domingo, 9 de agosto de 2015

EL INMIGRANTE- DESDE LA ISLA BONITA - POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ


EL INMIGRANTE- DESDE LA ISLA BONITA



Dedicatoria
A la memoria de mis Abuelos maternos que vinieron a estas tierras en busca de progreso y bienestar. Acá dejaron sus esfuerzos y su trabajo, dejaron unos descendientes y también dejaron sus cuerpos sembrados en estos fértiles valles.


ADVERTENCIA:
Los hechos narrados no corresponden a una realidad específica.

Depósito Legal
Derechos reservados al Autor





EL INMIGRANTE
DESDE LA ISLA BONITA
N.G. RODRIGUEZ
Colección Personajes




 INDICE:
 Subtitulo
 Los dueños del viento, la brisa y la niebla
 Por encima de las nubes
 Los alisios soplaban
 Vivir para trabajar
 Amor a distancia
 Progreso y bienestar


Los dueños del viento, la brisa y la niebla



Simón Felipe viajaba desde las Islas Canarias hacia América, iba cargado de ganas de trabajar y de formar una familia, una vez lograse la estabilidad laboral y económica. Atrás había dejado al amor de su vida desde la infancia misma, allá en la parte mas Noroccidental del archipiélago de las Islas Canarias, al otro lado del atlántico, en la isla Bonita, comienza la aventura del inmigrante. Sentado frente

al puerto, con dolor en el alma y en el corazón, recordaba los exuberantes bosques y extraordinarias bellezas naturales.


Sus recuerdos son tan elevados como el Roque de los Muchachos con sus peñones de origen volcánico, que se incrustan en el verdor de los montes, y sus frías aguas que corren como manantiales hacia el mar para llevar a otros continentes, su suave olor a pino canario mezclado de drago y laurel. Solo imaginarse las explosiones y los ríos de lava incandescentes que hace más de 500 años fluyeron de la montaña quemada, dan cuenta de la fortaleza de las tierras verdosas de la isla.

Con apenas 18 años de edad y con la sola experiencia de haber trabajado la tierra en su isla natal cultivando almendras, frutas, cereales, plátanos y aguacate, donde los barrancos son los dueños del viento, la brisa y la niebla.

Fueron días de incertidumbre antes del embarque de sesenta y ocho isleños en el muelle de Santa Cruz de Tenerife con destino a América por la ruta colonial, directa a La Guaira-Venezuela, en el Vapor “La Ibérica”. El viaje no era clandestino, llevaba el certificado de trabajo para tareas agrícolas y los documentos en regla. Con los contactos de su Padre había conseguido la autorización, la verdad es que estaban a punto de ser reclutados para la guerra, tenían que salir de la Isla para no cumplir el servicio militar de dos años y medio, eso atemorizaba a todos los pobladores.

La pobreza los obligaba a tomar decisiones audaces como esta y lo hicieron. Simón Felipe cargaba en su mochila tres mudas apenas y la arropa para aguantar las heladas aguas profundas bajo el vaivén de las olas marinas. Llevaba adicionalmente unas raciones de comida. En varios grupos fueron trasladados hasta el buque colocado a cierta distancia en la línea de atraque.

Se iniciaba una aventura al nuevo continente. Simón Felipe estaba acompañado de su primo José Francisco que tenía dos años más de edad, juntos se ubicaron para pasar la travesía del Atlántico. De momentos pensaba en lo que dejaba y apenas se imaginaba en lo que encontraría.

De muchacho asistió como todo niño a la casa de Doña Esperanza para aprender las lecciones elementales para la lectura y la aritmética, ayudado por la preparación religiosa en la Iglesia de San Mauro Abad avanzó en sus estudios. La mayor parte del tiempo caminaba por los bosques de El Fayal donde las gotas del rocío arropaban flores y plantas húmedas, mientras los rayos de sol se colaban entre los árboles hasta encontrar una rendija para darle vida a una flora endémica variada.

Desde el amanecer hasta la noche vivía en compañía de su familia. Sus padres dedicados al hogar y al trabajo, en sus ratos libres lo ocupaban en las tareas artesanales en un telar tradicional en las labores manuales de la urdimbre y la trama del lino y la lana, también trabajaban la cerámica con el volcánico barro palmero amasado con arena para la elaboración de piezas utilitarias de uso cotidiano. Las fiestas tradicionales de Navidad y de La Candelaria animaban entre bailes y verbenas el avance del tiempo en aquellos acantilados del norte. El recuerdo más inquietante de aquel joven aventurero y arriesgado lo constituía su amada novia Juanita.

Por encima de las nubes

Juanita era una joven palmera de 15 años, que observaba aquella mañana el cielo por encima de las nubes en medio de las lluvias costeras. Ella sabía que su compañero de vida zarpaba aquel día en busca de nuevos horizontes. Se había quedado esa tarde mirando el mar infinito, en algún momento tenía la ilusión de encontrarse con su adorado pretendiente. Mientras tanto enviaba un mensaje de amor eterno por medio de los vientos sobresaturados de oxigeno que soplaban hacia la América lejana.

Al caer la tarde caminaba con lágrimas en los ojos por caminos estrechos cerca de las laderas quebradas rumbo a su casa después de perder de vista la marejada. Entre bruma y niebla, donde el eco trasmitía las risas de los juegos de la infancia y las veces que correteaban por aquellos pasajes del poblado escondido.

La imaginación de aquella niña enamorada vaga por el tiempo, y siente las manos juntas y hasta la miel en los labios de aquellos besos inocentes que trasmitían el amor puro que nace del alma. Juanita se recogía lateralmente la falda para facilitar el camino y proteger su traje del roce del suelo.

La resignación y la esperanza calmaban el desespero y la soledad. Había sido criada para ser una esposa ideal, conocía las labores del hogar para emprender a corta edad la responsabilidad de una familia separada. Su mayor preocupación era como pasar tantos días sola hasta que llegase el día deseado.

Entre la lectura de los libros de poesía que guardaba su Padre en el viejo baúl como un tesoro escondido y el bordado sobre las telas que era su afición favorita, pasaría la nostalgia de los días por venir. Su habilidad para el bordado era tal que la fama era reconocida en la comunidad. Su delicadeza para bordar los motivos de relieve con puntos derechos y oblicuos, perpendiculares a los puntos del relleno formaba las flores, las hojas y las iniciales con una marca sin igual. Al llegar a su casa, Juanita busco su libro diario y comenzó a escribir la historia de su soledad.

Los alisios soplaban

Unas 2.500 millas marinas le esperaban para cruzar el océano Atlántico, la habitabilidad de la embarcación era limitada, existían tres filas de literas de 1.80 por 70 centímetros que era el espacio privado, les correspondió la litera 18, los vecinos eran parejas, una de Tenerife y otra de Las Palmas. A pesar de ser hijos del mar, sabían que la revuelta del mar, la fuerza de las olas y del viento los harían pasar momentos angustiosos.

Su Padre le había dado un libro de Historia Universal para tratar de leerlo en sus momentos de monotonía, hasta que el sueño lo venciera.

Al amanecer del primer día pudieron ver la inmensidad del mar, el azul oscuro del mismo contrastaba con el azul claro del cielo. Algunas aves se veían a lo lejos y los vientos de repente aumentaban. En las noches siguientes se sentía que el mar crecía y los alisios soplaban.

A los días, cuando pudieron ver tierra les indicaron que era la Isla de Trinidad y mas allá Venezuela, el destino.

Eran como las 4 de la tarde, allí tenían al frente de su mirada La Guaira, la inmensidad de la montaña en la parte de atrás les hacia vislumbrar que habían llegado a la Tierra de Gracia, Venezuela. Era la tierra promisoria, el petróleo se había revaluado después del auge industrial. De los años de incertidumbre de la guerra federal entraban a los años de la esperanza. Pisaron por primera vez la tierra de Simón Bolívar, El Libertador. Las hazañas de aquel Hombre habían traspasado las fronteras.

