 1848-1849 contra los austríacos, y luego de la derrota húngara, Pal escapa a Múnich para investigaciones químicas y biológicas, y en Paris estudió el arte de la fotografía.

El mismo Rosti dice: “En diciembre de 1854 dejé mi patria para peregrinar a tierras lejanas. Era mi deber y obligación lograr que mi viaje fuera en beneficio de mi patria [...] Con el mismo objetivo aprendí el arte de la fotografía en París y su uso durante los viajes, porque estaba convencido de que no existía medio más eficaz para la divulgación de los conocimientos geográficos que presentar las características especiales de las distintas regiones, su flora, ruinas, edificios y ciudades mediante imágenes fieles de los distintos paisajes y el clima.”

CAPITULO II
SU PASO POR TURMERO Y EL SAMAN DE GUERE (Pithecolobium Saman)




EL SAMAN DE GUERE

Relata nuestro personaje: “En casi todos los pueblos de Venezuela hay una imagen milagrosa, así en Turmero hay una Virgen María que encontró enterrada en un bosque un hombre pobre. La llevó a su casa y la colgó en la pared, volviéndose rico desde ese instante. Más tarde vendió o regaló la reliquia y perdió sus bienes, en cambió el nuevo propietario se enriqueció. Pero luego la imagen volvió a su antiguo dueño que nuevamente se transformó en un hombre de suerte y apreció más su reliquia. Al morir la donó a la iglesia donde la veneran como imagen religiosa. Más de una vez al año desaparece y se esconde bajo la tierra del bosque. De donde es rescatada por el sacerdote del pueblo. La gente come pequeñas cantidades de la tierra donde estuvo la Virgen y eso los cura de toda clase de males.”
Relata el mismo Rosty: “Pasando Turmero, en un amplio espacio abierto, situado delante de una fonda, me encontré ante otro gigante del reino vegetal, ante el famoso “Samán de Guere”,que tal vez verdea hace varios cientos de años. “Samán” es palabra indígena y es una especie de la familia de las mimosas. Guere es el nombre de sitio donde se eleva el gigantesco árbol. Los samanes son generalmente árboles opulentos y llaman la atención por su hermosura y redondeada copa; sus ramas son tortuosas como las del roble, su follaje es delicado. El gigantesco Samán tiene una fronda magnifica y su copa-hermosa y redondeada- tiene 576 pies de circunferencia. Su tronco – proporcionalmente- no es muy grueso (9 pies de diámetro) y esto aumenta todavía mas la hermosura del árbol, así como también el que entre sus opulentas ramas y delicadas hojas verdes anidan especies de tilandas, loranteas, pitahayas y otras parasitas, con sus flores de vistosos colores y sus diversos follajes, que –ora descendiendo, ora entrelazándose, forman un jardín sobre el honorable y secular gigante. El árbol tiene gran fama y es muy respetado en toda Venezuela, lo cuidan con esmero y el pueblo tiene veneración por él. Parece que ya los primeros conquistadores españoles que se establecieron aquí, lo hallaron en el mismo estado actual. Por lo menos desde que lo vienen observando, no ha cambiado ni en lo que se refiere a la altura, ni en lo que respecta al grosor. El retrato de este famoso árbol quedo bastante bien y tuve el honor de donarlo al Museo Nacional”.
También estuvo por San Mateo, Cagua y La Victoria, en Caracas, San Fernando, Ciudad Bolívar y otras ciudades. Asistió a fiestas criollas con arpa, cuatro y maracas. Comentó que “El amor es casi siempre el tema de estas canciones”. También señaló que “Cuatro parejas participan en él, y cuando el versículo ha terminado, los hombres se alejan y las chicas eligen nuevos compañeros, arrojándoles sus pañuelos, si tienen uno….Una de las bellezas oscuras, con ojos muy brillantes, me honraba con su preferencia. Mis amigos pensaban que, siendo extranjero, me causaría una mala impresión, ya que en el pasado me habían enseñado los secretos de las ezardas (baile húngaro), salí bien de este difícil arreglo, para asombro de todos”.

Fotos celebres:


IGLESIA SAN MATEO




CASA DE LA FAMILIA BOLIVAR EN SAN MATEO


HACIENDA EL PALMAR



TRABAJADORES DEL CAMPO

Debemos señalar que Pal entregó sus copias de 47 fotografías de principios del siglo 19 a sus hermanas y a los Museo de Bellas Artes y al Nacional de Hungría. Se habla de otras series de copias como la entregada a Humboldt.

Señaló algo muy importante: "... en los valles de Aragua se plantan buchares y plátanos, siendo estos últimos principalmente entre el café joven, con sus anchas hojas ensombrecidas por los suaves granos de café”.