Con la mirada en alto y con el pasaporte en la mano con su primo José Francisco, iban riendo hacia la conquista del futuro. Ingresaron como residenciados, tenían la referencia de su tío Juan Eduardo Pérez Martín, que trabajaba en labores de agricultura en la región de Barlovento y llegaron como contratados para las labores del campo.

Muchos otros coterráneos llegaron de Canarias en expediciones de veleros en viajes clandestinos. El tío Juan Eduardo les estaba esperando y viajaron hasta Caracas por el camino de los españoles, subiendo el cerro el Ávila por una zona fría y de grandes plantaciones. Al llegar a la capital el tío los monto en un autobús para dirigirlos al centro del país, a una gran hacienda de cultivo de caña de azúcar ubicada en los Valles de Aragua. El objetivo era establecerse para luego trasladar a sus familiares cercanos. Los recibió en la hacienda “La Moraleja” en la ciudad histórica de La Victoria, Don José Rafael De La Fuente, el propietario de la finca, fueron ubicados en la casa de los peones en un caserío cercano del Buen Consejo.

Vivir para trabajar

Como era fin de semana pudieron descansar dos días y el mismo lunes estaban cortando caña de azúcar, con machete en mano iniciaron la jornada, salieron a trabajar a las 4 de mañana. Después de quemado el cañaveral, se cortaba la caña para ser cargados por peones para trasladarlo al Central Azucarero para procesarla y elaborar sus derivados.

No había pasado un mes de la llegada cuando comenzaron a averiguar como hacían para tener su finca propia, se iniciaban algunos planes de la reforma agraria y se construían colonias agrícolas en este país de las oportunidades.

Del corte pasaron a la siembra, conocieron los secretos del cultivo desde la preparación del terreno hasta la surquería, el riego y la fertilización.

Trabajaron corrido durante dos zafras y enviaban religiosamente sus remesas de dinero para sus padres. José Francisco fue nombrado capataz de la Hacienda, se había enamorado de María Luisa, la hija de Don José Rafael. Simón Felipe fungía de asistente del Patrón.

Simón Felipe intercambiaba cartas de manera constante con su amada Juanita, mantenían una relación como en el principio. Las correspondencias eran escritas con emoción y pasión, Simón Felipe escribía sus cartas cuando la tarde caía, acostumbraba sentarse cerca de la acequia, debajo del cambural. Había solicitado a los Padres de Juanita su intención de contraer matrimonio. Una probabilidad es que Simón Felipe regresará para contraer nupcias, pero prevalecía la posibilidad de casarse por Poder o que Juanita viniera acompañada de la madre de José Francisco.

Amor a distancia

En unión de sus familiares Juanita acudió a la Iglesia Nuestra Señora de Candelaria en su pueblo natal el mismo día que Simón Felipe hacia lo propio junto a familiares y amigos en la Iglesia del Buen Consejo.

Con el canto del Ave María de fondo y ante el asombro de participantes que miraban unos a otros preguntando por la novia o por el novio, se realizó esta boda atípica, se casaron por poder.

No había pasado un mes y Juanita arribaba a La Guaira, al pisar tierra salió corriendo hacia Simón Felipe que la esperaba con los brazos abiertos, se abrazaron y besaron en pleno muelle ante la mirada perpleja de decenas de personas. La sorpresa se la llevo Juanita cuando Simón Felipe le dijo que tenían casa propia otorgada bajo el programa de Reforma Agraria. Aquella misma noche llegaron todos a la Parcela 4 ubicada en la Colonia Agrícola de Guayabita. Juanita y Simón Felipe iniciaban una luna de miel diferida. Ella trajo consigo todas las correspondencias de los últimos meses y su libro diario como testimonio de un amor a distancia.

Allí estaban reunidos familiares y amigos cercanos, disfrutaron hasta la media noche, cuando se retiraron a descansar. Juanita quería saber todas las vivencias de Simón Felipe en esta su nueva patria, y Simón Felipe no cesaba de preguntar por su gente y su terruño.

Al día siguiente acudieron a la Capilla de la Virgen del Carmen ubicada a un kilómetro de distancia. El sacerdote los esperaba y bendijo su unión matrimonial. Por la tarde María José tuvo que leerle a Simón Felipe su Diario de 27 meses de soledad donde las palabras del amor estaban llenas de romanticismo y de ilusiones. Diez meses después de aquel inicio de vida matrimonial ya había nacido el primer hijo de aquella familia de inmigrantes que forjaba su futuro en base al trabajo y al amor por la tierra.

Progreso y bienestar

La parcela adjudicada tenía seis hectáreas, la mitad se sembraría de caña de azúcar mediante el subsidio del Central Azucarero y el crédito otorgado incluía las semillas y los implementos agrícolas para sembrar el resto de las hectáreas. Antes que cantara el gallo ya Simón Felipe y Juanita estaban levantados, ella le llevaba el desayuno a donde estuviese, las labores del campo continuaban corrido hasta el mediodía. A esa hora, a Simón Felipe le gustaba comer un buen hervido de gallina con las verduras y las presas separadas del caldo. Después de la siesta obligada, venían las tareas de mantenimiento y preparación para la comercialización.

Simón Felipe progreso rápidamente, el esfuerzo del trabajo permitió una expansión hacia la comercialización de productos en los mercados de la capital, pronto conformó una flota de transporte y tuvo que pensar en alquilar y mas tarde comprar un galpón. Así como crecía la familia crecían los negocios. Todo cambio para aquella familia, sus hijos se integraron a la sociedad y se fundieron las nacionalidades. Los Inmigrantes se convirtieron en ciudadanos de respeto y admiración. Fueron buenos patrones y mejores amigos.

Que Dios bendiga el día que llegaron para quedarse entre nosotros.

Fin




Colección Personal
Dedicado a escribir ensayos, cuentos, memorias, biografías, relatos y crónicas.
Inversiones Copy Planet CA
0244 6638942



     LA COLECCIÓN:

1.     El Inmigrante
2.     El Soberbio Dragón
3.     La Casa de Dios
4.     Crónica Estudiantil

Turmero,  Febrero de 2011


DERECHO DE AUTOR


Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica.  Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición 




EL SOBERBIO DRAGON POR NESTOR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ







EL SOBERBIO DRAGÓN

DERECHO DE AUTOR

Esta obra se reserva el derecho de autor prescrito en la página http://sapi.gob.ve/?page_id=116 Este derecho nace con el acto de creación y no por el registro de la obra. Es el derecho que posee el autor sobre sus creaciones sean estas obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas o audiovisuales. Se considera Autor a la persona natural (persona física) que crea alguna obra literaria, artística o científica.  Se agradece a todos los lectores ceñirse a esta disposición 



DEDICATORIA:
A todos los integrantes de la FAMILIA RODRIGUEZ PACHECO y sus generaciones, descendientes del  Prócer.
Turmero, 22 de marzo de 2013
Néstor Germán Rodríguez


PROLOGO

Fascinado por el majestuoso pretérito de nuestro terruño, Néstor Germán Rodríguez, se inspira en la vida del General Francisco de Paula Alcántara Piñango y apoyándose en su experiencia indagatoria, nos revela interesantes episodios de un héroe de la independencia, que el destino vinculo a esta porción de la campiña aragüeña que se llama Turmero, ciudad de varias menciones a lo largo del trabajo.
Las hazañas bélicas del citado oficial, dan brillantez a sus servicios y razones para adjetivarlo como El Soberbio Dragón, titulo escogido por Rodríguez para bautizar su obra.
Alcántara Piñango fue protagonista de primer orden en la guerra de independencia. Su primer contacto con nuestro medio ocurrió en 1816, cuando acompaña a Mc Gregor y Soublette, en la  marcha desde Ocumare de la Costa hasta El Juncal. A llegar al Samán de Guere contabilizan veinte y nueve cadáveres del holocausto ordenado por el realista Chepito González, de prisioneros ordenados trasladados desde Caracas, inmolados bajo la fronda del milenario árbol. En 1821 es nombrado para el cargo de Comandante General de los Valles de Aragua, siendo Turmero el lugar escogido para vivir, vecindario donde el travieso cupido armado de sus atributos: arco y flechas de oro, hiere de amor su corazón, prendándose por culpa del niño alado, de las primas Trinidad Linares y Candelaria Valera, damas que le dan descendientes, que al pasar del correr de los años ejercen la Presidencia de la República.
El ameno trabajo de Rodríguez, es una recopilación de sucesos, desde los prolegómenos de la independencia a los acontecimientos previos y posteriores de la desintegración de la Gran Colombia, con referencia de personas que es su época grandes aportes a la vida nacional. El método utilizado por el autor, para entregarnos sus conocimientos, son dos diálogos fabulados entre Francisco de Paula Alcántara y su hijo Francisco Linares Alcántara. La primera reunión la concibe en la casa turmereña del descendiente, restos de este inmueble fueron derruidos en septiembre de año 2013, sin que nadie protestara, a pesar de las pruebas documentadas que avalaban su acervo histórico. El último encuentro del concilio familiar fue en La Victoria, en la residencia del Soberbio Dragón.

El libro que se presenta es una invitación a la buena lectura, para recordar lo importante de Turmero, a lo largo de su existir y la construción de sus hijos en el siglo XIX, en la construcción de este país que se llama Venezuela.

FRANCISCO RODRIGUEZ (PANCHO)


EL SOBERBIO DRAGON


       1. PADRE E HIJO

Era una mañana de finales de julio de 1847, cuando “el viejo Alcántara”, acompañado por dos soldados de su tropa llegó a la residencia de su hijo ubicada a dos cuadras de La Alameda en Turmero, en el cruce de la calle Candelaria con Comercio, tocó la aldaba de la puerta y de inmediato fue recibido por una criada, aquel hombre curtido por decenas de batallas caminó a paso lento pero firme por el zaguán de la casona, vestía de manera impecable con su uniforme de campaña, había cumplido con éxito una comisión especial en Güigüe muy a pesar de estar ya en el retiro para que garantizara a unos rebeldes deponer las armas por las buenas o por las fuerzas de ser necesario con un pequeño ejército que logro organizar, logrando, después de unos escarceos victoriosos la capitulación de otro foco en Magdaleno. Contaba ya con 69 años de edad. Su piel blanca con las arrugas de la madurez estaba parcialmente quemada por los rayos del sol en aquellos días de brega militar en el ocaso de su vida. Desgarbado pero con la altivez de un General de la Independencia inspiraba el debido respeto. Tenía el brazo izquierdo imposibilitado como consecuencia de los combates de la independencia. De pelo canoso y figura estilizada, se quitó la gorra, no portaba armas, se presento a visitar a su hijo Francisco de Paula, de igual nombre que El, que estaba en el patio del jardín en una mecedora de madera contemplando los primeros rayos solares. Al ver que su Padre se acercaba, se paró lentamente por la molestia  y se produjo el saludo de rigor. El hijo inclinó su cabeza por respeto y admiración y el Padre le puso su mano derecha en el hombro y le preguntó con voz pausada, por la herida. Dijo sentirse bastante bien y que pronto se reincorporaría  a las labores habituales en el cuartel de Turmero.

El hijo llevaba el apellido de su madre Trinidad Linares, una mujer de piel negra oriunda de aquella población de Turmero  quien  durante algunos años  estuvo íntimamente ligada al entonces Coronel Alcántara cuando este fue encargado  en 1821 como Comandante General de los Valles de Aragua por el propio Simón Bolívar.

Frente a frente,  Linares Alcántara aprovecha y le dice a su Padre que por favor le cuente  sobre su vida ya que desconoce mucho aquellos episodios y quisiera informarse. Alcántara sonríe y acepta que estos avatares de las guerra misma y el cumplimiento del deber ha impedido conversar sobre estas  y muchas cosas con su hijo. Te lo tendré que contar por partes le dijo,  porque la historia es larga y sonrió.

      2.  MI MAESTRO

-Sabes hijo mío que nací un 17 de abril de 1778 en  la ciudad de Santiago de León de Caracas, tus abuelos fueron Joseph Timoteo  Alcántara y Ramona Antonia  Piñango, ambos españoles provenientes de  Extremadura en España. Fui bautizado en Caracas, estos se efectuaban los fines de semana en la Catedral. La religión oficial era la católica y de niño era habitual nuestra visita a las iglesias, a mi me gustaba ir a la Iglesia de San Francisco. Mi Padre, que era un modesto funcionario público , me contaba que en ese tiempo Caracas había quedado convertida por disposición del Rey don Carlos III, en la sede de la Capitanía General de Venezuela, creada con jurisdicción sobre las provincias de Venezuela; Cumaná, Guayana, Maracaibo y las islas de Trinidad y de Margarita. Tales provincias, por esa nueva forma de gobierno político, fueron separadas del Virreinato de Santa Fe de Bogotá. Caracas tenía, aproximadamente, cuarenta mil habitantes y daba muestras de progreso. Música, literatura, festividades religiosas y oficiales, mucha actividad  comercial, teatro, vida universitaria, nuevas construcciones, servicios públicos, etc. Te digo hijo que también tuve que averiguar con familiares y amigo sobre la realidad de aquella época. Mis Padres eran de una familia muy sencilla  donde había lo necesario pero no éramos acaudalados ni mucho menos, me dieron la  educación básica de la época, en la propia casa de Simón Rodríguez aprendí a leer y escribir,  además de otras materias, ese gran hombre me inculcó las buenas costumbres y algo muy importante, el amor por la libertad. De niño jugaba lo que otros niños hacían, bolitas, volantín y emboque, entre otros. Luego estudie en la Escuela Pública donde compartí con muchos jóvenes. También recibí lecciones del sabio capuchino Fray Francisco de Andújar quien nos enseñaba matemáticas, tuve la oportunidad de conocer allí a Simoncito, como le decíamos cariñosamente los mayores que El, compartimos algunas actividades y teníamos mucha empatía. El sufrió mucho con la muerte prematura de sus padres, esto le cambió el rumbo de su vida. 

     3. VIENTOS DE CAMBIO

-En Caracas hubo celebración en homenaje al nuevo rey de España, Carlos IV, que acababa de ascender al trono. A Caracas llegaban las noticias sobre la revolución que estaba ocurriendo en Francia.
En ese momento interrumpen para servirles un cafecito negro, después del primer sorbo, el Padre continúa su recuento y dice: -Recuerdo mucho a la Caracas de entonces, era una ciudad apacible, de buena actividad comercial, bien planificada,  la gente caminaba por las calles, íbamos a las plazas para las retretas musicales y otros actos, el caballo era el vehículo obligado, siempre la panorámica del cerro de El Ávila fue imponente, el clima agradable. Mis padres me llevaban al Teatro y me gustaba mucho el paseo hacia la Sabana de la Trinidad. Caracas iba creciendo en importancia económica, social y política. 