Rosti presta mucha atención a las condiciones climáticas, los atractivos naturales, las actividades agrícolas, industrial y la minería o los monumentos arquitectónicos; también revela detalles sobre la historia indígena, pueblos, costumbres, religión, raza, ropa y trató de llegar a conocer las diferentes capas de la sociedad, pobres y ricos, los pueblos indígenas.

Le impresiona el Lago de Valencia, le pareció romántico, y lo compara con los de escocia y suiza. Igual le pasa con los bosques. Los caminos entre pueblos y su estadía en El Palmar donde fue anfitrión le dejaron un grato recuerdo, las plantaciones, las montañas y el clima acogedor con la presencia de los trabajadores negros.


CAPITULO III
¿QUE PENSÓ NOSTI DE LOS VENEZOLANOS?

PÁL NOSTI

Pal Rosti, presenta en su libro una muy fecunda explicación sobre la composición étnica de la sociedad venezolana, les agradezco apreciables lectores no sentirse ofendido por sus comentarios, fue una opinión que debemos analizar desde la circunstancia de aquel momento, dice así:


 
“(…) el carácter criollo, es en sus rasgos principales, la ambición y el deseo de dominio; el orgullo, el apasionamiento, la rudeza, sobre todo en el pueblo, la apatía e indolencia ilimitadas, y –por otro lado- la hospitalidad y una cierta caballerosidad (…) los españoles criollos [tienen] cierta clase de reserva hacia los extranjeros; la forma de gobierno con sus muchas desventajas, el fanatismo, con sus innumerables prejuicios y supersticiones –que mantiene al pueblo en su ignorancia- y permiten una influencia excesiva a ciertas clases; -podemos imaginarnos que esta gente está aún lejos de hollar con decisión la senda del acrecentamiento del bienestar nacional, de la evolución espiritual y del progreso. En Caracas sentí, por primera vez, que estoy lejos de Europa y casi aislado del mundo civilizado”.
Un argumento claro que da Rosti para poner en evidencia la decadencia y premodernización social es aquel que refiere respecto a la ausencia de relojes en el país, incluso entre los sectores dominantes de las principales ciudades. Plantea una relación casi matemática entre la valoración del tiempo y la producción capital, así como también imperativa puntualidad factor ordenador dentro de las sociedades ajetreadas:

(…) conocí muchos noble y ricos señores que no tenían reloj. Hay pueblos, es más localidades grandes, sin un solo reloj. Relojes de torre no hay por la sencilla razón de que –debido a los terremotos- tampoco hay torres. El tiempo lo determinan al azar, la cocinera sirve la comida cuando se acuerda, el arriero aparece cuando le provoca y en las citas una media hora, o una hora entera no se toma en cuenta.

De esta forma deja en claro que la puntualidad es la clave del progreso y esta sociedad no cuenta con esa característica. Más adelante argumenta la poca cultura del venezolano, alegando la cuestión de la puntualidad:

(…) Esta gente no tiene idea clara de las distancias y del tiempo. Nunca pude saber, con seguridad cuánto distaba una localidad de otra. Decían cerca o lejos, según la comparación que hacían con una u otra población. No se podía confiar en las medidas de distancia. Lo mismo pasa con el tiempo. Mientras el campesino húngaro puede decir la hora, con puntualidad asombrosa, según la posición de las estrellas o del sol, los de aquí parece que no conocen la división del sol en horas (…)

Rosti plantea en cuanto a la situación económica también una excusa para argumentar sus opiniones despectivas respecto al venezolano, por su raza y por sus costumbres. Refiere que durante su visita a Angostura observó que muchos comerciantes extranjeros intentaban motorizar el comercio, viéndose truncadas las aspiraciones por las condiciones políticas y de la ciudad:

(…) el motivo de esto es en primer lugar el gobierno, que no se ocupa en absoluto sino del robo y la intriga. En segundo lugar es la gente, que no sólo es poca, sino más floja y terca que los criollos que he visto hasta ahora. En su mayor parte son zambos, es decir, mezcla de indios con negros. De todas las mezclas esta es la más infame. También se encuentran negros mulatos y mestizos, pero no vi blancos puros (…)

Haciendo referencia a una anécdota con un hombre –mozo de color café- que tienen como convicción y anhelo únicamente la subsistencia diaria, Rosti plantea el espíritu conformista que estandariza a toda la población. Esta condición, según sus reflexiones, demuestra la poca capacidad y afecto que esta sociedad tiene hacia el progreso:

(…) ¿Para qué voy a trabajar?, el alimento necesario se da en todos los árboles, sólo debo estirar la mano para recogerlo, si me hace falta una cobija, o un machete o un poco de aguardiente, traigo al mercado algunos plátanos y obtengo abundantemente lo que deseo, ¿y para qué más? No la pasaría mejor ni que fuese tan rico como el señor x ó y.(…)