-En aquella época, en 1795 si mal no recuerdo, tendría entonces 17 años, comenzamos a tomar conciencia de la situación política, se sucedieron muchos hechos que  llamaron la atención. Ya habíamos comenzado a leer “El Contrato Social” de Juan Jacobo Rousseau; pero en los “Derechos del Hombre”, que circulo luego casi de manera clandestina, se hablaba de la libertad, la propiedad y la resistencia a la dominación, eso nos abrió los ojos. A muchos entusiasmó aquello de la libertad de prensa, de opinión y de consciencia, así como que un Estado debe garantizar los derechos humanos y la división de poderes. Este fue un tema que compartimos los jóvenes de la época. Igual recuerdo con tristeza lo vivido cuando la viruela azotaba a la población, fueron semanas de angustia. Después de cierta dificultad económica a finales de siglo recuerdo que hubo una apertura hacia otros mercados y se retomo el progreso, no las vimos difíciles. Supe que Simón se había ido a España a estudiar, tu sabes los Bolívar tenían holgura económica, Simón ya era un muchacho  de  16 años. Ya se rumoraba en aquel entonces sobre la figura legendaria de Francisco de Miranda.

    4.INFLUENCIA EUROPEA

Alcántara, tomo aire cuando comenzó a hablar de esto y le dijo: -Acá se comenzaron a organizar las logias masónicas y las ideas de "libertad, igualdad y fraternidad' cobraron fuerza cuando unos prisioneros políticos españoles llegaron a La Guaira, habían sido declarados enemigos de la monarquía, eran masones, algo nuevo para nosotros, una organización secreta no religiosa. Estos españoles entraron en contacto con José María España, Manuel Gual y Simón Rodríguez quienes lideraron estos movimientos en Venezuela. Se decía que con la ayuda de estos últimos, los españoles que estaban en el Castillo de San Carlos, lograron fugarse a la isla francesa de Guadalupe. Allí imprimieron una traducción al castellano de los "Derechos del Hombre y del Ciudadano". Editaron otros libros y los difundieron.

-La siembra ideológica de los masones españoles y especialmente sus prédicas encendieron el espíritu revolucionario de España, Gual y Simón Rodríguez. Las sociedades secretas  proliferaron con objetivos claramente  políticos y con gran influencia.

-Convencidos de que había llegado el momento de asestar un golpe a la monarquía española y liberar a Venezuela, organizaron un movimiento revolucionario formado por abogados, eclesiásticos, comerciantes, agricultores, artesanos y hasta militares. Deseaban nada menos que la implantación del régimen republicano e independiente en Venezuela. Los jóvenes de la época nos informamos y comenzó a crearnos conciencia de donde estábamos parados. Fueron denunciados y se aborto el movimiento. Seguramente has escuchado que José María España, fue ejecutado en la Plaza Mayor de La Guaira, fue ahorcado públicamente y después descuartizado. A Gual, que vivía refugiado en Trinidad, unos agentes especiales españoles lo asesinaron. Simón Rodríguez logro huir en un buque norteamericano al extranjero. Lamentablemente esa insurgencia no fue apoyada por la aristocracia mantuana de Caracas y La Guaira, y fracaso.

-Mira hijo, tanto en Caracas como en La Guaira, secretamente continuaron reuniéndose grupos de patriotas, para hablar sobre el heroico sacrificio de los conspiradores y sobre la necesidad de independizar a Venezuela. Allí comenzó mi participación, ya tenía más de 20 años.

En ese momento los llamaron al desayuno y juntos caminaron hasta la mesa rectangular  ubicada en el otro lateral del pasillo, prefirieron comer al aire libre con vista al jardín, al frente donde estaba ubicado un mesón, se colocaban unas frutas y los pájaros bajaban a comer.  El Padre dijo,- ¿Que te ha parecido el relato, satisface tu curiosidad?   -Gracias Padre, dijo el hijo, me ha gustado mucho. Ya sé de donde viene nuestro espíritu libertario. -Ten calma hijo, respondió el Padre, todavía no hemos llegado a los aspectos militares.

En el desayuno hablaron de otros temas, de la Negra Trinidad, de  las fiestas del pueblo y de los asuntos personales. Como a las nueve de la mañana se termino la visita.

    5. PRELUDIO

Francisco de Paula Alcántara llegó muy temprano al día siguiente a seguir la conversación con su hijo, esta vez fueron a la sala privada de la casa, habían dos butacas esperándolos, una junto a la otra, después del intercambio de saludos  y que el Padre le preguntara como estaban las relaciones con Ramón (Su hijo Abogado), el huésped respondió afirmativamente, que todo marchaba bien, y que las relaciones eran excelentes.
El Padre sin mayor preámbulo, continúo el relato diciendo: -En 1800 todo fue convulsivo, dijo el Padre. La situación política en Europa y el desgaste de las relaciones con la Madre Patria, se unieron con la efervescencia de los cambios. Conocí en las reuniones a un estudiante de derecho quien venía de las montañas andinas, se trataba de Luis María Rivas Dávila que encendió en mí el sentido de la lucha civilista. Hice unos esfuerzos por la vida universitaria, pero entre ayudar a mis Padres y la actividad política se me iba el tiempo.  En las cinco parroquias: de Caracas, bien en las Catedral, Santa Rosalia, San Pablo, La Candelaria o Altagracia,  se reunian grupos, incluso aprovechando las tertulias.


-Simón Bolívar regresa de España  en el 1802 ya casado y con ideas claras, sostuvimos algunos encuentros y estaba al tanto de todo; pero él se dedico más a la hacienda en San Mateo. En 1803 muere su esposa María Teresa y se queda viudo. Mientras se debilitaban  los  lazos que nos unían a la madre España, se encendían  los espíritus y se acrecentaban los odios.
-En 1804, cuando tenía 26 años, me casé en Caracas con Concepción Millón, la madre de Ramón, el abogado, que ya conoces. De  Manuel, militar como tú, haz escuchado hablar. José Tomás, debido a las privaciones de la guerra enfermó y tristemente perdió la razón, este sigue siendo un caso trágico.  A tu hermano José Gregorio Varela, militar también, lo conoces mejor que yo porque prácticamente se han criado juntos.

-Para aquella época la viruela azotaba a la población de Caracas, hasta que llego la vacuna, este hecho se celebró por todo lo alto, incluso Andrés Bello escribió la "Oda a la Vacuna", dedicada al Rey Carlos IV de Borbón. Para estos actos especiales nos vestíamos con casaca y todo.
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-En 1805 Don Simón Rodríguez publica sus ideas pedagógicas al sistema educativo, hace unas críticas; pero también propone una reforma en temas como la admisión, la pensión, el horario, los recreos, los exámenes, la formación religiosa, que recuerde dentro de varios aspectos.

En ese momento le sirven el desayuno, ese día fueron unas arepas directas del budare, mas unos platos con carne y caraotas negras, además de queso blanco, acompañaron con una jarra de jugo de naranja, leche y café negro. Esto prácticamente no interrumpió la conversación y continuó en la mesa:
-Debo comentarte que en 1806 se produce el desembarco naval en Ocumare de La Costa  de las tres goletas encabezada por el Leander; las fuerzas españolas vencen a los independentistas; mas tarde Francisco de Miranda desembarca en la Vela de Coro, el hombre insistía y nosotros nos enterábamos por los comentarios oficiales. Al año siguiente, el gobierno quiere atrapar como sea a Miranda y estaba dispuesta a pagar recompensa por su captura, hasta queman sus proclamas y la bandera en presencia del pueblo. La bandera creada por los insurrectos era de cuatro colores en franjas horizontales: 'blanca, azul, amarilla y roja.

-Al siguiente año ya nos enterábamos por la Gaceta de Caracas que era el órgano oficial para difundir las ideas de la Corona. Aquello fue un acontecimiento, pero significaba también el control de la información.

-Para 1807 Bolívar regresa nuevamente a Venezuela.  Los contactos continuaron y las reuniones se hacían  con regularidad.

-En 1808, se produce la conspiración de los mantuanos, este fue un movimiento del sector económico-social más poderoso de la ciudad, dicho movimiento pretendía constituir una Junta de Gobierno que rigiese los destinos de la Capitanía General de Venezuela, esto  a raíz de la invasión de España por Napoleón.  También el control de las importaciones tenía disgustado  e este sector.

Simón y Juan Vicente Bolívar estaban metidos en esa conspiración, contra el gobierno colonial. Simón  predicaba  las transformaciones que ocurrían en Europa y consideraba que era el momento ideal para la separación definitiva  de la Corona y por ello había que pensar en estructurar  una  Junta  de Gobierno,    consagró  todos  sus  esfuerzos  en  favor  de  la  constitución  de  la  Junta,  pero  había cierto disentimiento. En esto lo apoyaban especialmente su  tío José Félix Ribas y don Pedro Palacios, trataron de convencer a aquellas mentalidades que estaban dudosas y las discusiones llegaron a veces a ser violentas. Tantos retardos favorecieron a la monarquía, el Gobierno que hasta el momento había sido complaciente o se hiciera el de la vista gorda, reaccionó procediendo a detener e interrogar a los más importantes. Bolívar se salva de broma por no haber firmado el documento, aparte de que  el Capitán General Emparan, quien  le  tenía  estima por  conocerlo gracias a la presentación de Fernando Toro, le guardó alguna consideración. Esta fue una etapa de confusiones y frustraciones, hasta presos hubo, aunque al año siguiente los dejaron libres. Bolívar incluso se retira y no participa en la gesta del 19 de abril. Yo seguí en la lucha y continuamos en contacto a pesar de las persecuciones.

-Bueno hijo, pero eso será para otro día porque hay que cumplir con las tareas encomendadas, aunque te diré. ya yo he cumplido, solo espero por la orden superior para trasladarme a la tranquilidad del campo a seguir laborando la tierra.  

Pasaron desde ese día unos cuantos mas, el hijo ya sano de su herida, se vio obligado a visitar al Padre, deseaba continuar escuchando la historia y no podía quedarse por la mitad, faltaba la etapa de la guerra de independencia y esto era muy importante, aunque estaba parcialmente enterado no era lo mismo escucharla del propio protagonista. A eso de las once de la mañana, después de pasar muy temprano por San Mateo, ingreso a la hacienda donde su Padre pasaba los días postreros a su larga trayectoria. A doscientos metros del camino real y antes de entrar a La Victoria, el Teniente Francisco Linares Alcántara llegó con un pequeño pelotón, habían ido a una reunión militar que se efectuaría en horas de la tarde.

El Padre lo recibe vestido de capataz, lo encuentra en plena faena agrícola, era un hombre incansable a pesar de la edad y del desgaste físico de cuarenta años de lucha por la geografía nacional, colombiana e islas caribeñas. Después de desmontar lo abraza y lo agarra por el brazo y se dirigen a aquella amplia casa de campo. Respiraban el aire puro de los valles de Aragua, se sentaron en una mesa ubicada en el pasillo, conversaron sobre la situación actual y luego fueron al grano.

    6. GESTA LIBERTARIA

-Voy a tener que resumirte dijo sonriente,  porque la historia es larga, aquel viejo no perdía el humor a pesar de la seriedad y respeto con que se le conocía. Siempre fue un hombre cariñoso, humanitario y de buen trato. -Tú debes saber lo que pasó el 19 de abril de 1810 dijo, todo venía gestándose en las reuniones casi a diarias que se hacían, Caracas estaba convulsionada en los primeros días del mes. Las casas de los protagonistas se transformaron en centros de conspiración, se reunían porque todos teníamos aspiraciones de vivir en una nación libre y soberana. Por las demás provincias ya había cierta organización y muchos voluntarios, a esto se le llamaron la conspiración de la Casa de la Misericordia que era el sitio donde tenía su sede el cuartel de los Granaderos de Aragua, mandado por el Marqués del Toro. Recuerdo que el día 18 nos reunimos jóvenes y hombres maduros quienes formamos,  una  tropa  voluntaria,  a  espaldas  del Capitán General  y  que  llamamos  Campo  Volante.  Allí  estaban Juan Vicente Bolívar, los Montilla, José Leandro Palacios,  Marcos  Vetancourt,  Paz  Castillo,  etc.  Por instrucciones de Don Manuel Díaz Casado me dieron la  comisión  de convocar a José Félix Ribas y a Juan Domingo Fernández, para la reunión que iban a efectuar en las primeras horas del amanecer del jueves santo 19 de abril.

-El  19  de  abril estábamos todos allí frente al Cabildo y acompañé al Padre José Félix Blanco hasta la iglesia de la Merced a buscar al Canónigo José Cortés Madariaga, que estaba en el altozano de la iglesia, prácticamente me tuve que hacer cargo de la  escolta y custodia del Padre Madariaga. Por estas actuaciones luego fui el primer venezolano  en recibir la condecoración “Heroico Patriotismo” otorgada por las autoridades.

      7. CARRERA MILITAR

-Los sucesos se efectuaron según lo planeado  y como todos conocemos, para mí fue exitosa la jornada. Cumplido  su cometido, sin instrucción militar previa, me puse a  las órdenes de Miguel Ustáriz quien comandaba  tropas en  la Plaza de Armas y quien  manifestara  no  obedecería  otras  órdenes  que  las  emanadas  de  la Junta Conservadora. Mis Padres estaban preocupados por mis actuaciones públicas, sin embargo nunca obstaculizaron mis propósitos. Me entregue por entero a la carrera militar, abandone hasta mi hogar, me inicié como soldado en el Escuadrón Montado de Guardias Nacionales; luego el mismo escuadrón  cuna de Los Dragones, me elige Subteniente, pero sabes hijo, para conseguir los ascensos  en la jerarquía militar la cosa no era fácil, como siempre las influencias se imponían.

-Por eso me vi obligado a pedirle al comandante una certificación de mis servicios. La respuesta escrita fue está, se levantó de la silla y buscó una valija donde guardaba papeles de importancia y me hizo leer, decía así:

“El  ciudadano Comandante  del Escuadrón  de Guardias Nacionales montados  e  infantería  de esta Capital. Certifica que el ciudadano Francisco Alcántara uno de los individuos del Cuerpo de mi mando ha asistido diariamente y sin  interrupción al servicio que ha estado haciendo dicho cuerpo con motivo de  las  novedades  e  insurrecciones  descubiertas  en  esta  capital  y  en  la  de  la Ciudad  de Valencia, montando guardia, haciendo  rondas,  ejercicios doctrinales y  emplazando para  el mismo  servicio  a otros individuos; en términos que su infatigable celo y aplicación lo hicieron acreedor a que por voto general  del  cuerpo  obtuvo  el  empleo  de  Subteniente  de  manera  que  es  ocupación  de  primera necesidad y de atención en semejantes circunstancias  le  impedían poder atender a ninguna otra sin perjuicio grave de la seguridad pública. Y para que conste, a pedimento verbal doy éste en Caracas a 14 de octubre de 1811. Primero de nuestra Independencia absoluta". Martín Tovar Ponte”.

      8. BATALLA TRAS BATALLA

-Te advierto que son tantos hechos que de repente me confunda de fechas.