Sobre este mismo respecto y exponiendo razones deterministas expone muy concretamente su opinión del venezolano:

(…) cuando quiere trabajar, el criollo es un trabajador excelente y sumamente hábil, pero -lamentablemente- ese hecho es excepcional. En su sencillez –no conociendo las innumerables necesidades y pretensiones de las sociedades citadinas-, se contenta con muy poco: esto constituye una fuente de su pereza e indiferencia, que dificultan la laboriosidad y el progreso. Además el criollo está lleno de supersticiones y prejuicios (…) tiene miedo de todo y concede enormes proporciones al más mínimo obstáculo, (…)

En cuanto a la civilización y barbarie. Lucha entre puntos de vistas

 (…) en general los hombres a menos que sean empleados del Estado, o sea, que roben junto al gobierno, son grandes enemigos del mismo [Estado]. El pobre país nuevamente está por sufrir una revolución, si la situación no mejora pronto, tarde o temprano caerá en poder de los yanquis esta hermosa provincia, aunque su conquista no es tan fácil como lo creen los vecinos del norte, no tanto por la oposición del gobierno regular (…) sino por la resistencia a desarrollarse en la guerra de guerrillas (…)

En cuanto a las milicias y al sentido de servicio que tienen los venezolanos, Rosti refleja con gran preocupación que:

 “(…) la cartuchera –colgada del cuello- y la mala arma le confería algo de tinte bélico al ejército, pero lo borra totalmente la actitud floja y negligente de los soldados, que podría ser de cualquier cosa menos de militar (…)”.
Sin duda alguna símbolos de un desdén hacia la nación, a la República y del desorden organizativo del Estado. Más adelante en su relato se refiere a las milicias como un objeto de burla, por la deplorable condición en que se encuentra y por los intentos de alcurnia que aspiran tener y no tienen;

Apenas se puede imaginar cosa más cómica que la milicia venezolana en estas posesiones. La mayoría de los soldados rasos son mestizos de estúpida expresión en el rostro. Su uniforme consta de pantalón azul con rayas vino tinto, frac de tela de lienzo con solapas vino tinto y cola corta (…) El calzado y la corbata no son imprescindibles en el uniforme del soldado venezolano; no obstante, el que puede conseguir tan supernumerarios artículos los puede usar libremente.

(…) Pal Rosti, al criticar la condición del criollo, refiere su inmadurez para una forma de gobierno independiente, advierte que:

(…) los criollos si apenas están maduros para la Independencia, apenas si son capaces de comprender la ideología de la libertad en toda su sublimidad y de emplearla para su propio provecho y gloria. La libertad es un arma de doble filo: en manos de un hombre serio y de noble espíritu es un arma de gloria, bajo cuya protección el bienestar, ciudadano y el honor nacional van desarrollándose audazmente; pero en manos del niño inexperto es arma hiriente que se vuelve contra sí misma

Hizo hincapié en que los esclavos de América del Sur son tratados mucho mejor que los norteamericanos.

Rosti se nos presenta como un demócrata liberal partidario del abolicionismo en tiempo de los Monagas en Venezuela  y aunque demostró en sus escritos una rigurosa crítica a la sociedad venezolana, refiere su experiencia en el territorio como enriquecedora y se justifica diciendo:

 “(...) todo mi esfuerzo se concentra en dar cuenta lo más viva y fielmente de las impresiones que los paisajes, plantas, hombre y sus relaciones sociales que ejercieron en mí, para poder ofrecer a mis compatriotas nociones clarísimas de mis experiencias y dar noticias e informaciones que correspondan a la realidad”.

Como conclusión: El autor presta mucha atención a los Llanos Venezolanos y no cesa de comparar al peón llanero con el pastor de ganados de la Gran Planicie de Hungría. La idea fundamental del autor es que los países hispanoamericanos recientemente emancipados no saben servirse bien de la libertad adquirida. Rosti pone de relieve los factores subjetivos que obstaculizan el desarrollo: la política gubernamental, el carácter de los criollos y del pueblo deformado principalmente por la riqueza de la naturaleza y la falta de cultura y educación. Al mismo tiempo, en el prólogo de su obra él menciona que el objetivo de su trabajo es: Ayudar a llenar de alguna forma... el vacío de nuestra literatura en este ramo. ... no me aventuré en la narración de episodios horripilantes u otros semejantes, pues me guardé de transformar al narrador viajero en héroe de novela. Concentré todos mis esfuerzos en pintar con los colores más vívidos y fieles a la realidad, las impresiones que ejercieron en mí los paisajes, las plantas los hombres y sus condiciones sociales.