-Recuerdo mucho mi participación cuando nos enviaron para reforzar al General Rodríguez del Toro en Maracay en  julio  de  1811  y  tomó  contacto  con  el  puesto  avanzado  en La Cabrera,  donde algunas de sus patrullas fueron abatidas, entonces el Poder Ejecutivo lo reemplaza con  el  General Francisco  de Miranda. A los días capturamos Guácara, luego fuimos por Valencia, hay que reconocer  que teníamos muchas fallas en el combate, estos duraban varios días y hasta semanas, morían muchos compatriotas y la lista de heridos era de centenas. Yo daba todo lo que podía en cada combate, muchas veces la suerte nos acompañaba, en medio de aquellos avatares alcance  el  grado  de Capitán Ayudante Mayor. El Padre hace una pausa y mira hacia el horizonte, medita unos segundos y continúa. Luego de la capitulación de Miranda me fui a La Guaira donde estaba Simón Bolívar, viví lo que se llamó la “noche de los bochinches” cuando fue apresado Miranda, no respetaron para nada los acuerdos de la capitulación, de ese hecho se  tejieron muchos comentarios, sobre todo por la presencia de Bolívar cuando lo apresaron, a mi juicio allí engañaron a Bolívar haciéndole creer que Miranda había negociado con la corona. Lo cierto es que logré escapar a las Antillas Holandesas, mas tarde pasé  a la Nueva Granada. Bolívar busco ayuda financiera para invadir Venezuela. Estuve en la campaña  del Magdalena  y  luego en  Santa  Fe  y  en Cúcuta, e ingresé  a Venezuela en la Campaña Admirable, esto fue toda una odisea, allí me reencontré a Rivas Dávila. Como te darás cuenta hijo, no salíamos de una para entrar en otra, me gradué de militar en el campo de batalla, con todos los riesgos y sacrificios, no era fácil. Mis ascensos me los gane a punta de pólvora y riesgos.

-Aún recuerdo el recibimiento en Mérida, fue apoteósico, yo estaba presente junto a Rivas Dávila, de allí pasamos a Trujillo donde Simón Bolívar firma el famoso Decreto de Guerra a Muerte que asustó a los enemigos y se difundió por toda Venezuela. Recuerdo ese día, nos llamó a todos y en voz alta se leyó el decreto, esto nos emocionó y comprendimos la magnitud de la gesta. Se produjo luego la batalla de Agua de Obispos con José Félix y Atanasio Girardot comandando las divisiones, mucha sangre se derramó, veíamos como nuestros soldados y compatriotas caían a nuestro lado, te imaginarás la fuerza moral y libertaria que debíamos tener. Igual pasó en Niquitao y en Los Horcones, tuvimos que batirnos muy duro. Para ese entonces ya habíamos mejorado mucho en estrategias y tácticas de guerra, que unido al coraje nos daba cierta ventaja, estábamos defendiendo lo nuestro.

En ese momento el General Alcántara se para de la silla y llama a la señora de la cocina y le dice que cuando esté listo el sancocho que le avise, porque estos hombres tienen hambre y partirán a la una de la tarde hasta el Cuartel de La Victoria. El hijo le dice al Padre que dado lo interesante del relato, que si podía pernoctar esta noche acá para salir mañana temprano hacia Turmero. El viejo le responde, -Claro hijo, no faltaba más, para mí es un placer, yo te lo dije, la historia es larga, Mira que participe en mas de 40 combates campales y en más de 300 escaramuzas parciales.

        9. HUELLAS

-Bueno sigo, de los Andes nos vinimos hacia San Carlos, Tinaquillo y Los Taguanes. Pasamos por Valencia y estando acá en La Victoria en plena Campaña Admirable, estábamos a principios de agosto de 1813, cuando se recibe la propuesta de Capitulación por una comisión  de realistas que vino expresamente a eso. Se firma y nos vamos a Caracas. Bolívar escribe al Presidente de Colombia anunciándole que la guerra ha terminado y que Venezuela es nuevamente libre. Hijo, el recibimiento en Caracas fue caluroso, la gente salió a las calles, era una fiesta popular, nos aplaudían y lanzaban gritos de libertad. No te miento, celebramos con la familia, vecinos y amigos. Me reuní con la familia, mi esposa me pidió que me quedara con ellos, pero no podía, estaba comprometido con la independencia. Esto duro unos pocos días porque la guerra continuaba, tuvimos que viajar a Puerto Cabello para enfrentar a Monteverde que amenazaba con regresar. Allá en Trincheras (Bárbula) perdimos a Atanasio Girardot, fue un gran dolor. Nos tocó a los  Dragones trasladar el  corazón  de  Girardot  hasta  la  Catedral  de  Caracas.

-Estuve presente en el acto de la proclamación de Bolívar como Libertador de Venezuela. Pero la intensificación de la guerra en el Occidente y el nacimiento en los llanos de uno de  los más  terribles  peligros  que  haya  amenazado  a  la  República  obligan  a  nuevas  operaciones militares.  Nos ponen a la orden de Rafael Urdaneta, en Barquisimeto  y batimos a los realistas. A Simón Bolívar le gusto mucho mi accionar con la caballeriza. Asediado por los realistas en Caracas, los Dragones llegamos a tiempo para permitir la retirada de Bolívar sin mayores contratiempos. No sé si cometí un error cuando me ofrecí después de esa derrota de la infantería por problemas de mando, para ocupar una vacante de Teniente y el accedió para mi sorpresa.

-Luego, estando en San Carlos me dio Simón la misión de Camoruco que cumplí, pero resulte herido y tuve que pasar por las manos del cirujano; sin estar dado de alta fui a un escarceo en Vigirima.  Los Dragones formamos la guardia personal de Bolívar. Urdaneta  al frente de la primera línea se batió fuerte en aquellos territorios centro occidentales, nosotros, los del Escuadrón de los Dragones, estábamos directamente al mando de Bolívar e hicimos algunos apoyos puntuales como la toma de artillería y enfrentando a la caballería, allí la vencimos e hicimos que huyeran. Bolívar nos premió con el título de “Soberbios Dragones”. Todo lo que te he contado pasó en el año 1813, que fue clave para los acontecimientos por venir. –Bueno, ahora a almorzar, seguimos a la tarde, dijo Alcántara.

      10. LA MUERTE

A la una en punto, el Teniente Linares Alcántara siguió rumbo a La Victoria para cumplir con la cita. El viejo Alcántara hizo el reposo del guerrero antes de reiniciar la faena en horas de la tarde. Antes del anochecer  llegó nuevamente su hijo Francisco de Paula, quien aprovechó para ponerse cómodo después de una ducha. Estaba disfrutando de la compañía de su Padre con quien había compartido poco por múltiples razones.

El hombre de mil batallas siguió con voz pausada aquel relato oral  y conciso diciendo:
-Como  te decía ese Batallón de  los Dragones era muy apreciado por Bolívar, lo malo que sucedía era la cantidad de muertos, nos acostumbramos a verlos y hasta convivir con ellos, te juro que las guerras en general son negativas y frustrantes. Recuerdo que marchamos con Urdaneta hasta Guanare, este me nombró su edecán. De allí nos fuimos a Coro pero las cosas se pusieron feas y regresamos con urgencia pero tardíamente, perdimos el control de Barinas. No recompusimos en Barquisimeto y marchamos hacia Barinas, en medio del camino un soldado derrotado en Barinas nos confirmó lo sucedido, me enviaron entonces a hacer un reconocimiento con mis dragones pero fuimos arrollados y me salve de casualidad, fui prácticamente rescatado, el caballo me había caído encima y tuvieron que entablillarme el brazo fracturado. Así continué y lograron mis compañeros abatir a nuestros enemigos cerca de Ospino. Fíjate hijo que la población sufre tanto que marchaban con las tropas para protegerse, esto se convertía en otro problema por la logística.

-Yo me quedé con Urdaneta en Barquisimeto y otros Dragones fueron a apoyar a Bolívar. La mayoría de nuestros hombres tuvieron que ir a la vía de Carora a frenar a los realistas, y esto permitió que perdiéramos Barquisimeto por lo que tuvimos que irnos a San Carlos. Nunca antes estuve tan cerca de la muerte, diría que viví durante muchos días al filo de la navaja, fue toda una agonía, no terminábamos una cuando entrabamos en otra. En ese momento a este glorioso General de los Ejércitos Libertarios, se le apagó la voz  y bajo la cabeza de manera reflexiva.

Su hijo, con el ceño fruncido por lo triste de lo que son las guerras, permaneció en silencio y espero la recuperación de su Padre. Este respiró profundo y continuo el relato.

-Con apenas cien hombres llegamos a San Carlos, con todo y eso combatimos  durante  más  de  ocho  días  con pérdida de oficiales y soldados; finalmente tomamos la decisión de abandonar  la  ciudad  y  en  ella  a  los  enfermos,  heridos  y  a  los  acompañantes.  No había otra decisión, era la peor pero no teníamos alternativa. Llegamos a Valencia un puñado de patriotas. Supimos que las tropas realistas degollaron a los heridos y a quien se les ocurría. En Valencia  resistimos hasta recibir el auxilio de Santiago Mariño. Allí como premio fuimos autorizados  a  usar  un  escudo  de  honor  sobre  el  brazo  izquierdo  y  que  sería  uno  de  los  once  que ganaría en mi vida militar.

-Con tristeza recibí la noticia de la desaparición del Coronel Rivas Dávila el 12 de febrero de 1814 en La Victoria, tremenda perdida, era el Comandante del bravo Batallón de los Dragones al que pertenecía; pero mas, un amigo.  Seguí acompañando  a Urdaneta en las operaciones previas y en la batalla del Arao, de donde pudimos escapar. Sigue luego la primera Batalla de Carabobo y en la noche con  arma  en mano, monté  guardia mientras  todos extenuados dormían. Al día siguiente obtenemos una victoria. Luego hicimos persecución a los realistas.

      11. ENJUICIADO

Ya se habían tomado dos vasos de  jugo de naranja de una jarra que colocaron en la mesa, también se comieron unos bocadillos.
Como a las siete y media de la noche se escuchaba el sonido musical del arpa criolla de un trabajador que cantaba  en voz baja en un lugar alejado del sitio de reunión.

El General Alcántara era persistente en su relato, tenía sumo interés en que su hijo conociera su vida y esto le emocionaba.

-Estando en Valencia, nos informan que perdimos Caracas y Urdaneta  emprende  su memorable retirada a Occidente y llegamos a Cúcuta por la vía de San Cristóbal. Desde aquella ciudad informó  al Gobierno  de  Tunja  su  llegada  y  puso  a  las  órdenes  de  éste  sus  veteranas  tropas.  En Pamplona nos reunimos  con Bolívar. Allí estaba  como  el Mayor General  en  los Dragones. Hago  todas  las  campañas  y  el Congreso  de  Tunja  me  nombra  Comandante  del  Escuadrón  Soberbios  Dragones.  Acá se me presenta tremendo problema, marchaba  llevando  de  custodia unos cuarenta prisioneros y hubo de  fusilar a 16 de ellos y me enjuiciaron. Yo aduje como única razón del hecho el que los prisioneros estaban cansados, la otra opción era dejarlos libres y seguro se unirían a los adversarios. Mis argumentos se enfrentaron a unas posiciones muy cerradas de los superiores, incluyendo a Bolívar. Lo importante es que salí absuelto y de Comandante me degradaron al grado de Mayor.

        12. LA EXPEDICION

-Mas tarde, estando en Cartagena,  pude escapar al ser tomada por los realistas e irme a Haiti. Con Bolívar presente se dilucido la Jefatura Suprema, como siempre fui leal a Bolívar. Embarcamos en la llamada Expedición de Los Cayos hacia Margarita,  venía como sargento mayor de los Dragones cuyo primer escuadrón lo comandaría Teodoro Figueredo y sería la Guardia de Honor. Hicimos enfrentamientos marítimos para lo cual no teníamos experiencia. Acompañamos a Bolívar, eso fue en mayo de 1816, ya tenía 38 años y luchábamos hace seis años en forma permanente. De Margarita pasamos a Carupano.

-Cumplí una misión, el 13 de junio  de 1816 me envió sobre San José y desde Cruz Grande al mando de unos cien hombres.  Los  españoles  retrocedieron  hacia Arao  y  lamentablemente  envié un avanzada sobre Cariaquito, eran unos 20 hombres de a caballo, que en la  noche  por  agotamiento  descuidaron  las  guardias  y  se  dejaron  prender  por  los  realistas  quienes  se apoderaron de quince caballos del sorprendido puesto. Al amanecer, nuestra  infantería derrotó a su vez a los  españoles,  recuperando  el  material  y  ganado  perdido  y  procedimos contra  los responsables del descuido. Esta acción  fue manipulada haciéndola ver como una derrota.

-Estuve en la expedición de Ocumare con Gregor Mac Gregor, cuando desde Choroní decidimos  no enfrentarnos en Ocumare a los enemigos después que Bolívar fue obligado a regresar por mar a Bonaire, quedándonos unos cuantos desamparados y por estar en tales desventajas, siendo Teniente Coronel me confía Mac Gregor el mando de vanguardia y entonces nos fuimos por los Valles de Aragua y Guárico hasta  Oriente, peleamos en Onoto, Quebrada Honda y en la Batalla de Los Alacranes, hasta reunirnos con los caudillos de oriente. En la batalla de El  Juncal caigo del caballo alcanzado por una bala enemiga, otra vez de reposo obligado.

-Más o menos curado, sigo  en  las  fuerzas  de  Piar  en  las  cuales  los Dragones  éramos  la  guardia  del General. En  diciembre  de  1816,  tengo  un  problema  personal  con  el  Teniente  Coronel Manuel Matos, edecán de Piar debido a opiniones distintas sobre la Jefatura Suprema. Me detienen. El  día  19, recuerdo muy bien,  ya  en  libertad  con todo el Escuadrón de Dragones me uní al ejército del General Arismendi.

-Me reúno con Bolívar en Margarita y vamos a Guayana, donde tomo parte del asalto de  la ciudad, debido a mis méritos y  servicios como Comandante de los "Soberbios Dragones" me asciende Bolívar a Coronel, esto fue  a finales de diciembre de 1816.

    13. DESILUSION

Al continuar el relato y dispuesto a terminarlo, explicó: -Siendo miembro del Estado Mayor de Bolívar en los enfrentamientos en Guárico. En el sitio de La Puerta me salve de casualidad,  pude  incorporarme  por  los  alrededores  de San  Juan  de  los Morros al pelotón. Fui nuevamente a Angostura con Bolívar y pasamos al Arauca. La familia no contaba para nada, guerra es guerra. Era una persona de confianza, me daban comisiones de representación, ya era un experimentado y leal guerrero de cuarenta años de edad.

-Fui enviado a Bogotá a comandar al batallón Bogotá, allí tuve encontronazos con el General Santander quien se convirtió en un crítico permanente a mis actuaciones y de mis hombres, todo por mi fidelidad a Simón, no hay dudas. Hablaba mal de los desertores de mi compañía y de problemas administrativos. Llegó a decir que se robaban los fusiles y no sabía nada. Cuando hablaba de mí lo hacía de manera despectiva. Lo de Santander lo pasé, pero lo que me desilusionó, aunque lo comprendí por las convenientes relaciones, fueron las apreciaciones de Bolívar, esto fue en agosto de 1820, cuando  acepta y hasta alaba la crítica y me dice “insoportable por sus chismes”. Allí comprendí que el poder enferma y que las conveniencias están por encima de la lealtad, incluso. Lo cierto fue que después me hicieron críticas más moderadas y se dieron cuenta  que mis criterios los exponía no los escondía. Ellos no se daban cuenta que la deserción era hasta comprensible, se trataba de reclutas que tenían que abandonar todo para irse a los campos de batalla, lejos muchas veces de su terruño y no todos estaban dispuestos a hacerlo. La pena de muerte no era suficiente porque siempre existiría cierto descontento por alguna falla, bien de aprovisionamiento de enseres, por la comida, armamento y logística. Esta  situación  ocasionó  mi distanciamiento con la conducción política del General Bolívar aunque reconozco era una persona genial.