CAPITULO IV
HUMBOLDT LLORA:



ALEJANDRO VON HUMBOLDT

Rosti fue el primero en registrar fotográficamente la imponente imagen del samán de Guere. La foto original se encuentra recluida en el Museo Nacional de Budapest. En su reporte del samán, Rosti menciona que «el árbol tiene gran fama y es respetado en toda Venezuela, lo cuidan con esmero y el pueblo tiene veneración por él».
Dos años antes de morir Humboldt recibió la visita de Pál Rosti, así lo describe él mismo: “El 1ro de noviembre de 1858 tuve la gran suerte de poder entregarle personalmente (Colección de fotografías tomadas que incluía la foto del Samán) –a modo de homenaje- a Alejandro de Humboldt, lamentablemente ya desaparecido, la copia de mi mencionada colección. Para mi gran contento, el glorioso anciano reconoció al instante el gran Samán, que en su juventud-hace ya casi medio siglo -vio y describió- tan viva fue la impresión que causó en el alma del entonces viajero el hermoso árbol, tan admirablemente fiel la memoria del famoso hombre –que ya estaba tan cerca de la tumba- y tan mínimo al cambio experimentado por el árbol gigante en cincuenta años”.
Se dice a manera de anécdota sobre la fotografía que le mostró Rosti al anciano Humboldt lo siguiente: “En el álbum de Rosti se hallaba una imagen fotográfica tomada del famoso árbol llamado El Samán de Güere, descrito por el mismo Humboldt décadas atrás. La imagen de Rosti es el primer registro fotográfico del árbol. Estas fueron las palabras de Humboldt que lloró con lágrimas y llenó de emoción, llevando una mano a su frente, exclamó:
 “Ved lo que soy yo hoy! y él, ese hermoso árbol; está lo mismo ahora que cuando lo vi hace sesenta años: ninguna de sus grandes ramas se ha doblado, está exactamente como cuando lo contemplé con Bompland, cuando jóvenes, fuertes y llenos de alegría, el primer impulso de nuestro entusiasmo juvenil embellecía nuestros estudios más serios.”

Hay que recordar que Alexander Humboldt, le había ayudado con sus obras, diarios y cartas de recomendación. Rosti en agradecimiento de todo este apoyo, le obsequió con el primer ejemplar de sus álbumes preparados en París.


CAPITULO V
SUS ÚLTIMOS AÑOS



PÁL NOSTI

Para el lector húngaro contemporáneo, su obra tuvo un gran valor: En Hungría apenas se sabía nada de estos países. Por lo tanto, sus Memorias servían como única fuente de información, lo que, junto con sus imágenes  ilustrativas, explican su rápido éxito y reconocimiento. Como hemos mencionado, después de su regreso a Hungría, Rosti publicó varios artículos en distintas revistas sobre sus experiencias y llegó a tener también reconocimiento en círculos científicos.
En los años posteriores, se dedicó a los deportes, sobre todo a la navegación. Incluso emprendió otro gran viaje con uno de sus amigos: navegaron en un barco de Rotterdam
a Budapest con éxito. Tampoco se olvidó de otro de sus pasatiempos favoritos: la música. Él organizó conciertos y contribuyó a divulgar la obra de Beethoven y Wagner.
En sus últimos años vivió retirado en una finca familiar, posiblemente debido a una enfermedad que había cogido durante su gran viaje. Allí pudo deleitarse con sus rosas, que cuidaba con entusiasmo. Murió joven, en 1874, nunca se casó: “No teniendo familia, se complacía en la belleza y la naturaleza. Aquí olvidó sus dolores y endulzó su vida en compañía de sus amigos, sobre todo de sus conocidos pintores, músicos y parientes. Este año ha contemplado por última vez cómo sus rosas han florecido y se han marchitado, y sus pétalos ahora caerán sobre su tumba.”





BIBLIOGRAFIA

Memorias de un viaje por América. Publicaciones de la Escuela de Historia. Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1968. (Úti emlékezetek Amerikából)
Wikipedia, la enciclopedia. Publicación de internet.

Relaciones literarias entre Hungría y América Hispana: algunas observaciones. Zsuzsanna Csikós (Internet)

Fotografía en Venezuela durante el gobierno de los hermanos Monagas (1847-1858)
José María Salvador González (Internet)

HÚNGAROS EN LOS TRÓPICOS. ROSTI PÁL Y OTROS VIAJEROS EN EL CARIBE Y EN AMÉRICA CENTRAL EN LA SEGUNDA PARTE DEL SIGLO XIX   KATALIN JANCSÓ Universidad de Szeged  (Internet)

Viajeros Húngaros en América, Gyarmati, Borsányl y Fozi. (Internet)


PARA SU CONOCIMIENTO:

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