          14. DE CARABOBO A ARAGUA

-Desde finales de 1819 me había encargado  el mismo Bolívar al mando del batallón 1º de Línea de Nueva Granada, de Cúcuta fui a Mérida, estaba un poco enfermo. Pasé a Barinas dentro del Estado Mayor; pero quebrantado no podía cumplir las comisiones dadas. Bolívar hubo de sustituirme en la entrega del armisticio  en  el Sur. 
-Posteriormente me incorporo a la marcha hacia el centro como Ayudante General de la División de Manuel Cedeño, para escenificar la Gran Batalla en Carabobo.  Asisto a la reunión desde la altura de Buena Vista  donde se planifica la Batalla de Carabobo, Bolívar toma la decisión de sujetar  a  los  realistas por  el  frente y  envolverlos por  su derecha.  Cedeño, al frente de la segunda división comanda al Tiradores a donde yo pertenecía, recuerdo que  penetramos en la llanura con una compañía del Tiradores actuando en apoyo. Recuerdo también, pero con tristeza, como aquel día Cedeño cae sobre las líneas del Batallón Valencey que era temido por nosotros. Después de obtener la victoria, estando  al mando de  la División, envié  un oficio a Bolívar, dándole cuenta de haber recibido al ejército realista preso en Carabobo.

-En junio de 1821, cuando Bolívar regresaba a Caracas, me encargan de la Comandancia General de los Valles de Aragua, autorizado para organizar el gobierno civil de ellos: para velar sobre la administración de los secuestros, y sobre  los muchos almacenes e  intereses del estado que hay en ellos: para establecer  la posta en  la dirección  de Caracas  a  esa  ciudad,  y  a  los  llanos  por Villa  de Cura.  Se instala la sede de la Comandancia en Turmero. Tú sabes hijo, yo soy y fui un militar, nunca me dedique a los aspectos políticos.

-Dedique buena parte del tiempo   a luchar  contra  el  bandido  Dionisio Cisneros  que  decía  tener  del  rey  el grado  de  Coronel  y  quien  era un tipo muy habilidoso , vivo y apoyado por debajo de cuerda..

-Aquel año 1821 se aprueba la Constitución de Cúcuta que regiría a la Gran Colombia, Bolívar Presidente y Santander Vicepresidente. Esto siempre creo resistencia y se creó un movimiento para crear un ambiente de separación llamado la “Cosiata”, liderado por José Antonio Páez.

         15. PERSECUSIÓN

-En 1825  tu naces, tuve una hermosa relación con Trinidad tu Madre desde 1822, eso no puedo negarlo. Hay que comprender que tenía el poder en mis manos, que aquello era una ventaja. Era una persona por demás admirada y respetada por la trayectoria de guerrero al lado de los héroes de la independencia. Igual nació José Gregorio, tu hermano paterno. A Ramón Alcántara, mi hijo legitimo, ya lo conoces. Manuel y  José Tomás, fueron tus otros hermanos.

-Procedió el general Páez a dejarme  cesante a mí y a otros quienes  podrían  significarle  oposición  a  sus  planes  contra  el  gobierno  central.  Me mantuve callado y siempre disciplinado durante mucho tiempo para evitar complicaciones; no obstante ello fui puesto preso y acusado de flaqueza en la persecución de un sedicioso para mi protegido por Páez, de esto no me cabía la menor duda. Sometido al Consejo de Guerra y después de una defensa impecable basada en mi trayectoria militar y ciudadana, me declaran libre  y reponen en el cargo. Te voy a hacer entrega para que lo tengas, una copia de aquella defensa y sentencia memorable que presente por escrito al pueblo para limpiar mi nombre que quisieron empañar pero no pudieron.

-El 2 de octubre de 1827,  Bolívar firma el despacho de ascenso a mi rango de General de Brigada al que Páez deberá poner el "Cúmplase" en 11 de diciembre. Esto por poco  tiempo pues de acercaba  la agonía de la Gran Colombia.

-Por ello me dedico a estas tareas del campo y prefiero dedicarme a la familia, quería vivir tranquilo lejos del rencor de los hombres, soportando siempre las injusticias del trato gubernamental. Nunca me pagaron lo que me correspondía. Tu sabes, ya habías nacido, que no hemos tenido holgura financiera y que hemos tenido que trabajar duro para conseguir lo necesario para el sustento.

-En octubre de 1830 ordenan mi expulsión del país,  ante lo cual  tengo que hacer todos los alegatos basados en la verdad, para mí esto era una cuestión de honor. Observo que ya Bolívar no era respetado. Hago obediencia a las leyes y  a  las disposiciones del Gobierno,  estaba a las puertas del  sacrificio de un destierro y debo alegar mi trabajo y la entrega por la Libertad de la Patria; eran veinte años empuñando las armas de la Libertad; hasta invoqué que la Patria es mi hogar, que tenía una madre anciana, una esposa y unos hijos a los que debía proteger; hago todos los esfuerzos para denunciar que es un  juicio equivocado y dejo entrever los deseos  de  venganza que hay detrás de esta decisión.  Exijo un juicio donde se respete el debido proceso, en definitiva que se cumpla  la Constitución. Me enfrento a tener un juicio por vía extraordinaria y solo basado en sospechas. Finalmente no fui expulsado y dimos un ejemplo de dignidad.

-Sabes que recuerdo algo importante que fue cuando a Ezequiel Zamora sus enemigos lo acusaron de un asesinato y me vi en la necesidad de certificar una confesión que exoneraba a Zamora pero esto fue rechazado. Te imaginarás como era la persecución entre los mismos patriotas en aquel entonces. Todo por el poder, eso no ha cambiado.

       16. RETIRO

-Después de esta mala experiencia y convencido que mi actuación pública había llegado a su fin, solicito mi retiro el cual se me concede.

-Cumplí alguna que otra tarea o misión, hice algún esfuerzo de buena voluntad por mediar entre MarIño y Páez. En la llamada Revolución de las Reformas contra José María Vargas, acompañe a Mariño en sus pretensiones políticas, luego fue designado como jefe superior del nuevo gobierno. Yo estaba alzado en Turmero con unos 400 hombres. Dado que Páez defendía a Vargas y estaba por Maracay, no me quedo mas remedio que llegar a algunos acuerdos cuando quería Paez arrasar con Mariño en el año 1835 en Caracas. Garantice algún respeto a nuestra generación de viejos generales. Después de acompañar a Páez a Caracas, me replegué para Aragua y continué  durante algunos años marcando las actuaciones de Páez que también merodeaba por estos Valles de Aragua.

-A finales de 1946 presidí un Consejo de Guerra por cosas del destino contra el Coronel Dionisio Cisneros quien me había hecho la vida imposible cuando estuve al frente de la jefatura en Aragua, lamentablemente por el voto unánime fue encontrado culpable y posteriormente ejecutado.

-Aunque no quisiera estuve involucrado por muchos años, como tú ves, todavía a esta edad he tenido que salir en defensa de la libertad e independencia.

-Con gran honor recibí la invitación del Gral. Rafael Urdaneta, Comandante de Parada, acudí en uniforme de gala como me indicaron, a recibir los restos mortales de Simón Bolívar en 1842 que serian enterrados en la Catedral de Caracas donde hice guardia de honor junto a Mariano Montilla, José Laurencio Silva, Diego Ibarra y otros, recordamos parte de la gesta y sobretodo la personalidad  del Venezolano Insigne. Fue un acto emotivo y no te cuento mas porque tu lo viviste.

-Bueno hasta aquí llegó porque ya es tarde y porque tú también has sido testigo de estos hechos recientes. Cuando quieras me puedes preguntar sobre aspectos puntuales, pero no será esta noche. A descansar  que es tarde y hasta mañana. Dios te Bendiga hijo. Buenas noches.

Fin 






Impreso en COPY PLANET CA, Maracay.
Agosto, 2011